Capítulo 28
Jessica
Me entero por Castriel que Aiden tiene una agenda ocupada por el resto de la semana y no asistirá a clases, el mes de noviembre llega, lo que quiere decir que tendremos vacaciones de invierno en un par de semanas más, la Navidad es una época agradable que suelo pasar con mi familia, mientras que el Año Nuevo, suelo organizar algo con mis amigos, esta vez, Ana está decidida en que debemos de invitar a Castriel y Aiden con nosotros, cosa que no me desagrada, me gustaría que Aiden nos acompañe, pero no sé si sea posible por la agenda ajustada que tiene.
—Deberías de preguntarle, quizá y dice que sí.
Insiste Ana en el tema, Ella asiente, los chicos por otro lado, no se entromete en el tema pues saben que nosotras siempre discutimos por ello, además de que ambos llevarán a sus novias.
—No te haces nada con preguntar.
Inquiere Ella, quien está a favor de Ana, suelto un bufido, han sido bastante insistentes en el tema, en parte es porque Ana sabe que Castriel va a donde sea que vaya Aiden, pues son mejores amigos.
—De acuerdo, solo preguntaré, pero si dice que no, no insistiré en el tema, saben que siempre está ocupado.
—Lo sabemos, como futuro rey tiene bastantes deberes qué atender, pero no podemos discutir al respecto, pero también debe querer tener un tiempo libre ¡Que mejor que irse de vacaciones con nosotros! —termina la castaña, no discutimos más el tema porque es imposible ganar con Ana, es muy terca.
Termino mi turno en el hospital y voy a la residencia para estudiar un rato, me preparo un sándwich y me enfoco en los libros de texto de medicina. Alrededor de las cuatro, llaman a mi puerta, Aiden aparece detrás de ella con su habitual sonrisa que consigue provocar una sensación de felicidad en mí, como saludo, me lanzo a sus brazos y envuelvo los míos en su cuello antes de besarle, creo que ya había olvidado lo cálido que son sus labios.
—Hola, tú —saluda cuando ambos nos apartamos, una gran sonrisa se dibuja en mis labios.
—Hola.
Saludo de vuelta, me hago a un lado para invitarle a pasar al dormitorio, cuando entra, cierra la puerta detrás de él y me acompaña hasta el sofá donde tomamos asiento.
—Me alegro de verte, creí que esta semana sería imposible tener oportunidad de vernos, he estado muy ocupado.
Explica, puedo ver que por la expresión que tiene en su rostro, ha estado estresado.
—No tengo duda de ello, no te he visto por la universidad, seguro tu agente debe de estar apretada con todas las actividades reales.
Aiden suspira en cansancio.
—Miento diciendo que no, apenas hoy he tenido tiempo de darme un respiro, aunque no por mucho, aún tengo pendientes que terminar.
—Debe ser bastante difícil, ya sabes. —Me encojo de hombros—. Miles de tareas que atender y no tener espacio para ti.
—Sí que lo es, esta semana he estado en reuniones dentro del parlamento real y Dios mío, sí que han resultado estresantes parece que siempre tienen un tema nuevo qué discutir con cada minuto que pasa allí dentro. Es estresante.
Ríe a secas.
—Suena como que no te gusta mucho el parlamento.
Digo y se pasa una mano por el pelo, despeinándolo un poco.
—Estoy seguro de que, a ningún rey o príncipe, suele gustarle el parlamento real, al menos, todos llegan a odiarlo en algún punto de su vida.
—Supongo que tendrás que acostumbrarte a ello, cuando te conviertas en rey estarás siempre en el parlamento, ¿no es así?
—Oh ni me lo recuerdes, agradezco que a veces puedo evitar asistir a ello —dice negando, después se queda callado por un tiempo antes de volver a hablar—. Bien, no he venido hasta aquí para quejarme del parlamento solamente, ¿te apetece hacer algo?
—Claro, ¿qué tienes en mente?
Pregunto y él se pasa una mano por el cabello de nuevo.
—Debes considerarme la persona más aburrida del continente porque no tengo nada en mente.
Puedo ver que eso le incomoda un poco.
—Está bien, entiendo que tu cabeza esté más en tus deberes reales que en planear alguna cita o cualquier otra actividad —inquiero, me queda claro que su agenda es bastante ocupada y apenas tiene tiempo para él mismo, aunque dudo de que así sea—. ¿Qué te parece si pasamos la tarde aquí? Podemos ordenar comida y ver alguna película, he estado bastante presionada con los exámenes y las horas en el hospital que quedarnos aquí y hacer algo casual es...
—El plan perfecto.
Interrumpe con una sonrisa un tanto torcida.
