Capítulo 23

Jessica

Aiden y yo intercambiamos mensajes por el resto del fin de semana, sin embargo, su agenda es ajustada que no tenemos oportunidad de vernos, yo hago planes con mis amigas para salir a un paseo cerca de la ciudad y el domingo por la noche regresamos a la residencia. El martes, Aiden me pide que no haga planes y que lo espere en mi dormitorio para vernos, me coloco un poco de maquillaje y labial antes de verlo, hoy ha sido un día ajetreado en el hospital y la universidad y estoy cansada, sin embargo, me entusiasma saber que voy a verlo.

Los golpes a mi puerta me levantan del sofá donde me encuentro viendo televisión y me encuentro con Aiden detrás de ella, luce fresco y tiene su habitual sonrisa en la boca, sin apuros, me planta un beso en la boca cuando nos vemos y no contengo mis ganas de envolver mis brazos sobre su cuello para profundizar nuestro beso.

—Hola —me saluda cuando nos distanciamos—. ¿Estás lista?

—¿Me dirás a donde vamos o es una sorpresa?

Pregunto enmarcando una ceja y él lo considera por unos segundos.

—No es una sorpresa, este domingo hablé con el contratista para la construcción del nuevo edificio, ¿lo recuerdas? —Frunzo el ceño, me toma unos segundos recordar de que está hablando. El edificio aquel al que habíamos ido y estaba demolido por dentro, el centro de apoyo de las mujeres. Asiento y él también—. Quieren que vaya a ver los planos que diseñaron para el edificio y se me ocurrió que podías acompañarme, me agrada la idea de tener a alguien con quien compartir esto y no solo tenerlo para mí.

Una sonrisa se forma en mi boca, me acerco de nuevo a él y le doy un corto beso en la boca. Que me considere parte de sus planes me hace sentir especial.

—Es una grandiosa idea, me encantaría formar parte de ello.

Confieso.

—Perfecto, hay que irnos ahora, el viaje es algo largo.

***

Al llegar al edificio, veo que hay bastante movimiento, hay un par de trabajadores y autos estacionados frente al lugar, Aiden y yo salimos del auto y nos acercamos a la construcción, donde un hombre de estatura baja y moreno se acerca a nosotros con una enorme sonrisa, le hace una reverencia a Aiden quien asiente.

—Alteza, es un placer tenerlo por aquí.

—El placer es mío, esta construcción es muy importante para mí.

—Lo sé, lo ha comentado antes, ¿desea ver los planos? —le pregunta el hombre, con una gran sonrisa. Aiden asiente y me hace una seña para que los acompañe a ambos, algunos hombres se quitan sus cascos y le hacen una reverencia al príncipe cuando lo ven pasar, hay cierto asombro en los trabajadores—. Mire alteza, aquí están. Tenemos pensado en terminar la demolición y construir el edificio de esta forma, así los cimientos serán mucho más firmes que los anteriores.

Aiden y el hombre, quien al parecer suelen llamarle Morgan, comienza a explicarle toda la reconstrucción del edificio, Aiden se muestra atento a cada una de las explicaciones, por mi parte, veo el lugar, hay bastante escombro y estoy segura de que la construcción puede llevarles alrededor de un año cuando mucho, aun así, me entusiasmo tanto como el resto.

Al final, nos quedamos más de una hora aquí, pues Aiden se queda platicando con los trabajadores y les agradece que sean partícipes de este proyecto tan especial para él.

Cuando regresamos al auto, veo que la sonrisa que mantenía con los trabajadores, se niega abandonar su rostro.

—Estoy segura de que será un proyecto maravilloso —confieso, aunque yo no sé mucho sobre estas cosas, Aiden ha pedido mi opinión al respecto junto con el resto de los trabajadores.

—También yo, no veo la hora de que esté terminado. Me hace mucha ilusión.

—Apuesto a que sí, pero tomará algo de tiempo, ¿no?

—Sí, claro. Aunque Morgan es un excelente trabajador, sé que él y sus trabajadores trabajan rápido —dice con seguridad—. Al menos, es el hombre que me pareció más confiable para este proyecto y estoy seguro de que no divulgará nada a nadie, mucho menos a la prensa.

—¿Cómo puedes estar seguro de ello?

Pregunto con el ceño fruncido. Es cierto que Morgan o cualquier otro trabajador podría ir con el chisme a la prensa.

Aiden se encoge de hombros.

—Un presentimiento, llevó alrededor de un mes hablando con él y no ha dicho nada hasta ahora.

—Vaya, eso es bueno.

—Sí, nadie puede enterarse aún, mucho menos la reina, sé que me apoyará con esto, pero querrá que todo documentado y no quiero nada de eso.

