Capitulo 48
''No hay palabras para explicar el miedo y no hay miedo más grande que sentirse observada. ''
Una semana después.
Puedo observar todo una y otra vez y seguiré pensando en que no hay nada como mi habitación, aquí hay muchas más cosas pero yo no cambiaría jamás la comodidad de mi casa por los lujos de este hogar y aunque he amado estar aquí esta semana, quisiera volver a mi casa ya pero lastimosamente no se puede, he estado tentada a escribirle al número desconocido y quedar para vernos pero luego el miedo se apodera de mí y no lo hago porque a estas alturas ya es mucho más riesgoso.
Ya he dicho varias veces que sé quien es pero ahora pensándolo mejor no estoy muy segura, porque unas personas puede mostrar una actitud obsesiva y no ser el acosador pero no hay como estar seguro porque en la vida todo es posible, tampoco es que yo tenga enemigos para que quieran hacerme este tipo de cosas y eso, el pensar tanto es lo que termina agobiándome más, es como correr en círculos o estar perdida en un laberinto que posiblemente no tenga salida. He intentado alejar esos pensamientos de mí pero me es imposible sintiéndome tan expuesta ante los ojos de una persona extraña, a veces divago mucho e igual termino en el mismo pensamiento constante y perturbador porque esto para mi ya no es algo que luego pase, para mi esto es algo que en realidad esta en juego mi vida y mi estabilidad mental.
Mi mamá ha tratado de distraerme los últimos días al igual que Stella o Erick que son con los que me pasa la mayoría del tiempo, mi mamá ha querido dejar de trabajar y me siento egoísta aunque en realidad no sea mi culpa, yo he tratado de estar bien para que no se preocupe pero me conoce y sabe cuando estoy fingiendo, pero mi parte racional me grita que los deje seguir sus vidas porque no pueden detenerse porque yo en este momento este pasando por una crisis nerviosa cada que veo algo extraño. Sé que debo controlarme pero a veces se me hace imposible.
En ocasiones solo quiero llorar y pedir mi vida de regreso como si de verdad eso fuera a pasar, para que eso suceda debemos conseguir a la persona que esta haciendo de mi vida un constante tormento, entre la paranoia y los nervios ya no hay más que pueda tener en mi vida. Y quiero con todas las fuerzas del universo que esto ya no sea así, debo decidirme a hacer algo pero no estoy lista para eso todavía, no estoy lista para enfrentarme sola a esa persona.
Escucho golpes en la puerta y yo me cubro la cabeza con el edredón, sigo con sueño y ahora que estoy de vacaciones el sueño es mucho más, además de volver a tener esas ganas de dormir como antes, antes de esos días en los que no dormía para nada bien pero aquí me he podido recuperar un poco. La puerta se abre, pasos se escuchan y luego como la cama se hunde a mi lado, me quitan el edredón de la cara y abro mis ojos para ver a Erick con una sonrisa frente a mí.
— ¿Es que aquí no dejan dormir? —Me quejé y él solo tomó mi brazo y me levantó haciendo que me sentara, yo me crucé de brazos y él desordeno más mi cabello—déjame, idiota—lo golpee.
—No, levántate que tenemos que irnos a casa de Benjamín, ya empezamos con los preparativos para navidad y recuerda que si no empezamos desde temprano, no acabamos nunca, así que levántate y deja la tontería que vas a ir a ver a tu novio—yo lo miré e hice una mueca al recordar que aún sigue pasándola mal por lo que le hizo Meli y más porque ella lo ha estado buscando con la excusa de que quiere arreglar las cosas pero mi amigo cuando dice y se decide que ya no vuelve a hacer algo, no lo hace porque no acepta que se la hagan una vez y por supuesto no lo soportara una segunda.
— ¿Por qué hoy? ¿Por qué siempre tenemos que hacer cenas tan grandes? ¿No podemos ser familias normales y hacer las cosas tranquilas? Pero no, muchos arreglos, mucha gente y mucha comida, solo hacen que me canse y quiera que los días se alarguen y no llegar nuevamente a este estrés—Erick soltó la carcajada y yo negué porque estoy hablando en serio, no deberíamos hacer tanto alboroto cuando podemos hacer decoraciones normales y comida racionada, aunque no puede ser hipócrita y decir que no disfruto de todo eso cuando ya está listo, porque en realidad lo hago mucho así que mejor no lo digo más.
