Capítulo 2
Jessica
Entro en pánico por culpa de la alarma, el príncipe y yo compartimos una mirada, puedo ver que está igual de asustado que yo, maldigo por lo bajo porque solo es cuestión de segundos para que los dos seamos asechados por algunos médicos y guardias de seguridad del hospital. Sí alguien descubre que el príncipe está aquí, esto sería caótico.
Mi instinto es empujar al príncipe hacia la salida para que se vaya lo antes posible, él me da una mirada de confusión.
—Será mejor que te vayas ahora, yo me encargaré de esto.
Explico, él asiente dudoso, se queda parado en su lugar unos segundos más debatiéndose en decir algo, pero termina negando y alejándose.
—Muchas gracias, señorita.
En cuanto no está más cerca de la puerta, la cierro de inmediato, tres doctores con dos guardias aparecen en el pasillo y agradezco que entre ellos se encuentre el doctor Sullivan, quien comparte una mirada cómplice conmigo y le doy un pequeño asentimiento esperando que capte que el príncipe ya no está.
—Disculpe, ¿le importaría explicar que ha sucedido? —pregunta uno de los guardias en mi dirección, es de tez morena, sus ojos son muy oscuros y tiene un semblante demasiado serio que logra intimidarme, abro la boca para decir que solo ha sido un pequeño incidente, pero termino poniéndome más nerviosa de lo habitual y no digo nada.
—Jessica, ¿estás bien? —inquiere Sullivan en mi dirección, con algo de preocupación, se acerca a mí y me toma del brazo, la boca se me ha secado por lo que no puedo responder del todo, el doctor se aclara la garganta antes de hablar—. Hace unas horas estábamos lidiando con un paciente bastante complicado, estoy seguro de que él tiene que ver en esto, ¿no es así Jessica?
Sé que el doctor Sullivan está haciendo lo posible por ayudarme, así que asiento lentamente, los doctores y guardias frente a nosotros comparten una mirada.
—¿Qué ha hecho? ¿Es el paciente Rodríguez? Ese hombre es demasiado problemático y difícil de lidiar —expresa una doctora, Sullivan asiente de inmediato.
—¿En dónde está? ¿Escapó? —pregunta uno de los guardias con interés—. Sí es así, pediremos que lo rastreen por los alrededores.
—¡No!
Exclamamos el doctor Sullivan y yo al mismo tiempo, lo que hace que nos ganemos una mirada extrañada por parte de todos.
—Estoy seguro de que no sé ha salido, ¿verdad, Jessica? —Asiento. Conozco al paciente Rodríguez, se trata de un señor de alrededor de los setenta que suele venir tres veces por día al hospital incluso si no se siente mal, me temo que es porque sufre de trastorno facticio—. Debe de estar en la habitación ahora, iremos a atenderlo.
Explica el doctor Sullivan, a quien por suerte no cuestionan más y se van, los guardias se quedan en el pasillo hablando sobre como reforzar más la seguridad para que no sucedan incidentes como el de ahora y yo me voy en silencio junto al doctor Sullivan.
Consigo terminar mi jornada en el hospital sin ninguna otra situación problemática, los siguientes pacientes con los que trato, logran hacer que no piense en el príncipe y me olvide un poco sobre él, sin embargo, cuando llego a los dormitorios de la universidad y me desplomo sobre la cama, recapitulo todos los hechos en mi cabeza y me encuentro sintiendo más que pena ajena por mí misma.
De todas las personas que pude haber llegado a conocer en el hospital, juro que, por ninguna razón, contaría al príncipe.
¿Por qué tenía que pasarme a mí? ¡Vaya día para encontrarse al príncipe y hacer el ridículo frente a él!
Aún no me caía el hecho de haberlo conocido, estaba medio incrédula por ello, pues nuestro encuentro fue tan fuera de lugar e inesperado que me cuesta creer que realmente haya sido él.
¡Pero por supuesto que era, Jessica! ¡No lo negó! ¡Conociste al príncipe!
Me grito internamente y después de hacerme la idea de que era cien por ciento real, me cubro el rostro con ambas manos.
