«El Príncipe Obsesivo 1»
Quizás fue una, quizás fueron dos horas. Pero no podía darse el lujo de seguir descansando a lado de aquel ¿Búho?¿Lechuza? Le da igual exactamente que clase de demonio con características de animales sea, lo único por lo que terminó acostándose con él fingiendo haber caído ante su "encantó" y "seducción sexual", fue por solo una razón, un motivo o deseo.
Nada de dinero, o simple sexo casual —en el fondo admite que tampoco estuvo tan mal—, sólo lo hizo para conseguir aquel libro especial que sólo los de la realeza poseen. Aquello que tanto necesitaba para su trabajo y le costó saber quién podría portarlo.
¡Ja! Menuda mierda, haciéndose el fuerte ante su dolor de caderas y piernas, no era tan flexible. Sádico si, pero masoquista no. Todavía ronde en su mente el tamaño de la polla de su acompañante, y de tan sólo recordarlo le causa escalofríos. Mirándolo incrédulo, sin poder creer que alguien tan narcista y adinerado aparte tenga que contar con tal virtud como tener un gran miembro. Es el colmo, y no evita bufar ante ello.
Se cubrió apenas con su chaleco, sin a botonar todavía. Lo único que pensaba es en salir rápido de ahí con el libro, antes de que el príncipe del infierno despertaste.
Siendo cuidadoso y sin hacer el mayor ruido posible, se deslizó sobre la cama, quitándose aquéllas sábanas se seda para irse sigilosamente hacia al balcón, donde se aventaría hacia los arbustos o algún árbol cercano.
Sin embargo, al sentir unos brazos rodeándolo, garras oscuras rozando su rostro es cuando se cagó del susto. Repitiéndose cientos de veces, mierda, mierda, mierda. MIERDA.
— ¿A dónde crees que vas, Blitzy~?— murmuró cerca de su oído, con su voz más ronca de lo usual, pasando su larga lengua en su mejilla. Detrás de él, levantando lo del suelo. Después de todo, es mucho más alto.
El mencionado no supo que responder de inmediato, tenía el libro contra su pecho, que trataba de ocultarlo con el saco. La respiración caliente del más alto lo estremeció, sin mencionar que puso nervioso. Pensó que estaba profundamente dormido y que consiguió no hacer algún ruido para despertarlo. ¿Cómo carajos llegó hasta él sin que se diera cuenta?
—O-Oh, b-bueno, estaba buscando el baño. — se excuso, tragando duro y rogando porque el estúpido narcista se la creyera. Todavía no podía creer que alguien tan narcista como él, tuviese una familia y aparte se acostase con otro demonio sin remordimiento alguno. En especial lo segundo. Con el libro lo mejor escondido que podía tenerlo, siendo apretado por los brazos y garras del mayor, prosiguió.— ¿Te desperté? Pensé que estabas profundamente dormido.— agregó, intentando removerse del agarre y sonar natural.
—No estoy tan cansado después de lo que acabamos de hacer. De echo, sigo con ganas de otra ronda, mi pequeño~— formuló, restregando su miembro sobre los muslos del demonio rojo, el cuál casi grita espantando, siendo la polla del otro frotándose con la suya, entre sus piernas.
No, no quería volverlo hacer. Es más, necesitaba irse de ahí. Debió haberle dado algo de beber para que se durmiera de verdad. Y matarlo no era una opción viable para él.
—Ugh, ¿Sabes? En realidad necesito ir al baño. ¿Podrías soltarme porfavor?— pidió, mirando con un gesto nervioso el miembro del contrario.
—¿Y si mejor te castigo por tomar mi libro? ¿Eh, cariño? — sugirió, con una pequeña risa divertida al final.
—¿¡Ah!? ¿C-Cómo demonios lo. ..?— preguntó, más no obtuvo una respuesta.
El búho lo llevó de regreso a la cama, estrellandolo contra el colchón. Lo acorraló de inmediato dejándolo sin escapatoria, y por lo tanto dejando expuesto el libro en su desnudo pecho, que seguía intentando ocultar inútilmente.
