Capitulo 33.
''Quiero apagar en tus labios la sed de mi alma y consumir este sentimiento que mi alma guarda. ''
Abrí mis ojos y lo vi, él esperaba que le respondiera algo porque me veía con una sonrisa de burla.
—Me alegra que te agrade, como de igual forma que tu seas quien eres y que sea Melisa quien te tenga en este momento, te amo y solo quiero lo mejor para ti—él dejó un beso en la comisura de mi boca y yo sostuve su cabeza por la nuca para que no se apartara—eres mi más grande tentación ¿Qué es lo que voy a hacer?—le pregunté viendo sus labios y él sonrió con picardía, yo me acerqué y mordí su labio inferior.
—Ay Fabiana ¿Qué rayos vamos a hacer con esto?—yo me encogí de hombros y lo solté escuchando un sonoro suspiro de su parte—es mejor así Erick—escuché que susurró y me reí volviendo a mi posición inicial.
—Relájate, mejor durmamos ya—él me apretó contra su pecho y yo escondí mi cara allí riéndome.
—Tú eres mi mayor tentación Fabiana y no sé como haré para que eso no nos afecte—puse mi mano cerca de su corazón.
—No lo pienses tanto, hay que dejar esto atrás Erick—susurré—hay que seguir nuestras vidas como siempre—él no dijo nada más y yo suspiré comenzando a sentir una caricia en mi brazo que me llevó a cerrar los ojos, debíamos olvidarlo y seguir adelante como lo habíamos hecho antes porque dejar que esto salga será muy peligroso y muy doloroso para todos los involucrados.
Comencé a dormitar pensando en que fuimos demasiado tontos para no darnos cuenta antes y que ahora somos muy maduros para enfrentarlo y dejarlo ir. Su pecho comenzó a ir de forma más suave y supe que se había quedado dormido mientras yo seguía pensando. Mi celular sonó y creyendo que es mi novio lo agarro sonriendo, misma que se me borró al ver un número desconocido escribiéndome, lo abrí sin pensarlo mucho y negué desconcertada.
Desconocido: Necesitamos hablar, si no quieres que Melisa sepa el secreto tuyo con Erick, vendrás.
Cerré mis ojos frustrada y lo pensé, ella podría odiarme luego y mi amigo perdería a su novia y no quiero eso. Me levante en silencio y con cuidado salí de la cama, me coloqué un suéter y con mis pantuflas salí de la habitación, bajé las escaleras y caminé en silencio por la sala hasta llegar a la cocina, agarré un cuchillo de mesa y lo metí en el bolsillo del suéter para avanzar hacia la puerta de la cocina que da a un sector del porche, salí y me detuve allí con la mano en la perilla.
Vi hacia todos lados pero había nada más que soledad y silencio, me despegué un poco de la puerta pero no vi a nadie, me devolví a la puerta a esperar un poco más y si no aparecía nadie entraría a la casa. Observo todo lo que estaba a mi alcance y contuve el aliento cuando vi una figura negra aproximarse, las imágenes de aquella pesadilla aparecieron en mi cabeza y apreté con fuerza el mango del cuchillo, debía tener una ventaja.
Quise entrar pero la idea de que le dijeran todo a Melisa me atormentaba, por eso no entré y por eso cuando estuvo más cerca y vi su sonrisa casi salgo corriendo, lo que me pareció extraño es la lentitud con la que viene hacia mi y yo me reí, definitivamente esta parecía una película de terror de mala calidad, lo peor es que la protagonista fue hasta el asesino porque tiene complejo de heroína.
La persona llegó hasta mi y no pude verle la cara pero en mi interior sabia quien es.
— ¿Qué es lo que quiere?—le pregunté molesta—no puedes simplemente amenazar y ya.
—Si puedo y quiero muchas cosas pero no es momento de hablar de eso, solo quería ver que tanto estabas dispuesta a salvar para perderte a ti misma—lo miré con el ceño fruncido.
— ¿De que hablas?—sonrió provocándome escalofríos.
—Pronto lo sabrás, Mein leben—dijo eso y se dio la vuelta pero yo me acerqué y tomé su brazo deteniéndolo, él solo volteo el rostro viéndome con una gran sonrisa— ¿deseas que permanezca aquí?—yo lo solté y negué.
—No te hagas ilusiones, yo solo quiero saber algo—él se volteo por completo y me alentó a hablar— ¿por qué haces esto? ¿Qué tengo yo de especial? No entiendo ¿Por qué hacer esto?—él se acercó demasiado y yo apreté el mango del cuchillo otra vez.
—Pronto lo sabrás, para mi eres especial y con eso debe bastarte pero debo irme, quisiera quedarme contigo pero no puedo, ya será después y no te desesperes, pronto sabrás todo—comenzó a alejarse sin darme chance de detenerlo. Me dejó pensando, yo entré a la casa y me pregunté quien conocía que supiera alemán y me reí mientras tomaba agua. Seguramente solo se había aprendido eso para decírmelo y en realidad no sabe hablar el idioma como tal, subí las escaleras y salté al llegar a la puerta de mi habitación y ver a Benjamín de pie en la ventana. Con el ceño fruncido me acerqué a él mientras él veía con una sonrisa a mis mejores amigos, menos mal no vino cuando yo estaba allí acostada.
—Amor ¿qué haces aquí a esta hora?—él fijó su mirada en mi y yo le sonreí, tomé su mano y nos guié al sofá, donde nos sentamos uno al lado del otro.