***
Por suerte, el doctor Sullivan no hace ningún comentario al respecto sobre lo sucedido en el hospital, también hace caso omiso al hecho de que hemos atendido al príncipe, recordando los hechos, caigo en cuenta en que es muy probable que Sullivan conociera al príncipe desde antes porque, aunque existió cierto grado de respeto de su parte, no se sintió del todo intimidado por su presencia, lo que demostraba que era muy probable que se conocieran desde antes.
Por mucho que sienta curiosidad y tenga enormes ganas de preguntarle al doctor Sullivan sobre el príncipe y qué había sucedido con él para que acabara con una pequeña lesión en el hospital, soy discreta como él y no hago ningún comentario.
El viernes por la tarde, después de que todos terminamos nuestras jornadas, nos reunimos en la cafetería local de la universidad como de costumbre, para continuar con nuestros pales para la noche, aprovecharíamos tener el fin de semana libre para poder divertirnos un poco.
—Definitivamente no puedes negarte en venir, Jess.
Dice Ana, algo insistente, termino soltando una risita pequeña, ha estado insistente desde que los chicos propusieron ir a un bar por la noche a divertirnos un poco, no es una mala idea, he tenido una semana algo pesada que distraerme suena como una buena idea para cortar el estrés. Aun así, disfruto molestando a mi amiga.
—Quizás disfrute quedarme leyendo un rato —inquiero, cosa que la hace bufar y desplomarse en su lugar.
—¡Jessica!
Exclama con irritación, Ella, Matt y Chase terminan riéndose de lo dramática que resulta.
—Vamos, Ana, es obvio que Jess irá, solo que disfruta de enfadarte.
—Así es.
Agrego, aunque se forma una pequeñita sonrisa en su boca, se empeña a fulminarme con la mirada.
Conseguimos ponernos de acuerdo para vernos en la entrada principal del edificio de los dormitorios, los viernes y sábados por la noche los dormitorios extendían sus horarios hasta las dos de la mañana, nos alistamos temprano para salir alrededor de las diez, afortunadamente, salimos en dos autos y uno de ellos es mío, no me importa que alguien más conduzca, pero cuando se trata de ir a bares, prefiero ir en mi propio auto en caso de que termine aburriéndome en vez de divirtiéndome.
Para cuando llegamos al bar, solo es cuestión de minutos para que me ambiente con mis amigos, como sé que voy a tener que conducir, decido beber solo una cerveza y disfrutar más de la pista de baile con mis amigas.
—Ey, ese chico es lindo y está mirando para acá —inquiere Ella, muy cerca de mi oído para que la escuche por encima de la música, intento posar mi mirada en dirección a donde ella está volteando, y me percato de un chico con cabello oscuro con una sonrisa un poco torcida en su rostro está volteando en nuestra dirección, solo hay tres personas delante que ponen distancia entre el chico atractivo y nosotras.
Veo que su sonrisa se ensancha un poco y le ofrezco mi mejor sonrisa junto con mi amiga, el chico no pierde más el tiempo y se anima a llegar a nosotras, nos invita una bebida a ambas, de cerca, noto que es mucho más atractivo de lo que se ve de lejos y tiene esa vibra coqueta a su alrededor que despierta interés en mí.
Ambas aceptamos su invitación y vamos junto con él a la barra, acepto la cerveza a pesar de que no tengo intenciones de beberla toda, recordando que debo de mantenerme un poco sobria, lo suficiente para llegar sana y salva de vuelta a la residencia.
