Capítulo 18
Jessica
Me tumbo sobre la cama y reviso las fotos guardadas en mi celular, hoy ha sido un día encantador y me la he pasado bien al lado de Aiden, mientras contemplo nuestras fotografías, tengo dibujada una gran sonrisa, solo es cuestión de tiempo para que yo me quede dormida media hora más tarde.
A la mañana, voy al hospital donde me paso parte de la mañana y la tarde ayudando al doctor Sullivan con un par de pacientes tercos, y al finalizar mi jornada, las chicas y yo nos reunimos en un pequeño restaurante para la comida.
—¿Nos dirás por qué ayer no estuviste en clases?
Pregunta Ella con curiosidad, Ana se reincorpora lugar para prestar mejor atención a nuestra conversación. Por una razón, mi cuerpo se tensa, pero una sonrisa se dibuja en mi boca mientras los recuerdos del día anterior vienen a mí.
—Ah, ya sé por quién se debe esa sonrisa —acusa Ana con una sonrisa que me hace reír—. ¿Qué tal el día con Aiden?
—¿Por qué asumes que estuve con él? ¿Qué tal si fui a visitar a mi familia?
—Solos los visitas en vacaciones —agrega Ella, poniéndose al lado de mi amiga—. ¿Y bien?
Ambas chicas me miran con entusiasmo y solo es cuestión de segundos para que les cuente lo grandioso que la pasamos, mientras los minutos pasan entre nuestras conversaciones, perdemos la noción del tiempo y la hora y como es de costumbre, estamos en un local cerca de la universidad, por lo que Ana nos señala hacia la entrada, donde Aiden, Castriel y otros amigos suyos están entrando.
Quiero alejar mi mirada antes de que él pueda verme que estoy observándolo, pero es imposible porque saluda en mi dirección y no le toma nada caminar hasta donde estoy.
—Hola, chicas.
Nos saluda a las tres, Castriel se le une segundos más tarde y nos saluda con un asentimiento de cabeza a todas mientras abraza por los hombros a Aiden.
—Chicas, ¿Qué tal? ¿Acaban de llegar?
Nos pregunta sonriente como siempre, las tres negamos en unisón.
—Llegamos hace una media hora —responde Ana, quien se sonroja ante la presencia de Castriel cosa que encuentro adorable en mi amiga.
—¿Les importaría si nos sentamos con ustedes?
Sugiere Aiden, las chicas y yo compartimos una mirada, minutos más tarde, los amigos de Aiden ordenan y nos enfrascamos en una plática sobre la universidad, Aiden se sienta a mi lado y cuando por fin nuestros amigos parecen estar sumergidos en su propia platica sobre nuestros profesores, los dos nos animamos a tener una conversación diferente a la de los demás.
—No esperaba verte aquí, pensaba pasar por tu dormitorio más tarde.
Me deja saber, enarco una ceja en su dirección un poco sorprendida.
—¿Ah sí?
Asiente.
—Pensé que sería bueno pasar la tarde juntos, pero esto no está tan mal —dice refiriéndose al momento y yo asiento, a pesar de que no estamos a solas, el ambiente a nuestro alrededor con nuestros amigos se siente agradable—. ¿Qué tal estuvo tu día hoy?
—Bien, ya sabes, prácticas en el hospital con el doctor Sullivan, nada fuera de lo normal. —Me encojo de hombros—. ¿Qué hay de ti?
—Tuve una reunión antes de asistir a clases, fuera de eso, mi día ha sido normal.
—Las reuniones son tan típicas de ti.
Me atrevo a decir y él ríe por lo bajo.
—Supongo que lo son, no puedo librarme de ellas por mucho que quisiera, no es posible —me explica—. Tendré que vivir con ellas para el resto de mi vida así que no puedo protestar mucho de ellas.
—Claro, como rey estarás envuelto en ellas todo el tiempo.
—Sí, aunque creo que podría saltarme una que otra con alguna buena excusa como monarca.
—¿Una buena excusa? ¿Qué clase de excusas puede inventarse un rey?
Enarco una ceja, Aiden se inclina un poco más hacia mí para tener más privacidad al hablar.
