Capitulo 85
3 meses después.
Fabiana andaba de un lado a otro pensando en qué momento creyó que casarse era buena idea, luego de ver cómo se volvió loca Charlotte por todo lo que tenía que haber hecho para que la boda saliera perfecta. Ahora no entiende cómo fue que se le ocurrió a ella que una boda era la forma más adecuada de confirmar que ella y Erick se amaban, cuando solo podía haber hecho una ceremonia tranquila con sus familiares, pero sus madres prefirieron que fuera una boda por todo lo alto a pesar de todas sus quejas.
Igual que Stella que había empezado a invitar a todo el mundo porque su hijo se casa y eso le generó muchísimo estrés y la llenó de demasiada presión porque además de tener que organizar toda la boda también tenía que buscar el vestido, ordenar el maquillaje, el peinado y por supuesto la comida porque obviamente ella no tenía quien la ayudara porque Vanessa está embarazada y Charlotte apenas llegaba hoy de su luna de miel y sus madres solo fueron capaz de decir quiero esto, quiero aquello y en ningún momento la ayudaron, entonces ahora se encuentra cansada, abrumada y demasiado agotada para siquiera levantarse para ir a su boda.
Eso fue lo que pensó Fabiana en cuanto vio que las cosas empezaban a salir mal y decidió que lo mejor para ella era dejarle todo a Erick quién tampoco había hecho nada a lo largo de la preparación.
Ella comenzó a arreglarse y en cuánto estuvo lista se detuvo en el espejo y sonrío, algo si había valido la pena y es que ese vestido le lucia tan bien en su cuerpo que no podía creer que era ella, que no podía creer que de alguna forma había hecho algo maravilloso con su hermoso cuerpo.
Las damas de honor ya estaban listas y solo hacía falta que ella saliera, no sabía en realidad qué era lo que podía esperarle en la recepción o en la misma boda porque ella se había hecho la vista gorda luego de haberse estresado tanto con los preparativos, había dicho que saliera como saliera igual ellos se amaban y estuviera firmado en un papel o autorizado por un cura ellos seguirían siendo marido y mujer.
Lo único que si le dio tiempo de planear con anticipación y que lo hizo con mucha emoción fue su viaje de luna de miel, en donde visitarían Londres, también irían a Francia y si les quedaba tiempo irían a España porque eran los países que ella anhelaba conocer y que él siendo el sueño de su amada los cumpliría.
Lo que no sabía ella es que a su regreso una casa hermosa en la playa la esperaba con todos los muebles y con esa hermosa vista al mar que ella tanto deseaba, no era un lugar tan cerca pero si se podía ver, tampoco es que quería arriesgarla a un tsunami o que en cualquier momento una brisa muy fuerte se llevará el lugar que había luchado por comprar, así que decidió adquirirlo un poco alejada pero donde igual se escuchaba el tronar de las olas, donde se podía ver el atardecer, el amanecer y donde el olor a sal impregnaba todo el lugar.
Erick se preparaba junto a Benjamín y Mason quiénes también estaban nerviosos porque sobre sus hombros había caído toda la presión de la organización de la boda y si algo salía mal Fabiana colapsaría porque había confiado en ellos para hacer ese trabajo, Vanessa también lo haría porque al estar embarazada las emociones son más fuertes y Charlotte era mejor amiga de la novia lo que significa estrés, catástrofe y mucho descontrol.
Erick se había emocionado tanto porque su mejor amigo estaba teniendo esa oportunidad que ellos habían deseado por mucho tiempo pero no sentía envidia, solo sentía emoción porque aunque sea uno de los dos podría vivir eso que se les había negado, ahora Benjamín se encontraba eufórico porque luego de tres meses habían detectado que el bebé era un niño y qué este venía muy sano, que no había complicaciones y que muy pronto estaría en sus brazos.
Las cosas para todos pintaban cada vez mejor y de una forma casi extraña se sentían extasiados porque la felicidad había llegado y no había mermado, solo había crecido y no había parado. Eso era lo que siempre habían deseado, que la felicidad nunca se alejara de ellos, de sus hogares, de su vida y que esa felicidad que tanto habían buscado por tanto tiempo estaría intacta y que ahora eran mucho más felices que años atrás.