Como es casi imposible entablar una conversación debido a la música, acepto la invitación del chico a bailar, bailamos un par de canciones, al principio, mantiene cierta distancia entre nosotros, pero cuando sus manos se posan sobre mis caderas y comienza a insinuárseme un poco, intento apartarme de él, no tengo ningún problema con continuar bailando, pero es más que claro que sus intenciones van más allá de solo bailar, consigo zafarme de su minucioso agarre y decirle que tengo que ir al baño. No miento, en verdad voy al baño en busca de mi espacio, sin embargo, no me doy cuenta de que el chico me ha seguido y me paralizo cuando me arrincona entre la pared y su cuerpo, su aliento huele mucho a alcohol, no hay duda de que está ebrio, intento empujarlo, pero pone resistencia y fallo, él hace su esfuerzo por besarme, logro ladear la cabeza y evitar que lo haga, pero termina besando mi cuello, cosa que provoca una sensación de disgusto en mí, coloco mis manos sobre su pecho y trato de empujarlo de nuevo, con mayor fuerza que la primera vez. Es inútil.
—Por favor, déjame...
Murmuro con asco intentando escapar de él, pero es más fuerte que yo y terco que no puedo quitármelo de encima, por más que intento, pasan un par de segundos más para que el chico se aleje de mi lado en un abrir y cerrar de ojos, gracias al chico que se ha acercado a ayudar.
—¿Acaso eres idiota?, ¿no captas que la chica no quiere?, ¡deberías largarte!
Cuestiona al chico en un tono autoritario y audible para los tres, mi anterior acosador alza las manos a modo de defensa y opta por irse de inmediato, no sin darme una última mirada.
—Eso haré, un par de pechos como los de ella seguro no valen la pena, hay mejores.
—¡Vete a la mierda! —exclamo con enfado y esta vez, me acerco a él dispuesta a darle una bofetada, pero capta mis intenciones de inmediato y se va antes de que pueda hacerlo.
Me quedo dándole la espalda al chico que ha venido en mi rescate, estoy furiosa por lo idiota que ha resultado el tipo con el que he bailado, hasta que lo pierdo de vista.
—¿Estás bien?
Pregunta el chico a mis espaldas, haciendo que me voltee a verlo, me paralizo en mi lugar, hay muy poca luz, pero la suficiente para reconocer su rostro, el príncipe.
—Alteza —susurro más para mí misma, una mueca se dibuja en sus labios y aprovecha mi desconcierto para aproximarse. Por la expresión en su rostro y la risita baja que ha soltado, es evidente que él tampoco tenía idea de que era yo a quien estaba rescatando.
—¿Tú, de nuevo? —pregunta manteniendo la sonrisa en su boca, desvío mi mirada de la suya y me paso una mano por mi cabello, nerviosa.
—Hola.
Opto por decir después de unos segundos, es curioso ver al príncipe de nuevo, sobre todo en un lugar como este.
—Lamento la estupidez de ese hombre, ¿realmente estás bien?
Insiste en el tema, acercándose más a mí para poder analizar mi rostro y asegurarse de que no tengo ningún rasguño, me meto el cabello detrás de las orejas al tiempo en que asiento.
—Estoy bien —respondo para asegurarle de que realmente lo estoy, Aiden asiente en acuerdo y se queda allí, parado frente a mí, observándome unos segundos más sin decir nada.
Su mirada no es intensa, mucho menos acosadora, es curiosa, aun así, consigue mantener el rubor en mis mejillas, al final, termino aclarándome la garganta dispuesta a marcharme, pero él lo impide.
—¿Qué haces aquí?
Enarco una ceja en su dirección y me acerco más a él para poder que me escuche.
—He venido a divertirme, como la mayoría, Alteza.
—Por favor, llámame Aiden, Jessica.
La mención de mi nombre me deja sorprendida, a pesar de que dijo que no olvidaría mi nombre, juraba que lo terminaría haciendo en cualquier ocasión, hay un breve silencio entre los dos, ya que no se me ocurre que agregar, la repentina queja de Aiden por encima de mi hombro, hace que me voltee con brusquedad hacia la multitud, no me da tiempo de ver de qué se está quejando porque tira de mi brazo hacia la primera puerta de baño que hay y nos encierra a ambos.
Aquí adentro, el ruido es menor, el príncipe le pone seguro a la puerta de inmediato y escudriña el baño antes de voltear a verme de nuevo.
—¿Sucede algo? —pregunto, alerta, y la mueca en sus labios dice más de lo que él cree.
—Me han estado siguiendo.
