Capitulo 32.
''Simples casualidades que nos llevan a lugares inimaginables. ''
Estoy acostada en mi cama viendo una película en la laptop junto a Charlotte que se encuentra sobre mi hombro mientras come papitas fritas, que son su delirio. Estoy segura que ella mataría por una bolsa de esas o hasta por una sola papa, por eso y porque aprecio mi vida, yo me traje las mías aparte y así no tenemos problemas.
—Erick dijo que iba a venir pero como esta con Melisa—dijo haciendo una mueca—es injusto que ustedes tengan pareja y yo no—me reí poniendo en pausa la película—es decir, no es que no quiera que tengan pero ¿Por qué no tengo yo? Soy bonita, inteligente y soy sincera con las personas ¿Qué hay de malo en mi?—dejé la laptop a un lado y me voltee para verla.
—Tu lo tienes todo Charlotte, solo no es el momento para que tengas un novio. Debes conocer a una persona buena e inteligente, que te quiera y respete, que te valore y comprenda, no puedes tener a cualquiera porque tú eres una chica especial y extraordinaria y te mereces lo mejor—ella hizo un puchero y estiró sus brazos hacia mí para envolverme con sus brazos en un abrazo.
—No sé que haría sin mi mamá panda, eres lo máximo amiga—sonreí y ella beso sonoramente mi mejilla—ahora, volviendo al tema, Erick esta como perdido en esa chica, como si lo embrujó o algo, nuestro amigo no es el mismo—una risa se escuchó en el pasillo y Erick se recargó en el marco de la puerta observándonos con una sonrisa burlona en sus labios.
— ¿De que Erick hablan? Yo no he cambiado, sigo siendo el mismo polar de siempre—yo le sonreí viéndolo mientras él se acercaba a nosotras para abrazarnos —tontas ustedes, saben que yo las amo y que absolutamente jamás las dejaría de lado por una chica, porque ustedes son siempre lo primero en mi vida, claro después de mi mamá—Miró a Charlotte y luego fijó su mirada en mi durando allí un poco más, yo sentí la verdad impresa en sus ojos, estiré mi mano hacia él y con una sonrisa la tomó acercándose a mi. Me hice a un lado poniéndome en medio de ambos y nos abrazamos riéndonos.
—Quedó claro, pensé que no vendrías—le dije y él se pegó más a mí mientras Charlotte distraídamente buscaba una película para ver los tres.
— ¿Por qué no lo haría? Yo jamás he faltado a una pijamada con mis mejores amigas ¿por cuántos años hemos hecho esto? Y, más importante aun ¿Cuántas veces he faltado?—yo me puse a pensarlo y lo señalé sonriendo.
—Recuerda aquella vez que te dio una enfermedad toda rara y no te dejaron venir—él sonrió asintiendo—varicela o viruela, no recuerdo bien pero no viniste y nosotras molestas por eso nos fuimos a tu casa a ver si era verdad y nos escabullimos hasta tu habitación y te vimos acostado con cara de moribundo—Erick se rió.
—Recuerdo que cuando las vi sonreí porque no estaría solo en esa habitación, además tenia días con fiebre, no podía tener otra cara—asentí.
—En contra de todos y sabiendo que era contagioso, nosotras nos acostamos contigo para acompañarte porque era juntos o nada y nos quedamos dormidas abrazándote—sonreí por el recuerdo.
—Si, cuando nos despertamos con nuestras madres viéndonos y nosotras ardiendo en fiebre—completó Char y los tres nos reímos—tal cual los tres mosqueteros, todos para uno y uno para todos—dijo su habitual referencia de Disney y Erick le sonrió nostálgico.
—Por primera vez, esa referencia me gusta, porque de verdad somos tres personas que a pesar de cualquier cosa siempre estamos para nosotros, porque somos una familia que esta en las buenas y las malas, yo las amo y aunque me molesten las referencias de Char y la negatividad de Fabiana, no sé que haría sin poder escuchar eso porque lo de Char nos da alegría y lo de Fabiana nos ayuda a ver las cosas de diferentes ángulos y yo solo soy esta persona espontanea e increíble que las lleva a aventurarse y que daría todo para que estén bien, somos un equipo—terminó de hablar Erick y nosotras casi terminamos con las lagrimas afuera, eso fue demasiado dulce.
—Oh, polar. Tu corazón se ha descongelado—dijo Char tomando su mano—hablo por las dos al decir que te amamos, de verdad. Sin ti, seriamos como el candado sin su llave o un bloque sin cemento que lo pegue—nosotros nos reímos por su referencia—ustedes me entienden, empezamos tres y seremos tres siempre—nos abrazamos los tres y Char casi nos exprime de lo fuerte que nos apretó, yo golpee su brazo y ella nos soltó.
—Ahora a ver películas, recuerden que dentro de poco es navidad y nuestras madres estarán como locas y no tendremos chance para nada porque seremos, como todos los años, sus ayudantes—dije y ambos asintieron—hablando de eso ¿Saben donde será la cena?—ambos negaron y para que no sigamos hablando Charlotte puso la películas y nos acomodamos para que la pudiéramos ver bien los tres.
Erick me pegó a su pecho abrazándome y yo me acurruque en él mientras veíamos la pantalla de la laptop. Treinta minutos después Charlotte se quedó dormida y empezó a roncar. Erick besó mi cabello y yo alcé la mirada para verlo sonriendo.
—Que extraño se siente estar así—dijo él y yo cerré mis ojos al sentir una caricia de su mano en mi mejilla—a veces es tan difícil verte y saber que no pude hacer mucho más para que tu corazón fuera mío—apreté mis labios formando una línea, para mi era muy complicado esto.
—Tu formas parte de mi corazón—él sonrió para luego llevar sus labios a mi frente.
—Y yo siempre quise mucho más que eso pero fui un cobarde y ahora ambos tenemos pareja—suspiré por la caricia—con esto no quiero decir que no quiero a Meli porque de verdad lo hago pero siempre me voy a reprochar el no ser valiente y claro con lo que sentía pero ya no puedo, yo te di la charla de valorar a Ben porque de verdad creo que él es el indicado para ti—me volteo quedando sobre él para verlo bien, mi amigo es hermoso y si quisiera podría tener a cualquier chica pero no fue así y eso lo hace ver como un chico único y especial.
—Sabes lo que sentía, no creo que deba repetirlo pero nos dimos cuenta en una circunstancia errónea, porque seguramente estaba en nuestro camino saberlo pero no desarrollarlo y te juro Erick, que sino sintiera esto que siento por Benjamín, pudiera dejar fluir eso que tu me haces sentir—él sonrió y acarició mi mejilla.
—Ojala las cosas fueran diferentes y no me hubiese encariñado con el loco de tu novio—me reí por su cara de consternación.
— ¿Te encariñaste?—le pregunté y él asintió con el ceño fruncido.
—Si, ese idiota sabe como ganarse el corazón de las personas y por eso me alegra que sea él y no otro imbécil—sonreí, la cara iba a dolerme de tanto sonreír. Cerré los ojos y suspiré tratando de buscar las palabras adecuadas para responder y no dejar ver que a mi también me afecta.
**
Hola, gracias por seguir leyendo.
No se les olvide votar y dejar sus comentarios.
Pueden encontrarme en mis redes como:
Ariadna Romero en Facebook/ Amor entre lineas... pagina para compartir pequeños escritos.
@ariadnafabiola9 en Instagram
También pueden encontrar más de mis libros en Sueñovela y Booknet solo buscandome como Ariadna Romero o Arfalov.
Besoos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top