Veinte minutos más tarde, hemos encargado comida china y empezado una película, de vez en cuando le doy pequeñas miraditas a Aiden quien parece estar concentrado en sus pensamientos más que en la película, durante toda la trama no hago ningún comentario, a decir verdad, la película es bastante buena que me enfoco en la trama y me olvido de todo por las siguientes casi dos horas, al finalizarla, veo que Aiden continúa serio y pensativo.
—¿Está todo bien contigo?
Me animo a romper el silencio entre los dos, le toma unos segundos voltear a verme.
—Sí, ¿por qué? ¿Me he perdido de algo?
Enarco una ceja en su dirección.
—No estabas prestando atención a la película, ¿verdad?
La mueca en sus labios me confirma que estoy en lo correcto.
—Lo siento —dice con un suspiro pesado—. Es que... últimamente he estado pensando en una tontería.
Niega para restarle importancia.
—Oye, sabes que puedes contarme. No voy a juzgarte, Aiden.
—Sé que no lo harás —afirma, sus ojos encuentran los míos y me observa por unos largos segundos—. Es que, es sobre... mejor olvídalo, solo es un pensamiento absurdo.
—¿Estás seguro de ello?
Aiden se toma unos minutos antes de responder a mi pregunta, está debatiéndose a sí mismo antes de hablar.
—Si soy honesto, he estado pensando mucho en las últimas notas que sacó Gossip Royals sobre mis padres. —Se pasa una mano por la cabeza, un poco dudoso—. A veces me pongo a dudar sobre su muerte y leer esas teorías que ellos hacen sobre mis padres y la abuela, no lo sé, despierta cierta intriga que me hace sentir mal, sé que mi abuela no sería capaz de matarlos, pero ¿qué si en realidad su muerte no fue una casualidad?
Ahora soy yo quien se queda callada por un largo tiempo, después de que Gossip Royals sacará aquellas noticias sobre nosotros dos, habían estado sacando pequeñas teorías sobre la muerte de los reyes y como Aiden ha mencionado, en su mayoría, suelen decir que la reina Cristina tuvo algo que ver con la muerte de los reyes debido a su mala relación con la reina Sofía.
—¿Realmente crees en todos esos chismes? —me veo cuestionándolo, Aiden suspira.
—No tengo una respuesta para ello —dice avergonzado, puedo ver el amor que siente por su familia y estoy seguro de que es muy apegado a la reina, debe ser muy difícil tener que leer todos esos chismes y rumores que se escriben sobre ella y sus padres—. Pero a veces me pongo a pensar en cómo murieron y quizá es ridículo, pero siempre he tenido un presentimiento, es como si una parte de mí me dijera que la muerte de mis padres no fue casualidad.
Ambos nos quedamos callados, estoy sorprendida por la confesión de Aiden, pero si pienso las cosas mejor, quizá podría tener razón, los reyes suelen ser las personas más odiadas o amadas entre millones de personas, no sería una sorpresa que alguien los quisiera muertos, seguro tenían sus aliados como sus enemigos.
—¿Y crees que la reina esté involucrada?
—No, para nada, al menos, no la culparía a ella —niega, su mirada se encuentra con la mía de nuevo, hay cierto alivio en ellos después de haber contado lo que lo había estado perturbando—. Es difícil de creer que ella haría algo como eso, ¿matar a su único hijo? Al menos en mi cabeza es una teoría ilógica.
—Bueno, también me costaría creer que la reina querría matar a su único hijo, debería de existir una razón en específico para que alguien quisiera hacer algo como eso y aún es difícil de creerlo.
—Exacto, sé que ellos tenían sus diferencias, la abuela no aprobó el matrimonio de papá en un principio, pero tampoco fue como que impidió la boda de mis padres, incluso cambió la ley antigua que prohibía a un príncipe casarse con una persona no perteneciente a la realeza, solo para que papá pudiera gobernar.
—Vaya, no suena como que ella odiase tanto que tus padres estuvieran juntos, supongo que, como toda madre, quiere lo mejor para su hijo y podría tener sus diferencias con tu madre por opiniones diferentes, pero al final, el amor que ella tenía a tu padre era más grande para dejarlo ser feliz.
—Claro, ella sabía que, si papá se comprometía con mamá mucho antes de que esa ley desapareciese, él perdería el derecho al trono y podría ser exiliado.
—¿Exiliado?
Pregunto enarcando una ceja, Aiden asiente.
—Sí, aquella ley llevaba más de cien años estipulada. Indicaba que, si un miembro de la realeza, príncipe o princesa contraía matrimonio con una persona de sangre no azul, quedaría exiliado del país para siempre o hasta que pidiera perdón al rey y aquel perdón, créeme que implicaba un castigo.
—¿Qué clase de castigo? ¿Hubo algún miembro de la realeza que fue exiliado por eso?
