Capitulo 55

''Encontrar una luz que nos saque de la oscuridad es lo que necesitamos todos para sobrevivir. ''

Erick.

Entro completamente a la habitación y respiro profundo al ver la escena una vez más, Madison está muerta a un lado de Fabiana que esta golpeada, llena de sangre y con la ropa rota, me acerco más a ellos y me arrodillo a un lado de Max para ver a Fabiana de cerca, esta desmayada y su rostro, no puedo creer que la hayan golpeado de esa forma. Me alejé necesitando aire, el olor a sangre me había mareado y mientras más respiraba más me ahogaba ese asqueroso olor. Salí de esa cabaña directo hacia el imbécil que le hizo eso a ella, que la daño de tal forma, busqué entre las patrullas y cuando llegué a donde está el psicópata ese, abrí la puerta y lo saqué con una sola mano agarrando su camisa.

Lo tiré a la tierra y comencé a golpearlo una y otra vez sin cansarme, quería acabar con él de una vez por todas, que no quedara ni una parte de él. Seguí descargando mi rabia en él quien no emitía ni un quejido, eso me enfurecía más y seguía golpeándolo, lo odio por lo que nos hizo, odio como terminaron las cosas para todos y odio que hubiese tocado a Fabiana de una forma indebida, que haya hecho pedazos a mi hermosa chica, no lo puedo soportar. Me parte el alma pensar que quedó marcada para toda la vida por ese enfermo. Siento como me halan hacia atrás y yo levanto mis manos para que me suelten, no pondré mis manos otra vez en ese imbécil que no se merece nada de nadie, por asesino, por psicópata y violador.

—Si te atreviste si quiera a tocarla de una forma en la que no debías, a besarla incluso. Yo te juro que te busco donde sea que estés y te mato porque eso es lo único que mereces tú, la muerte—lo vi reírse y apreté mis puños para no dejarme dominar por la rabia que estoy sintiendo en estos momentos, las ganas de arrancar cada parte de su cuerpo.

—Lo hice y no sabes cuan delicioso fue hacerlo—yo me solté de quienes me tenían aun agarrado y me fui sobre él golpeándolo con mucha más fuerza y él no dejaba de sonreír.

—Déjalo ya, no te das cuenta que disfruta provocarte, céntrate en lo importante hijo—escuché a mi padre hablar y me detuve, lo empuje y me di media vuelta para alejarme de ese ser inservible que sigue respirando mí mismo aire—debes controlarte, no vas a solucionar nada si actúas como un demente, queremos que lo encierren de por vida, no que te encierren a ti por matarlo a él—asentí tratando de controlarme pero me era imposible, de verdad sentía que por mis venas corría fuego que debía dejar salir de alguna forma, me muevo de un lado a otro y se escuchan las sirenas de ambulancias.

— ¿Y Max? —pregunté al ver como la ambulancia se estacionaba.

—Se quedó en esa habitación, le dije que no podía moverla de la escena del crimen hasta que los mismos paramédicos la levantaran a ella y el cadáver de Madison—y en ese momento reparé en el otro cuerpo, Madison que si bien la mitad del tiempo no me caía bien, cuando la conocí por primera vez me pareció una chica muy dulce pero ella cambió mucho cuando se dio cuenta que gustaba de mí y todo se fue a la basura, la amistad que pensé que teníamos se acabó y comenzó su odio hacia mí. Yo si llegué a apreciarla bastante pero a veces sus actitudes me sacaban de quicio y eso simplemente me hacía alejarme de ella hasta el punto en donde estamos hoy, se volvió completamente loca y busco su propia muerte al aliarse con un psicópata.

Vi como los paramédicos sacaban el cuerpo de Madison en una gran bolsa y atrás venían con Fabiana colocándole oxígeno, quise acercarme a ella pero mi papá me detuvo. Yo solo vi como se la llevaban y como Max se subió a la ambulancia. Quise llamar a Char pero mejor no, es mejor llegar al hospital y que ellos vean que Fabiana está bien pero muy golpeada. Respiré profundamente y mi papá me llevó hasta él para abrazarme, por fin la pesadilla se había acabado y todos estábamos bien, un poco estropeados pero a salvo que es lo importante.

