Capitulo 29


''Son las mismas emociones, sentimientos y reacciones. Es el mismo amor y dolor. Todo es lo mismo cuando regresas y nada cambia cuando te vuelves a ir. ''

Los tres me quedaron viendo mientras me acomodaba en el sofá y Erick sostenía el hielo en mi costado, no sabía cuánto tiempo llevaba. Hago una mueca porque sigue doliéndome pero les sonrío para que no se preocupen demás y se vuelvan histéricos. Respiré profundo sintiendo más fuerte el dolor pero haciéndome la fuerte al mismo tiempo.

— ¿Te duele mucho? —asentí—mejor vamos a llevarte arriba para que te acuestes—negué.

—No, hace poco menos de media hora estoy aquí, así que no puedo porque el doctor dijo que no podía pasar todo el día acostada. En fin, solo debo esperar que el analgésico haga efecto y el hielo su función, no se preocupen—Erick seguía sosteniendo el hielo y yo lo miré sonriendo—gracias por eso—él asintió devolviéndome la sonrisa, eso jamás iba a cambiar en nosotros porque desde siempre hemos sido así, sintiéramos o no algo por el otro.

Se escuchan golpes en la puerta y Charlotte va a abrir con molestia, algo estaba pasando y no querían decirme, se escuchan susurros y luego la puerta cerrándose. Espero hasta ver que Charlotte entra con una Melisa sonriente que se acerca a mí y me abraza con mucha fuerza, yo jadeo por el dolor que eso me provocó y ella se aleja reflejando culpa en su cara. Aguanto un poco la respiración mientras la punzada de dolor mengua pero tarda mucho y suelto el aire con dolor.

—Melisa, ten más cuidado—dijo Benjamín regañándola y ella se encogió como una niña pequeña.

—Lo siento, es que tenía mucho tiempo sin verla—todos la miraron frunciendo el ceño.

—Si la viste en el baile ¿de que hablas? —ella sonrió.

—Bueno, no la había visto con la costilla rota y mejor no digo nada más ¿Cómo sigues? —todos asintieron y yo le sonreí aun con el dolor.

—Mejorando, apenas han pasado tres días creo, no es algo que se cura de la noche a la mañana—le dije y ella asintió, ellas dos tomaron asiento en un sofá mientras Benjamín se quedó de pie apoyado a la pared— ¿Cuánto tiempo lleva eso puesto ahí? —le pregunté a Erick quien me miró confundido-

— ¿No sabes tú? Yo no le tomé el tiempo—le di un golpe en la cabeza y él se quejó.

—Que mal enfermero eres, no importa quítalo. Al rato me lo pongo de nuevo y llevas el tiempo—asintió quitándolo y yo respire al dejar de sentir el hielo quemando mi piel—Erick se alejó para llevar la bolsa al refrigerador y yo le lancé un beso a Ben quien sonrió mostrando un hoyuelo, le dije te amo sin pronunciar palabra y él hizo lo mismo.

—Entonces, ¿no regresas a clases hasta después de Noviembre? —preguntó Charlotte cauta y yo la miré con los ojos entrecerrados, iba a seguir repitiéndolo estos cuatro, ya no tres, tramaban algo.

—Sí, son de cuatro a seis semanas de reposo. Regreso ya el próximo año—ellas asintieron sonriendo, yo lo deje pasar pero no se irían sin aclararme las cosas.

La puerta vuelve a sonar y Charlotte bufa molesta, más que eso y seguramente sabe perfectamente quien es y que quiere porque la conozco bien. Se levanta y yo la detengo.

— ¿Qué es lo que sucede? ¿Con quién discutían cuando llegaron? ¿Quién está tocando con tanta insistencia? —todos me miraron para luego lucir relajados y sonreírme como si yo fuera una tonta y no supiera que algo me están escondiendo.

—Nada, solo una chica que quiere hacerme la vida imposible porque me bese con su novio en el baile pero no te preocupes, ya me deshago de ella—dijo para salir de la sala en ese momento.

—Yo voy a ayudarla, es que la chica vino con una amiga y no pueden tener ventaja sobre Char—dijo Meli para salir detrás de ella apresurada. Erick en ese momento entró a la sala luciendo igual de serio que Benjamín.

—De ustedes dos quien me va a decir la verdad—ellos se vieron para luego fruncir el ceño.

— ¿No le crees a Charlotte? Ella está diciendo la verdad—yo negué y con todo el esfuerzo del mundo me levanté del sofá para empezar a caminar pasito con el dolor punzante para llegar a la puerta pero ambos se pusieron en medio de mi camino.

