Capítulo 26
Jessica
No consigo concentrarme en mis clases, solo tengo cabeza para pensar en el artículo que esa página web ha sacado, el tiempo se pasa lento. Aiden y yo no hablamos hasta que él viene a buscarme a mi dormitorio una hora después de mi última clase.
—Hola —saluda, su mirada se encuentra con la mía y una mueca se forma en su boca, me hago a un lado y él pasa a mi dormitorio—. No pude hablar contigo antes, pero estoy al tanto del artículo que Gossip Royals publicó esta mañana, te prometo que el palacio se encargará de quitarlo.
Ambos tomamos asiento en el sofá, suelto un suspiro pesado, no dudo de que solucionará el problema, sin embargo, que esa noticia esté circulando en internet me deja un mal sabor de boca.
—No tenía idea de que algo así podía pasar.
Inquiero negando, realmente me ha tomado por sorpresa. Aiden se acomoda en el sofá antes de hablar.
—Tampoco yo, al menos no que publicaran una noticia sobre ti y mucho menos una fotografía tuya, realmente lo siento, nunca ha sido mi intención envolverte en esta clase cosas, Jess.
Hay sinceridad en su voz, está preocupado por esta situación.
—Dios, Aiden —suelto minutos después, me levanto del sofá y comienzo a caminar de un lado a otro, deseando poder controlar mis pensamientos—. ¿Cómo es que pueden escribir esas cosas con tanta seguridad? ¿De dónde han sacado esa información? Yo...
Me cubro el rostro con ambas manos. No tardo mucho en sentir el cuerpo de Aiden a mi lado y atraerme a su cuerpo para abrazarme.
—En verdad lo siento, Jess. Nunca pensé que esto se saldría de control —susurra con voz baja, hay arrepentimiento en su voz, está situación tampoco es de su agrado, con delicadeza, aparta mis manos de mi rostro para verme—. Te prometo que lo solucionaré, ¿sí?
—Te creo, es solo que todo esto es bastante abrumador para mí, jamás imaginé experimentar algo como esto, no sé cómo es posible que esté sucediendo, es... —Hago una pausa, Aiden aprovecha el silencio para tomar mi rostro con ambas manos.
—Oye, lo que sea que estás sintiendo, lo entiendo, he pasado por esto muchas veces, no es justo, pero lo único que debemos hacer es ser pacientes y esperar, el palacio se encargará de que desaparezcan la noticia y yo me aseguraré de que nadie te acose.
Lo abrazo y él lo acepta en segundos, escondo mi rostro sobre su pecho.
—Te lo agradezco.
Murmuro, sus labios depositan un beso sobre mi cabeza. Nos quedamos así por unos minutos hasta que habla.
—Oye, casi lo olvido por un momento —dice separándose un poco de mí para verme—. ¿Estás lista para jugar un poco de beisbol?
Por poco había olvidado que me ha invitado a jugar con sus hermanos. La idea me anima un poco y sonrío.
***
Aiden conduce hacia el palacio de sus padres, donde nos encontramos con sus hermanos. Jaxon, el príncipe más pequeño, aguarda en la entrada y agita su mano en el aire en cuanto ve el auto de Aiden estacionarse.
—Creí que pasarías por ellos.
Confieso, ganándome su atención.
—Después del inconveniente que tuvimos, consideré mejor pedir que los trajeran hasta acá.
—¿Hay guardias vigilando?
—No con exactitud, estaremos solamente nosotros cuatro —dice apagando el motor del auto. Me hace un gesto de cabeza para que bajemos, cuando lo hacemos, Jaxon corre en nuestra dirección y abraza a Aiden.
Me parece que el menor de los príncipes es un niño tierno.
—Ey, Jax, te presento a Jess —dice Aiden, presentándome ante su hermano quien se separa y me ofrece una tímida sonrisa—. Jess, él es mi hermano menor Jaxon.
—Hola, alteza.
Saludo, Jaxon frunce el ceño.
—Hola, puedes llamarme Jaxon si quieres, no hace falta que me digas alteza.
Una sonrisa tierna se dibuja en mí, diría que al pequeño no le gusta que se dirijan con él con dicha formalidad.
—De acuerdo, te llamaré Jaxon si así lo prefieres.
—Gracias, alteza está bien también, pero es bastante formal para mí, solo soy un niño. —Se encoge de hombros como si fuera algo sin relevancia, después mira a Aiden—. ¿Puedo ir adentro ahora?
—Claro, campeón, adelante.
Jaxon se va dejándonos solos, compartimos una mirada.
—Creo que le agradas.
—Eso creo.