Aiden asiente.
—Fue hace más de cien años, la verdad es que esa historia me la contaron de chico cuando solía estudiar historia sobre monarquía y otros reinos. En Inglaterra solo sucedió una vez y fue justo en el año en que estipularon la ley, se decía que el hijo del rey en aquel entonces, el rey Aaron III contrajo matrimonio con una joven, ambos se amaban, pero como la chica no pertenecía a la realeza, su amor era imposible, cuando el rey se enteró de que ambos se habían casado, los exilió del país a los dos, el príncipe fue destituido de su título y por supuesto, de la línea de sucesión al trono, perdió todos sus derechos como miembro de la familia real de Inglaterra, tierras, negocios, su puesto en la corte real, todo, incluso perdió el apellido.
—¿Lo dices en serio?
Él asiente.
—Sí, suena bastante extremista, pero sucedió así, el rey Aaron fue uno de los peores reyes que tuvo Inglaterra si me lo preguntas, es una suerte que nunca coincidiéramos en esta época con alguien como él.
—¿Qué sucedió con su hijo?
—El príncipe le suplico perdón, si más no recuerdo se llamaba Joseph, el rey le dijo que sí quería volver a obtener su título debía comprometerse con otra chica perteneciente a la realeza, la duquesa de Gales, debía comprometerse con ella, negar a su hijo y por supuesto, olvidarse de su esposa, pero él no accedió a la petición del rey, pidió perdón a la corona diciendo que la había irrespetado y que en su lugar, dejaba que su hermano ascendiera el trono en su lugar, por supuesto, el rey estaba molesto y le negó el perdón, lo exilió del país y le dijo que sí alguna vez regresaba acá, sería decapitado junto con su familia.
—Entonces, desapareció del país, ¿no es así?
—Sí, jamás volvió a poner un pie en Inglaterra y adoptó otro nombre, según recuerdo, hizo su vida lejos de Inglaterra y su esposa e hijo enfermaron y murieron al año, el príncipe era joven así que emigró a Suecia y adoptó el apellido Kallenberg, creó una nueva vida allá donde se convirtió en monarca y bueno, el apellido Kallenberg tiene gran historia si me lo preguntas.
—Vaya eso es sorprendente, no tenía idea de que esas cosas realmente sucedieran.
—Suceden más de lo que crees, hay leyes que fueron estipuladas siglos atrás que no han sido cambiadas, algunas nos perjudican tanto como otras nos benefician, ser un miembro de la realeza no es para nada sencillo, además de los cotilleos y el drama que se vive dentro de ella, es mucho más de lo que uno puede imaginar.
—Ya lo veo, es como que todas las monarquías están conectadas.
—Podría decirse que sí, aunque Alemania siempre es quien va un paso más adelante que nosotros, los reyes son más abiertos ante la idea de tener nuevas leyes que ayudan a la mejora del país y por supuesto, a los futuros príncipes, por lo general, en las monarquías suelen pedir que los reyes tengan más de un hijo, tres como mínimo, pero la reina Melania de Alemania siempre ha tenido dificultades para concebir.
—Vaya, no sabía de ello.
—Los reyes son bastantes reservados en ese tema —explica. Aiden está por decir algo más, pero su celular timbra impidiéndolo terminar—. Es William.
Dice, le hago una seña para que atienda la llamada, él se levanta del sofá y se va a la cocina para tener privacidad para hablar, cinco minutos más tarde, regresa con una pequeña mueca.
—Debo de irme, William necesita que termine mi trabajo para mañana, es importante.
Veo que hay decepción en su rostro, me levanto de mi lugar y camino hacia él para rodear su cuello con mis brazos y darle un pequeño beso en los labios.
—Tranquilo, ve a continuar tus tareas reales, entiendo que son importantes.
Aiden coloca sus manos sobre mi cintura y me acerca más a él.
—A veces siento que eres demasiado comprensiva conmigo y paciente, apenas y tengo oportunidad de vernos y tú siempre eres tan dulce.
Me encojo de hombros.
—Qué puedo decirte, es parte de mi personalidad, soy una chica encantadora.
—Definitivamente lo eres.
Inquiere antes de darme un beso de despedida.
—Te veré luego, Jess.
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¡Holaaa! Primero que nada, ¿cómo están? les cuento que ya estoy oficialmente de vacaciones, pasé todas mis materias así que estoy libre para poder ponerme a escribir<3
Quiero darles las gracias por ser muy pacientes conmigo y por las +55k lecturas en esta novela, aprecio mucho que la lean❤️
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Se esperaban que el primer rey de Suecia fuera príncipe de Inglaterra alguna vez? ¿Qué opinan de la muerte de los reyes? (no dejen muchos spoilers pero si sus teorias jajaja)
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