—Te sorprendería saber que son muchas. Podría decir que el puente de Buckingham está derrumbándose.
Río.
—Por qué siento que ya has usado esa excusa antes.
—Quizá. —Se encoge de hombros—. Son excusas excelentes cuando estas en una mala cita.
Ambos reímos.
Castriel llama la atención de Aiden incluyéndolo en la conversación que todos están envueltos, dando por terminada nuestra pequeña conversación, tan pronto como Aiden se une a ella también lo hago, nos pasamos alrededor de una hora conversando y riendo entre todos que el tiempo de nuevo pasa volando, al final, Aiden se ofrece a llevarme a la residencia y Ana y Ella no protestan ante ello y se van minutos después de que salimos del local.
Mientras caminamos hacia el estacionamiento, donde Aiden ha estacionado su auto, dejamos que el silencio nos envuelva a los dos, Aiden abre la puerta para mí y una vez que estamos dentro, comienza a conducir hacia las afueras de la ciudad.
—¿Tienes un lugar en mente? —pregunto curiosa y él me da una sonrisa ladeada.
—Quiero mostrarte un lugar, al menos es un lugar en el que he estado trabajando hace un tiempo.
Asiento en acuerdo y me acomodo en mi lugar, suponiendo que será un viaje un tanto largo, observo por la ventana todo este tiempo mientras va conduciendo, nos toma más de media hora llegar a nuestro destino, Aiden estaciona su auto frente a una casa que me parece abandonada, la estructura es fea y vieja, pero se nota que podría estar en proceso de remodelación.
—¿Qué hacemos aquí?
Pregunto con el ceño fruncido una vez que nos bajamos, Aiden observa a ambos lados de la vereda para asegurarse de que no hay nadie a esta hora viéndonos, son alrededor de las seis de la tarde. De los bolsillos de su pantalón, saca una llave y abre la puerta principal, con un gesto de cabeza me hace una seña para que entre junto con él, una vez que estamos los dos adentro, Aiden cierra la puerta y escucho el ligero clic que hace cuando le pones llave.
Las luces están apagadas por lo que no puedo ver muy bien y me pone un poco nerviosa, Aiden enciende el interruptor, la luz es amarillenta dándole un toque tipo película de suspenso, siento su cuerpo aproximarse al mío y me volteo para verlo, tiene una postura relajada y lleva las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.
—Solía ser un refugio para mujeres —explica observando el lugar—. Sé que está en un mal estado, pero antes de ser demolido por dentro solía ser un refugio para mujeres que sufrían de violencia.
Hay un montón de escombro en el suelo, las paredes están comidas y la pintura cayéndose, en una esquina de la habitación hay un sofá viejo y roto, entre otros muebles con el mismo aspecto. Aiden se aleja de mí y da un paso al frente mientras contempla el lugar, tengo el ceño fruncido porque no tengo idea de qué hacemos aquí, cuando él se voltea a verme tiene una pequeña mueca en la boca.
—Mis padres solían venir a lugares como este para apoyar a mujeres que sufren de violencia, mi madre alguna vez tuvo una persona en su vida que solía abusar de ella físicamente por lo que para ellos era muy importante ayudar a más mujeres —se anima a contar, mi semblante cambia a asombro, no esperando conocer esta parte nueva de él y su familia, mientras Aiden camina, me animo a seguirle los pasos lentamente hasta que nos detenemos y él vuelve a hablar—. En una de mis salidas nocturnas conocí a una mujer, ella tenía la edad de mi madre, un hombre estaba forcejando con ella y me acerqué a ayudarla, conseguí que el hombre la dejará en paz y se fuera, después de ayudarla, no podía dejarla sola en la calle por lo que le pedí que me dijera en donde podía dejarla, incluso le ofrecí pagarle un hotel por un par de noches en caso de que ella no tuviera un hogar o viviera con aquel hombre que estaba molestándola, me pidió que la trajera aquí, dijo que vivía en este lugar junto con otras mujeres, cuando le pregunte que si era una especie de apartamento, me contó que era una especie de refugio para mujeres que sufrían de violencia, esa noche conocí a seis de ellas, Mónica la fundadora, Cecilia, Debra, Glenda, Rose y Sharon, la mujer que ayude.