Es su respuesta, ni siquiera voltea a verme, se mueve por la habitación y abre la primera llave de uno de los lavamanos para enjuagarse la cara y vuelve a maldecir.
—¿Estás seguro?
—Muy seguro.
Responde volviendo a moverse por la habitación, me percato de su pequeña cojera por culpa de su pie izquierdo.
—Oye...
—Tienes que ayudarme —me interrumpe, la mirada que me da luce desesperada, me tenso un poco, él se anima a explicar—. No puedo salir por esa puerta, me acosarán en segundos, he estado siendo seguido desde que llegué aquí, lo sabía.
Suena un poco molesto por esto, imagino que quizás se trate de un par de paparazzi o cualquier chico o chica que lo haya reconocido y quiera sacarle una foto, eso es muy común.
—¿Cómo? —pregunto, porque no se me ocurre como puedo ayudarle.
Se encoge de hombros y continúa pensando.
—Debe de haber una opción.
Inquiere pensativo, los fuertes golpes a la puerta del baño nos sobresaltan a ambos, como estoy más cerca de la puerta, retrocedo.
—¡Alteza! ¡Sabemos que está allí!
Grita una voz masculina desde afuera, Aiden maldice nuevamente y la irritación cruza por él, vuelve a mirarme.
—¿Se te ocurre algo?
Ahora soy yo quien escudriña la habitación. Salvo las cinco puertas de baño y los cuatro lavamanos y la puerta de salida, me parece que no tenemos opción, suelto un suspiro pesado, los golpes en la puerta se vuelven insistentes y me alejo de ella como si esta se fuera a abrir en cualquier segundo, me percato de la ventana de arriba a las espaldas del príncipe, es lo suficientemente ancha como para que podamos salir por allí, el único inconveniente que encuentro es que es muy alta, aun así, la señalo.
—Podrías salir por allí —le digo, él se voltea a sus espaldas para ver en dónde he señalado y después vuelve a mirarme.
—¿Qué hay de ti?
Pregunta, sí bien, el príncipe es lo suficientemente alto como para saltar y conseguir salir por la ventana, sin embargo, aunque yo no soy muy bajita y tengo una estatura promedio, no creo poder hacerlo, por lo que niego.
—Me quedaré aquí.
Se me ocurre que, si logra salir antes de que los paparazzi entren al baño, no sospecharían que yo esté aquí sola, quizás puedo inventar una buena excusa.
—De ninguna manera, vienes conmigo.
Asegura negando, enarco una ceja en su dirección.
—No puedo salir por esa ventana, es demasiado alta.
Protesto.
—Pues te ayudaré a saltarla.
Asegura y vuelvo a negar.
—Estás loco.
—Jessica, no puedes quedarte aquí, seguramente vieron que entré con alguien, van a acosarte.
Me pienso por unos segundos la situación, por mucho que me gustaría contradecirlo, tiene razón.
Minutos más tarde, el príncipe logra abrir la ventana, y me hace una seña para que me acerque a él, sus manos se juntan y se agacha un poco para que ponga un pie sobre sus manos, me apoyo de su hombro para no caer cuando me intenta levantar, es el pésimo momento para pensar que estoy demasiado cerca de él y que su loción huele muy bien, además de que su piel está muy bien cuidada, su cabello ondulado luce perfecto como para pasarle las manos entre este y despeinarlo.
—¿Lista? —murmura, en un tono bajo que me hace mirarle a los ojos.
Vamos, Jessica, no te distraigas con sus lindos ojos me digo a mí misma, para no perderme en el hermoso azul de sus ojos. Doy un asentimiento y él me eleva lo suficiente para que me agarre de la ventana, me sujeto con fuerza, mientras él me empuja, cuando mi cuerpo está a la mitad de la ventana, ya no me ayuda y me esfuerzo más para conseguir salir por mi cuenta.
Es una fortuna que el edificio solo sea de un piso porque de lo contrario, estaría consiguiendo una buena fractura debido a la mala caída que tengo cuando toco el césped. Aiden sale unos minutos después sin tropezar, es más, hace ver que salir por la ventana es demasiado sencillo, mientras que yo continúo sacudiéndome las hierbitas coladas en mí.
