Capítulo 27

Aiden

Hablo con la abuela sobre quedarnos en el palacio de nuestros padres debido a que es tarde, ella accede y como es de esperarse, manda a cinco guardias para cuidarnos en caso de alguna emergencia, ellos nos escoltan al palacio a primera hora por órdenes de la reina, al llegar a casa, los chicos van directo a sus habitaciones para arreglarse, tomo un baño antes de ir a desayunar con el resto.

—Alteza —llama William, cuando me ve salir de mi habitación, le ofrezco una sonrisa mientras me abotono la camisa que me he puesto.

—Buenos días, Will, Es una linda mañana, ¿no te parece?, ¿cómo va todo?

—Hola, señor, todo va bien, esta mañana la reina tendrá una reunión con el canciller de Francia y se reunirá con el primer ministro de Noruega, me ha pedido que venga a informarle que requiere su presencia dentro de la reunión, después de eso, hay otra reunión dentro del parlamento real. Dígame, ¿revisó los documentos que dejé en su escritorio?

Frunzo el ceño, no he visto ningún documento, a decir verdad, ni presté atención a mi habitación, fui directo al baño para ducharme. Antes de que William continúe dándome más información, voy hacia mi habitación y él viene detrás de mí, efectivamente ha dejado una carpeta sobre mi recién ordenado escritorio.

Tomo la carpeta entre mis manos y la hojeo sin prestarle mucha atención, ya tendré tiempo de analizarlos con calma.

—La reina quiere que lea bien los tratados que se expondrán hoy en el parlamento, su tío Edward estará presente y expondrá una nueva propuesta que ha estado trabajando con la reina, creen que podría interesarle.

Explica William. La abuela y su hermano son algo unidos, suelen trabajar juntos al momento de observar tratados nuevos dentro del parlamento real, Edward es bueno con las palabras, se expresa con facilidad y hasta diría que puede engatusar a cualquiera con sus palabras, puede convencerte en segundos, cosa que siempre he admirado de él, es dominante y convencer a tantos hombres con miles de opiniones diferentes no es cosa fácil.

Salimos de la habitación y vamos al comedor, durante el trayecto, William me pone al tanto de todo lo que sucederá y lo esencial que debo tener en cuenta para comprender el tema. La reunión con el canciller y el ministro es sencilla, será sobre tratados de comercio por lo que la reina estará más involucrada en ello que yo.

***

La hora del parlamento llega y como es de costumbre, no inicia hasta que la reina esté lista, he leído con cautela los papeles que William ha dejado en mi habitación y tengo que decir que me gustaría discutir sobre ellos, sin embargo, no tengo el valor suficiente para hacerlo, estoy algo distraído garabateando en mi libreta mientras el barón de York habla, el pequeño golpe que me da la abuela en el brazo me hace despegar la mirada de mi libreta y voltear en su dirección de inmediato, tiene una diminuta mueca en la boca y se inclina hacia mí para susurrar.

—Sé que esto te resulta a veces aburrido, pero tienes que prestar atención, recuerda que llegará el día en que tengas que hacerte cargo de esto por tu cuenta, no puedes permitirte seguir distrayéndote. —Su voz es solamente audible para mí, gracias a nuestra cercanía.

—Lo siento.

Susurro de vuelta.

—Un lo siento no es suficiente, cierra la libreta y concéntrate.

Susurra nuevamente, no hay molestia en su voz.

Ambos nos reincorporamos en nuestros lugares y continuamos escuchando al Barón, quien está en desacuerdo con la propuesta que el primer ministro ha expuesto sobre implementar más tecnología dentro de los hospitales, esta no es una idea tan mala, sin embargo, el Barón es algo tradicional y todos sabemos que él cree más en la medicina natural al momento de recurrir a ella. A ninguno aquí nos sorprende del vivero que tiene en casa con aquellas plantas medicinales.

Debido a ello y al duque de Luxemburgo, quien siempre tiene un punto que discutir, el parlamento se extiende más de lo habitual, para cuando salimos, me doy cuenta de que he perdido gran parte de mi día y por supuesto, he perdido las clases en la universidad, afortunadamente, tengo buenas calificaciones, pero es difícil mantenerlas con una agenda tan ajustada como la mía, ir a la universidad y después tratar con las tareas reales no siempre son sencillas, a veces presiento que perderé la cabeza con todos los deberes.

—Aiden —me detiene la abuela cuando llama a mi nombre.

—¿Sí?