No había forma de que algo pudiera arruinar esa gran felicidad que todos sentían ahora, Fabiana y Erick se estaban casando, Charlotte y Mason vivían un matrimonio de ensueño y Benjamín y Vanessa estaban esperando un bebé, la felicidad no cabía por ningún lado, era como que ya habían explotado todos los lugares y la felicidad había salpicado a muchas más personas, la familia estaba unida y todos estaban contentos, los niños cada vez eran más, era como que al fin había llegado ese momento épico que todos esperaban, ese momento en donde todos habíamos llegado a la punta de la montaña donde podían ver el horizonte y disfrutar de una brisa cálida y refrescante.
Mientras más felices se sentían, más ganas tenían de seguir siéndolo, Fabiana se miraba al espejo mientras Charlotte le acomodaba el velo y Vanessa sobaba su pequeña barriga que aún no se veía tanto pero ya se estaba empezando a notar, ellas habían dicho que no había mejor forma que dejar todo en manos de los chicos aunque las cosas salieran mal pero mientras ellas no se estresaran y mientras las cosas de alguna forma anduvieran bien, ellas se quedarían tranquilas primero porque una está embarazada, Fabiana se había repetido mucho eso en la cabeza, y que las otras dos necesitan descansar, esa boda solo significa la celebración de la felicidad, el amor y la alegría que durante años habían buscado, sentían que habían llegado al punto más alto y de allí se negaban a bajar, aunque sabemos que las cosas no son siempre buenas pero como desde el inicio, lucharían para que no les arrebataran su felicidad.
Mientras el esperaba en el altar junto a Benjamín que sería el que oficiaría la boda, ella estaba caminando lentamente con su amiga detrás hacia ese hombre que había amado toda su vida, que la hacía muy feliz y eso la llenaba de emoción, además poder ver qué habían hecho un trabajo maravilloso con toda la decoración, la logística y los arreglos la habían hecho muchísimo más feliz, la emoción que estaba sintiendo porque todo estaba saliendo como ella misma se imaginó.
Una sonrisa adornaba su rostro mientras avanzaba por el pasillo, todos los ojos estaban sobre ella y no podía pensar en nada más que no fuera estar una vida entera junto a Erick, él tenía demasiadas ganas de llorar y no sabía cómo contenerse porque estaba viendo a su ángel caminar hacia él y era algo hermoso, solo podía verla a ella con ese vestido blanco siendo rodeada por una luz blanca como si viniera bajando del mismo cielo.
Benjamín y Erick al verse en apuros y no saber cómo organizar una boda en último minuto, lograron contratar a una organizadora que logro que todo saliera bien, cualquiera pudiera pensar que ellos habían hecho todo eso solos pero no sabían que detrás de ellos hubo una persona especializada para que nada saliera mal, para que todo saliera perfecto porque era la boda de su amada, era la boda de su mejor amiga y no podría arruinarlo.
También estaba pensando en cuál sería su reacción al ver que en la primera noche no la llevaría a ese lugar que ella había querido conocer, que no recorrerían aún todos los lugares que ella quería, solo se retrasarían dos días porque le mostraría esa casa en la playa que ella tanto añoraba, esa casa en la playa que un día en un momento de tristeza ella manifestó y que hoy ya era realidad, que a pesar de las dificultades y las adversidades él había logrado cumplir otro sueño de su amada mujer, que ya no había forma de que no pudiera hacerlo más porque todo lo que ella quisiera él lo haría.
Fabiana solo pensaba en que después de unir sus vidas en matrimonio nada más importara, entendía a la perfección esos votos que se decían al casarse y no importaba si estuvieran cansados o no porque eso siempre fue así, en la alegría y en la tristeza, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, siempre estará a su lado porque esa era una promesa que había hecho hace mucho tiempo.
