25

Ya habían pasado unos días y “Soobin” no parecía mejorar, Yoongi estaba dormido junto con su esposo hasta que una sirvienta llegó.

—Majestad. —le dijo. —es urgente.

—¿Qué ocurre? —pregunto molesto.

—El joven Soobin está gritando. —le dijo la mujer.

Yoongi corrió junto con la mujer, él sentía su corazón acelerado al llegar a la puerta entró rápido y vio al castaño el cual tenía sangre en sus manos mientras lloraba. Yoongi se acercó y sus ojos se llenaron de lágrimas al ver la cama llena de sangre como las piernas del chico, pues “Soobin” había tenido un aborto.

—Soobin. —hablo el pálido.

—¡Déjame! —grito el chico.

—Soobin. —lo volvió a llamar.

—Su majestad no debe preocuparse. —lloró mientras abrazaba su vientre. —ya no habrá necesidad de deshacerse del bastardo que llevaba en mi vientre.

—Soobin solo escúchame. —lo quiso tocar, pero el concubino se negó.

—No debe de preocuparse por un simple concubino majestad. —se limpió las lágrimas. —su esposo le espera y si me disculpa deseo pasar mi pena solo majestad.

—Soobin. —dijo.

Jimin le comenzó a tirar las almohadas y las sábanas con sangre ante la mirada del rey el cual solo lo miraba, le dolía mucho toda esa situación.

—Solo deje que pase mi pena solo. —hablo Jimin. —después de todo solo soy un chico que está para darle placer al rey, este no debe de preocuparse por lo que sienta.

Yoongi al no aguantar con el dolor salió de la habitación escuchando un grito del doncel, Yoongi se fue a su trono y se sentó ahí mientras se ponía a llorar. Todo era su culpa tal vez si no le hubiera puesto cuidado a eso, hubiera dejado ir al chico y no lo hubiera azotado, nada de eso hubiera pasado.

Mientras él lloraba un chico estaba en los establos y miraba el caballo blanco que le habían regalado, él se subió en él y se puso una capucha para salir con el caballo y con otra persona más que iba a su lado. Los dos llegaron a un pequeño puente y se bajaron para platicar un poco.

—Majestad aún está débil. —le dijo. —debe descansar.

—No me importa. —lo vio. —es momento de volver a mi reino, el descanso para después.

—Se dice que en tres días la hija del sacerdote será coronada como reina de silla. —habló su acompañante. —el rey Min irá.

—Es perfecto. —sonrió mientras tocaba su vientre. —deja ir al caballo iremos en el tuyo que parezca que escape y me perdí en el bosque.

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