—Quítense ahora, dejen de mentirme ya ¿acaso creen que soy una tonta a la que le pueden ocultar las cosas? ¿Qué les pasa? Quítense ya—dije molesta y en vez de quitarse me ayudaron hasta llegar a la puerta y yo abrí mis ojos desmesuradamente. Charlotte estaba peleándose a golpes con Madison mientras Melisa tacleaba a una chica que no conocía— ¿Qué es esto? —pregunté dirigiéndome a los chicos.

—Pues, venganza—dijo encogiéndose de hombros mi mejor amigo.

— ¿Por qué? —Pregunté viendo como Charlotte golpeaba a Madison y esquivaba sus golpes con maestría— ¿Quién le enseño a pelear? —pregunté aun asombrada.

—Por ti, es que sucedieron cosas y este es el resultado—dijo Benjamín—y le enseñamos nosotros con ayuda del padre de Erick que sorprendente-mente sabe pelear muy bien, aunque Erick no sepa nada—eso ultimo lo susurró en mi oído y Erick le golpeó el hombro.

—Cállate idiota y mira como Charlotte dejó a Madison—todos giramos nuestra vista hacia ellas y efectivamente, Madison quedó en el césped casi desmayada.

— ¡Eso es para que no se te vuelva a ocurrir lo que hiciste, cucaracha asquerosa! —Le gritó Charlotte y Melisa dejó a la otra chica quien corrió a su amiga para ayudarla—y tú, si vuelves a intentar poner un dedo sobre mi hermana correrás la misma suerte, estas advertida—la chica levantó a Madison y yo miré toda la calle buscando a ver si los vecinos observaron pero no había nadie hasta que vi a Noah en una esquina viendo todo con una sonrisa, yo fruncí el ceño y cuando quise bajar las escaleras del porche el dolor me hizo doblarme.

—Hey, quédate quieta aquí ¿A dónde ibas? —respiré con fuerza y señalé hacia la esquina donde esta Noah.

—Ese imbécil—dijo Erick queriendo ir tras él pero yo lo detuve.

—No, no vayas—dije asustada—ayúdenme a entrar, me duele demasiado—me quejé y Benjamín me cargó con cuidado pero hice que se detuviera al escuchar a Madison gritar.

— ¡Aun falta lo peor, debes prepararte! —hice que Ben se girara hacia ella y la vi irse en dirección a Noah, al llegar a él ella le dio un beso y él la cargó ¿Qué era todo eso? Los miré extrañada y sin decir nada pasamos a la casa. Erick acomodó los cojines para que estuviera cómoda y Benjamín me dejó en el sofá. Seguía doliéndome pero me tragué el dolor, sabía que no debía hacer esfuerzos pero debía saber que ocurría afuera.

Charlotte y Melisa entraron, con el cabello desordenado y algunos raspones, las miré un segundo y luego desvié mi mirada hacia mi novio quien esperaba a que dijera algo.

—Amor, te vamos a explicar todo—dijo él y yo asentí—dime algo por favor—yo solo hice una mueca y me removí por el dolor— ¿quieres que vayamos a tu habitación? —asentí esta vez porque de verdad quería acostarme.

—Pero suben todos, quiero hablar con todos. Deben explicarme que fue todo eso y si quieren cambiarse en mi armario hay ropa—dije y todos asintieron, parecían robots. Yo me levanté con ayuda de Benjamín y comencé a caminar hacia las escaleras sin dejar que me cargue.

—Hey, déjame ayudarte—negué—Fabiana, no seas terca y déjame ayudarte—dijo pero yo no le hice caso y sentí como me alzaban.

—Te duele, deja de ser una niña caprichosa y deja que te ayudemos, así estés molesta por lo que hicimos y no me respondas Fabiana—dijo Erick mientras subía las escaleras, eche un vistazo hacia atrás y Benjamín se quedó al pie de las escaleras viéndonos subir, yo desvié la mirada y cerré los ojos. Llegamos a mi habitación y Erick me dejó a un lado para quitar el edredón, arreglar las almohadas y cargarme de nuevo para acostarme bien en la cama—no se merece eso, es el chico más dulce que he visto en mi vida, aunque también es temperamental pero te ama Fabiana y solo ha querido ayudarte todo este tiempo, Benjamín se merece más que tu indiferencia y terquedad por no decirte la verdad.