No habrá forma de que eso cambié, pueden haber muchas perspectivas distintas y podría cualquiera pensar qué es una relación dependiente, una relación de un amor tóxico pero no es así, es un amor real, un amor vivido, es algo que se siente en lo más profundo de sus seres, es como una conexión infalible, una conexión que los mantiene juntos, es como un candado sin llave encantado que los unió y que ya no hay forma de abrirlo.
Llegó hasta el altar y él emocionado la tomó de la cara y la iba a besar pero ella se echó hacia atrás porque no había forma de que él adelantara los pasos, todo tenía que salir perfectamente. Benjamín comenzó hablar y ambos escucharon atentamente de nuevo lo mismo que había dicho en la boda de Charlotte. Ambos sabían que se dirían sí en la salud, sí en la enfermedad, sí en la riqueza y en la pobreza, en los problemas y en las adversidades, en la prosperidad y en la ruina, siempre se dirán sí porque no había forma de que nada de eso, ni lo más vil podría separarlos, no había forma ya.
— ¿Aceptas a Erick como tú legítimo esposo para amarlo y respetarlo y cuidarlo por el resto de tu vida?—pregunto Benjamín y ella lo miro a los ojos fijamente para luego sonreír y asentir.
—Acepto—Erick sonrió y Benjamín continuo, quien estaba a punto de llorar porque sus dos mejores amigos estaban contrayendo nupcias, porque era él que los estaba casando y porque por fin habían dado ese paso, que había estado esperando durante mucho tiempo y que no lo hicieran solo le causaba un temor increíble pensar que pudieran separarse algún día, algo que no lo dejaba dormir a veces y puede sonar estúpido pero no es así porque para Benjamín ellos siempre estuvieron destinados, lo supo desde el momento uno en que vio cómo se miraban, desde el momento uno en que vio la indecisión de Fabiana y desde el momento uno en que Erick corrió a protegerla a pesar de todo.
—Tú Erick ¿aceptas a Fabiana como tú legítima esposa para amarla y respetarla hasta el último día de tu vida?—Fabiana lo miro expectante esperando a que respondiera y mientras él se tardaba, los nervios de Fabiana aumentaban, era como esperar a que te dieran la nota de un examen sabiendo que podría haber reprobado o podrías haber aprobado, en este caso era que dijera sí o no sabiendo con certeza de que diría sí.
—Sí, acepto—Benjamín casi salta de la emoción pero se contuvo mientras Fabiana y Erick no podían dejar de mirarse.
—Por el poder que se me fue conferido los declaró marido y mujer, puede besar a la novia—todos gritaron emocionados mientras Erick se acercaba a Fabiana levantaba su velo y la tomó por la cintura para plantar un beso en sus labios que los dejó a ambos sin aliento y al público presente también, era como todas las veces anteriores en las que se habían besado pero con más intensidad, uniendo definitivamente su almas en una sola, siendo ahora marido y mujer para siempre porque hasta que la muerte los separe es una promesa que van a cumplir.
Ellos salieron del altar y caminaron por el pasillo mientras lo demás le arrojaban flores, serpentinas y arroz, todos estaban riéndose contentos porque otra boda se había oficiado en esa familia, porque solo faltaba uno de ellos y los hacía felices que de alguna u otra forma la vida les sonriera de esa manera porque nunca habían esperado menos de sus hijos, nunca habían esperado menos de esos cuatro niños que un día decidieron jugar, divertirse y reír entre ellos para luego tener tantas aventuras juntos.
Todos se fueron al lugar de la recepción que sería a unos pocos metros de donde se encontraban, los mesoneros comenzaron a llevar las cosas a las mesas, la bebida, la comida y Fabiana se sorprendía de la perfección en la que todo se encontraba, era inaudito que Erick hubiese logrado todo eso con ayuda de Benjamín y más siendo ellos personas incapaces de organizar pequeñas cosas en la casa.
Entonces sospecho un poco pero lo dejó pasar porque debía disfrutar de su boda, de su baile, de su fiesta y ya luego investigaría qué fue lo que sucedió.
