Capitulo 76.


Bajo del avión y voy en busca de mi equipaje para irme a mi apartamento y descansar, dentro de dos horas más o menos debo ir a la universidad a hacer algunas cosas porque ya nos dieron vacaciones de invierno pero a mí me toca hacer algo antes de cerrar todo, es una clase de ayuda que doy en la biblioteca pero como no estuve por dos días, me toca hacerlo hoy. Agarro mi equipaje y camino hacia afuera del apartamento y me encuentro a mi bella novia esperándome al lado de mi auto, le sonrío y me acerco a ella para soltar mi  maleta y tomarla en brazos cuando se tira sobre mi.

—Oh por Dios, te extrañe tanto—dijo besando toda mi cara haciéndome reír, creo que eso fue lo que me llevo a enamorarme de ella alrededor del tiempo que tenemos juntos, su personalidad extrovertida y divertida, con cualquier cosa me hacía reír pero a la vez es tan dulce y romántica que me hizo quererla de una forma muy rápida, el ser simplemente ella me llevo a sus pies como un perrito babeando —no vuelvas a irte de esta forma, sé que fue poco tiempo pero me sentí tan sola sin ti en mi vida ¿Cómo estaban tus amigos?—pregunto y yo la dejé en el piso para extender mi mano hacia ella, me vio un segundo y luego me dio mi llave con un puchero.

Subí mi maleta a la parte de atrás del auto y le lance un beso, ella se subió de copiloto y yo de conductor, encendí a mi precioso auto y suspiré porque había extrañado mucho mi auto, sonreí feliz y arranque a toda velocidad para verla sonreír a ella también, ambos amamos este tipo de cosas, de hecho hemos ido a carreras de todo tipo y hemos participado en algunas, siendo conscientes y retirándonos en el momento en que las cosas se vuelven peligrosas.

—Ellos están muy bien, todos quieren conocerte—le dije y ella aplaudió feliz.

—¿Que dijeron de venir? Espero hayan dicho que si porque con tu mamá estuvimos planeando algunas cosas y ya ordenamos que trajeran otras cuando la fecha se acercara—me detuve en un semáforo y la miré para negar porque ella simplemente estuvo segura de que ellos aceptarían sin saberlo.

—Si, todos me dijeron que si así que gracias al cielo no dijeron que no porque no se que habrían hecho con las cosas que pidieron—hizo una mueca y yo le sonreí para después acelerar porque tengo muchas ganas de llegar rápido al apartamento, estoy cansado y solo quiero tirarme en mi cama y dormir antes de irme a la universidad, nadie se aguantaría mi mal humor si no duermo.

—Eso es genial y las cosas no serían de esa forma, tu mamá me aseguro que vendrían todos y por eso pedí las cosas—siempre Claudia, ella seguramente está ansiosa por ver a Fabiana—si, me dijo que a Fabiana le gustan unas flores y las pidió porque debía haber algo que le gustará a ella además de las galletas que ella misma le va a hacer, no sabía que tú mamá quisiera tanto a una de tus amigas, para ser especial—yo hice una mueca y negué, yo jamás le conté sobre mi pasado y tampoco es que le importara, es mi pasado y es mi decisión si quiero contárselo o no porque como dije antes es mi vida.

—No, ellas los ama como si fueran otros hijos así que no es nada especial, nosotros nos criamos juntos y Fabiana para ella es como esa niña que nunca tuvo al igual que Charlotte—ella asintió y yo entre al estacionamiento de mi apartamento para aparcarme en el lugar de siempre, deje que ella se bajara primero para yo poder respirar un poco, no sé que voy a hacer cuando ambas estén en el mismo departamento, no hay forma de que no se entere que Fabs y yo fuimos novios durante un tiempo y no se que pueda pensar ella de eso.

Me baje del auto y baje mi maleta para luego subir hacia mi apartamento, ella ya había subido y yo hice una mueca porque seguramente con mi actitud está suponiendo algo que es pero que no quiero que sepa hasta que yo esté listo para decírselo, eso debe ser antes de que Fabiana esté aquí y a alguno se le pueda salir delante de Vanessa. Yo la quiero y no la quiero herir de ninguna forma, es importante en mi vida y debo protegerla de ese tipo de noticias que a cualquiera pueden dejar en shock.