—Estarás aquí siempre, y te follaré hasta que te enamores de mi polla, enterrando se en tu culo mientras te corres una y otra vez, eres mi gran per-
Agitado despertó en mitad de su sueño, o final quizás. El sonido de su despertador por fin hizo efecto en él después de sonar dos veces más con anterioridad. El sueño se le quitó apenas despertó y confirmó que aquello que soñó solo fue eso, un sueño creado por su subconsciente.
—Mierda, sólo fue una puta pesadilla. Joder. — suspiró aliviado pero enojado a la vez. En los últimos días se ha sentido paranoico, quizás hasta perturbado desde la última llamada de aquel engreído y narcista príncipe del infierno.
Confirmó en su caja fuerte que estuviese el libro que le quitó a Stolas, y sonrió cuando vio que seguía ahí. Por un momento sintió aquello tan real, que se había quedado atrapado siendo la puta de ese sujeto. De tan sólo pensarlo siente arcadas.
Después de despabilarse, decidió regresar al trabajo. Dónde sus empleados o familia como él le dice, lo están esperando. Unos más animados que otros.
—Hoy será un gran día.— trató de animarse mientras daba un gran bostezo.
X
—Jefe.
—¿Qué?— miró a Loona, quien estaba junto al teléfono en su propio escritorio. En ese momento, estaba buscando algo en el refrigerador.
—De nuevo es él. — soltó con aburrimiento y poca importancia en la llamada.
—¿Quién es él?— arqueó una ceja sin entender. Sacando un traste de guacamole del refrigerador.
No pasó mucho tiempo para que Millie y Moxxie los acompañarán. Cómo siempre, hablando de cosas privadas entre ellos y dándose uno que otro mimo.
—El búho excitado.— respondió tranquilamente la loba, causando que los recién llegados miraran todo con interés. Aunque Moxxie más bien lo hacía un poco perturbado.
—OH MIERDA CON ESE TIPO. — soltó enojado, tirando el guacamole el aire, siendo agarrado por Millie quien se rió por como se veía su jefe molesto. Luego decidió ir a preparar algo de comer.
—¿Le cuelgo o se lo paso?
—Dile que no estoy.
—Como sea.— volvió a atender el teléfono y después de cinco segundos le colgó. La loba tampoco entendía la obsesión que había de por medio, pero en el fondo le resultaba muy interesante la relación que hay entre esos dos.
Y excitante.
—¿Qué clase de relación tienes con él?— preguntó la demonio azabache, acercándose al Boss sonriente, como siempre alegre y energética. Le interesaba demasiado ese tipo de relaciones gays, especialmente si es de su jefe. Que tan sexualmente activo es.
—¡Ninguna! Sólo fue una maldita vez. — respondió haciendo rabietas y cruzándose de brazos.— Ya ha pasado más de un mes desde que me acosté con él, y sigue llamando el hijo de puta.— bufó tomando asiento en un sofá cercano.
—¿Sabe que le quitaste el libro?— preguntó está vez Moxxie, sentándose en el otro extremo del sofá. A comparación de su mujer, tenía un ensamble reflexivo y hasta se podría decir serio.
—No tengo ni la menor idea. — dijo encogido se hombros, hasta escuchar el sonido de su celular sonar. Ése Águila que va por ti, ¡Es Zeus!,—Oh dame un momento, me están llamando desde mi nuevo celular que me compré. . . — presumió para responder de inmediato. Aunque en realidad no lo compró.—¿Alo?— sonrió ante el desconocido número. Pensando en que quizás podría ser algún cliente que posee su número privado.
—Blitzy~— escuchó del otro lado de la línea, causando un escalofrío recorrer toda su espalda. Entonces alejó el móvil por un momento.
