Capitulo 45
''Amores que consuelan, amores que reconfortan y amores que dañan, amores que lastiman y acaban con las esperanzas. ''
3 días después.
Erick.
Voy bajando las escaleras de mi casa para ir a desayunar y luego ir a buscar a Melisa que vamos a ir por helados, con ella estoy yendo lento porque siento que si me apresuro las cosas pueden salir mal, siempre tengo este pensamiento constante de que si la beso sin su permiso o la toco de alguna forma ella se ofenderá y me detengo, vivo frustrado por el hecho de sentir que no tengo la libertad necesaria con ella, me freno por todo y no es como que no lo intentara pero se siente extraño comenzar una relación con alguien a quien apenas conoces, muy diferente que con Fabiana pero no pensare en eso porque eso si me crea muchos problemas emocionales y no queremos agregar más cosas al asunto del acosador.
Llego a la sala y escucho música que viene de la cocina, me dirijo hacia allá sonriendo sabiendo que mi mamá esta preparando el desayuno tan alegre como siempre, ella es la luz de esta casa, realmente no se que seria de nosotros sin ella. Siempre quise tener otro hermano pero lamentablemente ella nunca pude tener otro hijo debido a que fue muy difícil concebirme a mi, yo soy como su hijo milagro y siempre he sido feliz de serlo porque me toco la mejor de las madres y a ella el mejor de los hijos por supuesto.
—Aquí huele delicioso—digo entrando y viéndola bailar sutilmente mientras sirve algo en unos platos, yo me acerco a ella y le dejo un beso en la mejilla lo que la hace sonreír—buenos días mami—eso provoco que se riera porque yo solo le digo así en contadas ocasiones y comencé a hacerlo después de que un día se quejo de que no la llamaba mami como un hijo normal sino que era siempre muy formal diciéndole madre o mamá, ese día, aunque tenia solo diez años, me reí mucho porque era una tontería su argumento pero como yo la amo y me encanta ver la feliz se lo comencé a decir esporádicamente para que no se acostumbrara y de igual forma pudiera escucharlo.
—Si se lo sigues diciendo no te dejara llamarla de otra forma—dijo mi papá riéndose para luego cambiar su rostro a completamente serio—necesito que veas algo, es rápido—yo asentí y lo seguí hacia la habitación de mando de la seguridad, mi papá es un ingeniero en sistemas, en informática y algo de tecnología avanzada por eso cuando pudo creo un negocio de sistemas de seguridad que cubre todos los ámbitos de seguridad existentes, por eso ahora tiene el dinero que tiene y el prestigio y reconocimiento. Mi mayor sueño desde pequeño es ser lo mismo que es él ahora, una persona poderosa y capacitada en muchas áreas, además de un genio para la tecnología.
— ¿Encontraste algo?—entramos y él me miro por sobre su hombro.
—Mira por ti mismo—dijo sentándose frente a una gran computadora, presiono algunas teclas y se hizo a un lado para que viera la pantalla, yo me acerque frunciendo el ceño y con solo un pensamiento en mi cabeza, esto era realmente increíble. Cerré mis ojos por un momento y cuando los abrí ante mi se mostró la misma escena y yo no lo podía creer ¿era eso cierto? ¿Las cosas si habían sido de esa forma? Llevé mis manos a mi cabello y lo desordene frustrado, esto no podía estar pasando, no a ella.
— ¿Ahora que vamos a hacer?—le pregunté a mi papá sentándome en una silla, devastado, molesto y muy asustado.
—Lo que se deba hacer—lo miré y la seguridad en su mirada me dijo que esa no era una decisión de él, que era colectiva y que las cosas estarían un poco duras para todos.
***
Estoy desayunando sin animo, fingiendo una sonrisa frente a mi mamá para que no se preocupe porque aun no sabe nada y es mejor así para no ande con miedo, aunque el peligro acecha a Fabiana, todos estamos involucrados por ser parte de su circulo social y por ende preferimos no decirle esa información, mi papá redoblo la seguridad alrededor de la casa. Nunca nos ha gustado tener a hombres detrás de nosotros pero por el trabajo de mi papá es necesario y ahora es mucho más requerido. Él hizo lo mismo en todas las otras casas, mi señor padre así como maneja la seguridad por computadoras, también lo hace con un grupo bastante grande de personas experimentadas en ese ámbito que hacen un excelente trabajo.
Ahora por seguridad Fabiana ni ninguna de las mujeres de la familia podrá salir sin uno o dos hombres que puedan protegerlas en cualquier caso de peligro porque repito, todos estamos a su alrededor y no sabemos cual es el alcance de ese acosador, no queremos tener sorpresas.
—Mamá, todo te quedó delicioso—mi mamá hizo una mueca de disgusto y mi papá comenzó a reírse— ¿qué? ¿Qué pasó?—pregunte viéndolos a ambos para que me expliquen porque no entiendo y entonces recuerdo como la llame y sonrío negando.
—Te dije que harías que se acostumbrara y mira que últimamente lo has hecho mucho—yo me reí y ella seguía con su postura inconforme.