—No te quejes y levántate que tu mamá y mi papá están estresados porque su nivel de competencia está creciendo mucho más, no sé qué vamos a hacer con esos dos pero sé que estos días antes de la cena será todo un estrés para todos porque no saben que es lo que van a hacer, sabes que ambos siempre quieren hacer todo—negué y me cubrí mi cara con mis manos porque de verdad esto será una gran tortura, todavía tengo que levantarme temprano para agregarle que mi mamá este discutiendo con Michael por cosas tontas que cualquiera puede hacer.
— ¿No puedo no ir? No me siento capacitada para estar en todo en ese estrés tan temprano, prefiero ir dentro de un rato—Erick lo pensó un poco y yo cerré mis ojos esperando escuchar buenas noticias.
—Déjame decirles que vamos a ir dentro de unas horas para que te de chance de hacer las cosas tranquilas y no estés en ese estrés de organizar, igual si cuando llegue la hora no quieres ir, no vamos—asentí y Erick salió de mi habitación, yo me tiré hacia atrás y cerré mis ojos quedándome dormida segundos después.
***
Abro mis ojos poco a poco y me estiro para luego sentarme en la cama, todo con esa lentitud propia, esa que a mi mamá le estresa cada mañana. Pongo mis pies en las pantuflas y me levanto para caminar tambaleándome hasta el baño, debía darme una ducha primero antes de bajar porque es seguro que no regresaremos hasta la madrugada, comienzo con todo el proceso de aseo personal y termino debajo de la regadera disfrutando de las gotas en mi cara y cuerpo, relajándome poco a poco, sintiendo como solo así las cargas se van y los problemas se olvidan.
Cierro la regadera y abro la cortina del baño para tomar mi toalla y envolver mi cuerpo con ella, me veo en el espejo y paso mis manos por mi cabello, tengo ojeras y se me ve el rostro un poco más delgado. Estos días no han sido fáciles, para ninguno en realidad y eso es solo culpa mía, no voy a dejar de decir que me siento egoísta por arrastrarlos a todos hasta este punto donde debemos estar pendientes de cada persona que se nos acerca, de cada mensaje que llega o de cada llamada y eso es una real tortura, la paranoia es la peor enemiga.
Suspiro y salgo del baño encontrándome con Erick sentado en la cama esperándome, sus ojos conectan con los míos y mi respiración se corta, su mirada viaja por todo mi cuerpo y siento como mis mejillas se tiñen de rojo, carraspeo y su mirada vuelve a mi, puedo ver como sus manos se convierten en puños y traga duro pero sin desviar la mirada ni un segundo así que yo también se la mantengo, en esto somos iguales a nuestros padres, no hay forma de que nos ganen en algo en lo que creemos que podemos hacer y una guerra de miradas con esta tensión que se puede cortar con una tijera es la mejor forma de demostrar cuanto heredamos de ellos. Paso mi lengua por mis labios y su mirada se pierde en ellos y se levanta, no estoy buscando provocarlo solo que por la intensidad del momento se me secaron y no pude evitar hacerlo. Erick camina hacia mi y siento que podría perder el conocimiento de tanto que he contenido la respiración, son pasos cortos pero certeros, con una promesa tentadora que nos llevaría demasiado lejos en esto.
Erick llega hasta mí y me toma por la cintura pegándome a su pecho, mis labios se entreabren y su otra mano la lleva a mi cuello apretando un poco, esto avanza tan rápido que no me da chance de negarme aunque se me hace muy difícil hacerlo, no puedo pensar en nada más que no sea su toque en mi cuerpo, su agarre en mi cuello y su aliento chocando con el mío como si estuvieran danzando. El calor que su cuerpo desprende y la proximidad entre ambos hace que mi cuerpo sienta un calor recorrerlo.
—Perdóname por no saber contenerme pero verte solo en toalla activo eso que había estado reteniendo desde hace mucho tiempo, solo quiero que sepas que te has impregnado en mi, te has metido tan debajo de mi piel que ya no sé como sacarte de allí y sé que esto es inapropiado pero debía decirlo, no sabes cuanto me duele todo, lo de Melisa solo fue un detonante para que pudiera sentir todo ese dolor que había guardado y nunca había querido exteriorizarlo, su traición me hizo darme cuenta que te amo a ti y que jamás podría amarla a ella, porque tu te adueñaste de mi corazón—cerré mis ojos y me hice hacia atrás alejándome de él, cayendo en cuenta que mi novio seguramente debe estar preocupado en su casa y yo aquí teniendo este momento con Erick tan inapropiados.