—¿Siempre es así?

Niega.

—Algunas veces. No es que la reina quiera que nuestra vida sea todo un reality show, pero los publicistas del palacio siempre se las empeñan para convencerla de que esta clase de cosas siempre debe estar documentada, debe de haber fotos y evidencia de que la realeza suele estar en este tipo de cosas.

—Debe ser abrumador que sea así.

—Lo es algunas veces, sobre todo cuando la prensa siempre tiene algún comentario negativo al respecto —asegura con una mueca en la boca—. ¿Quieres ir a comer? Conozco un buen lugar por aquí cerca.

Asiento. Veinte minutos más tarde, nos encontramos en un restaurante un tanto sencillo, la chica que nos atiende, como de costumbre, le hace una reverencia a Aiden, sin embargo, no se ve sorprendida por su presencia, tampoco el resto del personal que lo saluda con amabilidad, lo que me dice que Aiden ya ha venido aquí en más de una ocasión.

Tomamos una mesa apartada de la ventanilla. Ambos pedimos una sopa de alcachofas.

—¿Qué tal ha ido tu turno en el hospital?

Pregunta, dispuesto a conversar. Me acomodo mejor en mi lugar antes de responder.

—Es algo pesado, pero no me quejo, realmente me gusta trabajar allí, es lo que quiero en un futuro.

Aseguro, un tanto soñadora. Aiden sonríe.

—Me alegra que sepas que es lo que quieres —inquiere, sus brazos están cruzados sobre la mesa—. A veces me temo que me siento perdido sobre mis ideales.

—Eso es normal, también me he sentido así —aseguro, no es fácil saber qué es lo que deseas en la vida, está bien sentirse confundido a veces, es parte de aprender—. No somos perfectos.

—Por supuesto que no, incluso cuando la mayoría cree que por ser el futuro monarca de Inglaterra tengo todo resuelto, se equivocan. Me gano las cosas como la mayoría, no todo me lo dan en bandeja de oro como muchos piensan.

Nuestras comidas llegan, ambos nos limitamos a comer e intercambiar una que otra palabra más.

—Me gusta venir a hacer cosas casuales contigo Jess, se siente bien —confiesa luego de un buen rato—. Este lugar es bastante agradable, he venido aquí más de un par de veces, me gusta que pueda venir y ordenar como cualquier otra persona, no hay trato especial por ser el príncipe.

La mayor parte del tiempo, las personas se dirigen hacia Aiden y el resto de la familia real con sumo respeto y suelen darles un trato especial, del cual Aiden debe estar cansado de recibir algunas veces.

—Debe resultar abrumador, ¿no?

—La mayor parte del tiempo —inquiere—. Normalmente, solemos ir a lugares donde la realeza suele ir siempre, así no tenemos problemas en que alguien le avise a algún paparazzi o seamos acosados por algún fanático o alguien que odie a la familia real. Pero a mis hermanos y a mí nos gusta venir a lugares como este, lugares pequeños donde no recibimos ningún trato especial como príncipes, se sienten mucho más acogedores que los lugares de siempre.

—Me imagino que sí, debe ser aburrido recibir siempre el mismo trato.

—He de admitir que tiene sus ventajas a veces —dice ladeando la cabeza—. Aunque la mayor parte del tiempo lo es. Tenemos un protocolo bastante estricto y se nos prohíbe romperlo.

Enarco una ceja.

—Y me temo que sueles romperlo seguido, ¿eh?

—Solo si la ocasión lo amerita.

—¿Cómo cuál?

Cuestiono con curiosidad.

—Te aseguro que está es una situación especial. —Me guiña un ojo y río por lo bajo—. Bien, son pocas las veces en que hacemos este tipo de cosas, la universidad es lo único que se siente normal.

—Perdón, pero siempre creí que los miembros de la realeza estudiaban en escuelas privadas y exclusivas.

—Lo hacemos, la mayoría lo hace, sin embargo, papá estudió la universidad en una pública como la mayoría. A diferencia de mis abuelos que ellos estudiaron en casa, papá quiso asistir a la universidad como todos.

—Y tú seguiste sus pasos.

—Así es, y me alegro de seguirlos. Que la reina me haya permitido estudiar en Oxford es una oportunidad que no esperaba, cuando sugirió que podía hacer la universidad donde yo quisiera, lo primero que pensé fue Oxford y ella accedió. Quizá porque les recuerda a mis padres también.

—Deben de pensar en ellos todo el tiempo, ¿no es así? —inquiero en voz baja. Son muy pocas veces cuando la reina llega a hablar en público sobre los reyes, sin embargo, no dudo de que los extrañe.