Llego a mi piso y camino hasta la puerta que está medio abierta, entro dejando la maleta a un lado y veo que todo está oscuro ¿Ella no entró? Pero si todo está oscuro y la puerta abierta, ella debe estar en algún lugar, negué y suspiré para cerrar detrás de mi y avanzar hasta la sala y ver la misma luz tenue frente a esa gran ventana que está cubierta por una cortina, miro por todos lados y no la encuentro, subo las escaleras para buscarla en las habitaciones y veo la nuestra medio abierta, entrecierro mis ojos y camino hasta allá para abrir y encontrarme al mejor regalo de bienvenida frente a mi con una lencería blanca que le queda impresionante con esas curvas pronunciadas que ella posee.

—Bienvenido a casa, amor—sonrió seductoramente y mordió su labio viéndome fijamente, me acerqué poco a poco hasta ella quien me detuvo y me empujó a la cama para colocar música y empezar a mover sus caderas de un lado al otro mientras mis ojos no dejan de verla por completo, es una vista exquisita la que tengo frente a mi, ella sigue moviéndose y mi auto control cada vez es menos hasta que veo como lentamente se baja uno de los tirantes y yo siento mis manos arder, picar por tocarla de una vez por todas.

Ella se movía lentamente torturándome en el proceso, era como estar en una sesión de baile erótico pero de una mejor manera porque es con la chica con la que he compartido mi vida durante estos meses y eso simplemente lo hace mucho mejor, me siento para verla mientras abro mis piernas por la incomodidad que se está formando entre ellas, es un deleite verla moverse de una forma tan sensual, cómo una experta. Una mujer increíble es lo que es ella porque no hay otra forma para describirla en este momento tan inesperado para mí, ella es increíble y no hay discusión para eso.

—No me tortures más, termina con mi agonía por favor—ella me sonrió mordiéndose el labio en el proceso y casi me levanto para acabar con mi tortura pero ella se acercó a mi quitando poco a poco esa prenda de su cuerpo y yo me quedé estático conteniendo el aliento, quedando completamente congelado, al llegar a mi ya no tenía nada encima y yo no podía dejar de ver ese cuerpo que durante largas noches me ha torturado—eres increíble y hermosa, no tengo palabras Van, solo déjame tocarte—ella tomó mis manos y las fue paseando por su cuerpo lentamente hasta que me soltó y comenzó a quitar mi ropa lentamente, era como si estuviera prolongando el momento, haciéndolo especial.

Estando los dos sin nada que nos cubriera, nos deleitamos viéndonos hasta que la pasión y el ardor pudieron más y nos besamos con salvajismo, muertos por ese deseo que lo permeaba todo, que nos corroía el alma hasta que ella comenzó a descender con sus besos y cuando volvió a mis labios el beso fue más suave, con delicadeza y cargado de un amor profundo que comenzaba a fluir de mi interior, es como un gran descubrimiento que me dejó noqueado y supe que no solo la quiero, supe que esto podía ser eterno y que no había forma de que las cosas podían cambiar.

—Te amo Vanessa y puede que me haya dado cuenta justo en este momento pero ese sentimiento te juro que estuvo guardado en lo más profundo de mi ser, te amo y ahora no se cómo detener esto que estoy comenzando a sentir, es tan nuevo y tan refrescante pero te amo—le susurré sobre sus labios y ella sonrió, le dimos rienda suelta a la pasión y al amor que sentimos e hicimos el amor tantas veces como nos fue posible, uniendo nuestros cuerpos que desprendían un calor abrazador, era como arder en llamas.

Sentía como todo se acomodaba en mi cabeza y en mi interior y cuando todo hubo terminado, quedamos acostados tan cansados que no podíamos ni queríamos movernos, mi cabeza descansa en su pecho mientras ella acaricia mi cabello con sus delicadas manos, suspiro y comienzo a acariciar su pierna con una de mis manos sintiendo este momento íntimo como lo mejor que me ha pasado en la vida, ella también suspira y ahora tengo la certeza de que debo decirle lo de Fabiana aunque no se lo contaré a profundidad porque no es necesario, yo soy feliz y mis amigos son felices así que no hay porque dañar eso ahora.

