Todo requiere un sacrificio

—¡Es deplorable! —espetó Finnela.

Yo y mis tres amigas estábamos en el despacho de Finnela, ella nos estaba regañando. Las profesoras Badcock y Úrsula están presentes también, aunque hasta ahora no han dicho nada.

—No puedo creer que hayan entrado a hurtadillas a la cocina y se robaran un pastel —siguió con su regaño— ¡Y para colmo, se lo comieron todo durante la noche! ¡¿No les da vergüenza hacerse llamar estudiantes de Luna Nova?!

—Vergüenza es robar —dije encogiéndome de hombros.

—Mikey —me dijo Sucy— robar es literalmente lo que hicimos.

¿Por qué siempre tengo que decir cosas tan estúpidas en momentos así?

—¡Ah! Bueno... —Hice una pausa— esto es diferente, ¿okey?

—¡Eso no era un pastel! —dijo Akko repentinamente.

Finnela la volvió a ver con confusión.

—¿Qué dices? —le preguntó a Akko.

—¡Qué eso no era un pastel! —insistió— era una tarta.

Lotte la agarró del brazo para intentar hacerla entrar en razón y que dejara de decir estupideces.

—Akko... —le susurró— ya déjalo.

—¡Son cosas diferentes! —siguió sin hacerle caso a Lotte.

—¿Akko, pero tú eres idiota o es que tu mamá es la protagonista de Lascivia? —le dije, frunciendo el ceño.

—Sí, son cosas diferentes —dijo Badcock. Era la primera cosa que decía desde que habíamos llegado al despacho— ¡Pero la tarta que robaron costaba lo mismo que tres pasteles, no puedo creer como fueron capaces de hacer eso!

¿En serio están llorando tanto por una tarta? Maldita academia, está en banca rota o qué.

—Profesora Badcock, no hablemos de dinero con las alumnas —dijo Úrsula, intentando aligerar la situación.

¿"Alumnas"? Sí, normalmente usaban el plural femenino aunque yo estuviera presente. Ay, me siento como una mujer.

—No se meta en esto, profesora Úrsula —le dijo Badcock tajantemente— ¡No puedo creer como se comieron esa tarta cuando la academia está teniendo problemas económicos y no hay dinero para la comida!

Akko se acercó a encarar a la profesora, con expresión de enojo.

—¡Son tan tacañas con la comida que siempre tenemos hambre! —replicó— ¡En el menú solo hay ensalada de patatas, picadillo de patatas, puré de patatas, patatas fritas!

—No hay que olvidar las patatas hervidas y las patatas al horno —añadí yo con una sonrisa. Era divertido ver como a Akko le valía todo y se ponía a discutir con una profesora.

Lotte me dio un pequeño tirón de la manga de mi camisa para que me callara, cosa que hice.

—¡Con todas esas patatas deberían bastar! —dijo Badcock en respuesta.

—¡Las patatas se digieren muy rápido! —contestó Akko.

Finnela veía a ambas con expresión de desaprobación, era clara su molestia.

—Silencio todas —dijo, haciendo retumbar su voz por todo el despacho— Atsuko Kagari, no solo robaste un pastel, sino que le faltaste el respeto a una maestra. Está decidido, mañana sábado llegará la comida a la academia, ustedes cuatro se encargarán de descargarla toda.

—¿Qué? ¡No! —exclamaron Akko y Lotte al unísono.

Yo y Sucy nos mantuvimos impasibles.

—Además, tendrán que tomar clases adicionales con la profesora Úrsula —siguió— ¿Le queda claro, profesora?

—Ah, sí —respondió Úrsula rápidamente.

—Bueno, ya qué —dije, despreocupado— ya vámonos.

Lotte corrió hacia el escritorio de Finnela, apartando a Akko de un empujón.

¿Qué le pasa a esta loca?

—¡Profesora, espere. No me haga esto, por favor! —dijo en tono desesperado— ¡Le ruego que me dé otro castigo, mañana necesito ir a la ciudad! Haré cualquier cosa, lo que sea. Limpiaré las orejas de los duendes, lavaré el baño de los trolls. —Agarró a Akko por la cabeza y la arrastró hacia el suelo, haciendo que se pusiera de rodillas, y Lotte también se puso de rodillas frente al escritorio de Finnela— Akko está muy arrepentida de haber robado el pastel.