—No es mi culpa y además mamá, ya no soy un niño. Piensa que cuando te lo digo es algo muy especial que solo puede ser repetido pocas veces porque si no pierde su encanto—ella cruzó sus brazos.
—No me parece, además no me trates como a una niña a la que debes explicarle las cosas detalladamente. Yo entiendo que es especial y todo eso pero como tu mamá exijo que me llames de esa forma porque a mi me gusta escucharte decirlo—yo negué.
—No, te lo diré cuando yo quiera. Para mi es especial y no lo diré cuando quieras, lo siento—mi mamá iba a refutar y mi papá la detuvo abrazándola con cariño.
—Amor, deja que te diga como quiera, no puedes obligarlo ¿o quieres que se vaya de la casa porque su madre lo obliga a decirle ''mami''? —eso suena bastante descabellado pero entonces mi mamá comienza a llorar refugiándose en el pecho de mi padre.
—Igual se ira, él piensa abandonarme e irse a Chicago—tras decir eso se detiene y lleva su mano a su boca para correr al fregadero y comenzar a vomitar todo ese delicioso desayuno que hizo hoy. Mi papá se detuvo detrás de ella y le sostuvo el cabello hasta que ella dejo de vomitar, le acaricio la espalda y la sostuvo hasta que se pudo sentar en un taburete—me siento muy mareada, quiero recostarme—dijo en un hilo de voz y mi papá negó pasando sus brazos por debajo de sus piernas para cargarla—no Mike, no es necesario—dijo pero mi papá obviamente no la escuchó.
—Vamos a la clínica y no hay discusión ¿crees que no me he dado cuenta que no es la primera vez que vomitas? Te he visto amor, así que no me discutas—yo me fui detrás de ellos—tu no te preocupes, cualquier cosa te aviso. Eso seguro es algo del estomago pero es mejor verificar que no sea algo malo, cuídate hijo—dijo luego de subirla al auto, se acerco a mi y coloco su manos en mi hombro—no hagas locuras, piensa claramente y no dejes que tus sentimientos te desvíen de tu meta —lo miré con el ceño fruncido y él me sonrió asintiendo, se subió al auto y se fue a todo lo que daba.
Mi papá lo sabia, sobre mi conflicto mental sobre mi novia y mi mejor amiga, eso jamás me desviaría de mi meta ¿de que habla él entonces? Sacudí mi cabeza y me devolví a recoger unas cosas para irme a mi cita con Melisa que seguramente debe estar esperando en el parque. Les doy indicaciones de seguridad a las chicas de limpieza y salgo de la casa en mi auto rápidamente, coloco mi playlist y sonrío al escuchar la primera canción que suena, es de las preferidas de Fabiana por lo que me la sé de memoria porque siempre la escucha cuando se sube en mi auto. La canto mientras golpeo con mis dedos el volante y conduzco rejalado, mi casa es la que queda más lejos de todas, Char y Fab casi que viven la una al lado de la otra pero yo vivo en otra parte de la ciudad.
Muevo mi cabeza de un lado al otro hasta que la canción se acaba y comienzan las mías, esas si las canto a todo pulmón, yo de alguna forma soy como Charlotte aunque con menos intensidad, ella es un tormento cuando canta en cualquier situación porque en realidad ella grita, no sé si es por fastidiar o porque así le encanta cantar que provoca solo cocerle la boca para que no grite más. Me río, yo amo a esa loca que inventa cada nueva cosa por segundo y que nos hace reír o empezar una nueva guerra entre nosotros, porque esa es otra cosa que no podemos estar sin discutir mucho tiempo aunque en este tiempo hemos bajado un poco la intensidad por toda la seriedad del asunto.
Que ahora que lo pienso, es algo sumamente estresante y no me quiero imaginar como la estará pasando Fabiana, me detengo en un semáforo y le envío un mensaje preguntando como esta. Suenan un claxon detrás de mí y me doy cuenta de que el semáforo cambio y yo sigo conduciendo, cruzo unas dos calles y me estaciono en el lugar de siempre cada vez que vengo a este parque, a un lado de la acera frente a unas tiendas muy coloridas. Me bajo del auto y cuando iba a comenzar a caminar recuerdo lo que traía y me devuelvo para agarrar el pequeño rapo de tres margaritas que le voy a dar a Melisa.
Cierro el auto de nuevo y comienzo a caminar mientras veo a los niños corriendo, a parejas hablando y hasta personas ancianas riéndose, todo es muy alegre y me hace sonreír por lo lindo que se siente el ambiente. Giro hacia donde iba a encontrarme con Melisa y cuando levanto la mirada me detengo abruptamente, mis pies se quedaron pegados al piso, podía sentir la brisa golpear mi cara y escuchar las voces pero yo no podía ni moverme ni emitir ningún sonido.