—Fabiana y yo fuimos novios en el bachillerato —ella detuvo su mano y yo me levanté para verla a los ojos—no te digo esto para hacerte sentir mal, solo no quiero que no te tome por sorpresa porque entre nosotros eso es algo normal, yo fui su primer amor y ella el mío pero ahora ella está con su verdadero amor y yo con el mio—le dije y me acerque a su rostro para tomar su cara—te amo y no quiero que te sientas incomoda y sé que si no te lo decía lo harías porque verías la confianza entre nosotros, solo deseo que las cosas vayan bien en navidad y que si algo te molesta me lo digas con libertad—le di un pequeño beso en los labios y ella me miró un poco más seria de lo normal.

—¿Y ellos son tus mejores amigos? Esto es una locura pero lo entiendo, agradezco que me dijeras porque así no soy ignorante con respecto a ustedes, yo también te amo Benjamín y deseo que siga siendo así durante muchos años, te amo infinitamente y sé, siento que tú también me amas de verdad—me sonrió y yo le di otro beso.

—No quiero que te sientas incomoda, ella es feliz con Erick y Erick es feliz con ella, así como tú y yo—ella asiente y de verdad espero que no se lo tome a mal, que sepa manejar la situación y que las cosas se den de forma natural y que nada sea forzado ni incómodo.

—Esperemos a ver cómo suceden las cosas pero espero que esos días sean tranquilos y que me lleve bien con todos ellos porque si para ti son mi familia, para mí también lo serán—sonreí más feliz que nunca y la bese tanto que pude haber desgasto sus labios o los míos, era adictivo y no me cansaría jamás—oh, se me había olvidado decirte que la señora de la biblioteca te mando a decir que ya no fueras, que te espera en Enero—eso me hizo mucho más feliz porque me quedaría con ella en la cama todo el día.

—Entonces tendremos todo el día para hacer lo que queramos —ella soltó la carcajada mientras yo comenzaba a hacerle cosquillas, sabía que eso le afecta mucho y debía aprovechar ese punto débil tanto como pudiera, dimos vueltas en la cama hasta que ella quedó sobre mi y coloco sus palmas abiertas en mi pecho para detenerme, yo le sonreí como un niño pequeño sintiendo la adrenalina correr de manera vertiginosa por todo mi cuerpo—eres tan hermosa y tan parte de mi—aprendí que nadie es de tu propiedad, que es mejor que sea parte esencial de ti a que digas que sea tuya como si la hubieses comprado porque es una persona y las personas no son objetos.

—Amo cuando eres así de romántico—yo negué y cruce mis brazos detrás de mi cabeza apreciando la vista sobre mi—y tan pervertido, me encantas tanto que ya no se cómo podría algún día salir de aquí—yo la tome por la cintura y nos di la vuelta para estar sobre ella y entrar poco a poco, para mí siempre es un deleite ver su rostro cuando hago eso, me motiva a darle todo el placer que pueda, a complacerla y a hacerla tan feliz como este en mis manos, nos dejamos envolver por esa bruma de calor y pasión nuevamente, sintiéndonos, probándonos y tratando de no bajar de ese hermoso cielo que nos promete mucha felicidad.

Una y otra vez hasta que volvimos a caer rendidos uno sobre el otro, cansados, extasiados y tan plenos que era imposible ocultar la sonrisa que tenemos en nuestro rostro, es simplemente increíble la forma en la que nos complementamos, sé que cuando estuve en Chicago pude pensar en lo que había perdido con Fabiana pero eso solo fue un momento para llegar a esto, a este amor descubierto que se que me llevará a mucho más, la amo y si no estuviera seguro, no se lo hubiese dicho porque definitivamente no soy hombre de estar ilusionando sin necesidad a alguien.

—¿Estás tomando tus pastillas?—ella asintió con los ojos cerrados y yo suspiré tranquilo porque pensé que habíamos metido la pata pero no, todo sigue estando bien—¿Lista para recibir a mi familia dentro de pocos días?—pregunte y ella abrió sus ojos para verme un poco preocupada—hablando de eso, debemos salir a comprar los adornos de navidad, ya te darás cuenta cuan importante es para mi familia todo eso y verás el desastre, además hay un niño de dos años que ya sabe caminar así que va a estar muy duro toda esta visita—asintió y yo sonreí porque no quería asustarla pero prepararla era lo ideal, debía saber a lo que se enfrentaría porque viene Mike y Fernanda.