—Oh mierda, ¿cómo consiguió mi número tan rápido?— hizo una breve pausa frunciendo el ceño, el resto de sus trabajadores sólo lo miraron sin entender. Blitzo suspiró para regresar a la llamada. Volverle a colgar a Stolas ya no sería una buena opción para él.— ¿Qué pasó Stolas? ¿En qué puedo ayudarte?— carraspeo un poco o muy incómodo, intentando sonar lo más animado y tranquilo que puede. Notando la intensa mirada de Loona, Moxxie y Millie sobre él. Incluso intentando escuchar su plática.— ¿Otra vez el problema del calentamiento global?
—No. — respondió con ese tono tan seductor y ambicioso de él. Blitzo no sabía que iba a decir esta vez, así que siguió escuchándolo.—Esta vez tengo un problema diferente y más difícil de tratar que necesita urgentemente tu ayuda.
—Si es muy complejo debes pagar más.— por un momento pensó en dinero, y a que persona o político debía matar está vez en el otro mundo.
—No tengo problema con eso, incluso si vienes a resolverlo justo ahora te pago el doble.
—Uhm, interesante. Dame un minuto. . .— tapó su móvil y se dirigió a su personal de trabajo.— ¡Chicos! Puede que esté cliente nos haga ricos y recomendados.
—Pense que te caía mal.— opinó la loba arqueando la ceja, no muy convencida de eso.
—Shhh. . .— se acercó solo para poner sus dedos en su hocico en un gesto de silencio, después regresó al sofá cuando ella le gruñó, poniendo sus pies encima del regazo de Moxxie. Volvió a la llamada.—Entonces Stolas, ¿A quién quieres que asesine? ¿A un grupo grande? ¿Toda una ciudad? Sea lo que sea, puedo resolverlo.— dijo algo engreído, alardeando.
—Bueno, no sé si sabes pero mi esposa murió.
—¿Qué?— escupió de su propia saliva, un tanto asombrado por no haberse enterado de la muerte de alguien tan "importante". Por lo que rápidamente creyó que debió ser muy reciente. O que Stolas lo mantuvo oculto a los medios.
—Mi esposa murió. Fue estrangulada y encontrada muerta con el pico abierto en el jardín, cerca de la fuente. Sus tripas salían de su pico.— describió con cierto cinismo.
Blitzo no supo identificar si había tristeza, enojo, rencor o algo por estilo en la voz del búho. Después de todo, ahora esta viudo. Y debe suponer que por lo menos amó a su mujer en algún tiempo, al principio. Y que quizás ya luego le aburrió, no sabía y no le interesaba meterse en la vida privada del sujeto.
—Oh, ¿Mis condolencias? — dijo más incómodo, realmente no sabía que decir al respecto.—¿Cuándo sucedió ésto?
—Hace no más de una semana.— contestó casi de inmediato. — Decidí ocultarlo a los medios, sólo la familia real está enterada del asunto.— agregó, sacando de dudas al contrario.
—Y-Ya veo, entonces. . . ¿Quieres que mate al culpable? ¿Si sabes que nosotros nos encargamos de matar a los vivos, no a los demonios de nuestro mundo? Podemos hacer una excepción pero. . . — lo que tenía que decir se quedó en el aire.
—No quiero que mates o busques al culpable. Lo que te estoy pidiendo y en lo que requiero tus servicios es. . .
—¿Es?— alargó la palabra ante el repentino silencio del contrario, escuchó un ligero ruido de movimiento. Cómo algo bajar, unos suspiros también.
Podía casi jurar escuchar alguna clase de frotamiento, pero no estaba seguro.
—Quiero que me montes como una bestia sobre mi polla, abras tanto tus piernas que no las sientas.Te quiero aquí, pienso en llenarte con mis fluidos ese agujero tuyo, TODO. — gritó que hasta los demás lograron escucharlo. Antes de que tan siquiera Blitzo dijese algo, cosa que la verdad es difícil ya que no podía articular algo aún, Stolas continuó.— ¿Sabes que estoy haciendo ahora, mi lindo Blitzy~?— sonó agitado.