Me volteo a verla, tiene una diminuta sonrisa en la boca y se acerca a mí.

—¿Qué te ha parecido la reunión de hoy con el canciller y el ministro?

Pregunta, ella aprovecha la oportunidad para entrelazar su brazo con el mío y caminar por el pasillo.

—Ha sido interesante, es bueno que mantengamos una buena relación con los demás reinos, ¿no? Aunque Noruega sigue teniendo costumbres bastante tradicionales.

—Bueno, sabes que las leyes fueron creadas incluso mucho antes que nosotros.

—Pero podemos cambiarlas.

Le doy una pequeña mirada por el rabillo del ojo, tiene la mirada al frente y su pequeña sonrisa no se borra, su silencio indica que está pensando.

—Quizá Noruega continuará siendo tradicional, eso no tiene nada de malo, pero ¿Qué hay de Inglaterra? No crees que nos vendría bien un cambio.

Insisto, haciendo que ambos detengamos nuestro paso, la abuela se aparta un poco de mí para mirar a mis ojos.

—Aiden, por mucho que deseemos cambiar todas las leyes y mejorarlas, es un paso que no podemos permitirnos dar de la noche a la mañana, se necesita tiempo y el tiempo no siempre está de nuestro lado.

Una mueca se forma en mi boca.

—Sí, pero... —hago una pausa, no tiene idea de que he encontrado un par de escritos de papá con las leyes que él quería estipular, son prácticamente las mismas que han estado escritas por años, sin embargo, hay ligeros cambios en ellos, cambios que él no terminó de añadir y en los que he estado trabajando. Antes de que pueda terminar de hablar niega.

—Aiden, te entiendo —dice colocando una mano sobre mi hombro, su mirada se encuentra con la mía—. Sé que te gustaría cambiar tanto a este país, te recuerdo que alguna vez estuve en tu posición y en la de tu padre también, queremos lo mejor para el país, pero no podemos cambiar algunas cosas de la noche a la mañana, como te dije, se requiere tiempo, además, puede que yo esté de acuerdo con muchas de tus ideas, pero el parlamento ejerce un gran papel dentro del gobierno y si no todos están de acuerdo...

—No sucederá, lo sé, conozco como es esto.

—Por eso mismo, hay que ser pacientes.

Niego, ambos comenzamos a caminar de nuevo.

—No entiendo como lo haces, como es que puedes hacer que todos esos hombres estén siempre a tu favor.

—Oh créeme, no siempre lo están, ha sido un camino difícil para mí, sobre todo como mujer, los hombres siempre creen tener la razón.

Conversamos un poco mientras la acompaño a su despacho, después regreso a mi habitación donde me tomo un descanso, las reuniones reales siempre consiguen cansarme, a veces son tan tediosas que presiento que me quedaré dormido en más de una ocasión cuando alguien está hablando.

No consigo descansar o tomar una siesta porque mi cabeza está dando vueltas sobre los papeles en los que he estado trabajando, entiendo que la reina tenga razón, soy consciente de que no se puede cambiar a un país de la noche a la mañana, se requiere de años y el tiempo no siempre está a nuestro favor, pero la esperanza de mejorarlo todo siempre alberga en mí.

Me pongo los zapatos de nuevo, tomo la carpeta que William me ha dejado en mi escritorio, la cual he estado analizando desde que llegué y voy hacia la habitación de mis padres, papá siempre tenía un montón de papeles en su habitación y a pesar de que la reina tiene la orden de que la habitación siempre esté cerrada y las pertenencias estén intactas, estar en la habitación me proporciona seguridad y puedo sentir que estoy más cerca de mis padres. Observo a ambos lados del pasillo para asegurarme de que nadie me ve entrar aquí, estoy seguro de que la abuela sabe que suelo entrar a esta habitación, pero nunca suele quejarse de ello, jamás hace un comentario.

A diferencia de la habitación de Jaxon, tengo que recorrer gran parte de los dormitorios para llegar, mientras que la de él, se conecta mediante una puerta a la habitación, sucede así siempre con el hijo menor o único hijo de los reyes. Como sea, cierro la puerta detrás de mí y camino hacia el viejo escritorio de papá.