—Espero que no sea tan grave como dices—dijo nerviosa y yo bese su frente para cerrar mis ojos, necesito descansar un poco.

—Pero no te preocupes amor, ellos no son tan caóticos —le susurré y ella asintió acariciándome el cabello, yo me reí entre dientes porque la había asustado, aunque más se asustaría al ver el desastre por ella misma porque yo podría mentir en cualquier cosa menos en que mi familia es un desastre andante y que definitivamente no saben hacer más que gritarse cuando no están de acuerdo y es peor si nos dividen en dos bandos porque la guerra comienza y solo se detendría obteniendo un ganador.

—Espero que así sea—susurro ella y yo comencé a quedarme dormido poco a poco sintiendo sus caricias en mi cabeza y disfrutando del calor de su cuerpo junto al mío.


Me estiró en la cama y toco a mi alrededor buscando a mi novia pero no la encuentro, me levanto con rapidez y salgo de la habitación, estaba teniendo un sueño muy lindo con ella hasta que me la arrebataron de una forma horrible y yo no pude hacer nada para impedirlo lo que me dejó peor, bajo las escaleras casi corriendo y no la veo por ningún lado, llegó a la cocina y ella está ahí cocinando muy tranquila, con música mientras se mueve sutilmente al ritmo de esta, yo me apoyo en el umbral de la puerta mientras la veo respirando un poco mejor, me había entrado mucho miedo de no verla aquí, habría sido capaz de salir a buscarla sin importarme nada pero gracias al cielo está aquí sana y salva.

—Que hermosa te ves cocinando—hable y ella salto para luego verme con los ojos entrecerrados.

—Me has asustado, idiota y que no se te haga costumbre porque sabes que aquí el que cocina eres tu—me reí y me acerque a ella para ver que es lo que está preparando.

—Pues de eso le doy gracias a mamá Fernanda, de tanto verla cocinar quise intentarlo y ahora me sale medianamente bien—me coloque detrás de ella y bese su cuello haciéndola reír.

—Lo haces bien, solo que no te gusta aceptar que eres un gran cocinero ¿O es que tu familia no sabe que sabes hacerlo?—yo miré hacia todos lados como si alguien de mi familia estuviera escuchando y puse mi dedo en medio de mis labios en señal de silencio.

—Shh, ellos no saben y si se enteran ya no seré del equipo de decoración sino del de cocina y no sabes cómo es estar en la cocina con la presión de Fernanda para que todo salga bien. No, no quiero que sepan por favor—le pedí y ella se dio la vuelta para mirarme seriamente—es en serio Van, cuando todos estén aquí te darás cuenta de lo que digo, puede ser que el verla cocinar me haya dado la iniciativa para aprender pero no las ganas para trabajar bajo su presión, de verdad no sé los digas, a nadie ¿Me lo prometes?—ella lo pensó un poco y se dio la vuelta para darme la espalda.

Está mujer es tan malvada que se que es capaz de decirles sino le doy algo a cambio, aquí todo es chantaje y transacciones sucias.

—Te doy lo que quieras, lo que tú me pidas—le dije y ella apagó lo que estaba cocinando para darse la vuelta de nuevo hacia mi y hacerme a un lado.

—Esta bien pero sin tretas, tu me entregas lo que quiero y yo cierro mi boca por completo —yo asentí a duras penas pero debía hacerlo porque no quiero que sepan que cocino, además de que si los chicos se enteran ya no tendré la excusa de quedarme sentado mientras otro cocina porque ahora me pondrán a mi y eso tampoco lo quiero.

Hicimos el trato completo al estrecharnos las manos y sonreímos, se que puedo confiar en ella y también sé que mientras le de lo que quiere, ella hará lo que yo quiero y para mi eso es muy fácil. Debo agradecer a mi papá por conseguirme empleo en una empresa de negocios como asistente donde me pagan bien y aprendo muchas cosas que me interesan mucho, es como un mundo increíble para mí y que disfruto a diario, por eso tengo la posibilidad de comprarle lo que ella quiera y aunque sé que me va a doler lo vale todo.

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