Con Albert me fui al hospital porque mi papá iba a irse con los oficiales a llevar a Noah o Cristian ante las autoridades, se abriría el caso de Perla y ahora lo que había pasado, con todos los cargos que le imputarían va a durar toda su miserable vida en la cárcel como se merece. Albert y yo íbamos en silencio, yo pensando en todo y él no lo sé pero seguramente no se alejaba mucho de lo que yo pensaba. Como de un momento a otro el rumbo de nuestras vidas cambio para llegar a este desastroso momento, con personas heridas y una muerta, como era posible que sufriéramos por algo que se pudo a ver evitado desde un principio pero Cristian supo jugar muy bien con todos, tanto que nos trajo a este punto como niños que deben ser guiados.

Ahora entiendo que todo fue parte de su plan y que solo fuimos piezas de un ajedrez que él estaba jugando solo pero no contaba con que un caballito de Troya interfiriera en sus planes, el que mi papá le diera ese collar fue muy inteligente y salvó su vida, pudimos recuperarla y ahora ella estará bien junto a su gran y fastidiosa familia como siempre ha sido, como nunca dejara de ser.

Me concentré en el camino y suspiré dejando ir un gran peso de mis hombros y de mi corazón, por un momento creí que estaba muerta, que ese degenerado la había matado pero no fue así y el alma me volvió al cuerpo, es la chica que amo y mi vida quedaría totalmente gris si ella ya no estuviera a mi alrededor como siempre.

Media hora después llegamos al hospital, yo entre casi corriendo sin esperar a Albert, en la sala de espera de urgencias me encontré con Fernanda, Maximiliano, Charlotte y mi mamá, los papás de Charlotte también estaban pero sentados, me acerqué a Fernanda y ella sin esperar a que yo lo hiciera me abrazo con mucha fuerza, comenzando a llorar en mi hombro, yo pase mi mano por su espalda para que se calmara pero nada lograba que eso sucediera, ella seguía llorando sin detenerse, como si hubiesen abierto algo dentro de ella y ya no pudiera parar de llorar, yo me alejé y sostuve su cara en mis manos.

—Ya todo está bien mamá Fer, no te preocupes más, ella ya está con nosotros y no se alejará más—le dije y ella asintió mientras seguía llorando—no llores más, ella está bien y ya regresó, por favor no llores más—la volví a abrazar y ella comenzó a calmarse poco a poco, no la soltaría porque al igual que a Sharon, yo la amo como mi mamá y si en este momento soy un apoyo para ella, pues lo seré hasta que esté más tranquila.

—Gracias hijo, por estar conmigo, por no abandonar a mi hija nunca, gracias—yo negué sonriendo y llevándola a que se siente, ya estaba calmada. La dejé con Sharon y con mi mamá quien me sonrió con sus ojos cristalizados, esto era muy difícil para todos porque prácticamente ellas se intercambiaron los hijos al ser tan amigas siempre y los tres o cuatro somos hijos de las cuatro, me acerqué a Charlotte y ella me abrazó refugiándose en mi pecho sorbiendo por la nariz, señal de que había llorado mucho.

— ¿Está muerta? ¿Maddie, esta muerta? —me preguntó con un nudo en la garganta y yo asentí con pesar porque a pesar de todo yo no le deseaba la muerte—oh por Dios—susurró aferrándose a mi camisa mientras lloraba, por uno o dos años, Madison fue muy amiga de los tres y quisimos darle todo el amor por ser nueva pero ya todos sabemos la historia de cómo las cosas cambiaron, sea como sea la queríamos y ver que ahora estaba muerta estando ya tan cerca de la graduación, dolía mucho.

—Tranquila Pardo, aunque no quisiéramos que eso pasara, ella se buscó ese final, ella decidió cuál sería su camino y ahora ya no está viva, duele pero no podemos hacer nada para que eso sea diferente, ya no— ella asintió tratando de dejar de llorar y al ver que no se calmaba, la tomé de la mano y me la llevé hasta la cafetería para que comiera algo y se calmara antes de entrar a ver a Benjamín.

— ¿Crees que iba a matarla a ella también? — lo pensé mientras íbamos por el pasillo y asentí porque ese hombre hubiese sido capaz de cualquier cosa.

— Primero el accidente y luego la golpiza donde casi matan a Benjamín ¿crees tú que no sería capaz? — ella bajó su mirada y no me respondió porque sabe que si sería capaz y aceptarlo le daba miedo—lo bueno es que ya no debemos de preocuparnos por él nunca más, con tres intentos de homicidio y dos asesinatos, ese chico está más que hundido—entramos a la cafetería y dejamos el tema hasta ahí, ahora solo debíamos tratar de olvidar todo lo que pasó y seguir con nuestras vidas como siempre hacemos.