—¿Q-Qué?— balbuceó, sintiéndose estúpidamente idiota por ello. Su garganta se sentía seca, y la verdad no quería seguirle el juego a Stolas. Y aún así, lo hizo.
—Me estoy masturbando con tu voz. Mientras me imagino todo lo que te dije, pensando en como lubricarte o si mejor te penetró sin preparación. Sería tan excitante.— su voz realmente sonaba como lo último que dijo, excitado. Y el frotamiento aumento.
Hizo un gesto raro con su boca, mientras abría demás sus ojos sin emitir algún sonido. Realmente no sabía que decir o si tirar su nuevo móvil por la ventana. Y aún tenía la creciente duda de como consiguió su número.
—Habla. Necesito que hables, necesito oírte.— repitió Stolas, causando un estremecimiento en el menor. No quería hacerle caso, pero por otra manera sentía que necesitaba decirle algo. Se le hacía extraño escuchar su voz ronca, ¿En serio se estaba masturbando?
—. . .
— Vamos Blitzy, no sabes cuántas noches he pensando en ti desde que te fuiste, y me dejaste solo, muy solo.— agregó con cierto deleite al final, provocando que Blitzo se empezará a cabrear.
—¿Te parece bien tocarte mientras te habló?— cuestionó, recibiendo la mirada desconcertada de Moxxie y Loona. Mientras que Millie sólo se quedó sorprendida, pero por alguna razón le gustaba todo eso que ocurría.— Eres un enfermo, Stolas. — aquéllas últimas palabras, sólo fue un poco incitante.
—Si, dí mi nombre fuerte, Blitzy.
Se escuchó un gemido al final, Blitzo supuso que habrá llegado al orgasmo. No se sentía a gusto en haber complacido al tipo.
—¡TU ESPOSA ACABA DE MORIR Y SOLO PIENSAS EN ESA MIERDA! ¿NO TIENES CONSIDERACIÓN? ¡ERES UN DEGENERADO!— le gritó. En realidad la muerte de su esposa le valía mierda, sólo quería gritarle algo. Pero de algo si estaba seguro, y es que no es normal que le haya llamado para eso cuando su esposa murió hace tan sólo poco. ¿Tan urgido está ese sujeto? ¡Que se busque a alguien más! Carajo. No es el único demonio guapo y sexy en todo el infierno.
Hubo un pequeño silencio, quizás sólo fueron uno o dos minutos. Llegó a pensar que Stolas le colgó o se quedó dormido.
—Te espero en la entrada de mi castillo a las ocho de la noche. Si no llegas, bueno. . . No creo que quieras saber que sucederá.— dijo amenazante pero a la vez como si fuese algo sútil y para nada peligroso el tono de voz que utilizo. Incluso sonaba atrevido, lujurioso.
—¡Pero-!— quiso negarle, más fue tarde ya que Stolas colgó, no sin antes agregar un "No llegues tarde".
Es muy raro que Stolas cuelgue una llamada que tenga con él.
«Pero Stolas es un raro y degenerado.» pensó afirmativo, soltó un pesado suspiró.
—¿Y que sucedió? Por tus gritos creo que no te fue muy bien.— dijo Loona, la verdad la forma en cómo gritó su jefe y que gritó la dejó sorprendida. Por lo cuál el asunto empezaba a interesarle más, mucho más.
—Stolas quiere que me vuelva a acostar con él. Y me amenazó si no voy está noche.— respondí acostándose boca abajo en el sofá. Se veía cansado —a pesar de hacer nada— y estresado por el nuevo "trabajo".
—¿Con qué te amenazó?— preguntó Moxxie curioso e intrigado.
—No específico, pero tampoco me puedo fiar de ese tipo. Hablamos de uno de los príncipes del infierno, debe ser algo horrible.— suspiró, ahora pensaba seriamente en mudarse lejos.— Él único lado bueno es que me pagará.
—Pareces una puta cobrando por tus servicios, sin ofender.— soltó el albino.
