Capítulo 11

Jessica

Nos detenemos frente el local de la pastelería Reynolds, la cual está casi a punto de cerrar, lo confirmamos cuando entramos y vemos a un par de empleados barriendo el local, aun así, la mujer detrás del mostrador nos sonríe a ambos.

—Alteza, qué sorpresa.

Inquiere, demostrando su asombro, los empleados nos dan una mirada a los dos, pero continúan haciendo su trabajo, ambos nos acercamos al mostrador, nuestras manos aún entrelazadas.

—Hola, Gloria, ¿tienes algún pastel disponible? —pregunta Aiden, con amabilidad hacia la mujer, quien está haciendo el inventario del día de hoy.

—Por suerte para ustedes, tenemos un pastel de red velvet listo, nos los encargaron hoy y cancelaron el pedido, ¿les gustaría llevarlo? —nos pregunta, Aiden suelta mi mano para sacarse la billetera, mientras asiente.

—Por favor, ¿y tienes velas de cumpleaños disponibles? —pregunta, la mujer asiente, se va y regresa segundos después con un paquete pequeño de cinco velas de colores, Aiden le paga por el pastel y las velas, nos despedimos de ella y salimos del local, ya que no podemos quedarnos.

Tengo que confesar que estoy sorprendida de que haya comprado velas de cumpleaños, para el pastel, el cual ni es muy grande, es chico pero suficiente para compartirlo los dos.

—No tenías que hacerlo, gracias.

Le digo mientras los dos caminamos por la vereda.

—Descuida, quería hacerlo, ¿te parece si vamos a tu dormitorio? No se me ocurre otro lugar a donde podamos ir —dice con una diminuta mueca en la boca, asiento, pues tampoco tengo idea de a dónde ir y me agrada regresar a mi dormitorio.

Nos toma un par de minutos llegar, en esta ocasión, es imposible no ser vistos por un par de estudiantes, quienes nos miran curiosos y murmuran un poco sobre ambos, intento hacer caso omiso a esas miradas, pero es imposible. Aiden lo nota.

—Ten por seguro que hablarán, siempre lo hacen, más está en uno mismo creer en esos rumores o no.

Dice, mientras caminamos por los pasillos de los dormitorios hasta llegar al mío, cuando nos detenemos frente a mi puerta, me apresuro a abrir para entrar, Aiden entra después de mí.

—No me gustaría ocasionarte problemas —digo, lo último que deseo es evitar tener un lío, Aiden se encoge de hombros.

—Dudo que lo hagas, además, estudio aquí, es imposible no conversar con cualquier otro estudiante, incluso hacer amistades. —No sé cómo tomarme su comentario porque claramente no quiero ser cualquiera.
Le hago una seña para que me siga a la cocina mientras intento no tomarme muy a pecho su comentario, Aiden coloca el pastel en la mesa, mientras que saco los platos, es una suerte que compré refrescos días atrás, saco dos refrescos del refrigerador y le entrego uno, después busco el cuchillo para partir el pastel mientras Aiden coloca las velitas en él.

—¿Tienes un encendedor o fósforos? —pregunta, busco en uno de los cajones el encendedor que guardo para este tipo de situaciones y se lo entrego, Aiden enciende las velitas y me sonríe por encima de ellas, se ve tan tierno encendiéndolas.

—Esto me recuerda a mi cumpleaños.

Digo, una risita baja sale de él.

—Podríamos simular que lo es.

Bromea y río.

—Aún falta tiempo, como sea, me gusta este detalle.

Confieso, que haya querido celebrar conmigo la noticia del doctor Sullivan mantiene mi buen humor.

Aiden se recarga en la mesa y me observa con sus intensos ojos azules.

—Pide un deseo, Jess.

Me muerdo el labio inferior, no se me ocurre que deseo puedo pedir, estoy tan anonadada por la situación que ni siquiera estoy pensando con exactitud, no se me viene nada a la mente más que él y lo dulce que es. Sin embargo, no quiero dejar que el momento pase, cierro mis ojos y pienso muy bien en mi deseo antes de soplar las velitas, cuando estas se apagan y abro mis ojos, una enorme sonrisa se dibuja en mí, no me importa que vea mi dentadura.

—No preguntaré que has deseado, solo espero que se te cumpla.