—¿Estás bien?
Pregunta con ojos curiosos y asiento.
Cuando se acerca a mí, percibo su cojeo, claramente, saltar por la ventana no ha sido una grandiosa idea si tenemos en cuenta que sigue lesionado.
—¿Qué hay de tu pie? —pregunto, él se encoge de hombros.
—Estoy un poco mejor, solo fue una leve lesión que el doctor Sullivan curó.
Contesta, me quedo en mi lugar, abrazándome a mí misma mientras lo observo sin saber que decir, ¿qué se supone que deba de hacer ahora?
Salimos de nuestro pequeño silencio cuando los murmullos en el baño se hacen audibles, confirmando que han conseguido abrir la puerta, Aiden me da una mirada de pavor y me toma por el codo para obligarme a irme de allí junto con él, una vez que estamos lejos, dejamos de movernos y me suelta.
—¿Tienes un auto? —pregunta con curiosidad, estoy a punto de decirle que sí, que he venido en mi auto, pero no tardo en reconocer la intención de su pregunta y niego.
—No voy a dártelo, seguro tú también tienes uno.
La mueca en sus labios me dice que no me he equivocado. Posa sus manos en sus caderas y me da una mirada seria, para nada intimidante.
—Tengo mi auto, pero no puedo irme en él.
—Y yo no puedo darte el mío.
Si se lo daba, no habría manera de que yo me regresara a la residencia, tampoco me apetece regresar adentro a buscar a mis amigos y darles una explicación de por qué debería de irme con ellos en su auto cuando saben que yo he traído uno.
—Velo como un pequeño favor.
Insiste, enarco una ceja al tiempo en que me cruzo de brazos.
—Dime, ¿se te está haciendo costumbre que te salve?
Le pregunto refiriéndome al incidente en el hospital y el hecho de que lo he ayudado a escapar. Aiden me ofrece una sonrisa.
—Podría considerarte mi hada madrina —ofrece, su comentario ha sido tan espontáneo que me saca una muy diminuta sonrisa que quito de inmediato.
—Sigo creyendo que es una pésima idea.
—Entonces, llévame tú.
Sugiere.
—Vives en un palacio.
Estas palabras han salido espontáneamente de mí, queriéndome referir a que, si acepto llevarlo, tendré que conducir hasta el palacio de Buckingham y eso es muy inesperado.
—Iré a donde tú vayas —insiste—. Por favor, no puedo irme en mi auto y mucho menos puedo dejar que me lleves al palacio, es muy arriesgado, solo deja que me vaya contigo y llamaré a alguien a que vaya a buscarme.
Dejo que un pequeño silencio se forme entre nosotros mientras pienso, hay cierta desesperación en su mirada y no me considero una mala persona como para dejarlo allí a que se las arregle por su cuenta, una parte de mí quiere ayudarlo, pues se siente parte de lo que está sucediendo en estos momentos.
Como mi padre diría, un hombre no deja a un hombre herido cuando es testigo.
Esas palabras están bien grabadas en mi cabeza, quizás se deba a que el hombre ha servido al ejército por mucho tiempo y nos ha enseñado a que no debemos de abandonar a los demás ante cualquier situación.
—Bien, vamos a mi auto.
-------------------
Hola, hola crayola ✌🏻 por si no se enteraron de que vendría con un capitulo nuevo hoy domingo, pues ¡sorpresa! Esto lo dije en instagram anoche después de dejarles un pequeñito spoiler 🙈
Quiero agradecerles por las 4k lecturas, y por sus comentarios en el primer capítulo, espero disfruten el capítulo, no prometo nada, al menos los días oficiales para actualizaciones son los miércoles pero intentaré publicar los miércoles y domingos mientras pueda, al menos si no vengo un domingo con actualizaciones saben que el miércoles es seguro, muchas gracias por leer la novela y comentar💕
Pregunta: ¿se esperaban un encuentro nuevo entre ellos?
Nos leemos💕
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top