—No quiero ir. Pero si no voy no se de que será capaz ese desgraciado. Podría destruir mi negocio. — se quejó pataleando. Moxxie arto de sus empujones decidió alejarse.—¿Qué debería hacer chicos?— preguntó, a lo que los tres parecían tener la respuesta a todos sus problemas. Frunció el ceño al imaginarse un poco que podrían decir.—Y exigo una respuesta no gay.
Nadie quiso responder ahora.
—Bueno. . . Si llegase a destruir el negocio, sólo sería cosa de separarnos y cada quien ir por su camino.— opinó el albino inocentemente.
—Oh no no no, ¡eso es lo que él quiere! ¡separarnos! Mierda. — dijo eufórico. Maldiciendo al búho. Pensando que seguramente jugará con la mente de sus amigos metiéndole ideas locas en sus cabezas.
—Bueno, si él solo quiere acostarse contigo, y ahora con más necesidad porque su mujer colgó los pies. . .— empezó a decir la furry, mirándose sus garras y pensativa.
—Las garras, no tienen pies.— corrigió Blitzo. — Y son muy filosas y largas.— agregó recordándoles, haciendo una mueca asustada.
—Como sea, sólo me preguntó, ¿Fue tan malo tener sexo con él?— se peino su cabello hacia atrás mirando fijamente al contrario.
—¿A qué te refieres?
— Te quejas mucho sobre él, ¿Realmente no te hizo sentir llegar al orgasmo?
—B-Bueno, ese no es el problema.— se cruzó de brazos "indignado", con un rubor en su piel rojiza poco visible. No iba admitir enfrente de ellos que le gustó llegar el orgasmo, ¿A quien no?—Lo que quiero decir, es. . . Hum, mi único objetivo fue acostarme con él fue por el libro. Lo necesitaba tanto que tuve que pedirle ayuda a un conocido actor porno para que me ayudará a ser "seductor" y bueno en la cama. — se justificado, haciéndose la víctima en todo esté embrollo.
La víctima.
—¿Actor porno? ¿¡Te refieres a Angel Dust!?— arqueó la ceja con ilusión Millie.
—¿Cómo lo conoces?— le preguntó Moxxie receloso y haciendo un mohín en sus labios.
—Ejem, el caso es que quizás sólo sea sexo y ya.— carraspeo la azabache, intentando desviar un poco el tema.—
Quién sabe, incluso terminen siendo unos enamorados como nosotros~— dijo melosa mientras se abrazaba y besaba a su amor. — Una vez leí que los búhos son muy territoriales. Quizás sólo quiera marcarte como suyo. — le guiñó. Ése dato extra no le ayudó o gusto a Blitzo.
—Jajajajajaja, oh espera, ¿hablas enserio? — dejó de reír histérico.—No es que no crea en la palabra "amor" pero. . . No me veo estando en algo serio, cursi y romántico con Stolas como ustedes o alguna otra pareja del infierno. Él no es mi tipo.— dijo un poco más serio. No quería andar con alguien que literalmente le fue infiel a su esposa. Y todavía se pone de acosador y enfermo después de su muerte.
—¿Y qué demonio lo es?— preguntaron los tres al unísono. Haciendo a Blitzo pensar.
—Las furrys como ella, son tan lindas y adorables.— se acercó a Loona para abrazarla con fuerza y cariño, acariciando su suave y tosco pelaje. Debía admitir que muy en el fondo ha tenido más de una fantasía sexual con ella.
—Jodete. — le insultó virando los ojos irritada. A veces parecía su hija, en realidad.
Blitzo regreso al sofá y se puso boca arriba, y notó como Millie se sentó encima de sus piernas extendidas, específicamente en sus rodillas. Causando que soltara un leve quejido.
—¿Y quién de ustedes se la mete al otro? ¿O se turnan?— preguntó con picardía Millie. Moxxie la miró avergonzando, no sabía que su chica estuviese interesada en ese tipo de cosas. Quedó boquiabierto. Y más porque se imagino lo que ella dijo, quedó entonces más asqueado.