Ellos fueron al centro de la pista y colocaron su canción favorita, una de las canciones que siempre escuchaban cuando eran adolescentes, cuando se sentaban debajo del árbol en la casa de Fabiana en el jardín y en medio de ellos ponían uno de los celulares con los auriculares y esa canción comenzó a sonar, es Until i found you.
Fabiana se emocionó y lo miró con una gran sonrisa en sus labios porque no se esperaba que esa canción estuviera sonando en los altavoces, a pesar de haber planeado otra canción se sintió muy especial que fuera esa la canción que bailarían como marido y mujer, una canción que habían compartido tanto.
Él puso su mano en la cintura de Fabiana, ella las puso en sus hombros y comenzaron a moverse mientras la canción sonaba, sabían todo lo que significaba esa letra para ellos, como de alguna forma nunca se dieron cuenta de sus verdaderos sentimientos pero lejos de todo eso, esa canción los hacía sentirse debajo de aquel árbol como dos adolescentes que no sabían lo que sentían, que ignoraban lo que sus corazones querían pero que aun así estaban juntos.
Ella sonrió y acarició su rostro para luego mirar a su alrededor y ver que sus amigos estaban bailando, que sus padres estaban bailando y que hasta sus hermanitos estaban bailando, era como estar en un sueño, en una felicidad máxima, en un paraíso porque toda la familia seguía junta, porque estaban creciendo y por qué no había forma de que esa felicidad se extinguiera.
—No sabes cuánto te amo y a pesar de que las cosas se dieron de forma distinta y que jamás supimos hasta el momento en que nos besamos por primera vez que nuestra conexión iba mucho más allá de la amistad, siento que nos debemos esto, que nos debemos hablar sobre esos momentos en dónde jamás nos dijimos que sentíamos algo por el otro, esos momentos en dónde ignoramos por completo que ese sentimiento nos reclamaba y que ninguno hacía nada, yo te soy sincera, nunca hice nada por miedo a perder tu amistad porque me sentía en un punto medio en dónde pude haber sido tu novia pero podría dejar de ser tu mejor amiga y no quería eso, no es que me arrepienta porque creo que todo pasó en el momento adecuado pero solo pienso en cuan deferente hubiese sido todo si tú hubieses sido mi novio desde el principio—Erick la miro y pensó en que jamás podría encontrar una mujer tan hermosa para compartir su vida, a pesar de lo que ella le estuviera diciendo, él solo estaba pendiente en que su sonrisa iluminaba todo el lugar, sus ojos le mostraba un paraíso en donde podía flotar y que su boca podría mostrarle.
—Yo ya no pienso en el pasado Fabiana, yo ahora aprendí a disfrutar el ahora, nunca fue tarde para nosotros porque esta vida nos está esperando desde hace mucho tiempo y ahora sé que mi vida era estar a tu lado, mi plan de vida cambió en el momento en que tú y yo volvimos a ser uno y no hay forma de cambiar eso, yo te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo así como lo prometimos en el altar—ella sonrió feliz.
>> No hay forma de que eso pueda cambiar así no hayamos hecho novios hace dos años o tres o en la adolescencia o en la niñez, siempre hemos estado destinados, tu camino se iba a cruzar con el medio de alguna forma e íbamos a estar juntos porque nuestros caminos estaban entrelazados, era algo que ya estaba escrito y que aunque para nosotros llegó un poco tarde, en realidad llegó justo a tiempo para darnos cuenta que nada estaba perdido, que podíamos seguir avanzando, que podríamos construir una vida, de que podíamos tener esa felicidad que nos habían arrebatado un día, porque mi felicidad siempre fue la tuya y verte triste me pone triste a mí y aunque no me lo quieres creer, siempre supe que tu ibas a ser para mí y que yo iba a ser para ti—Fabiana rodeo su cuello con sus brazos y lo acerco más a ella, quería poder estar más cerca, quería poder abrazarlo, besarlo y tocarlo sin limitaciones, sin ninguna restricción y aunque ya no lo tenían, estaban frente a muchas personas en ese momento.