—Gracias.

Digo, sosteniéndole la mirada, nos quedamos mirándonos fijamente por un largo tiempo, cualquier gesto de vergüenza a desaparecido de mí y no puedo mirarlo de la forma que lo he hecho anteriormente, no después de este gesto, que consigue avivar mis emociones. Queriendo salir del pequeño juego de miradas, me aclaro la garganta y tomo el cuchillo, dispuesta a partir el pastel, Aiden me observa hacerlo y acepta el gran trozo que le doy, una vez que los dos tenemos el pastel, lo degustamos al mismo tiempo.

—Vaya, sabe muy bien.

Digo, sorprendida por el gran sabor que tiene.

—Definitivamente —agrega Aiden—. Gloria hace los mejores pasteles de por aquí.

Asiento.

—No me queda duda.

Hay un pequeño breve silencio entre los dos mientras comemos el pastel, sin embargo, no es incómodo.

—Realmente aprecio el gesto.

Espero no abrumarlo, volviendo a agradecerle, pero no puedo evitar hacerlo, Aiden sonríe.

—Es lo mejor que puedo hacer para celebrar, es una suerte que tengas una grandiosa oportunidad como esa.

—Lo es, ¿qué hay de ti? ¿Sabes que harás cuando termines la universidad?

Cuando la pregunta termina de formularse, me siento algo tonta, teniendo en cuenta de que resulta un poco obvio que sucederá con él. Gobernará el país, aun así, no puedo evitar hacer preguntas casuales.

Aiden se limpia las manos con las servilletas que hay en la mesa.

—No tengo muchas opciones —dice, con una diminuta mueca, su mirada busca la mía—. Quizá ejerza un poco mi carrera, sin duda me servirá, pero no es que pueda hacer mucho como otros.

—Claro, vas a convertirte en el rey de Inglaterra —digo en un tono bajo, Aiden asiente, de pronto, me muerdo el labio intentando contener mis palabras—. ¿Has pensado sobre ello antes? ¿Sobre qué se sentirá gobernar?

—Todo el tiempo, es algo que siempre he escuchado de las personas a mi alrededor, Aiden Mountbatten, el futuro rey de Inglaterra. Sin embargo, no es algo de lo que me gusta pensar mucho.

—Seguro es abrumador saber que todas las personas hablan de ti todo el tiempo.

—Lo es, sobre todo que asuman lo que será de tu vida, prácticamente creen que eso les da más derecho de saber quién soy exactamente.

—Dios, sí que se oye complicado.

Me quejo y él ríe.

—A veces suele serlo, pero siempre me digo que no debo de darles el poder de dominarme, ser yo mismo no quiere decir que sea una mala o buena persona, las cosas que asumen de mí no significa que sean verdad.

—Apuesto a que la mayoría no lo son.

—Cierto.

—Aun así, tienes una gran responsabilidad sobre tus hombros.

Gobernar un país, no es cualquier cosa y estoy segura de que Aiden tiene eso bien en claro. Él asiente.

—Lo sé y espero hacer lo posible para poder cumplir con ella como es debido —dice con seriedad y firmeza en sus palabras—. ¿Qué hay contigo? ¿Tienes más planes a futuro? ¿Quizás después de la universidad y trabajar?

Me encojo de hombros.

—¿Qué puedo decirte? Me temo que después de estudiar, pasas el resto de tu vida en un trabajo y te pierdes de muchas cosas por más que no quieras hacerlo, los trabajos pueden ser consumidores.

—Tienes razón, aunque me rehúso a creer que solo pienses en que lo único que harás después de la universidad es trabajar, debes tener más metas.

—Las tengo —admito cabizbaja—. Pero son bastante predecibles, ya sabes, trabajar, encontrar pareja, formar una familia.

Siento curiosidad por si él tiene esos planes a futuro, me temo que cuando entras a la universidad y estas entre los veinte, muchos de tus planes dejan de ser solo fiestas y diversión, si, te das tiempo para ello, pero también comienzas a pensar más en tu futuro, en establecerte.

—También me gustaría tener una familia algún día.