Mientras cuenta la historia, nos comenzamos a mover por todo el lugar entre los escombros, me mantengo en silencio, admirada y sorprendida casa vez más.
—Soy curioso por lo que les pedí a cada una que me contarán su historia, al principio, estaban sorprendidas de que yo estuviera aquí y que haya ayudado a Sharon, pero lo cierto es que yo estaba más sorprendido que ellas. —Pasamos a una segunda habitación que es la cocina, hay una estufa muy vieja, sillas y una mesa rota—. El lugar no lucía tan feo como ahora, pero aun así no era la mejor condición para ellas, les pedí que me enseñaran las habitaciones, la verdad es que todo el lugar estaba mal acondicionado, pero según lo que me contaron, les proporcionaba cierta seguridad estar aquí todas juntas, el esposo de Glenda era un hombre abusivo y una vez vino hasta acá a buscarla, entre ella, Sharon, Debra y Mónica se las arreglaron para correrlo sin que les hiciera daño, entre ellas se protegían así que este lugar era más que suficiente aunque no negaron sentir miedo de vez en cuando por aquellos que venían a molestarlas.
—¿Solías ayudarlas?
Me atrevo a preguntar, Aiden asiente.
—Te juro que cuando regresé a casa, no dormí nada, estaba preocupado por ellas e incluso vine a la mañana siguiente con el desayuno para todas, fue allí cuando me di cuenta de que ninguna de ellas tenía suficiente dinero para mantenerse, la única que trabajaba era Mónica y Sharon, no es que las demás no quisieran es solo que tenían miedo de que les pasara algo cada que salieran a la calle, pasé un par de semanas aquí con ellas conversando e incluso les conté sobre mi madre, ¿sabes? Pudieron divulgar que yo venía a este lugar y hubiesen conseguido mucho dinero con una noticia como esa, pero prefirieron mantenerse calladas y aceptaron mi ayuda.
—¿Qué pasó con ellas? ¿Dónde están ahora?
Es obvio que no hay nadie habitando este lugar, Aiden sonríe.
—Les conseguí un mejor lugar donde vivir. —Percibo orgullo en sus palabras—. En realidad, están en Birmingham por seguridad. Al principio, lo que hice fue buscar un buen departamento por aquí cerca y ofrecí una pensión mensual a cada una de ellas, pero no fue sencillo, uno de los hombres que abusaba de una de ellas, consiguió seguirlas y ocasionó un alboroto por lo que me encargué de que se fueran de la ciudad e iniciaran una nueva vida, habían pasado por mucho y era le mejor que yo podía hacer.
Mientras cuenta cada vez más los hechos, cada vez me siento más anonadada de él, es impresionante y admirable.
—Estoy sorprendida —murmuro en casi un susurro, le doy una mirada al lugar y luego a él—. Tienes un gran corazón, ¿lo sabes?
Digo mientras me acerco más a él y acorto la distancia entre nosotros, estoy lo suficientemente cerca de él para colocar una mano en su mejilla y acariciarla, el cuerpo de Aiden se estremece ante mi pequeño contacto, pero no se aleja, sin pensarlo, me pongo de puntitas y beso sus labios.
—Tu madre está más orgullosa de ti de lo que tú crees, es impresionante todo lo que has hecho por ellas.
Aiden niega.
—Aún sigo ayudándolas —dice metiendo unos mechones de cabellos sueltos detrás de mi oreja—. Mi meta es remodelar este lugar, he contratado a una empresa para demoler el lugar y remodelarlo de nuevo, al principio les costó dejar este lugar, hay historia aquí, la historia de ellas seis —expresa, puedo ver en su mirada que las estima realmente y este lugar también tiene un valor sentimental para él, una diminuta sonrisa se dibuja en mí, de pronto me siento orgullosa de conocerlo y saber todo esto.
—No me cabe duda de que ellas están más que agradecidas contigo, es impresionante, Aiden.