—Tarta —la corrigió Akko, pero Lotte no hizo ningún caso.

—Los cuatro nos comportaremos muchísimo mejor desde ahora en adelante, incluso si quiere le doy un masaje —dijo aún de rodillas— ¡Se lo pido, déjeme ir a mañana a la ciudad, por favor! —suplicó.

Sucy y yo cruzamos miradas, confundidos por la desesperación de Lotte.

—De ninguna manera —se negó Finnela— los cuatro están castigados.

Lotte cayó derrotada al suelo de una forma teatral y exagerada, soltando un extraño chillido de dolor, como si acabaran de golpearla.

—¿Qué carajos? —dije yo, volviendo a ver a mi alrededor con confusión. Akko, Sucy y las profesoras me devolvieron la mirada, confundidas igual que yo— cómo sea. —Suspiré— ahora sí, vámonos.

Después de salir del despacho de Finnela, Lotte estuvo con cara de tener una depresión crónica intensa o algo así. Se mantuvo callada durante todo el resto del día, con la mirada perdida en la nada ¿Es que en serio era tan importante para ella tener el sábado libre?

En el recreo, fuimos a sentarnos en una banca de madera en el patio. Lotte aún estaba igual, parecía casi de piedra.

—¿Qué le sucede a Lotte? —preguntó Akko.

—No lo sé —le contestó Sucy.

Me incliné hacia ella, pero ni se inmutó.

—¿Lotte? —dije— ¿Qué te pasa?

—¡¿QUÉ NO LO SABES?! —dijo repentinamente, volviéndose hacia mí.

Di un pequeño respingo. No esperaba eso.

—¿Por qué crees que pregunto? —contesté— no lo sé.

—¡Mañana será el lanzamiento del nuevo volumen de Night Fall! ¡¿Lo ves?! —Me puso en la cara un papel que sabrá putas de dónde lo sacó.

—¿Night Fall? —dije, agarrando la hoja de papel, viendo que era una hoja publicitaria de un libro.

—Me parece haber escuchado de esa saga antes —dijo Sucy, viendo la hoja que yo tenía en mis manos.

—Yo no sé qué es —dijo Akko.

—¡Night Fall es una saga de novelas que ha sido un exito en todo el mundo! —explicó Lotte— Belle es una profesora de una escuela secundaria que visita una mansión antigua con su prometido, pero ella de alguna manera viaja al pasado y conoce a Edgar, un hermoso joven, ¡pero él es un vampiro y Belle termina involucrada en distintas aventuras a través de la historia!

—Suena como un Crepúsculo de la salada —opiné.

—¡Es una de las novelas románticas más épicas de la historia! —replicó Lotte— hasta la fecha se han publicado 364 volúmenes.

—No sé, yo soy más de fantasía. Ya sabes, Sanderson, Rothfuss... Suave, suave —dije, arqueando una ceja— ¿Cuántos volúmenes tiene esa saga?

—364 —me contestó— ¡Y mañana es el lanzamiento del volúmen conmemorativo número 365!

—¡¿CÓMO MIERDA SON TANTOS?! —exclamé.

—¡Es lo mejor! Así nunca sientes que se acaba esta magnífica historia —me dijo en respuesta— mi personaje favorito es el rival de Edgar, un hombre lobo llamado Artur. Yo creo que él es el mejor y más lindo de todos.

Sí, definitivamente eso suena como a un Crepúsculo de la salada.

—Escuché que la escritora de Night Fall recibió varios comentarios negativos por internet... —mencionó Sucy.

—¡Ah, sí. La escritora! —exclamó Lotte— ella es Annabel Crème, es una bruja que ha estado escribiendo Night Fall por 120 años.

—No me jodas, ¿cómo no ha muerto? —dije, sin creer lo que oía— primero acaba One Piece y sale Las Puertas de Piedra antes que esa saga acabe.

—Hasta ahora nunca había aparecido en público —siguió Lotte, sin ponerme atención— ¡Pero finalmente lo hará mañana en el lanzamiento de su libro!

—Sí, Lotte... suena genial —dijo Akko, sonriendo con confusión debido a la euforia de Lotte.

—¡Venderán todo tipo de artículos relacionados con la saga y algunos irán disfrazados! —De repente, volvió a parecer que tenía depresión y se desplomó en su asiento.