Desde hace mucho tiempo se sentía más libre, más libre de poder demostrar todo lo que sentía por él y que de alguna forma ella misma se había puesto una barrera para hacerlo porque sentía que antes de que llegara a Vanessa, le restregaba en la cara Benjamín eso que ellos no pudieron tener y la hacía sentir mal pero ya no, ya todo es diferente.
Todos comenzaron a bailar de forma alocada cuando la música cambio y ellos no se quedaron atrás, se unieron a la locura de esa familia y comenzaron a hacer pasos extremadamente locos que nadie jamás había visto, era como alcanzar una felicidad y aunque sonara repetitivo la felicidad era lo que los tenía de esa forma, es la unidad de una hermosa familia lo que lo mantenía felices, el amor los tenía felices, la vida misma los tenía felices porque habían logrado algo que se pensaron jamás podrían lograr.
Ya eran las dos de la madrugada y la fiesta seguía su curso, todos estaban bromeando y se sentía una energía increíble, Benjamín se había apartado un poco porque su teléfono había comenzado a sonar al igual que el de Michael y después de ahí las cosas sucedieron en cámara lenta.
Les habían llamado para avisarles que Noah se había escapado de la cárcel y que no habían querido avisar porque estaban esperando atraparlo porque iban detrás de él pero le perdieron la pista, suceso que había ocurrido hace dos días y ya no saben dónde está.
Todo quedó en silencio de un momento a otro y todos vieron como Noah entraba al lugar y sostenía a uno de los niños, las expresiones de horror no pasaron desapercibidas, Fabiana se preguntaba cómo había llegado al pequeño porque los dos niños estaban dormidos en las habitaciones de la casa. Su respiración se volvió atropellada y pensó que seguramente entró en la casa y agarró a Tyler.
Noah se acercó lentamente a ellos con una sonrisa escalofriante, esa misma sonrisa que vio Fabiana todas las veces en las que él quiso jugar con su mente, esa sonrisa que no la dejó dormir durante mucho tiempo y esa sonrisa que a veces aparecía en sus sueños.
En el momento en que todo se desarrolló, Benjamín encontró una forma para llegar a la habitación de la segunda planta donde estaba Vanessa. Intentó explicarle todo para que no se alterara e igual lo hizo.
—No vayas a bajar por favor, quédate conmigo, no me dejes sola, no me quiero quedar sola, quiero que te quedes conmigo por favor—el negó dejándola en el cuarto pero no sin antes asegurarse de que estuviera segura y que las ventanas estuvieran cerradas, porque no cometería el mismo error dos veces, no dejaría que algo malo le pasara, no la dejaría a merced de ese psicópata.
—Escúchame bien Vanessa, por ningún motivo, por ninguna razón y por ninguna circunstancia tú vayas a salir de esta habitación, necesito que te concentres y que pienses en nuestro hijo, que pienses en nuestra felicidad, que pienses en nuestro amor y nuestra vida en Nueva York porque ya mañana nos iremos y nos olvidaremos de todo peligro pero por favor, por favor te lo ruego, no salgas de esta habitación porque no quiero que te pase nada, no quiero que pierdas este bebé, no quiero que las cosas empeoren, te lo pido—ella sintió con lágrimas en sus ojos pero aceptó, no podría hacerle eso ni a ella ni a él.
Debía proteger a su bebé y no podría perjudicarlo, además si se lo estaba pidiendo de esa forma es porque en realidad las cosas estaban graves y aunque jamás escucho de su boca lo que en realidad le había hecho ese chico, podría imaginarlo después de verlo a través de la ventana con esa arma, esa sonrisa y sosteniendo a Tyler de esa forma, así que ella sintió y Benjamín salió de la habitación para luego cerrarla con seguro y pasar la llave por debajo de la puerta, nunca dejaría que le pasara algo.
Benjamín bajo corriendo las escaleras y busco en toda la casa alguna cosa para defenderse, para defenderlos pero no encontraba nada, hasta que se acordó de que en el despacho que había en ese hogar siempre habían escondido un arma.