He escuchado que, en muchas familias reales, los matrimonios tienden a ser arreglados, sin embargo, el rey Archer y la reina Sofía marcaron una diferencia en la familia real de Inglaterra, ya que la reina Sofía no venía de una familia de la realeza, y me pregunto si Aiden tendrá oportunidad de comprometerse de alguien que no pertenece a su mundo o su vida ya está arreglada.

Como sea, responde mi pregunta, aunque no la haga en voz alta.

—La mayoría de los matrimonios en la realeza son arreglados, pero me gustaría que el mío no lo fuera, como verás, es una obligación que el rey o la reina contraiga matrimonio, pues tiene que asegurar a un heredero al trono, yo quisiera tener la misma oportunidad que mi padre tuvo al enamorarse de mi madre, a pesar de que su historia no fue sencilla, su amor lo fue y eso me basta para querer encontrar al mío.

Sonrío ante sus palabras, es un dulce e íntimo pensamiento. Que lo comparta conmigo, es especial.

—Espero que lo encuentres algún día, todos merecemos ser felices de alguna forma u otra.

—Yo también lo espero, también espero que lo encuentres.

La sonrisa que me ofrece es sincera y lo suficiente para hacerme reír.

—Dios, ¿en qué momento se volvió esta conversación tan seria?

Me quejo y él ríe.

—En mi defensa, tú la has iniciado.

—Y tú has respondido a mis preguntas sin gestionar, no me culpes.

Levanto las manos a modo de defensa, su risa me hace unirme a él.

—Bien, cambiemos de tema si te parece.

Asiento en acuerdo.

—Me parece bien, más no se me ocurre un mejor tema.

—Ni a mí.

—Vaya, tenemos algo en común.

Bromeo.

—¿Qué harás mañana?

Pregunta luego de un tiempo.

—Depende, ¿planeas invitarme a salir?

Pregunto, enarcando las cejas juguetonamente.

—No lo sé, ¿estás disponible?

Finjo pensármela por un tiempo.

—Resulta que mañana hay esta pequeña fiesta en la universidad a la que me gustaría asistir y claramente, estoy pensando en ir, más no sé si debería de ir sola.

Matt nos había contado en el hospital cuando nos reunimos en el almuerzo sobre la fiesta que habrá mañana por la noche en la universidad, organizada por los chicos de Diseño gráfico, todos los estudiantes tienen oportunidad de asistir, no importa de qué carrera seas.

—Mira qué suerte, también asistiré, ¿te gustaría acompañarme? Paso por ti media hora antes —sugiere.

Termino asintiendo, mi corazón se emociona ante la idea de tener que verlo mañana.

Aiden checa la hora en su celular.

—Debería de irme, es un poco tarde y aún tengo un par de pendientes en el palacio, ha sido agradable compartir la tarde contigo.

—Pienso lo mismo, gracias por celebrar conmigo.

Ambos nos levantamos de nuestros asientos, Aiden retira los platos y los deja en la lava trastes, después, nos encaminamos a la puerta, donde nos despedimos.

—Entonces, te veré mañana, Jess.

—Nos vemos mañana.

Respondo.

Aiden se va y cuando me quedo sola en mi habitación, sonrío como una boba a nadie en particular, no puedo describir con exactitud las emociones que experimento, sin duda el gesto que Aiden ha tenido ha sido suficiente para que me sienta más atraída a él.

***

Considero que mi sentido de la moda no es tan malo, pero me gusta tener una segunda opinión cuando se trata de vestirse bien para ir a una fiesta o una ocasión especial y quiero causar una buena impresión con Aiden, más bien, gustarle, por lo que cuando me reúno con mis amigas a la hora del almuerzo en el hospital, les cuento que Aiden irá conmigo a la fiesta de esta noche, las chicas hacen sus esfuerzos por no hacer un escándalo en la cafetería del hospital y acceden a venir a arreglarse a mi dormitorio, ya que ellas también asistirán.

Ambas se presentan dos horas antes en mi dormitorio para arreglarnos.

—¿Qué dicen de este atuendo? Es algo llamativo, pero creo que darás una buena impresión.

Dice Ella señalando el vestido que trae en mano, se trata de un vestido corto de lentejuelas, bastante llamativo, Ana y yo negamos al mismo tiempo.

—Ella, la fiesta no es la gran cosa, la mayoría irá en jeans y cualquier blusa, nada ostentoso y llamativo.