—Siento que las cosas resultaran así, de verdad lo lamento porque yo también te amo como mi mejor amigo pero no puedo hacerle esto a Benjamín, tu mismo lo dijiste una vez y es verdad, ya mucho ha pasado como para que lo engañe contigo, yo lo amo a él y no sé que es lo que pasara en el futuro pero sé que mi amor por él jamás cambiara y por ti tampoco, yo lamento de verdad que lo que sientes por mi sea dolor por no tenerme a tu lado pero tarde nos dimos cuenta como ya hemos dicho veces anteriores y no podemos regresarnos al pasado, solo nos queda vivir el presente y sé que hay una gran mujer esperando por ti en algún lugar pero sé que justo en este momento no soy yo—él asintió y bajo su cara, yo me acerqué a él y tomé su barbilla para alzarla y verlo a los ojos—no debes darte por vencido en el amor Erick, eres un chico guapo, inteligente, amable, cariñoso, persistente y capaz, eres un excelente amigo e hijo, eres increíble y la que no se de cuenta de eso esta ciega—le di un beso en la frente y él cerro los ojos al sentir el contacto de mis labios.
—Siempre me ha gustado que seas sincera pero hoy siento el corazón doblemente partido y no es tu culpa, es mía por dejarme sentir cosas que no debía por mi mejor amiga—se rio—tan cliché, el mejor amigo enamorado de la mejor amiga, esto no puede ser peor—dijo y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de si, yo me quedé unos segundos inmóvil mientras proceso eso que acaba de pasar, no me siento bien por el simple hecho de que rompí su corazón, cuando al igual que él ha hecho conmigo, debía cuidarlo pero es muy difícil adivinar lo que va a suceder y yo no pude prever que esto pasara porque él ya estaba con alguien más y solo pensé que lo olvidaría pero las cosas salieron muy distintas a como yo las pensé.
Me espabilé y corrí a vestirme porque ahora si que debíamos irnos, si nos quedamos aquí solo pueden suceder cosas que no deben, me coloqué una leggin negra con una camisa grande con una gran sonrisa en la parte delantera, mis converce y me sujete el cabello en una cola alta, si íbamos a trabajar tenia que ir preparada porque nuestros preparativos no son los convencionales. Me vi en el espejo completo y sonreí, de verdad me veía más delgada y pese a que no me gustaba no me veía nada mal. Salí un momento al balcón antes de bajar y ver a Erick de nuevo a la cara, me apoyé en el barandal y suspire, este jardín es tan grande y hermoso, hay flores y arboles, además de la piscina que esta rodeada de sillas con paraguas gigantes. La cabaña a la izquierda y el simple hecho de que todo en si se ve hermoso.
Cierro mis ojos y un escalofrío me recorre por completo, los abro y comienzo a ver por todo el jardín sin encontrar nada pero sintiendo una mirada sobre mí, una mirada intensa que hace que mis vellos se ericen. No puede ser que me persiga hasta aquí, entro y cierro la puerta que da al balcón junto a la cortina negra, agarro mi celular y bajo corriendo, podía sentir los nervios y la paranoia tomar poder sobre mi aun sin yo quererlo. Bajo las escaleras corriendo y trato de calmarme al llegar abajo pero no puedo, mi respiración comienza a ir demasiado rápido y mis manos comienzan a sudar demasiado. Sigo corriendo buscando a Erick, sentirme sola no me gusta y el que no lo vea por ningún lado solo me causa mucho miedo, veo por todos lados y comienzo a marearme teniendo que detenerme.
— ¿Dónde estas Erick?—susurro ya sin aire— ¿Dónde estas?—hago respiraciones pausadas, inhalo y exhalo una y otra vez para poder recuperar mi respiración normal, siento mis orificios nasales irritados pero no me doy por vencida, sé que puedo calmarme yo misma, que puedo superar esto—Erick...—susurro pero no se ve por ningún lugar, cuando siento que el mareo ya pasó camino hasta la cocina a ver si esta allí, me apoyo en la pared y entro viéndolo comer cereal—Erick—lo llamó y él voltea a verme para después levantarse apresurado, llegar hasta a mi y tomarme entre sus brazos para sentarme en un taburete, yo sigo intentando recuperar mis fuerzas pero siento que podría desmayarme en cualquier momento.
— ¿Qué fue lo que pasó? Dios, tu no has comido nada ¿puedes sostenerte?—yo asentí y él se fue hacia el otro lado y me preparó un tazón de cereal—come, eso te ayuda porque tiene azúcar y que se yo de medicina—se rio nervioso—solo come, por favor—no espere mucho y comencé a comer mientras él me observaba muy fijamente como si no quisiera perderme de vista y en realidad no lo hará porque de ese lugar no me muevo si no es con él—¿puedes decirme porque te veías tan pálida y a punto de desmayarte?—me preguntó y asentí haciendo a un lado el tazón vacio.