Una hora después.

Pasamos a la habitación de Benjamín y este nos miró con el ceño fruncido, ninguno había querido decirle nada porque queríamos esperar a tenerla con nosotros para no darle falsas esperanzas aunque sabíamos que si la encontraríamos pero no como y eso es lo que queríamos evitar, gracias al cielo la encontramos viva y podemos contarle todo lo que pasó para que ya no piense más, ni se torture con el hecho de que todo eso es por su culpa cuando solo es culpa de Cristian, nadie más que él y su psicopatía tienen la culpa.

Charlotte se detiene a la derecha y yo a la izquierda, Benjamín nos ve con preocupación, seguro debe estar pensando que algo malo pasó cuando lo que pasó fue que encontramos a su novia luego de dos días intensos buscándola, casi tres pero a tiempo llegó esa alarma a mi papá y llegamos antes de que algo peor le pasara a ella también, yo no soy bueno para dar noticias malas y menos a alguien que está en un hospital, miré a Charlotte y ella me sonrió para darme ánimos y que le dijera de una vez por todas, estaba poniéndole mucho misterio a la situación y lo que podía lograr es que le diera un ataque de histeria a mi querido amigo, dirigí mi mirada hacia él y suspiré para ya decirle.

— ¿No me van a decir? —nos preguntó y yo le sonreí decidido.

—Encontramos a Fabiana, Noah la tenía en una cabaña muy lejos y también estaba Madison con él—dije bajando un poco mi voz.

— ¿Esta ella bien? ¿Por qué estás hablando así? ¿Qué pasó, Erick? —yo cerré mis ojos y suspiré de nuevo.

—Fabiana está bien, muy golpeada pero con vida. Noah se lo llevaron detenido y Madison.... Ella está muerta, cuando llegamos su cuerpo estaba debajo de un charco de sangre y no se movía—dije y él se levantó con esfuerzo, estaba incrédulo, dolido y muy confundido.

— ¿Cómo fue que dejó vivir a Fabiana? —preguntó muy bajito como sí que lo dijera fuera un pecado.

—No lo sabemos, lo único que sé es que Fabiana sigue viva y es lo que importa, que ese imbécil no pudo lograr su cometido—Benjamín asintió y se cubrió la cara con sus manos mientras lloraba, sentíamos mucha felicidad pero tristeza por el hecho de que Madison este muerta, que aunque no hizo cosas buenas en los últimos meses, no se merecía morir en manos de él ni de nadie.

—Duele que las cosas se hayan dado así para ella pero no sabes cuánto me alegra que Fabiana este bien, este viva y a salvo con su familia, la culpa no me iba a dejar vivir, no merezco que me ame, no merezco estar a su lado porque fui yo quien le trajo tanto sufrimiento, quizás si no hubiese regresado él no hubiese matado a Perla y todo se hubiese podido evitar pero lastimosamente no podemos cambiar algo que si o si iba a pasar pero créeme cuando te digo que no me siento capaz de verla a la cara, no soy digno de estar a su lado— yo quedé sorprendido por su declaración, por saber que de una u otra forma nadie le sacaría ese pensamiento de la cabeza y que si ya había tomado la decisión, ellos dos ya no tenían un futuro.

—No puedes hablar así, no puedes decidir algo cuando sabes que con eso la herirás más, cuando sabes que ella te ama y no piensa que tu tengas la culpa, no creo que estés siendo justo ni contigo ni con ella— dijo Charlotte molesta— pero tú puedes tomar tus decisiones y si esa es la que tú has tomado pues te felicito, perderás a la mejor chica que jamás hayas podido conocer y te arrepentirás luego de haber decidido tan equivocadamente—salió de la habitación y ambos vimos como la puerta se cerraba detrás de ella, tenía mucha razón pero como dije antes, él ya había tomado la decisión.

— ¿Crees que eso es lo mejor? ¿Estás seguro de lo que quieres? —Benjamín se acomodó y asintió serio.

—Es lo mejor, sé que es así. No puedo estar a su lado sabiendo que yo traje todo ese sufrimiento hacia ella, no puedo con eso—dijo y yo asentí entendiéndolo porque si yo estuviera en su lugar pensaría lo mismo, porque no hay forma de que no se sienta culpable, así se lo repitan miles de veces él va a seguir diciendo que por su culpa todo esto pasó.

