Capítulo 30

Jessica

Cierro las ventanas de búsqueda en internet y me quedo sentada por unos minutos mientras reflexiono sobre lo que acabo de leer, tengo una extraña sensación en mí, como si algo sobre Edward y su repentina visita al hospital no encajara, como lo pensé antes, no tengo certeza de que haya sido casualidad.

Recibo un mensaje en mi celular que me saca de mis pensamientos, es de mis amigas preguntando en donde estoy, pues tienen planes para salir por la noche, planes que termino aceptando después de que vienen a buscarme. Por mucho que trato de disfrutar mi salida con las chicas y el resto del fin de semana, Edward no abandona mi cabeza y Aiden también, de quien no sé nada hasta el domingo en la noche cuando me escribe un mensaje antes de venir a visitarme.

—Traje hamburguesas, es lo mejor que se me ha ocurrido antes de aparecer por aquí —dice enseñando en alto la bolsa de plástico con la comida—. Pensaba en que podríamos cenar en aquel edificio que me llevaste, ¿qué te parece?

Menciona el edificio donde una vez subimos, me parece que es un buen lugar para tener privacidad y el clima es bastante agradable como para pasar una buena velada al aire libre, por lo que asiento. Veinte minutos más tarde, los dos nos encontramos sentados en el suelo, con nuestras espaldas recargadas a la pared mientras comemos.

Estoy casi segura de que esto es bastante inusual para Aiden, quien seguro come en el rincón más elegante de casa en vez del techo de un edificio.

—Creí que no volverías dentro de unos días más.

Me atrevo a hablar antes de darle una mordida a mi hamburguesa, Aiden mastica y traga antes de hablar.

—También yo, pensé que me demoraría una semana más, pero fue un cambio de planes repentino, nos desocupamos antes y me alegro de que haya sido así. Extrañaba verte —confiesa con una sonrisa tierna que forma una en mí también.

—También te extrañé —admito, aunque he estado muy ocupada no he dejado de pensar en él en mis tiempos libres—. ¿Y qué tal estuvo el viaje?

Pregunto para hacer conversación, Aiden suspira.

—No muy fuera de lo común, hemos tratado asuntos de negocios —dice encogiéndose de hombros—. La reina me acompañó, pero desvió su viaje hacia Canadá para un asunto especial, por lo que de momento en el palacio soy prácticamente la persona a cargo.

—Vaya, suena como una gran responsabilidad.

—No realmente. —Se ríe—. En realidad, no tengo mucha autoridad, la reina sigue controlando todo con una simple llamada, yo solo atiendo lo necesario en el palacio hasta que ella llegue, y con eso me refiero a dar órdenes sobre qué preparar a la hora del almuerzo, los pequeños itinerarios de mis hermanos, una que otra pequeña reunión y... vaya, si son muchas cosas si lo pienso.

Me río.

—Tienes una agenda apretada.

—Sí, es cierto. Me he escapado de último momento sin que William lo notara, pero estoy seguro de que sabe dónde estoy y ha hecho más de la vista gorda e ignorado que no estoy.

—Eso es muy rebelde de su parte, alteza. —Sus ojos me miran con curiosidad—. Es usted un príncipe bastante...

—¿Rebelde?

Sugiere con una ceja enarcada, ladeo la cabeza.

—Me gustaría decir que sí, pero honestamente, luces todo menos rebelde.

—He escuchado eso antes —dice con una minuciosa mueca—. Al parecer, soy bastante responsable, aunque creo que William diría todo lo contrario.

—En eso no puedo contradecirte. —Me encojo de hombros—. Eres un chico bueno, incluso diría que un buen príncipe.

—Gracias, creo —dice con la mirada hacia el frente—. Mentiría si digo que no trato de dar lo mejor de mí.

—Lo haces, puedo verlo.

Confieso y él suspira.

—Mi padre solía decirme que para convertirse en un buen soberano hay que estar bien con uno mismo, esforzarse en dar lo mejor y por supuesto, tener los pies sobre la tierra —cuenta con seriedad—. Intento hacer lo mejor que puedo.

—Y se nota que te esfuerzas —digo colocando una mano sobre su hombro, su mirada busca la mía y me sonríe.

—Gracias, gracias por siempre escucharme —dice con sinceridad—. Eres una chica maravillosa, Jess.

—¿Qué puedo decirte? —digo agitándome el cabello, cosa que le hace gracia—. Nací casi perfecta.

—Sí, de eso no tengo duda.

Los dos reímos.

Terminamos de comer y nos ponemos al tanto con la universidad, Aiden me cuenta lo complicado que es para él presentarse a clases y continuar con sus deberes reales, pues con trabajo tiene tiempo de asistir una semana completa a la universidad.

—Si vemos el lado positivo, pronto estaremos graduándonos el año que viene —inquiero, Aiden asiente.

—Sí, no puedo creer que el año está por terminar y nos graduaremos pronto —afirma con la mirada perdida—. También será el año de mi coronación.

Cuenta, haciendo que voltee a verla, Aiden me da una sonrisa ladeada y después habla.

—El tiempo sí que pasa volando.

—Sí que lo hace, ¿te han dado una fecha sobre la coronación?

—La reina quiere que sea justo después de graduarme de la universidad.

—Vaya, ¿qué piensas sobre ello?

Aiden suelta un suspiro largo y pesado con mi pregunta.