¿Cómo podía cambiar de humor tan rápido?

—Pero no podré ir —dijo con voz lúgubre— este es mi fin, todo se acabó.

—¿Ven como la alegría abandona su cuerpo? —preguntó Sucy— debe estar muy triste.

—Pobrecita... —dijo Akko.

—Yo no me separaría de ella. Tiene pinta de que en cualquier momento hace el Sayori truco —dije.

—Todo esto es culpa de ustedes dos —dijo Sucy— ustedes fueron los de la idea de robar la tarta.

—Lo sé... —dijo Akko, con la palabra "culpabilidad" escrita en su expresión facial.

—No se preocupen —dije haciendo un ademán con la mano para quitarle importancia— yo me encargo, arreglaré esto.

Yo también me siento culpable. Parece que Lotte tenía muchísimas ganas de ir, pero ahora, por culpa mía y de Akko, no podrá, o eso piensa ella, porque yo haré que pueda ir.

El sábado fuimos a la puerta trasera de las cocinas, que daba directamente hacia una carretera de lastre, o sea, que ahora mismo estábamos fuera del campus de la academia.

El camión que traía la comida estaba lleno de sacos de patatas, pero en serio, no había otra cosa. Luna Nova en decadencia.

Fue muy fácil bajar todos los sacos usando hechizos de levitación, no hicimos mayor esfuerzo.

—No puedo creer que solo hayan traído patatas —dijo Akko, viendo hacia el almacén donde pusimos todos los sacos.

Con un movimiento de mi varita, llevé levitando dentro del almacén el último saco que había dentro del camión.

—¿Esa es la última? —preguntó Sucy.

—Sí —le contesté.

A todas las alumnas de la academia les daban una varita y yo no era la excepción, no es como que la ocupara, pero si ando haciendo magia sin varita por ahí, sería muy raro y levantaría sospechas, cosa que no quiero. Por ahora, prefiero mantener eso en secreto.

—Entonces, ya es hora de irnos —dijo Sucy en voz baja.

Nos acercamos al camión y le sonreímos al anciano que estaba en la cabina.

—Gracias por la ayuda —dijo él.

—De nada, señor —le dijo Lotte en respuesta, devolviéndole la sonrisa.

Los cuatro caminamos hasta atrás del camión, frente a la puerta abierta de la caja de carga. Una vez que el camión empezó a hacer el típico sonido de arranque de motor, entramos a la caja de carga y cerramos la puerta con cuidado. 

Así fue como nos escapamos de Luna Nova.

—Este camión nos llevará directo a la ciudad —dijo Akko, viendo hacia afuera por una pequeña ventanilla— Mikey, esto fue una gran idea.

—Claro, siempre tengo buenas ideas —dije. Como la de hacerme amigo de tres locas, esa fue la mejor idea del mundo— esperen, ¿y la clase extra de la profesora Úrsula?

—No creo que se dé cuenta que faltamos —dijo Akko, quitándole importancia.

Me encogí de hombros. Tampoco era como que tuviera muchas ganas de ir, suficiente tengo ya con las clases de siempre como para ir a clases extras.

—No se puede hacer un omelette sin romper unos huevos. Todo requiere un sacrificio —dijo Lotte mientras se acomodaba los lentes, así como de forma misteriosa, pero la verdad se vio ridícula.

—Todo requiere un sacrificio, intercambio equivalente —dije— como en Fullmetal Alchemist.

—Esperemos que no se den cuenta de que nos escapamos —dijo Sucy— no tendremos tantos problemas si solo creen que faltamos a esa clase de la profesora Úrsula.

—Esperemos que todo salga bien... —dijo Akko, con una leve angustia, al parecer, pensando en las consecuencias que podría acarrear nuestra decisión.

Me senté en el suelo y apoyé mi espalda en la pared. La ciudad no estaba muy cerca qué digamos, y yo necesito descansar un poco después de tremenda escapada que nos armamos.

—Oigan, me despiertan cuando hayamos llegado. —Bostecé— buenas noches.

Y sin muchos más reparos, cerré los ojos y me empecé a relajar.

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Sí, me gusta poner referencias a cosas randoms. Equis de.
Espero que te haya gustado lo que acabas de leer, sea quien seas.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capitulo.

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