Aún están los viejos bolígrafos que papá usaba, hay tinta corrida de hace años sobre el escritorio y pequeños garabatos que se marcaron sobre este debido a la fuerza que ejercía al momento de escribir sobre las hojas, incluso tiene pequeñas abolladuras, para cualquier rey, esté escritorio sería viejo y para nada atractivo, incluso para una persona de oficina no sería de su agrado, sin embargo, era perfecto para papá y para la mayoría de los reyes, siempre se cree que dentro de la realeza, buscamos las cosas más ostentosas, pero los mejores monarcas prefieren la sencillez antes que nada.

Reviso los papeles que William me entregó cuando salimos de la reunión y después los papeles de las leyes que papá tenía guardadas, en realidad son las mismas leyes tradicionales que Inglaterra ha tenido por siglos, salvo que se les han ido agregando pequeños cambios, algunas de sus propuestas fueron escritas en su viejo diario, no sé si la reina esté al tanto de ello, estoy casi seguro que no porque el diario se encuentra siempre en mi habitación, pero suelo leerlo cada que me siento perdido sobre qué debería hacer dentro de todo esto, papá escribía sobre su experiencia como príncipe, lo difícil que fue adaptarse como futuro rey y tiempo después de su coronación, aún escribía.

Termino de escribir una propuesta nueva, es sobre una vieja ley que tenemos sobre el ejército de Inglaterra. Además de que leo el itinerario que William ha organizado, tengo que asistir a tres eventos infantiles de las casas hogares, ir al hospital local para la inauguración de la remodelación del hospital y otro par de partidos de polo, que estos últimos no son tan malos, siempre disfruto de un buen partido.

Me llevo los papeles conmigo y también algunos de los papeles de papá para continuar con ellos en mi habitación, ya que me gusta trabajar en ambos lados, creo que venir a la habitación de mis padres es como venir a mi despacho personal, aunque sé que algún día ocuparé el despacho de la primera planta, donde siempre está la reina.

Mientras voy a mi habitación, voy tan perdido en mis pensamientos que no me doy cuenta de que Edward se cruza en mi camino.

—Ups, lo siento hijo, casi tropiezo contigo —dice el tío Edward, sosteniéndome del brazo, para evitar caer—. ¿Estabas trabajando?

Pregunta señalando los papeles que llevo cuando se aleja de mí, asiento en acuerdo, oprimiendo una mueca. A pesar de que Edward y la reina se parecen físicamente y él es más joven, a veces me parece que se ve un poco más grande de lo que es, tiene un par de canas que apenas son visibles, en su cabello, no me sorprende que suela pintárselo de vez en cuando, las arrugas en sus ojos son más visibles y marcadas, aun así, su mirada sigue siendo la misma mirada intensa de siempre con esos ojos oscuros que tiene.

—Ah sí, estaba revisando un par de papeles.

Digo restándole importancia, Edward asiente.

—¿Necesitas una mano con algo? Sabes que siempre puedes recurrir a mí cuando necesites ayuda.

—Gracias por la oferta, quizá más adelante requiera ayuda.

Respondo cortés, no puedo negar que Edward es bueno con la política.

—Claro que sí, cuentas conmigo para lo que sea, Aiden.

Hay un pequeño silencio entre los dos, las conversaciones serías con Edward no siempre son mi fuerte, a veces siento que suele hablarme porque no queda otra opción, es como si supiera que debe de soportarme solo porque me convertiré en rey pronto. Me aclaro la garganta, incómodo y él señala a mis espaldas.

—Me voy, tengo trabajo que hacer.

—También yo.

Ambos asentimos al unísono, Edward comienza a avanzar, pero después se detiene a mitad del pasillo para hablarme nuevamente.

—¿Está todo bien?

Pregunto. He tenido la sensación de que hay algo de lo que quiere hablar, quizá se trate de algún asunto dentro de la corte o quizá un asunto familiar.

—Sí, lo está —se limita a decir, guarda silencio por unos segundos, pensando en sus palabras. A veces es meticuloso con ellas—. En realidad, hay un asunto del que me gustaría hablar contigo.

—¿Sí?

Inquiero con una ceja enarcada y él asiente.

—Sí, no es necesario hablarlo ahora, pero quisiera hacerlo pronto, es tarde por ahora y seguramente estás cansado de escuchar hablar sobre trabajo, descansa, hablaremos de ellos luego.

Estoy por asentir y darle el lado, pero me quedo en mi lugar observándole por unos segundos, soy curioso y no voy a quedarme tranquilo hasta que toquemos ese tema.

—Tendré una agenda bastante ocupada esta semana, pero podríamos acordar un día si es tan importante.

Edward lo piensa por aproximadamente un minuto, él también debe de tener mucho trabajo, al final de cuentas, es un hombre de negocios.