—Creo que es lo justo —dice después de unos minutos—. Mi abuela ha estado reinando desde la muerte de mis padres, no es muy joven y todos lo sabemos, está cansada, el que gobierne yo le quitará un poco de peso sobre sus hombros, por mucho que ella continúe ayudando y aconsejándome, estará más relajada.

—Veo que te preocupas por ella.

Me veo diciendo y asiente de inmediato.

—Ella es mi todo, al igual que el de mis hermanos, nos ha criado y se ha asegurado de que seamos felices a pesar de la muerte de nuestros padres. Puede ser muy enérgica y a veces puedo desear no querer verla después de una pelea, pero sé que daría la vida por nosotros. Al final del día, siempre la tenemos a ella.

Me acerco más a él por la pequeña onda de frío que de pronto he sentido y Aiden me abraza por los hombros.

—Es tierno que te preocupes por ella.

Por la mirada que tiene, la ama.

—Es lo más cercano que tengo a mis padres además de mis hermanos.

Admite.

—Supongo que tu círculo familiar es pequeño.

—No exactamente, te sorprendería saber la cantidad de familiares que tengo en otros reinos. A la realeza le gusta comprometerse con otros miembros para dizque mantener el linaje —dice con una risita seca—. No encuentro mucho sentido, literal, la mayoría somos familia, lejana, pero familia.

—Dios, no suena tan agradable.

Suelto una risita.

—No, no lo es. —Ríe también—. Mi padre rompió con esa tradición y conozco a otros Royals que también.

—Eso es bueno, supongo.

—Sí, es mucho mejor que un compromiso arreglado.

—Imagino que la mayoría los son, ¿no?

—Sí, en su mayoría. Y hay quienes están conformes con ello y hay quienes no —cuenta algo de lo que puedo imaginar—. Mi tío Edward, el hermano de la reina, él se comprometió con una duquesa, si más recuerdo, fue arreglado, pero ambos estuvieron de acuerdo, podría decir que son tal para cual.

La mención de Edward Mountbatten hace que mi cuerpo se tense y me aparte de Aiden en busca de espacio personal, su ceño se frunce ante mi repentino cambio y me observa con atención en busca de una respuesta en mi rostro.

—¿Estás bien?

Asiento lentamente.

—Sí, es solo que... —No tengo intención de mentirle y ocultar el hecho de que he conocido a su tío, más bien, estoy buscando la forma de decirlo. Me tomo un largo tiempo mientras pienso la forma en que pueda contárselo—. En el hospital, creo que conocí a tu tío.

No creo, en verdad lo hice, pienso para mí misma, Aiden frunce el ceño de nuevo.

—¿A Edward?

Asiento y se acomoda mejor en su lugar para escucharme con atención.

—Al parecer tuvo una pequeña lesión por jugar golf —le cuento, su ceño continúa fruncido—. No tenía idea que era familiar tuyo hasta que él lo mencionó.

Hago una pausa para ver a Aiden, pues he bajado la mirada hacia mis manos, entre mi repentino nerviosismo.

—¿Qué fue lo que te dijo?

Pregunta, curioso, no hay molestia en su voz, pero si seriedad. Puedo ver que no le agrada mucho mi pequeña confesión.

—Preguntó si nosotros salíamos, honestamente, no supe que responderle, me agarró desprevenida y preferí no decir mucho al respecto, espero no te moleste.

Digo, Aiden niega.

—No me molesta, es solo que me sorprende que hayan coincidido —admite y toma una profunda respiración que deja caer pesadamente—. ¿Te dijo algo más?

—Muy poco, él hacía pocas preguntas sobre cómo nosotros nos conocimos.

Aiden asiente está vez, procesando mis palabras.

—Lamento si te ha incomodado —dice avergonzado, me encojo de hombros deseando restarle importancia.

—No ha sido tu culpa, no tenías idea de que se presentaría en el hospital.

—Tampoco tú, te tomó desprevenida —dice, su mirada se desvía de la mía y se centra al frente, se queda callado por un largo tiempo, pensativo—. Prometo que hablaré con él.

—¿Lo harás?

Pregunto sorprendida, no esperaba que dijera eso. Él asiente seguro de ello.

—Sí, tranquila que no mencionaré que hemos tenido esta conversación —se apresura a aclarar, de alguna forma es me alivia un poco. Se queda en silencio por unos segundos antes de volver a hablar—. Lo siento, es que me resulta extraño pensar que Edward fue al hospital de Oxford, por lo general, suelen hacer que el doctor Sullivan u otros doctores vayan al palacio.

Confiesa frunciendo del ceño.

Su comentario hace que mi cuerpo se tense y de pronto, de nuevo tengo un extraño presentimiento sobre el tío de Aiden, presiento que su pequeño encuentro no ha sido coincidencia, lo cual genera cierta desconfianza en mí, si el pequeño encuentro que tuvimos no fue coincidencia, entonces, ¿qué hacía en el hospital realmente?



----------------------------------------

¡Hola a todos! ¿Cómo están? Ayer en instagram les dije que actualizaría así que aquí me tienen, con la nueva actualización<3

¿Qué creen que pasará más adelante? ¿Creen que Edward trama algo?

Por cierto, no puedo creer que ya sean 30 capítulos! Muchas gracias por todo su apoyo durante la historia, lo aprecio mucho, les mando un abracito<3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top