—Ven, vamos adentro —dice con un gesto de cabeza, ambos entramos al palacio, Aiden me hace una seña para que lo siga hacia la sala principal, donde veo a Jaxon sentado observando el guante de beisbol que trae en mano, veo a otro chico, quien es el príncipe Eric y está enfocado en su celular que no se percata de nuestra presencia hasta que Aiden se aclara la garganta.
Eric levanta su mirada para ver a su hermano y después a mí, su ceño se frunce un poco y después dibuja una sonrisa socarrona en la boca.
—Hola —inquiere, vuelve a teclear en su celular, lo guarda y se levanta del sofá para venir en nuestra dirección—. Soy Eric, el hermano de Aiden, tú debes ser Jessica, ¿no?
Pregunta y asiento.
—Mucho gusto...
—Eric, hay que dejar las formalidades a un lado —interrumpe estirando una mano en mi dirección a modo de saludo, la estrecho. Hay cierto parecido entre él y Aiden, físicamente.
—Bueno, ¿están listos para jugar béisbol? —pregunta Aiden para todos, Jaxon se levanta de su lugar y nos ofrece una sonrisa.
Como solo somos cuatro, no establecimos reglas para jugar, Jaxon fue quien bateó por más tiempo, ya que el pequeño era quien se encontraba más entusiasmado durante todo el juego, Eric de vez en cuando hacía trampa con tal de molestar a Jaxon, Aiden intentaba evitar que sus dos hermanos discutieran por pequeñas peleas y por mi parte, jugué un par de veces en las que no conseguí darle a la pelota con el bate de béisbol, al final, me senté en el césped a ver a los chicos jugar.
—¿Qué comeremos? —pregunta Jaxon cuando entramos de nuevo a la casa. Eric frunce el ceño y mira a Aiden.
—¿No has comprado nada en el camino? ¿Pizza? ¿Hamburguesas? ¿Comida china tal vez?
—Quiero una hamburguesa.
Dice Jaxon hacia Aiden, quien se pasa una mano por el pelo.
—Olvide pensar en qué comeríamos más tarde —dice avergonzado, después me da una mirada como pidiéndome ayuda. No creo que ordenar comida sea posible teniendo en cuenta que es un lugar privado, se me ocurre que puedo cocinar algo para ellos.
—¿Tienen alimentos aquí? Podría cocinarles.
—Oh sí, sería genial. —dice Eric asintiendo—. Me gusta la comida casera.
—¿Es como la comida que prepara el chef en el palacio? —pregunta Jaxon hacia Eric, quien ladea la cabeza como respuesta.
—Algo así, es más simple, pero te aseguro que puede saber mucho mejor que la del chef.
—Bien, ¿qué cocinarás para nosotros, Jess?
—Jax, no atosigues con tus preguntas.
Se queja Eric, Jaxon bufa y Aiden se aclara la garganta.
—Lo que sea que Jess cocine para nosotros, será bueno, estoy seguro de que nos encantará a todos —intenta decir esto más a Jaxon, quien probablemente es algo especial a la hora de comer, ambos príncipes asienten y Eric le hace una seña a Jaxon para ir a la estancia a ver televisión, una vez solos, Aiden vuelve a hablar—. ¿En verdad no te importa cocinar para todos? Está bien si no quieres hacerlo.
—No, tranquilo, no tengo ningún problema con hacerlo.
—Bien, vamos a la cocina, hay que ver que hay.
Vamos a la cocina y Aiden comienza a buscar entre la alacena, hago lo mismo y después de varios minutos, encontramos pasta y salsa de tomate para preparar espagueti. Media hora más tarde, los cuatro nos encontramos en la mesa comiendo en un pequeño silencio.
—Está muy bueno, Jessica. —dice Jaxon en mi dirección—. Es mucho mejor que el espagueti que suelen preparar en el palacio, quizá podrías compartirnos la receta.
Eric, Aiden y yo reímos ante su comentario.
—O podrías decirle a la reina que la contrate como cocinera —bromea Eric y Aiden niega.
—Aunque es buena cocinera, Jess es enfermera en el hospital de Oxford.
—¿Estudias enfermería?
Inquiere Eric, con asombro.
—Sí, me graduaré pronto.
—Igual que Aiden —agrega Jaxon, sin dejar de mirar su plato—. Solo que Aiden no conseguirá un trabajo.
Por supuesto que no, pienso, se convertirá en el rey de Inglaterra, no necesita un trabajo.
—Bueno, ¿ustedes saben que quieren estudiar en un futuro?
Me animo a preguntarles, Jaxon frunce el ceño y Eric asiente.