—Te entiendo hermano pero debes pensarlo mejor, recuerda a quien estarás perdiendo—Benjamín asintió y cerró sus ojos dándome a entender de que quiere estar solo, yo asentí y caminé hasta la puerta para salir, me detuve y lo miré—recuerda que ella te ama y que la destrozara el hecho de que no quieres seguir con ella—no recibí respuesta y salí de esa habitación, seguramente ya ella estaría en una y yo quería verla con sus hermosos ojos abiertos y su encantadora sonrisa dirigida hacia mí.

Caminé pausadamente, quería serenarme antes de llegar, eso que me acaba de decir Benjamín encendió una llama de esperanza en mí, no debía pero yo amo a Fabiana y sería un estúpido si no aprovechara el hecho de que él la va a dejar. Yo tampoco creo merecerla pero sé que podría hacerla muy feliz, estoy seguro de eso.

Fabiana.

Abro mis ojos poco a poco pero siento como uno no abre completo, es como si tuviera algo presionando arriba y abajo, con mi ojo sano veo a mi alrededor y me encuentro con mi mamá y mi papá, uno acostado en un sofá y ella sentada en una silla viéndome con los ojos cristalizados, siento mi cuerpo muy adolorido e intento no moverme mucho pero estiro mi mano hacia ella y la toma sonriendo, yo intento hacerlo pero los músculos de mi cara también me duelen y me quejo, ella se acerca más a mí y acaricia mi cara con delicadeza, como si no me hubiese visto por mucho tiempo, yo aprieto su mano y una lagrima cae de mi ojo y rueda por mi mejilla.

Puedo recordar todo, cada golpe hacia mí y hacia Madison, ella... a pesar de todo no quería que muriera, ella fue mi amiga por varios años y seguía queriéndola porque así soy, mi corazón es tan blando que nunca pude dejar de quererla por el simple hecho de recordar las veces en la que sentí su ser genuino. Madison había muerto y no había nada que se pudiera hacer, recuerdo como luche, como rompió mi ropa y como aun así no pudo hacerme nada, luego de desmayarme solo pensaba en que ojala alguien me rescatara antes de que me hiciera lo peor y así fue, fui escuchada y aquí esto, sana aunque con algunos golpes y salva.

—Mi niña... ya estas con mami—asentí llorando.

—La vi morir, yo sentí su frialdad y luego su pulso, ella murió—mi mamá asintió llorando porque ella conocía a Maddie por todo el tiempo que pasábamos juntas en la casa—quise evitarlo pero cuando lo logré, ya era muy tarde y lamento mucho eso.

—Está bien cariño, no te preocupes más—dijo y yo volví a asentir, el hablar tanto también me cansa mucho—deberías dormir un poco para que te recuperes mejor, gracias al cielo no tienes fracturas y mañana podemos irnos a casa—cerré mi ojo y suspiré, quería dormir pero si lo hacía probablemente tendría una pesadilla y no quiero eso, fingí dormir por unos largos minutos hasta que escuché la puerta ser abierta y luego cerrada. Abrí poco a poco mi ojo y mi mamá no estaba pero me encontré con mi papá viéndome mientras sonreía.

—Te conozco mejor que nadie, es obvio que estabas fingiendo niña tramposa—estiré mi mano hacia él y la toma para apretarla—casi me muero mientras te buscaba, mi hermosa hija secuestrada y nosotros sin saber en dónde estabas, me iba a volver loco si no te encontrábamos. Eres lo más preciado que tengo y no podía perderte, me había negado—sonreí un poco pero luego lo dejé porque me dolía—cuando escuché esta alarma que Mike había instalado en mi teléfono casi me tiro por una ventana, doy gracias de que Albert estuviera porque si no, no te estuviera contando esto. Lo peor de todo fue cuando te vi tirada en ese baño de sangre, el corazón se me iba a salir pero ya estás aquí, viva—dijo y se acercó para besar mi frente—te buscaría mil veces más porque siempre daría todo por ti hija mía—amo a mi papá con mi vida y así como el me buscó hasta encontrarme, yo haría lo mismo y hasta entregaría mi vida por su bienestar, lo haría sin dudarlo ni un segundo—agradezco que estés de regreso y esta vez no te soltare, hagas lo que hagas iras conmigo—no pude reírme pero si apreté su mano y negué.