—Oh, igual me gustaría saber eso.— dijo Loona en un tono más ¿Alegre? ¿Entusiasmado? O algo parecido.
—¿Por qué quieren saber eso? Es privado.
—¿Tú eres el sumiso?— sugirió Moxxie.
—¡YO NUNCA DIJE ESO!
—Pero tampoco lo negaste. Quien diría que eras el muerde almohadas.— dijo entre risas Moxxie. Y como Blitzo seguía sin negarlo, las chicas se hacían ideas con eso.
—Losodioojalasevuelvanamorir.— habló rápidamente ofendido. Ya no tenían respeto por uno, ni porque es el jefe de aquella exitosa corporación.
—Cariño, no hagas enfadar al jefe.— dijo Millie intentando no reír más, a ella sí le parecía tierno el pensar en imaginar que Blitzo podría ser la "novia" de Stolas. Tanto así que en realidad lo pensó en voz alta.
—Un momento, eso de ser la "novia" de Stolas, fue machista o sexista.— preguntó Loona.
—Lo que más te-, ¿Sabes que? Que importa. — dijo encogida de hombros, sonriendo coqueta.
Blitzo miró la hora, siendo apenas la diez de la mañana, relativamente temprano. Tenía hambre, y quería despejar su mente de lo que hará en la noche.
Seguía pensando seriamente en irse en algún otro círculo del infierno, el más alejado del reinado de Stolas. Él no lo encontraría, ¿Verdad?
X
La hora oscura.
—Bien Stolas, ya me tienes aquí.
—Toma asiento.— dijo señalando su sofá de tres compartimientos. Blitzo no se hizo del rogar y se sentó.
Había una mesita cerca, donde había una tarta o Pau de queso con frambuesas. Olía delicioso, acompañado de varias frutas a su alrededor.
—Bien, ¿Puedo comerlo?— preguntó teniendo la tarta en sus manos. Quizás así se le quitaba lo nervioso.
—Claro. — le respondió, mientras tomaba asiento a su lado, cerca. Mirándolo lascivo.— Estuve revisando unas cosas y me di cuenta que un libro en específico ha desaparecido de entre mis cosas. — comentó, poniendo tenso al demonio rojo.
—Uhm. — fue lo único que dijo mientras seguía comiéndose la tarta de queso, intentando no alterarse.
—Si encuentro al ser que se atrevió a tomar mi libro sin mi autorización lo pagará de una manera que jamás imaginara. — lo escuchó decir, Stolas se había tornado serio y tétrico que hasta a él le dio miedo. Y no como cuando anda de acosador, ahora parecía lo que realmente es. Peligroso. Por algo es el príncipe de uno de los círculos del infierno. Tanto así que se atragantó con un pedazo de la tarta.—¿Estás bien?— de repente sonó preocupado.
—Solo me atore un pedazo de pay. Y uhm, cambiando de tema, ¿Cómo te encuentras?— sonrió aparentando estar calmado.
—Ya no me siento tan solo.— lo abrazó por los hombros. Restregando su rostro emplumado con el suyo.
—Me refiero a lo de tu mujer. Debió ser muy duro perderla.— comentó, intentando apartarse de él.
—Si, fue difícil. . . Nunca pensé que eso pasaría.
—¿Han encontrado alguna pista que lleve al culpable?
—No.— para fortuna de Blitzo, se apartó y fue a buscar algo. No tardó mucho en realidad, lo que buscaba lo tenía cerca.—
¿Gustas un trago? Tiene poco alcohol.— dijo señalando la botella con aquel líquido amarillo.
Blitzo identificó rápido que era, y se emocionó un poco.
—Me encanta el rompope. Creo que me enamoré del sabor.— aceptó, observando como le servían en una copa. Que elegancia la de Francia.
—Entonces bebe todo lo que quieras. Ser príncipe del infierno a veces es ajetreado, y otras solo muy solitario. — dijo mientras le entregaba su copa.