—Después que saliste de la habitación yo me vestí rápido y quise tomar un poco de aire en el balcón pero a los pocos minutos sentí que me observaban, entre en pánico y salí corriendo, sentía que no podía respirar cuando llegué a la sala, no te veía por ningún lado y comencé a marearme, entre el ataque de pánico y que no había comido de nada casi termino desmayada, hasta que pude llegar a la cocina—sus ojos no dejaron de estar abiertos y lo vi tomar su celular, hacer una llamada tras otra sin dejarme escuchar nada, solo me veía de vez en cuando y negaba, eso me estaba poniendo nerviosa, colgó y se acercó a mi.
—Nos vamos de aquí ya, no debimos quedarnos solos—dijo y me ayudo a levantarme, yo me deshice de su agarre y camine sola detrás de él, llegamos al garaje y nos subimos a su camioneta, no dije ni una sola palabra mientras él me observaba—unos hombres vendrán detrás de nosotros, no te preocupes que nada malo va a pasar, estas conmigo y yo te protegeré—suspiré y dirigí mi mirada hacia la ventana—sé que odias sentirte como una carga, sé que todo lo que hacemos te hace sentir como si fueras egoísta pero no es así, tu no eres egoísta, es más eres la persona más amable y desinteresada del mundo, si fuera por ti ayudaras a los demás pero esta vez te toca dejarte cuidar y ayudar—lo miré con lagrimas en mis ojos y asentí.
—No hay quien me conozca mejor, gracias por todo—me limpié la lagrima que cayó por mi mejilla.
—No tienes que agradecer nada, todo lo que hacemos es porque de verdad te amamos y no permitiremos que nada malo te pase—tomó mi mano y la apretó para luego llevarla a sus labios y dejar un beso en mi dorso, yo le sonreí y luego de soltarme encendió el auto, comenzamos a salir lentamente del garaje y yo no podía dejar de sentir inquietud, era demasiado extraño aunque con todo lo que ha pasado eso solo seria una señal de que algo puede pasar.
— ¿Y si mejor nos quedamos?—le pregunté poniendo mi mano sobre la de él.
—No podemos, mi papá me dijo que nos fuéramos de inmediato a casa de los Ocampo—yo hice una mueca porque ya igual no podía decir nada, de todas formas si nos quedábamos no sabíamos que podría pasar ni siquiera sabíamos quien me estuvo observando.
—Bueno, será así—me encogí de hombro y Erick condujo por la pequeña carretera hasta las rejas que protegen esa casa, los de seguridad abren y salimos de la propiedad, Erick coloca música para que el viaje hacia la casa de mi novio no sea tan silencioso viendo que yo no hablare.
Vamos por la carretera tranquilos, escuchando música de mi playlist. Miro a Erick y sonrío porque de verdad siento que se merece la mejor de las vidas por ser ese mejor amigo que cualquier persona quisiera, ese que a pesar de todo te va a cuidar y proteger de lo que sea y de quien sea, así él salga lastimado lo pude comprobar al escuchar su dura confesión y luego seguir sonriéndome y cuidándome como si nada hubiera pasado cuando en realidad su corazón se rompió por segunda vez y eso solo lo hace ser la mejor persona de mi vida, por eso es una de las más importantes y que amo con mi vida entera.
—Gracias por nunca dejarme sola, por siempre estar para mí a pesar de cualquier circunstancia, no pude elegir un mejor amigo—su sonrisa vaciló entre tristeza y alegría pero de igual forma supe que lo que sentía hacia mi, lo que había dicho es sincero, porque es Erick y él me ama, sé que a pesar de todo nunca va a dejar de estar para mi, ni yo para él porque crecimos juntos y seguiremos juntos, como siempre ha sido.
—No debes agradecer, de hecho te agradezco yo por soportarme durante tanto tiempo, porqué sé que entre Charlotte y yo siempre te hacemos estresar, en realidad los tres estamos hechos para soportarnos y amarnos en la misma medida, por algo somos los tres mosqueteros—sonreí y lo vi con ternura porque son pocas las veces que lo acepta—ya, no me mires así y no le digas a Charlotte porque nadie se la va a aguantar—me reí y le di un golpe en el hombro.
—Acéptalo Erick, no te puedes resistir a esas comparaciones locas que hace Char, es más, tú amas que lo haga para luego pelear con ella, niégalo—sonrió y negó.