—Tienes razón, pero si Jess quiere causar una buena impresión al príncipe, debe de llamar su atención con un atuendo sexy y comprometedor.

Sentencia señalando el vestido, aunque la idea puede ser buena, niego, si voy vestida con lo que ella trae en mano, llamaré la atención de la mayoría en la fiesta por no ir casual.

Ana niega en desaprobación.

—En mi opinión, el atuendo aquí es lo de menos, Jess es preciosa solo hay que arreglarle el cabello y el maquillaje, no hace falta ir llamando la atención de todos.

—Pero si la del príncipe.

Recalca Ella, suelto un pequeño suspiro.

—¿Creen que estoy exagerando un poco?

Pregunto y ambas voltean a verme.

—¿Qué? ¿Por qué dices eso?

Pregunta Ella con el ceño fruncido, Ana, quien está sentada sobre mi cama a mi lado, se acomoda mejor para verme y me encojo de hombros.

—No lo sé chicas, quiero gustarle, y bueno, no creo que pueda tener peores impresiones de las que he tenido con él desde que nos conocimos, digamos que...

—Te gusta y tienes miedo de que él no guste de ti.

Interrumpe Ana, muy segura de sus palabras, por mucho que intento resistirme a asentir, me rindo y suelto un bufido.

—Sí, es que es tan lindo, y tiene una sonrisa tierna y no me trata como los otros chicos que he conocido, él es diferente y no lo digo porque sea el príncipe de nuestro país.

Confieso con bastante sinceridad, Ella deja el vestido de vuelta en el closet y se sienta en el borde de la cama.

—Jess, eres muy guapa físicamente y tienes un corazón bondadoso, si el príncipe es demasiado idiota para no verlo, no vale la pena, mereces alguien que te acepte tal y como eres, no necesitas impresionarlo todo el tiempo para gustarle, si realmente está interesado de ti, lo demostrará y si no, es una lástima.

Dice en mi dirección, sus cálidos ojos marrones me miran con cariño y sé que dice la verdad. Ana asiente ante las palabras de nuestra amiga.

—Es cierto Jess, aunque... —dice dándonos una mirada a ambas—. Creo que hay una forma de averiguar si Aiden está interesado en ti o no, siempre funciona.

—¿Cuál?

Pregunto con el ceño fruncido, la mirada juguetona de Ana me inquieta.

—Besarlo.

—¿Lo dices en serio? Eso es una locura.

Me quejo, ante la idea de mi amiga, quien está más entusiasmada que nunca.

—Vamos Jess, es una buena forma, ha estado aquí en tu departamento un par de veces y los dos han salido, si quieres saber si realmente le gustas o no, besarlo siempre es una opción, a mí me ha funcionado.

Explica, la idea en su cabeza suena fabulosa y aunque presiento que tiene un poco de razón, no creo tener el valor suficiente como para hacerlo porque por lo menos, si el príncipe no gusta de mí, aceptaría tener su amistad y besarlo pondría las cosas incómodas entre los dos.

—Ana tiene razón —dice Ella, luego de un tiempo—. No sabremos si está interesado en ti, si no lo besas, es una grandiosa idea.

—¿Y qué si descubro que no le gusto? Las probabilidades son altas.

—No, no lo son, le gustarás, estoy segura de eso.

Insiste Ana, Ella asiente en acuerdo.

—Bien, entonces solo te peinaremos y volveremos a hacer tu maquillaje y terminaremos de convencerte para que lo beses.

—Así es, esta noche besas al príncipe si o si, o perseguiré a niños chillones por todo el hospital cada que deba inyectarlos.

Sentencia Ana, haciéndonos reír a las tres.



-----------------------

¡Hola a todos! ¿Cómo están? Tengo que decir que cuando Aiden habla sobre ser coronado como rey, entra el sentimiento :c y bueno, siento que es super lindo, estoy disfrutando mucho escribiendo esta novela y más las partes en las que el narra, porque así tenemos oportunidad de conocer más sobre la familia real<3.

Quiero darles las gracias por las 15k lecturas, me emocione al ver que llegamos a tantas, me hace feliz leer sus comentarios y que esten disfrutando de la trama, gracias por todo su apoyo, no tienen idea de cuanto significa para mi y jamás me cansaré de agradecerles<3.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top