—Podríamos hablar de ello, claro, quizá el fin de semana si es posible, estaré viajando a Suecia esta semana para tratar asuntos con el rey, además de que daré una entrevista para The Ahlstrom's Journal.

—¿Asuntos con el rey de Suecia?

Pregunto curioso.

—Sí, estaré viendo un asunto con el rey Carl, ya que Cristina estará en Alemania con el rey Johan y la reina Melania, quizá se reúna con nosotros en el transcurso de la semana.

Claro que la reina debe tener una agenda mucho más ajustada que la mía esta semana, yo me encargaría de las tareas locales del país mientras que ella los asuntos importantes con los otros reinos.

—En ese caso, nos programaremos después para no irrumpir en los asuntos importantes.

Me veo diciendo.

—Claro, así será. Mientras tanto, hay que esperar.

—De acuerdo, nos veremos luego.

—Sí, así será —dice con seriedad, sus ojos se quedan fijos en los míos por un minuto, la forma en que me observa me hace aclararme la garganta debido a lo incómodo que de pronto me he sentido, él desvía su mirada—. Bien, debo irme.

No digo más y él tampoco, ambos partimos por caminos diferentes, aunque quiero saber de qué desea hablar conmigo, pienso en que será mejor que no me martirice con tratar de averiguarlo y espere a que ese día llegue.

Mientras leo y analizo los papeles una y otra vez en mi escritorio y leo las notas que William me ha dejado sobre las tareas que debo de ver para esta semana, tomo un pequeño descanso de ello y llamo a un mayordomo para que me traiga un postre a la habitación, veinte minutos más tarde, estoy sobre mi cama comiendo una rebanada de pastel de chocolate y revisando el diario de papá, por lo que está escrito, puedo entender que era durante su juventud, el tiempo en que se preparó como futuro rey, sin embargo, en la mayoría de ellos, omitió el año en que escribió de ello.

17 de enero,

Debo dejar de distraerme dentro de las reuniones en el parlamento, es inevitable no hacerlo con cada uno de los hombres presentes y esas pelucas absurdas que todos suelen llevar, a veces no es fácil contenerse la seriedad allí mismo. Cambiando de tema, mamá y papá se enfurecerían si supieran que no he puesto nada de atención y mucho menos he comprendido el tema de hoy, esto de ser el futuro rey es bastante abrumador, me gusta el control, pero no siempre me gusta ser controlado, además, todo es bastante tradicional dentro de la corte, todos visten de negro con unas túnicas y esas cosas blancas de pelucas largas, me alegro de que no las use yo.

La nota mental aquí es que debo de concentrarme más dentro del parlamento, sobre todo si quiero poder cambiar ciertas leyes.

Es curioso que papá y yo compartamos el mismo pensamiento sobre lo aburrido que pueden resultar las reuniones, sin embargo, consiguió cambiar esa ley de usar pelucas y las túnicas negras dentro de la corte, ahora todos pueden llevar una vestimenta formal sin necesidad de usar esa peluca, solo se usan en ocasiones especiales.

Solo puedo pensar en que quiero poder terminar con cada uno de los planes que él tenía para el país, claro, es imposible que siga sus pasos al pie de la letra porque no soy él, pero siento que muchas de sus ideas son grandiosas y puedo mejorarlas y adaptarlas, estoy seguro de que él estaría orgulloso de ello, le habría hecho mucha ilusión verme tomar el trono y aconsejarme durante todo el tiempo posible, de cierta forma, es como si su diario fue escrito para mí, como si hubiese planeado todo para aconsejarme mediante él. Es egoísta de mi parte decir que no quisiera que alguien más lo viera, pero es mi objeto más presionado además del dije que llevo.


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¡Buenas noches! ¿Cómo están? Hace como una hora les dije en instagram que sí les parecía que actualizará hoy o me esperaban a que trajera doble actualización no sé que día y pues la mayoría voto en que actualizará hoy, así que, hola, aquí estoy con mi actualización nocturna :D

¿Qué creen que se estará tramando Edward? ¿Se esperaban que el rey Archer tuviera un diario? Déjenme saber sus opiniones y teorías de lo que podría pasar! Las leeré todas y espero que hayan disfrutado el capítulo<3.

Me encuentran en instagram como andreabonnelll allí les dejo siempre spoilers y más cosas sobre la historia y de otras también c:

Pd. La siguiente actualización si será doble.

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