Gracias al cielo cada vez que hablaba con Erick ellos se decían cosas secretas de sus hogares que nadie más sabía y esa fue una de ellas, así que entró al despacho rápidamente y agarró el arma que estaba en el primer cajón y aunque está tenía seguro, pudo abrirla sin problema, lentamente salió del despacho y por el ventanal de la sala pudo ver que todo estaba fuera de control, de que no había forma de que las cosas salieran bien esta vez.
Benjamín se escabulló entre la gente para parecer una persona más. Quería tomar por sorpresa al imbécil de Noah para que dejara a su familia en paz, mientras esté sonreía feliz porque les había insertado ese temor que tanto añoraba que ellos sintieran, que de verdad sintieran.
Quería que pagaran por lo que él había sentido, por lo que le hicieron y aunque sabía que se lo merecía, no lo podía aceptar porque tenía el alma podrida, más de lo que ya la tenía antes y sentía que si no hacía esto no podría vivir más, aunque ya su vida estaba acabada.
Fabiana sentía el pánico recorrer su cuerpo, no había forma de pensar que esto estuviera pasando y que ahora estuviera en peligro su hermano y todos los que estaban en este lugar, no era momento de echarle la culpa a nadie porque el único culpable estaba sosteniendo un arma, ese es el único culpable de todas las desgracias que les han pasado, el único culpable de sus traumas, el único culpable de sus temores, de sus recelos y hoy sería el culpable de alguna tragedia.
—Suelta el niño Noah, suéltalo ahora sí no quieres que te encierre en una cárcel peor porque si piensa que por intentar violar a una menor y matar a otra te hicieron la vida imposible, por hacerle eso mismo a un niño te harán cosas peores, así que por favor deja al niño y suelta el arma—hablo Michael y eso solo provocó que de él saliera una sonora carcajada, se estaba burlando de ellos en sus caras y solo debían esperar a qué se apiadara de ese niño y lo soltara.
Era injusto para él y para todos ellos, pensó Fabiana porque habían pensado que todo eso ya había terminado, de que las tragedias los habían abandonado y que solo podían sentir felicidad pero la vida les tenía una sorpresa, una sorpresa que ninguno se esperaba y una sorpresa que ninguno quería, esto era mucho más de lo que alguna vez pudieron imaginar.
—No me creas tan idiota, yo sé lo que le hacen en la cárcel a los tipos como yo y ¿crees que me importa? No, ya viví demasiado para que eso me importara, solo quiero hacerlos sufrir como he querido siempre, por su culpa yo estoy ahí en la cárcel, por la culpa de Benjamín yo maté a Perla y por la culpa de Fabiana yo maté a Madison, aquí los únicos culpables son ustedes, no yo. Los que deberían estar pagando cárcel son ustedes no yo, yo solo quise vengarme, solo quise vengarme de ustedes y con lo que voy a hacer hoy su felicidad se acabará por siempre, ya no habrá forma de que vuelvan a ser felices y menos si les falta uno—la dirección del arma cambió y ya no apuntaba a Tyler sino que apuntaba a Erick.
Erick había puesto a Fabiana detrás de él, nadie se esperaba este momento, nadie se esperaba que él no lo pensará mucho, solo escucharon como el arma sonaba, como los disparos salían impactando en el pecho de Erick de forma violenta.
Otros disparos se escucharon y Noah cayó al suelo dejando a Tyler también caer, las cosas se volvieron un desastre entre gritos, llantos y desesperación mientras Fabiana sostenía el cuerpo de Erick y Benjamín se acercaba al cuerpo de Noah, se agachó y le sonrío para darle otro disparo.
No le importaba si él se manchaba las manos de sangre, Noah debía pagar por lo que les había hecho en el pasado y debía pagar por lo que le había hecho Erick justo en este momento, todos estaban gritando alterados mientras Tyler lloraba desesperado, Benjamín se levantó y cargo a Tyler para caminar lentamente hacia Fernanda quién sostuvo al niño en cuanto Benjamín se lo dio.