—Me gustaría estudiar periodismo, por mucho que deteste a los periodistas a veces, considero que es un buen oficio —explica con algo de entusiasmo.
—Yo quiero ser astrólogo, me gustan las estrellas.
Cuenta Jaxon con un tono tierno, de los tres príncipes, él es bastante dulce.
—Ambas son buenas profesiones.
Inquiero y todos asienten.
—Lo son, aunque es difícil saber si podremos estudiarlas o no —dice Eric rondando los ojos, Aiden hace una mueca.
—¿No tienen permitido estudiar otras carreras?
Pregunto más hacia Aiden, quien suspira.
—Es posible, solo es un tema que hay que discutirse en casa.
Dice para sus hermanos que para mí.
Eric no responde y se limita a comer al igual que Jaxon, cuando terminamos de comer, los cuatro limpiamos la mesa y la cocina.
—Espero que mis hermanos no te hayan incomodado —inquiere Aiden, una vez que estamos solos, niego de inmediato.
—Para nada, son chicos agradables.
Admito.
—Bueno, me alegra oírlo, creí por un momento que no te agradarían mucho.
—Son bastante tiernos, sobre todo Jaxon, puedo ver que Eric es más...
—Tiene diecisiete, está en la etapa en la que siente que puede comerse al mundo.
Interrumpe, aunque Eric es un grandioso chico, Aiden tiene razón, a los diecisiete, creemos que todo lo que hacemos es casi perfecto y lo correcto, nos negamos a escuchar a otros.
—Es parte de crecer, ¿no? —cuestiono, enarcando una ceja—. Son etapas importantes en la vida de todos.
—Sí, supongo que sí.
Su cuerpo se recarga en la barra y se cruza de brazos, ha optado por una expresión seria.
—¿Qué sucede? ¿Estás bien?
Pregunto, le toma un minuto voltear a verme y encogerse de hombros.
—Seguro, es solo algo sin importancia.
—Vamos Aiden, puedes hablarlo conmigo —insisto, de nuevo, se queda callado por un tiempo antes de volver a hablar—. Solo estoy pensando en tonterías.
—¿Qué clase de tonterías?
Vuelvo a insistir y Aiden niega, dándose por vencido.
—En cómo sería si nosotros nos hubiésemos conocido desde antes, quizá cuando éramos niños —dice, sus mejillas están rojas por el repentino sonrojo—. Quizá este tipo de días fuesen bastante comunes entre nosotros, te invitaría a casa a cenar de vez en cuando, tus padres se llevarían con mi abuela y...
—¿De qué hablas? Nos conocemos desde niños —bromeo dándole un empujoncito—. Seguro ya has olvidado todos esos recuerdos, yo le cambiaba los pañales a Jaxon, ¿no te acuerdas?
Aiden ríe ante mi comentario.
—Claro, nunca te dio asco cambiarle los pañales.
—No, tú siempre protestabas de ello y preferías irte a jugar con Eric.
—Porque era mucho más divertido que limpiar pañales.
—¿Qué hay de la cena de Navidad? ¿Recuerdas todos esos regalos? —inquiero, la sonrisa que Aiden me da es divertida, esta pequeña conversación le agrada tanto como a mí.
—¿Los que nuestros padres nos compraban cada año? ¡Cómo olvidarlos! —bromea, después de eso hay nuevamente un silencio—. En verdad hubiese sido grandioso conocerte desde antes.
—Pero me conoces ahora, ¿no es grandioso?
Aiden ríe.
—Lo es, pero me refiero a que sí te hubiese conocido desde antes, mi vida fuera más divertida y sencilla. Quizá hubiese tenido oportunidad de conocer cosas más normales.
Para alguien que siempre se ha criado dentro de la realeza y no conoce nada más que eso, debe de ser difícil adaptarse a otras personas y lugares, sobre todo tratar de llevar una vida normal como cualquier persona la tendría. He podido darme cuenta de que Jaxon, a pesar de ser todavía un niño, literalmente vive en una pequeña burbuja que seguramente no lo deja salir de los alrededores del palacio.
—Tus hermanos y tú deben desear todo el tiempo vidas normales, ¿no?
Mi voz apenas se escucha.
—Algunas veces, no siempre es tan malo ser un príncipe, pero hay días en los que no deseas tener ciertas responsabilidades, quieres salir y divertirte como cualquiera y no preocuparte sí te van a fotografiar, secuestrar o acosar solo por ser un miembro más de la familia real, por mucho que tratemos de adaptarnos, no tenemos oportunidad de ser normales.
—Oye, eres un chico normal como la mayoría, lo único que te diferencia es tu título importante, incluso eres menos arrogante que muchos otros que no poseen ni un título.