—Me llegó un mensaje súper extraño, decía que si no quería seguir siendo engañado, viniera a tu casa y me daría cuenta de la verdad, entonces pensé en que alguien podría estar haciéndome una broma o estaba espiándote, quise venir a verificar cual de las dos era sin importar el resultado—yo abrí mis ojos sorprendida—y cuando entro por la ventana solo veo a estos dos osos dormidos en tu cama— Pensé en el mensaje del desconocido y negué, quiso ponerme a prueba y quiso acabar con todo de una vez pero le salió mal porque así Benjamín me hubiese encontrado dormida en medio de esos dos o abrazada a Erick, no hubiese pensado mal.
— ¿Y tu dudaste de mi?—le pregunté cruzada de brazos.
—Jamás, solo quería ver que locura se le había ocurrido al desconocido ¿tu por qué no estas durmiendo?—miré hacia otro lado y pensé en si decirle o no.
—No sé, estaba acostada y me levante a tomar un poco de agua—le dije pensándolo un poco mejor—a mi también me llegó un mensaje para que lo viera en el porche—no podía decirle sobre la amenaza—yo fui y hablé con el desconocido y no me dijo nada bueno—mi novio me miró serio.
— ¿Cómo te expusiste así?—porque le dirían a tu prima lo que ocurrió entre Erick y yo, pensé riéndome.
—Solo quería ver quien es pero traía puesta una mascara, sabia que no me haría nada y yo me llevé un cuchillo por si debía defenderme—asintió de acuerdo, pasó sus brazos por mi cintura y me alzó para colocarme a horcajadas sobre él, sonreí y me acosté en su pecho.
—Te amo—dije y él besó mi cabello.
—Yo a ti mi amor, ahora intenta dormir que ya es muy tarde para que estés despierta—asentí y sentí sus caricias en mi cabello quedándome dormida en el momento.
Benjamín no debía saber lo de esta noche y todo seguiría en orden, como debe ser.
***
Siento un brazo sobre mi cintura y una pierna sobre las mías, trato de moverme y no puedo, abro mis ojos y me encuentro en la cama en medio de mis dos mejores amigos, frunzo el ceño y veo hacia el sofá pero no hay nadie. Sonrió sabiendo que fue él quien me trajo a la cama y ni idea de cómo me metió entre estos dos.
—Vamos, levántense—les dije y ninguno me hizo caso, yo me moví como un gusano para que se despertaran y nada pasó.
Suspiré derrotada, estos dos podrían aplastarme si no me salgo de aquí ya, así que quité la pierna de Charlotee y cuando iba a quitar el brazo de Erick este me apretó llevándome a su pecho. Lo golpee para que me soltara y ni se inmuto, yo cerré mis ojos esperando que él se despertara y cuando los abrí para deshacerme de su agarre, sentí los parpados pesados y volví a cerrar los ojos cayendo poco a poco en un sueño profundo y tranquilo.
***
Abrí mis ojos al sentir el sol entrar con fuerza por la ventana, miré a mi derecha y ya Charlotte no estaba allí pero ese brazo que me mantenía presa aun seguía en mi cintura, respiré profundo y lo moví bruscamente para que se despierte pero la roca de mi amigo ni se inmuto.
— ¡Erick!—grité pero nada pasó, así que me acerqué a su oído y empecé a hablar—Erick, despiértate por favor, me vas a dejar sin cintura si me sigues apretando—sentí como apretó un poco más y yo lo golpee con fuerza por tonto, él comenzó a reírse y se escuchaba tan sexy que mentalmente me golpee y me apresure para salir de allí pero él no me soltaba.
—Sigue hablándome al oído y no respondo—sonreí para segundos después ponerme seria, eso era demasiado.
—Deja la tontería y levántate—le dije y él abrió los ojos viéndome con picardía—comporte Erick—lo regañé y él me atrajo hacia él y yo puse mis manos en su pecho— ¿y toda la charla de anoche?—le pregunté y él se encogió de hombros.
—Hay que divertirnos un poco, amiga—me reí y lo golpee logrando que afloje su agarre en mi y yo pueda salir de la cama, agarro mi celular y veo que es medio día, muy raro que mi mamá no nos haya venido a despertar, ni siquiera Charlotte. Entro al baño dejando el celular en el mismo lugar de donde lo agarré y comienzo a lavarme los dientes y la cara para luego sentarme en el inodoro a orinar.
Escucho unos pasos acercarse y luego unos golpes en la puerta, yo voltee mis ojos poniéndolos en blanco, Erick amaneció fastidioso.
— ¿Puedes apresurarte?—preguntó—me voy a orinar encima—yo me reí levantándome, me lavé las manos y antes de abrir me observé en el espejo para hacerlo esperar un poco más—Fabi, estoy hablando en serio, necesito entrar ya o me haré aquí mismo—yo dejé de sonreír y abrí la puerta dejándolo pasar.
Ese idiota era muy capaz de hacerse encima solo para probar su punto o fastidiarme la existencia.
**
Hola, gracias por seguir leyendo.
No se les olvide votar y dejar sus comentarios.
Pueden encontrarme en mis redes como:
Ariadna Romero en Facebook/ Amor entre lineas... pagina para compartir pequeños escritos.
@ariadnafabiola9 en Instagram
También pueden encontrar más de mis libros en Sueñovela y Booknet solo buscandome como Ariadna Romero o Arfalov.
Besoos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top