Puede sonar irónico pero Benjamín sentía una paz increíble en su interior, era una paz que no se podía imaginar, que no se podía calcular porque al fin había acabado con esa tortura, con ese imbécil que lo había torturado durante tanto tiempo mentalmente y que ahora ya no estaría más, Benjamín giro hacia todos lados y encontró a Fabiana sosteniendo el cuerpo de Erick y sintió como su corazón se rompió en ese momento, sacó su teléfono y llamó a emergencias.
Debían llevarlo rápido a la clínica porque no había forma de que lo dejara morir desangrado, se acercó a ellos para ayudar a Fabiana, vio su vestido totalmente manchado con la sangre de su esposo y ella no quiso alejarse, ella se aferró al cuerpo de él, no había forma de que las cosas volvieran a ser como antes.
Solo podía escuchar alrededor los llantos, la desesperación, la agonía y nadie podía acercarse a Fabiana porque ella no lo permitía y cuando la ambulancia llegó todo fue más difícil.
—No, no pueden alejarme de mi esposo, no pueden separarme de él, no se lo van a llevar, no—dijo llorando mientras hundía su rostro en el pecho de Erick quién la veía triste porque sentía como toda esa felicidad que había construido se desboronaba en un segundo.
—Fabiana... por favor levántate, puedes ir en la ambulancia pero debemos atender a Erick en este momento, no puedes quedarte sobre él y esperar que muera, tienes que hacer algo para que lo salven—ella miro a Benjamín y aflojó lentamente el agarre en él dejando que los paramédicos hicieran su trabajo y lo pusieran en la camilla para meterlo en la ambulancia, ella sin esperar a que nadie dijera nada se subió con él a la ambulancia y Benjamín detrás de ella, no había forma de que la dejara sola, no había forma de que lo dejara solo a él, ellos eran sus mejores amigos, sus hermanos y por culpa de Noah esa hermandad de cuatro había sido fracturada ferozmente, fracturada a muerte.
—¿Qué voy a hacer, Benjamín? dime ¿qué es lo que voy a hacer si él me falta? ¿Qué voy a hacer yo sin el amor de mi vida? no puedo hacer nada, no sin él, no si él me falta. Tendría una vida que no sería vida, después de todo lo que pasamos, de por fin lograr casarnos, de planear una vida justos ¿Qué es lo que haré?—dijo Fabiana entre lágrimas, Benjamín pasó su brazo alrededor de sus hombros y la pegó a su costado abrazándola.
No tenía palabras para consolarla pero estaba ahí para abrazarla, él tenía la esperanza de que su amigo pudiera salvarse, de que estaría con ellos de nuevo y por mucho más tiempo, de que las cosas no se acabarían tan fáciles, no había forma de que Erick se fuera de esa manera, no había forma de que los dejara, no podían darle el gusto a Noah quién ya estaba muerto y quién ya no los molestaría más.
El teléfono de Benjamín vibraba pero él no contestaba mientras Vanessa se desesperaba en esa habitación porque había escuchado tantos disparos que había entrado en shock, había quedado tendida en la cama porque pensaba que había sido a Benjamín a quien habían herido, ella había escuchado a las ambulancias, ella había escuchado el alboroto que se había formado en el jardín pero no salió en ningún momento, mientras se aferraba a su barriga, a su hijo, a su esperanza, a su vida porque no habría forma en la que ella expusiera a lo más preciado que tenía.
Mientras tanto en la casa Fernanda estaba calmando a Tyler quién había tenido un ataque de pánico por la emoción, por el impacto de lo sucedido porque había estado en medio de ese tiroteo y ninguna bala había tocado su cuerpo pero él no había dejado de llorar así ella hiciera lo que hiciera, el niño seguía llorando incontrolablemente porque de alguna forma sentía que el miedo estaba dentro de él, de que no podría salir de eso nuevamente. Fernanda no pudo más y Maximiliano lo tomo y se fue caminando lejos con el niño para que él se calmara y así fue, el niño con la voz de su padre logró calmarse mientras él le contaba sobre los aviones, las estrellas, la luna y el cielo, el niño se fue calmando poco a poco y olvidando ese horrible suceso que había tenido que presenciar.