—Tengo derecho a estar molesta, me han ocultado cosas ¿Qué es lo que pasa con Madison? Sí, yo sé que ella mandó a que me golpearan pero no entiendo porque está mucho más molesta que antes, pero ustedes solo decidieron sacarme de esto como si ya no les importara lo que piense yo—él negó cerrando los ojos.

—No entiendes nada, Benjamín nos pidió que no te estresáramos con eso porque ya tienes suficiente con lo de tu costilla y todo ese dolor—yo bufé.

—Ahora lo defiendes—dije molesta.

—No, lo conocí bien. No al chico que se fue sino al Benjamín que regresó y es un gran chico, que nunca quiso irse, que dio todo de él para mantener una relación a distancia mientras tú te alejabas como una cobarde, todavía soporto regresar y que lo evitaras, que te besaras conmigo y que estuvieras confundida, no se merece que rechaces su ayuda solo porque eres terca y orgullosa, sé merece más de ti—dijo eso ultimo y salió de la habitación dejándome completamente sola con mis pensamientos.

Yo he sido la peor con él, pero es que yo nunca he sabido manejar mis sentimientos y emociones, se lo dije cuando se fue y es lo que he demostrado. Yo lo amo pero eso a veces podría no ser suficiente y justo ahora siento que él ha dado más que yo y que ahora mismo siento que no lo merezco, además no tengo la fuerza para dar lo mejor de mí pero alejarlo sería quizás lo peor que podría hacer en mi vida pero debo pensar en él y no en mí.

El dolor en mi pecho no se compara con el dolor de mis costilla, el primero es mucho más porque me di cuenta que podría hacerle daño si seguimos así, él dando el noventa y nueve mientras solo le doy el uno por ciento, no es justo para ninguno de los dos. Cierro mis ojos para relajarme y que el dolor pase, necesito que el dolor se vaya para pensar con claridad, porque puede que sea consciente de cómo ha sido todo pero sé que puedo mejorar, que puedo dar más pero no siento que lo pueda hacer justo ahora y eso me está quemando el pecho, porque lo amo.

—Fabi...—escuché a Ben y abrí los ojos para verlo—no quiero que pienses demás, solo siente y no cosas negativas. Sabes que te amo y yo sé que me amas, no pienses tanto—dijo y se acercó a mí.

—Yo no te he dado lo que mereces, siempre das tú, siempre eres tú ¿y yo que? —le dije y él tomó mis manos.

—Tu si me das, tu siempre estas para mí. No importa cómo se desarrollaron las cosas, esto que tenemos es real y no podemos solo dejarlo a un lado—yo suspiré—te amo Fabiana y sé que si siento algo es porque has dado de ti para que ese sentimiento este ahí, no se puede amar algo que no tiene como florecer—sentía un gran peso en mi pecho.

—Tengo miedo de no ser suficiente, de hacerte sufrir—dije y comencé a llorar—tengo miedo de alejarte pero tengo más miedo de que no seas feliz a mi lado, amor—él negó acunando mi rostro con sus manos—te amo como jamás he amado a ningún otro chico y sé que es real esto pero tengo miedo de dañarte Benjamín porque eso si no me lo perdonaría jamás—dije y él pegó su frente a la mía.

—No lo harás, confía en mi—cerré mis ojos.

—Lo hago ciegamente, perdóname—le dije—por dudar, por confundirme, por no saber cómo lidiar con mis sentimientos—él negó.

—Perdóname tu por no decirte la verdad, te mereces que sea sincero y quise hacer las cosas a escondidas para que no te afectara y cometí un error al hacerlo así—le di un beso.

—No te preocupes, sé que lo hiciste por mi bien y por eso es que hoy te amo más—él sonrió y me besó con intensidad.

—Chicos, es hora de hablar—dijo Charlotte entrando a mi habitación seguida por Melisa y Erick quien sujetaba la mano de Melisa, yo fruncí el ceño y cuando lo vi me sonrió.

—Estamos juntos, es una de las cosas que no sabías pero ahora si sabes, en el baile me sinceré conmigo mismo y con ella—le sonreí—y aquí estamos, somos novios o eso intentamos—ella golpeó su brazo sonriendo—lo somos, lo somos—yo asentí y todos se sentaron a mi alrededor en la cama.

