La profesora Croix Meridies

—Estoy pensando seriamente en dejar esta maldita academia —dije, con una tremenda cara de poker.

Fui al comedor una vez llegó el medio día, junto a Akko, Lotte y Sucy. Grata fue nuestra sorpresa al ver que lo único que había de almuerzo era un líquido naranja, que supuestamente era "sopa".

Akko nos explicó que las criaturas mágicas habían hecho una huelga porque querían más energía de la Piedra Filosofal, o algo así, y habían mandado a la profesora Úrsula a buscar energía mágica a otros lugares, porque al parecer, la energía mágica de la Piedra Filosofal no estaba dando a basto.

—Primero patatas, y ahora esto —dijo Akko, con la misma expresión que yo tenía.

—Quizá un poco de sal ayude. —Sucy hizo un floreo con su varita, pero no funcionó. Lo volvió a intentar, y volvió a ser inútil.

—¿Qué pasa, Sucy? —preguntó Lotte.

—No lo sé —contestó— no puedo usar magia.

Después del almuerzo, Akko y yo fuimos a ver qué estaba pasando. Nos dirigimos a la torre de la Piedra Filosofal. Había varias personas ahí, alumnas y profesoras, era claro que sucedía algo.

Al llegar, divisamos en la cima de la torre a varios minotauros colocando paneles de un material blanco alrededor de la Piedra Filosofal, como si intentaran taparla.

—¡Paneles anti-magia! —exclamó una profesora.

¿Paneles anti-magia? No sabía que algo así existiera, pero eso explica porqué las demás no pueden usar magia.

La directora Miranda se abrió paso entre la multitud, acompañada por Finnela.

—¡Esto es inaudito! —dijo Finnela, claramente indignada— ¡Nunca antes se habían revelado de esta forma!

—Debe haber alguna solución... —dijo Miranda, intentando calmar la situación.

Akko y yo seguimos viendo hacia arriba. Los minotauros no parecían nada contentos.

Una ráfaga de viento desgarró el aire con tal fuerza que uno de los paneles anti-magia instalados por las criaturas mágicas comenzó a tambalearse peligrosamente en lo alto de la torre. El sonido metálico de las bisagras cediendo resonó antes de que el panel se desprendiera por completo y comenzara a caer en nuestra dirección.

Con los ojos fijos en la enorme estructura que se precipitaba hacia nosotros, alcé la mano, dispuesto a conjurar un hechizo para detenerla. Pero entonces...

¿Un dron? Sí, un dron. O algo parecido, apareció de la nada, posicionándose entre nosotros y el panel. Con un movimiento preciso y mecánico, el dron empujó la estructura hacia un lado, dejándola caer al suelo con un estruendo sordo.

Miré a mi alrededor, atónito, mientras otros drones similares descendían a pocos metros del suelo. Sobre uno de ellos, como si fuera una plataforma, estaba parada una mujer.

El dron en el que estaba posada comenzó a descender suavemente hasta quedar a una altura cómoda. Con un movimiento fluido, la mujer saltó al suelo. Su sonrisa confiada y sus brazos cruzados transmitían una autoridad que era imposible ignorar.

Su ropa era... extravagante, cuanto menos. Usaba una capa roja, que parecía a la que usaría un Drácula de alguna película de bajo presupuesto. Y su cabello era bastante corto, color lila muy claro.

La directora se acercó a ella con una sonrisa jovial.

—¡Croix! —la saludó— bienvenida. Te agradezco otra vez haber aceptado el trabajo, te aseguro que tu tiempo como profesora en Luna Nova será muy acogedor.

—Gracias a usted por contar conmigo, directora —le contestó ¿Croix? Ese nombre está demasiado épico.

Akko se inclinó hacia mí y me susurró al oído con impresión.

—¿Esa es la nueva profesora?

—Parece que sí... —respondí.