Stella estabas petrificada, no podía creer que su hijo había estado en medio de eso y que hubiese salido lastimado, no podía creer que se lo llevaron en la ambulancia, había quedado totalmente negando que eso haya pasado, negando que su hijo estaba en gravedad, de que su hijo estaba al borde de la muerte mientras que Michael intentaba que ella reaccionara, que ella entendiera lo que estaba pasando pero no había forma de hacerlo.
Claudia lo estaba ayudando pero ella seguía igual, negando una y otra vez que su hijo estaba bien, que se había ido de luna de miel con Fabiana y que nada le qué había pasado anteriormente, era real que solo era producto de su imaginación pero no podían hacer nada para sacarla de allí.
Todo era un caos en el jardín aunque Sharon y Albert estaban intentando que las cosas se calmaron y que las personas se fueran a sus hogares, no querían que más personas fueran dañadas aunque ya Noah estaba siendo llevado por los forenses pero no sabían si él había planeado otra cosa así que el equipo de seguridad de Michael se aseguró de revisar todos los alrededores de la casa, de revisar el jardín, revisar dentro de la casa para cerciorarse de que las cosas estuvieran bien.
Albert no podía creer que eso estuviera pasando, no podía creer que su hijo tomara un arma y asesinara a sangre fría y aunque ese imbécil se lo merecía no podía creer que su hijo se había manchado las manos de sangre con una basura como esa, era algo que se debía de hacer pero nunca pensó que su hijo fuera capaz de hacerlo.
Mientras tanto en la ambulancia el ambiente seguía igual de tenso, la ambulancia estaba yendo lo más rápido que podía mientras le daban oxígeno al cuerpo de Erick y Fabiana sentía que su vida ha abandonado su cuerpo, unas náuseas invadieron su ser y quiso vomitar pero no podía, no sobre los enfermeros, así que uno de ellos le pasó un bote de basura y allí vació su estómago, se sentía mareada y sentía débil, se sentía muy cansada.
Benjamín la miro extraño pero no quiso decir nada, no podía ser que ella también estuviera embarazada, no justo en este momento cuando Erick se estaba debatiendo entre la vida y la muerte, no cuando todo había empeorado.
No importa cuán difícil sea la situación ellos sabrán reponerse de todo lo que les está pasando, Benjamín estaba seguro que Erick saldría de ese lugar sano y de que si es el caso de que Fabiana estuviera embarazada, ellos serían los padres más felices al igual que Vanesa y él. Igual deben esperar a ver como se dan las cosas, esa pérdida podría opacar toda la felicidad que un bebé podría traer consigo.
Benjamín estaba intentando calmarse porque si él estaba alterado no podría calmar a Fabiana, entonces decidió interiorizar todo lo que sentía y estar ahí para ella, en ese momento la ambulancia se detuvo y Fabiana se hizo hacia atrás recostando su cabeza porque se sentía demasiado mal, Benjamín la vio pálida y se asustó, en lo que bajaron a Erick de la ambulancia, él cargo a Fabiana y la llevó también a urgencias porque ella necesitaba atención. Así que una de las enfermeras le dio una silla de ruedas para ponerla mientras ella estaba tan débil que no podía ni alzar la cabeza pero en su pensamiento seguía estando su marido quién estaba herido y que él se debatía entre la vida y la muerte mientras ella solo se desmayaba porque no podía soportar el dolor.
Benjamín llenaba las planillas correspondientes para cada uno de ellos mientras a Erick lo metían a quirófano y a Fabiana se la llevaban a observaciones, Benjamín hablo con la recepcionista para pagar unos exámenes de laboratorio para que se lo hicieran a su mejor amiga para saber si estaba o no estaba embarazada, necesitaba salir de dudas antes de que todo empeorará y si podía tener la fe, la convicción, la certeza y la esperanza de que Erick saliera con vida de ese quirófano pero también estaba el realismo, habían sido dos disparos que habían dado en zonas muy distintas y donde había perdido demasiada sangre y no se sabía cuál sería el destino de Erick y por lo tanto él debía encargarse de Fabiana porque sin Erick no habría forma de que la dejara sola jamás.
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