10

Yoongi miraba al castaño el cual practicaba para llenar las tazas de té, Jimin lo hacía de manera lenta. El castaño miró que la primera concubina venía donde ellos y para evitar que el pálido la viera, él dejó caer la taza en el pálido, el cual se quejó.

—Majestad, perdóneme. —se arrodilló. —merezco ser castigado.

El pálido sonrió y negó mientras lo levantaba y con su pañuelo le limpiaba la mano, Jimin lo miraba, atentó.

—Fue un accidente. —le sonrió.

—Majestad. —le dijo.

—Dejemos las clases de té y vamos a dar un paseo a caballo. —hablo el pálido.

—Como su majestad ordene. —se inclinó.

Yoongi se levantó y ayudó a Jimin a levantarse la mujer, al verlos se acercó y se inclinó, Yoongi sonrió al ver a la chica y Jimin hizo una mueca de asco.

—Majestad usted me solicitó. —habló la chica.

—Es cierto, lo había olvidado. —dijo para dirigir su vista al castaño, el cual mantenía el rostro agachado. —pero será en otro momento Soobin tiene una clase de poesía pendiente.

Jimin levantó el rostro y sonrió, se puso enfrente del pelinegro y se inclinó.

—Majestad, si la solicitó no debería dejarla esperando. —hablo. —yo puedo esperar.

—Está bien Soobin. —se acercó y le acarició la mejilla. —te esperaré esta noche en mis aposentos.

Jimin miró el rostro de la chica por su expresión, dedujo que era el primer concubino que lo llevaba ahí, Jimin le hizo reverencia al pálido y se retiró a su habitación siendo recibido por las criadas que le habían puesto.

—Su majestad me solicitó en sus aposentos. —las vio. —tengo que lucir perfecto.

Las mujeres asintieron y lo llevaron a la bañera donde él se metió y miraba cómo le ponían sales con olor y pétalos de rosas, Jimin miraba las velas mientras dejaba que le lavaran el cuerpo.

—¿Ustedes que le gusta a su majestad? —hablo.

—Él es un hombre difícil de complacer. —dijo una chica. —dicen que es frío y sin corazón.

—Ya veo. —asintió. —yo escuché unos rumores sobre él.

—Si es por la unión que va a tener, se dice que es con un joven doncel. —habló otra chica mientras le limpiaba la mano. —es de un reino pequeño.

—Un doncel. —sonrió.

—Joven Soobin. —le dijeron. —¿Por qué tanto interés?

—Su majestad es sabio e inteligente. —hablo. —él sabe qué uniones le conviene, puede que no sepa mucho de esos temas, pero me preocupa que su majestad tenga una unión muy mala y que lo afecte a él y a su reino.

Jimin sonrió al ver desde el espejo como aquella sombra se iba, Jimin sabía que desde que le puso criadas alguien siempre los observaba, sabía que era el Rey el que había mandado a alguien a espiarlo para saber qué hacía o pensaba.

—Lo que le pase a mi rey me preocupa. —murmuró.


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