Caminé con curiosidad hacia uno de los drones que aún seguían volando cerca de nosotros. Lo examiné con la mirada, y sentí energía mágica en ellos.

¿Cómo...?

—¿Cómo es que pueden usar magia sin la energía de la Piedra Filosofal? —murmuré para mí mismo.

—Esta unidad mágica móvil usa una técnica llamada Magitronic para poder volar. Es como una escoba mejorada.

Me voltee para ver quién habló. Era esa mujer, Croix. Tenía una sonrisa orgullosa, probablemente al ver como me interesaba por su creación.

—¿Y también barre? —dije de forma sarcástica.

El dron bajó hasta el suelo y comenzó a limpiar el polvo de los adoquines.

—Lo hace —dijo Croix.

—Vaya... eso... Eso sí que no me lo esperaba.

Ella soltó una carcajada, divertida por mi reacción.

—Tú debes ser Michelangelo. He escuchado de ti, últimamente más que de costumbre. —Me guiñó un ojo. Claramente se refería al incidente del atentado y como se reveló mi naturaleza de Brujo Arcano.

—Me lo dicen a menudo. —Me encogí de hombros— entonces, ¿usted es la nueva profesora?

Ella asintió.

—Así es.

Las alumnas que antes estaban aglomeradas por la situación de los paneles en la Piedra Filosofal, ahora estaban alrededor de Croix, viendo de lejos los drones y bastante interesadas en ella.

La directora se volvió hacia ellas y alzó los brazos.

—Niñas, ella es la profesora Croix Meridies, su nueva profesora de magia moderna —anunció Miranda.

—Si están interesadas, vengan a mi clase. Les enseñaré sobre la magia del futuro. —Alzó su mano, sosteniendo un control remoto.

Presionó un botón del control y varios drones volaron hasta la cima de la torre de la Piedra Filosofal. Empezaron a volar alrededor de ella, en círculos. Una y otra vez.

Akko se acercó a mí, viendo fascinada los drones.

—¿La magia... del futuro...? —repitió Akko en voz baja para sí misma.

—Pues, eso dice ella —le dije, poniendo una mano sobre su hombro— impresionante, ¿no?

—Lo es —dijo Akko, volviéndome a ver— y parece muy útil.

Me quedé viendo un rato más los drones. Esos pequeños aparatos desafiaban todo lo que sabía acerca de la magia, haciéndolos aún más intrigantes.

Esas cosas replicaban una de las habilidades innatas de nosotros los Brujos Arcanos: poder usar magia sin una energía externa.

Fascinante...

Pero no tan fascinante como pasar la noche a oscuras, porque esta maldita academia de mierd-

Michelangelo...

... Esta linda y hermosa academia, ¿como no? No tiene ni una sola instalación eléctrica, por lo que sin la energía de la Piedra Filosofal, no funciona. Entonces, ahora estamos oscuras en la habitación. Como dije: totalmente fascinante.

Que no se note el sarcasmo.

Lotte sostenía una vela, lo único que iluminaba nuestra habitación aparte de la luz de la luna que se colaba por la ventana.

—Qué aburrido —declaré, rompiendo el silencio.

—Estoy de acuerdo —dijo Sucy, con su voz monótona de siempre.

—Esto pasa porque la huelga aún continúa, y todavía las criaturas mágicas se niegan a quitar los paneles anti-magia qué cubren la Piedra Filosofal —explicó Lotte.

—¡Por cierto, la profesora Croix me parece genial! —exclamó Akko repentinamente— ¡Me pregunto como será su clase!

—Para ti, seguro que aburrida —dijo Sucy— como todas las demás clases.

Akko se dejó caer de espaldas a su cama con un suspiro.

—¡Estoy segura que la clase de la profesora Croix sí es divertida! —replicó.

—No sé si sea divertida —dije— pero interesante sí que será, y mucho...

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Solo diré que a Traumatized_Floppa le gustan los hombres.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capitulo.

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