— No, tampoco comencemos a exagerar Maximiliano— él soltó una carcajada.

— ¿Cómo que Maximiliano? Soy tu papá ¡tu papá! —lo golpeé para que dejara de hacerme reír.

—Ya, no me hagas reír que no puedo hacerlo—dije y él acercó sus manos hacia mi rostro y comenzó a masajearme para que mis nervios se relajaran.

—Esto nos dijo el doctor que hiciéramos para que pueda dejar de dolerte, tienes los nervios tensos y en fin, debemos cuidarte como un bebé mientras tus dolores se vayan, las hematomas desaparezcan y te sientas mejor tu—aplaudí feliz pero sin poder demostrarlo mucho con el rostro.

—De acuerdo pero deja de hacerlo ya, por favor—él se alejó y en eso la puerta se abre para mostrarme a Erick.

—Yo voy a ver qué hace tu mamá, los dejo solos—asentimos y él salió de la habitación mientras Erick se acerca a la cama y por ende a mí, dura unos segundos viéndome para después sonreír y dejar un beso en mi frente.

—Me alegra que estés bien, Erick—le dije tendiéndole mi mano la cual agarró—estaba muy preocupada por lo que te pudo haber pasado, Madison me dijo que el auto se quemó y pensé que tú en él—Erick negó y llevó mi mano hacia sus labios para dejar un beso.

—Unas personas me ayudaron a salir antes de que explotara, sino no estaría vivo en este momento pero no te preocupes que aquí estoy para seguir amargándote la vida por unos años más, recuerda Chicago—asentí recordando nuestros planes y me acordé también de Benjamín.

— ¿Y Ben? ¿Él está bien? Ellos me ensañaron un vídeo donde lo golpeaban, hasta lo apuñalaron y lo quemaron, ver eso fue horrible—él puso sus labios en una línea, apretando uno con el otro.

—Está bien, milagrosamente. Casi se desangra pero llegó justo a tiempo al hospital, está internado aquí pero en otra habitación porque es imposible que este en esta misma—sonreí un poco más y negué, Erick siempre saliendo con sus tonterías, eso es algo que nunca se le acaba.

—Quiero verlo—Erick asintió.

—Creo eso ya será mañana o cuando ambos salgan del hospital, tú debes descansar y él no se puede levantar todavía de la cama porque se le puede abrir la herida o algo así entendí, en realidad no sé—negué y sonreí pudiendo hacerlo un poco mejor.

Al día siguiente.

No pude ver a Benjamina así que me toca esperar a que él salga en dos días más, me bajo del auto en frente de mi casa y suspiró, es muy difícil volver después de tanto, esos dos días me parecieron eternos, entre golpes y silencio no había forma de que los minutos corrieran más rápidos, todo allí parecía correr en cámara lenta. Me propuse que después de que entrara a mi casa me olvidaría de todo lo que pasó, de cada cosa y comenzaría a vivir de nuevo, como si hubiese renacido porque así me siento.

Camino por el camino de piedras y veo el hermoso jardín delantero, las flores están un poco secas y el césped crecido pero eso es algo que cambiara mañana, subo al porche y le doy la vuelta completa, como si estuviera conociéndolo de nuevo, me devuelvo y entramos por la puerta principal, una alegría muy grande crece en mi interior al ver mi casa de nuevo, ya sin tener que preocuparme por nada. Subo las escaleras para ir a mi habitación, la misma que he extrañado como loca todo este tiempo. Abro la puerta y cuando entro sonrío ampliamente, mis cosas están en su lugar, mi cama ordenada y suspiro porque por fin estoy aquí, porque puedo respirar sin pensar en nada más que mi bienestar y el de mi familia.

No hay nada mejor que volver a ese lugar seguro, a ese lugar en donde te sientes tú misma, donde la felicidad es inagotable, donde puedes descansar de todo lo malo que pasa en tu vida, seré sincera y diré que lo que más extrañaba de esta casa es mi habitación, mi hermosa y pacifica habitación, no había nada mejor que regresar a casa.

**

Hola, gracias por seguir leyendo.

No se les olvide votar y dejar sus comentarios.

Pueden encontrarme en mis redes como:

Ariadna Romero en Facebook/ Amor entre lineas... pagina para compartir pequeños escritos.

@ariadnafabiola9 en Instagram

También pueden encontrar más de mis libros en Sueñovela y Booknet solo buscandome como Ariadna Romero o Arfalov.

Besoos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top