—Gracias —dice dándome un empujoncito como yo lo había hecho hace rato—. Quizá no poseas un título, pero para mí eres mucho más princesa que las princesas que conozco.
—Vaya, ese es un cumplido bastante halagador.
Confieso, sus ojos observan directo a los míos.
—Lo digo en serio, Jess. Ser princesa no es solo nacer en una cuna de oro, implica mucho más que eso, incluso compararte con una princesa es injusto, les superas por mucho.
Dice convencido de sus palabras, nos quedamos en silencio por unos minutos, me acerco más a él, coloco una mano sobre su mejilla y lo beso. Que Aiden considere eso, es bastante tierno y halagador de su parte.
—Serás un grandioso rey cuando te toque gobernar, estoy convencida de ello —digo cuando ambos nos separamos, una de mis manos acaricia su mejilla.
—Espero serlo, siento que en parte se lo debo a mi padre. —Hay seriedad en su voz, retiro mi mano y lo miro con seriedad—. Hay muchas cosas que quedaron inconclusas durante su reinado, ideas y propuestas para mejorar Inglaterra, quiero continuar con ellas, él quería lo mejor para el país.
—¿Te habló de ello alguna vez?
Niega.
—No con exactitud, hablábamos poco sobre sus planes a futuro para Inglaterra, sin embargo, he encontrado papeles con su letra sobre ideas que tenía para el país.
—Y piensas continuar con sus planes, ¿no es así?
Asiente.
—Al menos eso intento hacerlo, no puedo enseñarle a nadie sobre esos papeles porque pasarían a la corte real de inmediato, solo son ideas inconclusas, lo que yo hago es leerlas, estudiarlas, analizarlas, a una que otra mejorarla y presentarlas como ideas vagas en la corte real.
—¿Y te han apoyado con ello?
Hace una mueca.
—Hasta hoy, solo he presentado una, si todo sale bien, podrían autorizarla, pero es un proceso largo, no es cosa tan sencilla hacer que todos dentro de la corte estén de acuerdo.
—Supongo que no.
El celular de Aiden interrumpe nuestra conversación, veo que es un mensaje de texto que responde de inmediato.
—Vaya, el tiempo se ha ido volando —murmura cuando se guarda el celular nuevamente, saco el mío de los bolsillos de mi pantalón para darme cuenta de que son las nueve. Sí que se ha ido el tiempo volando—. Tengo que llevar a mis hermanos de vuelta al palacio, ya es tarde para ellos y William dice la abuela se pregunta por ellos.
Explica, refiriéndose al mensaje que recibió.
—En ese caso, creo que será mejor que también regrese a la residencia.
—Sí, hay que avisarles a los chicos.
Cuando vamos a buscarlos a la estancia, vemos que está vacía y el televisor apagado, Aiden frunce el ceño y me hace una seña para que lo siga hacia una de las habitaciones, la cual recuerdo que es la de Eric, al abrirla, ambos príncipes yacen sobre la cama, Jaxon ya está dormido, seguramente cansado por el juego que tuvimos temprano, Eric se levanta algo adormilado cuando nos ve.
—¿Ya nos vamos?
Pregunta, para luego tallarse los ojos y tratar de levantarse de la cama.
—No, no lo despiertes —dice Aiden al ver las intenciones de su hermano cuando se acerca a Jaxon, Eric frunce el ceño—. Llevaré a Jessica primero a casa y después vendré, le diré a William que le diga a la abuela que estamos aquí, no hace falta que despiertes a Jaxon.
—De acuerdo, porque no tengo ganas de subir al auto, estoy cansado —dice Eric volviéndose a recostar—. Fue un gusto en conocerte, Jessica.
Me despido de Eric antes de salir al auto de Aiden, el trayecto a la residencia es tranquilo y largo debido al tráfico, cuando llegamos, niego antes de que Aiden decida bajar del auto, está cansado.
—No hace falta que me acompañes hasta la puerta hoy, deberías de ir a casa mejor.
—¿Estás segura?
Asiento.
—No es como que vaya a perderme, conozco muy bien este lugar.
Aiden parece debatirse por unos minutos hasta que asiente.
—De acuerdo, te veré luego.
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¡Hola a todos! ¿Cómo están? Ya no les voy a decir que día vendré a actualizar porque siempre me sale algo ese día que no me deja actualizar. Solo recen para que sea constante❤️
Espero que disfruten del capítulo, la verdad me da algo de nostalgia cuando Aiden cuenta sus planes como futuro rey :c ¿soy la única?
Tengan todos bonito fin de semana❤️
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