—No puedo negarlo porque es cierto pero no se lo digas—volvió a decir y ambos nos reímos, después de tanta locura un momento de risa con mi amigo es lo que necesito pero dejo de sonreír al ver a un auto venir a toda velocidad detrás de nosotros, tomo el brazo de Erick y me inclino para ponerle el cinturón, solo puedo ver una luces que a pesar de ser de día alumbran demasiado y aporrean mis ojos—ponte el cinturón tu Fabiana—yo seguía tratando de ponérselo cuando el auto nos impactó por detrás y yo me golpee con el volante—¡Fabiana, vuelve a tu asiento y ponte el cinturón de seguridad!—me gritó pero yo intenté una ultima vez abrochárselo lográndolo por fin, él me empujo sin mucha fuerza hacia mi asiento y con las manos temblorosas intenté ponerme el cinturón, los nervios no me dejaban y las manos se me resbalaban, Erick intentaba no perder el control del auto pero el otro auto golpeaba cada vez con más fuerza, sentía mucho miedo y temía por mi vida pero jamás hubiese preferido ponerme el cinturón primero a mi que a él.
—Te amo Erick—le dije y él me vio justo en el momento que otro auto se vino de frente y nos hizo golpearlo, desviarnos y golpearnos con un tronco que nos alzó provocando que diéramos una vuelta para terminar de cabeza entre el asfalto y tierra. Sentí como sangre caía por mi frente, como los vidrios de las ventanas me rozaron cortándome, mis venas se sentían muy prensadas al estar de cabeza—Erick...—lo llamé pero él estaba inconsciente, cerré los ojos y comencé a sentirme mareada, no podía moverme pero en eso siento que mi puerta se abre y cortan mi cinturón haciendo que cayera al techo del auto con fuerza, golpeándome la cabeza—ayuda...—susurro, ya no podía tener mis ojos abiertos, los sentía muy pesados, todo me dolía y solo podía sentir sueño.
Siento como me sacan del auto pero no puedo ver nada porque mis ojos están cerrados, solo escucho una voz femenina y una masculina que son muy conocidas pero que no puedo corroborar porque mis parpados se sienten muy pesados como para mantenerlos abiertos, me levantan y comienzan a caminar conmigo, ese perfume lo conozco.
—No vayas a hacer nada estúpido—le dijo la chica al chico mientras yo luchaba por no desmayarme.
—No tienes que decirme que hacer ¿o como quieres que te lo deje claro? Estoy cansado de ti y de tu ridícula voz, me tienes harto así que haz silencio y encárgate de lo que te toca a ti—la chica refunfuño pero no dijo nada más porque seguramente le tiene miedo, siento una leve caricia en mi mejilla y solo tengo ganas de bajarme de estos brazos y correr lejos de ese toque áspero que no me provoca nada más que miedo—dije que serias mía y aquí estas, en mis brazos y esta vez será para siempre, es una promesa reina mía—escucho lo que dice e intento recordar, intentando conectar lo que dice con algo que he escuchado pero no puedo, mi mente se siente muy lejos de aquí y ya no tengo las fuerzas necesarias para luchar, para seguir—ya nadie se interpondrá en mi camino, ya esos dos chicos están fuera de tu vida, los he eliminado de mi camino—mi corazón se acelera y pienso en que Erick quedó tirado allá, seguramente muy herido pero ¿a que otro chico se refiere? Mi mente esta hecha trizas pero me esfuerzo en recordar.
Benjamín viene a mi mente y me remuevo con las pocas fuerzas que me quedan, no puede hacerles nada, no a ellos porque no se merecen nada de lo que esta pasando, esto es solo conmigo, ellos no tienen nada que ver.
—Quédate tranquila que ellos ya no volverán a ser tu problema—siento que cubren mi nariz con un pañito que tiene un olor muy fuerte e intento moverme pero ya no puedo, ya todo mi cuerpo esta adormecido y poco a poco mi mente se paga con el único pensamiento que me queda.
No les hagan daño a ellos, algo que no puedo decir pero que en mi mente se siente como un lamento, una suplica que no es escuchada porque quedó inconsciente en los brazos de aquel extraño.
**
Hola, gracias por seguir leyendo.
No se les olvide votar y dejar sus comentarios.
Pueden encontrarme en mis redes como:
Ariadna Romero en Facebook/ Amor entre lineas... pagina para compartir pequeños escritos.
@ariadnafabiola9 en Instagram
También pueden encontrar más de mis libros en Sueñovela y Booknet solo buscandome como Ariadna Romero o Arfalov.
Besoos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top