—Gracias —murmura apartándose un poco de mí para volver a mirar el lugar—. Mi familia suele apoyar a todas estas causas, pero lo he mantenido en secreto desde ya hace dos años, siento que es más como un proyecto personal y aunque mi abuela hubiese respetado mi decisión de no hacer esto público, prefiero hacerlo por mi cuenta sin involucrar a nadie, además, al principio era por la seguridad de esas mujeres.
—Tiene sentido —suelto luego de unos segundos—. Aun así, haces demasiado por ellas y seguro que toda tu familia en general está orgullosa de ti, ¿planeas que ellas regresen aquí?
Pregunto mientras me muevo por el lugar, Aiden niega.
—Eso no pasará, en realidad, planeo restaurar todo, hacer más dormitorios y crear este centro de apoyo contra la violencia de la mujer. Quizá llevará el nombre de Sharon y Mónica, al final de cuentas, son ellas a quienes han creado todo esto, ¿sabes? En Birmingham tienen un centro de apoyo, Glenda me pidió ayuda tiempo después porque quería estudiar contabilidad en la universidad, ya que no pudo hacerlo años atrás, pagué sus estudios y se graduó mucho antes de lo esperado, también las demás buscaron estudiar una carrera técnica y así poder ayudarse por su cuenta, por lo que sé, continúan unidas, pero han podido independizarse y se reúnen junto con otras mujeres para dar platicas contra la violencia, de vez en cuando suelo asistir a ellas, pero por lo general nos reunimos ellas seis y yo, nos gusta mantenerlo en privado.
Ríe por lo bajo y no puedo evitar volver a sonreír de orgullo.
—Estoy sin palabras, lo juro, esto es perfecto —cuento, negando—. Les has ayudado a reinventarse y aún mantienes contacto con ellas, eres maravilloso.
—Gracias. —Veo que hay un pequeño rubor en sus mejillas—. Quizá cuando este lugar este remodelado ellas vengan para verlo, sé que les encantará, compré el edificio, pero en realidad para mí ellas siguen siendo las propietarias y yo solo soy el inversor.
—Bueno, eres parte de esto tanto como ellas.
—Creo que lo soy —admite con una mueca en la boca en un intento de sonrisa—. No solo esto es por mí, sino por mamá y cada una de las mujeres que he conocido, ninguna merece sufrir violencia.
—Tienes razón.
Hay un breve silencio entre los dos mientras observamos el lugar, quizá no es lo que esperaba, imaginé que iríamos a otra clase de lugar, algo más casual, sin embargo, estoy contenta de haber venido hasta acá, pues estoy segura de que esta es una parte que Aiden comparte pocas veces con las personas a su alrededor y estoy más que feliz de saber que quizá soy importante para él como para compartirme esto.
—Ven, deberíamos irnos, tengo otro lugar que creo que podría gustarte, prometo que este es lindo.
Dice y una sonrisa se dibuja en mí, creo que, llegados a este punto, podría seguir a Aiden a donde sea si eso me mostrará una parte nueva y única de él.
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¡Hola a todos! ¿Cómo han estado? Se que ha pasado tiempo desde mi última actualización pero las clases de la universidad me han tenido ocupada, hoy me desperte más temprano y me he puesto a escribir, no había tenido oportunidad de escribir :c
Se siente bien venir a actualizar, este capitulo me ha gustado porque es bastante personal en la vida de Aiden así que espero a ustedes tambien les haya gustado y perdonenme la demora, estamos a nada de llegar a los 30k de lecturas y cuando lleguemos, haré maraton, hoy tengo una fiesta así que me tome el tiempo anoche de hacer todas mis tareas de hoy para ponerme a escribir y subir capitulo nuevo<3 gracias por ser pacientes y esperarme a quien sea que aun continue leyendome, siento que ha pasado como un mes o un año, ya saben soy dramatica jajaja
Dejenme saber sus opiniones del capítulo! ¿Qué tal les parecio? sin duda todos estos principes tienen un corazón maravilloso<3
Aqui les dejo mi instagram para que se enteren de spoilers, me encuentran como "andreabonnelll" (:
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