—Cada día de nuestras vidas —dice serio—. Perderlos fue difícil para todos, su accidente fue inesperado, ese día ambos iban en camino a tomar un avión para reunirse con los reyes de Suecia, dentro del protocolo, está prohibido que los reyes y el futuro heredero al trono viajen juntos, en caso de accidentes. La abuela estaba en Francia en una reunión importante y mis hermanos y yo en el palacio, viajaríamos una hora más tarde a Suecia para encontrarnos con ellos.

Lo único que recuerdo sobre aquel accidente es que el palacio sacó un comunicado anunciando el fallecimiento de los reyes y que la reina no estaba en disposición de revelar más información sobre aquel día, desde entonces han existido un sinfín de rumores sobre aquel día, pero la reina nunca ha querido hablar directamente sobre el tema y los hechos solo lo de siempre. Los reyes murieron en un accidente automovilístico.

—No tenía idea de ello.

Susurro. Aiden oprime una mueca.

—Bueno, es la verdad de los hechos, es solo que decidimos mantenerlo entre nosotros, a la reina no le gusta hablar sobre ello públicamente, es demasiado personal, es lo único que hemos mantenido en privado entre nosotros.

—No veo algo de malo en eso.

Digo. No veo mal en que la reina no quiera hablar públicamente sobre ello, está en su derecho de callar una parte tan personal de su vida, toda la familia real lo está.

—Tampoco yo, el funeral de nuestros padres fue público, toda Inglaterra nos vio llorar, vio una parte débil de la corona, una que siempre tratamos de mantener en privado, teniendo en cuenta que ellos eran los reyes, algo como eso no se puede tener en privado para siempre.

—Claro que no, eran las personas más importantes en este país, aún lo son. —A pesar de que han pasado años desde la muerte de los reyes, hasta el día de hoy, aún se sigue hablando de ellos como grandes monarcas de este país, ambos hicieron una gran diferencia.

Después de terminar de comer, nos quedamos un rato más conversando, comemos el postre al ver que tenemos mucho de qué conversar, con Aiden, las horas se pasan rápido y los temas de conversación parecen nunca acabarse.

Al pagar la cuenta, ambos nos despedimos del personal, quien sale a despedir al príncipe y agradecerle de haber venido por aquí de nuevo, Aiden como de costumbre, se muestra amable y cariñoso con todos, justo al salir del local, los flashes de cámaras y preguntas de los paparazzi nos sorprenden a ambos.

—¡Alteza!

—¡Alteza!

—¿Qué hace aquí? ¿Quién es la chica?

—¡Alteza! ¿Le importaría, qué hacía en un barrio de bajos recursos?

—¿Qué era esa construcción? ¿Algún proyecto suyo? ¿Le importaría hablar de ello?

—¿Es ella su novia, alteza? ¿Se ha olvidado de la princesa Nicolette? ¿Ya no está interesado en ella?

—¿Qué diablos? —se queja Aiden en mi dirección. Sin pensarlo, toma mi mano y volvemos a entrar al restaurante, las ventanas del lugar están polarizados de un tono oscuro que impide que los paparazzi puedan ver con claridad hacia adentro, sin embargo, los flashes continúan—. ¡Por favor! ¡Cubran las ventanas!

Exige Aiden en un tono duro y molesto, después suelta mi mano y se pasa una mano por el cabello al tiempo en que se queja. Los empleados se apresuran a bajar las persianas, evitando que continúen haciéndonos fotografías.

—¿Qué acaba de suceder? —pregunto en un estado sorpresivo. Aiden me da una mirada preocupada y niega.

—Alguien debió seguirnos.

O alguien de la construcción nos ha delatado. Pienso, cosa que es muy probable, Aiden comienza a caminar por el lugar de un lado a otro, hay molestia y asombro en él, la situación lo ha tomado por sorpresa.

—Dios, tengo que llamar al palacio.

Es lo último que dice antes de alejarse de mí para hacer una llamada.


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¡Holaaaa! ¿Cómo están? ¿Alguien me extrañó por aquí? Yo si extrañé venir con actualización pero hay una razón por la que he estado ausente, pronto lo sabrán. Hoy me he hecho de un tiempito para escribir y traerles este capítulo nuevo.

¿Quién creen que será Nicolette? ¿Esperaban que Aiden contará sobre el accidente de los reyes?

Por cierto, muchas gracias por ser pacientes conmigo. Aquí les dejo mi instagram, para que se enteren de spoilers y más detalles importantes, atentos que tengo algo importante pronto, me encuentran como "andreabonnelll" <3

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