Melisa esta frente a mi besándose con alguien más, ella que dijo que me quería, que lo iba a intentar, que acepto ser mi novia, esta besándose con otro frente a mi. Intento respirar porque en mi vida había sentido un dolor como el que siento ahora, es asfixiante sentirlo. Ella se aleja un poco de él sonriendo y ve hacia los lados, cuando me ve su sonrisa desaparece y todo vuelve a correr como antes, dejo caer las flores sin perder detalle de su rostro, niego y me doy media vuelta para irme de ese lugar en el cual sobro.
— ¡Erick, espera!—me gritó y yo no le hice caso, sentía un gran y pesado nudo en mi garganta—lo puedo explicar, solo dame un momento—yo me detengo y me volteo hacia ella serio.
— ¿Qué vas a explicarme? Te acabo de ver con un chico besándote Melisa ¿Qué puedes explicarme?—le pregunté molesto.
—Solo fue un error, te lo juro—dijo y yo sonreí negando, eso era el colmo.
—No quiero escucharte, no quiero mentiras.
—No es mentira, yo solo me acabo de encontrar a mi ex novio y paso—ella quiso acercarse y yo me aleje.
—Terminamos Melisa—dije y su rostro cambio, ya no se veía arrepentida o triste.
—No me importa, igual yo jamás tuve chance en tu vida y no lo niegues, Fabiana es la dueña de tu corazón—yo la interrumpí.
—No Melisa, yo quería estar contigo, yo te quería a ti pero yo no puedo estar con alguien que me va a traicionar cada vez que alguien de su pasado amoroso regrese, yo solo quería llegar a amarte a ti porque te quería a ti y en realidad no sabes cuanto estoy aguantándome y cuanto me duele que te importe poco lo que yo sienta solo por excusarte ¿acaso me quisiste en algún momento?—ella respiro profundamente y alzando su mirada negó rompiendo un poco más mi corazón porque yo si la quería, yo si quería todo con ella y me estaba esforzando mucho para no pensar más en Fabiana pero de nada sirvió.
Me di media vuelta y me fui de ese parque sintiendo como mi pecho crecía cada vez más estando a pocos segundos de explotar, mis ojos me picaban y mi respiración se dificultaba. Jamás había sentido esto y me sentía muy extraño, muy dolido y traicionado por alguien que jamás pensé que me traicionaría y menos por algo tan tonto, yo siempre fui claro.
—Siempre fui claro ¡carajo!—susurre para mi al llegar a mi auto y subirme, me recosté en el asiento y suspiré, debía ir a donde mis mejores amigas, son las únicas que podrán ayudarme en este momento que me siento tan perdido, entregué un poco de mi a alguien que no lo valoro y eso si que quema mi pecho. Le envié un mensaje a Charlotte para encontrarnos en casa de Fabiana y dejé mi celular en el asiento de al lado, suspire y encendí el auto, gotas comenzaron a caer impregnando el ambiente de un gris sofocante, conduje lo más rápido que pude a causa de la lluvia, en ocasiones no podía ver pero el limpia parabrisas ayudaba mucho.
Quería bajar una de las ventanas pero la lluvia entraría y no podía mojarme pero la asfixia que sentía se hacia cada vez más grande, es como si el nudo en mi garganta me cortara la respiración y es insoportable sentirme así, la desesperación quería apoderarse de mi pero me estaba resistiendo, tenía que llegar bien porque de nada servía ahora tener un accidente, antes que nada debo ser consciente de las cosas y justo ahora lo que menos quiero es causarle dolor a los demás y a mí mismo, debo serenarme hasta llegar a casa de Fabiana, esa es mi meta en estos momentos.
Conduzco un poco más y entro al vecindario de las chicas, cruzo unas calles y me deslizo por una larga calle hasta detenerme frente a la casa de mi mejor amiga, respiro profundamente para luego bajarme del auto, camino despacio por el sendero de piedras hasta llegar a las escaleras del porche y ya estoy empapado, me detengo frente a la puerta y antes de que toque, la puerta se abre mostrándome a una Fabiana con rostro preocupado al igual que Charlotte. Ambas tenían esa expresión de tristeza y comprensión, mi pecho comenzó a sentirse más forzado y lo solté, solté toda la tensión que tenía acumulada sintiendo como una gota caía por mi mejilla derecha.
Mis hombros comenzaron a sacudirse y sin darme cuenta ya estaba llorando y con dos chicas abrazándome con mucha fuerza, dando todo de ellas para que en ese momento no sienta que todo está perdido, ellas dos son mi razón al igual que mis padres, son mi cable a tierra y jamás dejare de venir a ellas cuando no me siento bien. Me soltaron y antes de hacerme pasar una me cubrió con una manta y la otra me dio una taza de chocolate para luego entrelazar sus brazos con los míos y entrar hasta llegar a la sala, no he dejado de llorar pero ahora me siento más tranquilo y calmado.
**
Hola, gracias por seguir leyendo.
No se les olvide votar y dejar sus comentarios.
Pueden encontrarme en mis redes como:
Ariadna Romero en Facebook/ Amor entre lineas... pagina para compartir pequeños escritos.
@ariadnafabiola9 en Instagram
También pueden encontrar más de mis libros en Sueñovela y Booknet solo buscandome como Ariadna Romero o Arfalov.
Besoos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top