—¿Qué hay del resto de mi familia?— dio un largo sorbo, después otro hasta terminarlo y servirse más.
—Realmente no congenio bien con los padres de mi difunta esposa. Nunca fue así, nuestro matrimonio fue forzado.— agregó sincero, Blitzo incluso pensó que podría estar desahogando se con él.
—Ya veo, ¿Y tus padres?
—Murieron hace años.
—¿Por lo menos quieres a tu hija?— arqueó una ceja curioso, Stolas tomó del rompope y luego le sirvió a él otra vez.
—Mas que a la propia madre, seguro que sí. Pero ella igual se pone distante y prefiere pasar el tiempo con sus abuelos. — dijo en un toque melancólico que sorprendió al menor, realmente no esperaba verlo en esa faceta.— Y que me cuentas tú, ¿Algún interés amoroso?— cambió radicalmente su tono de voz, sonando interesado, provocativo.
Blitzo se acabó su tercera copa de un solo sorbo. Y pidió más.
—¿Qué? ¡No! Realmente no estoy interesado en. . . En esas mierdas. Oh. . .— se mordió su labio inferior, intento pararse pero se sintió tan mareado que regresó al sofá. Ya sentía que todo le daba vueltas.
—¿Te sientes bien, mi Blitzy?— su voz sonaba cerca, mucho. Stolas estaba sentando en el sofá en una posición poco elegante o educada. El mencionado apenas y notó cuando el mayor lo tomó de su estrecha cintura y lo posicionó en su regazo, alzando lo. Su larga cola rojiza se movía inquieta, Stolas acercó su rostro cerca del suyo.
—¿P-Por que sigues llamándome así?— preguntó algo desorientado. Stolas estiró su brazo bara servirle más rompope.
—Es muy lindo. Sabes, me gustaría que me llamaras así de lindo. — pensó en voz alta.
—Yo no hago esas cosas cursis y tontas y. . . — se calló cuando de repente sintió una fuerte oleada de calor invadir todo su cuerpo. Tan extraña e incómoda que realmente quería ir al baño. Sabía que tenía un "trabajo" con Stolas, pero realmente no quería hacerlo. —¿Por qué me siento así?— preguntó en un jadeó que le hizo avergonzarse.
—¿Así cómo?— preguntó inocentemente, aunque su pequeña risa era de todo menos eso.
—Mgh. . .— soltó un suave jadeo, luego de otro al sentir las garras del mayor deslizarse hasta su entrepierna. Bajándole el pantalón y sacando su miembro, empezó a frotarlo.
—Te sientes caliente, ¿Blitzy~?— ronroneo otra vez cerca, tocando su punta. Fácilmente tocaba todo su pene con una sola de sus garras.
Blitzo sintió algo duro golpear su espalda, ¿O es más abajo?
—C-Cállate, mierda.— le ordenó, aunque de todas formas Blitzo parecía haber perdido el control desde hace mucho. O mejor dicho, el dominio.
Ni siquiera podía pensar bien, no podía procesar que su extraña calentura es culpa de Stolas. Que ése hijo de puta le hizo algo.
Palabras: 4,062
Fecha de publicación: sábado 07 diciembre del 2019.
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:
La imagen derechos a su autor :v
Disculpen si hay errores de ortografía ahre.
Pensaba actualizarlo mañana, pero lo terminé antes de lo que creí y no quería esperar más, ahre.
El One-Shot se dividirá en dos partes. Esta es la primera, la segunda será actualizada el 31 de diciembre (eso quiero hacer).
No saben cuantos Au quiero hacer de esta serie.
Dato curiosos:
•En mi otra historia RadioDust, en los borradores igual hay una mención a Helluva Boss, pero como esa parte aún no ha sido publicada aquí salió antes xd.
•El rompope es una alcohol?:v solo lo puse porque me gusta y a la vez no
En fin, les gustó esta parte? uwu
Les dejé con ganas?
Nos vemos en la próxima. Y dejen sus lindos comentarios :v
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