—Bueno, empezamos cuando Benjamín te encontró y nos llamó para que lo ayudáramos—empezó Charlotte—yo, como toda una súper heroína, salí a los alrededores del lugar de ataque y encontré a una de las chicas que te golpeó llorando en una esquina, me confesó que había sido Maddie junto al enfermo de Noah y que la habían obligado a hacerlo, gracias a ella pude ir con cada una de las que te golpeó y me contaron que planean algo peor pero que no dijeron que hasta que llegué a una que si sabía—dijo y yo fruncí el ceño—pero esta se fue de vacaciones con sus padres al día siguiente y no pude averiguar más.

—Lo que nos llevó a tomar venganza por nuestra propia mano—continuo Erick—pintamos el auto de Madison con palabras que revelaron quien te había golpeado, además esa misma noche vimos a Noah entrar a su habitación por la ventana y nos tomamos la molestia de hacer una llamada a sus padres y cuando colgaron subieron haciendo que Noah saliera casi desnudo por la ventana—yo estaba impactada—por eso hoy vino tan molesta, no sé qué planeaba hacer pero llegamos a tiempo para detenerla llegando a la gran pelea que viste.

—Yo sé que te ocultamos nuestro plan pero fue para no preocuparte—hablo ahora Benjamín.

—Chicos, yo hice algo que no sé cómo lo tomen—todos vimos a Melisa—puesto que Noah entra por la ventana, yo me tomé la molestia de pegarla con un pegamento extraño que me vendieron en una ferretería y también lo hice con el auto de ella, creo que por eso estaba mucho más molesta—dijo encogiéndose de hombros y Erick le dio un beso en la mejilla riéndose.

—Esa es mi chica—ella sonrió feliz y Charlotte comenzó a reírse.

— ¿Se imaginan? Noah en la ventana y como no pudieron abrirla, se cayó—me reí.

—En realidad eso pasó, después que todos nos fuimos yo regresé como a las cinco de la mañana e hice lo que les conté, esperé unos minutos y Noah volvió a aparecer, hasta lo grabé—nos mostró el vídeo y se veía claro como escalaba e intentaba abrir y luego caía de espaldas. La risa de Melisa en el vídeo se escuchaba clara y luego se veía a Noah arrastrándose hasta llegar a la calle.

—Eso lo podemos subir a Internet, seremos virales en vídeos graciosos—dijo Erick quitándole el celular a su novia.

—Esperen un poco—les dije—dejemos que crean que no tenemos nada más que hacer en contra de ellos y luego lo subimos—Melisa buscó en su celular y nos volvió a mostrar, era Noah saliendo casi desnudo por la ventana y todos nos reímos otra vez.

—Eres increíble nena—dijo besando su mejilla sonoramente y todos nos reímos.

—Tenemos oro en nuestras manos, entonces vamos a subir uno y esperamos para subir el otro pero debe ser en una cuenta desconocida—dijo Benjamín—justo hoy agradezco a mi mamá por darte comida sana y desarrollar tu cerebro con esa inteligencia primita—ella sonrió feliz.

Nos pusimos manos a la obra, creamos la cuenta y subimos el vídeo.

—Ahora a esperar que exploten esas cucarachas de rabia—dije y todos sonrieron.

Después de eso, pasamos una mañana agradable hablando de cualquier cosa hasta que llegó mi mamá y los puso a ayudarla a cocinar porque debía irse de nuevo al trabajo, Charlotte se quedó conmigo.

—Te amo hermana—le dije—gracias por defenderme con esa ferocidad, eres lo máximo—ella sonrió y me abrazó con cuidado.

—Te amo más y sabes que tu estas para mí y yo estoy para ti, no puede ser de otra forma porque siempre hemos sido tu y yo. Sé que me defenderías igual si así fuera el caso—yo asentí y ella dejó un beso en mi cien—te amo panda y sabes que no importa cómo ni cuándo ni dónde, siempre estaré contigo y te apoyare.

—Te amo más y sabes que nacimos para estar juntas, sin ti mi vida no tendría sentido.

—La mía mucho menos ¿a quién defendería o aconsejaría? No podría vivir sin decirte que dejes de pensar y solo empieces a sentir lo bueno que te da la vida—sonreí.

— ¿Y lo malo? —pregunté haciendo una mueca.

—Lo malo es momentáneo, eso se aprende a dejar atrás—la abracé, mi mejor amiga es la mejor para dar consejos y más si son para hacerme reaccionar como justo está haciendo ahora, debo dejar de pensar y comenzar a sentir con todo, a no limitarme.

Y lo empezare a hacer, no dejare que lo malo influya y solo dejare que las cosas fluyan de una vez por todas en mi vida, dejando atrás todo lo que pueda llegar a pensar de más.

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