Capitulo 28


''Con grandes pasos nos acercamos a un futuro que nos prometió un amor inagotable. ''

Benjamín.

Me fui de la casa de Fabiana para encontrarme con Erick, Charlotte y Melisa. Debíamos seguir lo que habíamos dejado inconcluso. Conduzco pensando en lo que le habían hecho, en lo enferma que debe estar Madison para hacer eso en contra de una chica tan buena, que puso los sentimientos de alguien más por sobre los de ella, que no se dio cuenta que no tenía más que una enemiga al lado.

Llego al lugar donde estábamos antes de ir a la clínica y ahí está el auto de Erick, me estaciono bien y me bajo de mi auto para llegar hasta ellos.

— ¿Cómo está? —preguntó Charlotte al verme llegar.

—Bien, hasta ahora. Mañana pienso pasar el día allá pero primero hay que encargarnos de esto—todos asintieron— ¿Han visto algo? —Charlotte asintió.

—Sí, Noah entró por la ventana del cuarto de Madison—la miré y luego vi a Erick quien veía la casa con rabia—debemos esperar un poco más, las luces siguen encendidas, para hacer lo del auto hay que ir hasta allá—dijo ella y yo me acerqué a Erick.

— ¿Qué pasa? —le pregunté parándome a su lado.

—Es que yo sabía que algo así podía pasar, Madison le hizo lo mismo a la chica con la que salí cuando la rechacé pero ninguno hizo nada y ella se salió con la suya pero ya no más, esa chica está loca y debe pagar—asentí—pero que esté con Noah es mala señal, tu sabes que él acosa a Fabiana y eso me pone a pensar en si hacen algo peor para que ella sufra más, me pone nervioso que quieran hacerle más daño—yo negué.

—No, no le harán daño otra vez. Si lo intentan se las verán conmigo. Así que vamos, luego de esto espero que no se le ocurra hacer nada en contra de ella otra vez y si lo hace tendrá peores repercusiones—les hicimos seña a las chicas y con cuidado fuimos avanzando, el auto de Madison seguía a fuera de la casa así que con cuidado comenzamos a pintar letras alrededor del auto negro, mientras las chicas ponían un gran cartel en el vidrio.

Sonreí al ver como el amarillo cubría el auto. Nos separamos para ver bien y sonreímos mientras chocábamos las manos.

''Hipócrita, sabemos lo que hiciste.

Golpeadora, mentirosa. ''

También pintaron calaveras y las chicas se acercaron a la puerta para dejar una nota. Los cuatro salieron corriendo del frente de la casa para esconderse otra vez, Charlotte marcó el número de teléfono de la mamá de Madison y al tercer repique contesto.

—Señora, su hija ha hecho algo desagradable esta noche y además, tiene a un chico en su habitación—Charlotte escuchó lo que decía la señora—sí, señora. Mandó a golpear a una chica, también mandó a que la ahogaran en un río porque es una persona muy cobarde para hacerlo ella misma—se escuchó como la señora gritó—si comprueba lo del chico entonces no estoy mintiendo—la llamada se colgó y ellos se escondieron más a ver que la señora salía de su casa y quedó impactada al ver que lo del auto es verdad, cerró y no se vio ni se escuchó nada cuando Noah empezó a salir por la ventana sin camisa ni zapatos.

El papá de Madison salió persiguiéndolo con una escoba pero él ya le llevaba ventaja, en eso vuelve a entrar goleando todo y gritos se comenzaron a escuchar. Nosotros sonreímos y nos vimos las manos.

—Ahora a esperar que van a hacer—dijo Melissa.

— ¿Se dieron cuenta que posiblemente esos dos estaban teniendo sexo? —preguntó Charlotte y Erick hizo una mueca.

—No me lo recuerdes—dijo caminando hacia su auto—por ahora, solo nos vamos a concentrar en Fabiana. Mañana va Ben pero debemos ir todos, son seis semanas y aunque panda es muy perezosa seguramente se va a aburrir mucho y debemos apoyarla en eso—Todos asintieron.

—Bueno chicos, nos vemos mañana—nos despedimos y pude ver como mi prima tomaba la mano de Erick para irse con él y Charlotte me vio.

—No sientas celos, mi amigo no es mala persona y sé que si no quisiera algo serio con ella no lo demostraría de esa forma—Yo asentí un poco preocupado.

—Espera que mi mamá lo sepa, se va a morir. Meli para ella es su hija—Charlotte sonrió y puso su mano en mi hombro.

—Dile que se acostumbre, porque ya no hay retorno—me reí con ella y caminamos hacia mi auto—por eso hoy te toca a ti ser mi chófer, además te mereces convivir un poco más conmigo, desde que volviste no hemos hablado tanto y recuerda que debemos planear una venganza, la guerra aún no ha acabado—nos subimos al auto y ella sin darme cuenta conecto su celular a la estéreo—ahora a escuchar música—le sonreí forzosamente y ella comenzó a cantar.

No podía pedir peor tortura que escuchar a Charlotte desafinar con cada canción que pasaba, mover sus manos como loca y gritar cuando la emoción podía con ella.

—Charlotte, es de madrugada—ella se encogió de hombros mientras bailaba.

— ¿Y? por la calle no hay nadie y yo tengo la libertad de cantar y gritar cuanto quiera—yo negué y me detuve en un semáforo, realmente Fabiana contaba con unos buenos amigos, esos dos harían lo que fuera por ella.

Estamos igual que el día en que me enviaron el mensaje, Erick me dijo que debíamos decirle a los papás de Fabiana y ellos junto al papá de Erick trataron de rastrear el numero pero ya no se encontraba en el radar, seguramente habían roto el chip.

Igual todo nos llevaba a esos dos locos que no tenían ningún motivo para hacer lo que hacían pero igual seguían adelante y eso me enervaba en sobremanera.

—Justo frente a tu casa, recuerda no aturdir a nadie más por el día de hoy—ella golpeó mi hombro y se bajó.

—Eres un idiota—yo le sonreí y me fui a mi casa, debía descansar un poco antes de llegar a la casa de ella.

Fabiana.

Yo me acosté a dormir después que él se fue, seguramente no vendría esta noche tampoco pero debía acostumbrarme a dormir sin que él venga a acariciarme el cabello. Puse música y comencé a dormitar hasta que quedé totalmente dormida.

Me desperté y abrí mis ojos buscando mi celular hasta que lo encontré y lo agarre de la mesita de noche. Vi la hora y eran las dos de la madrugada, deje el celular otra vez en su lugar y me acomodé en la cama para volver a dormir pero fue inútil, el sueño se había esfumado de mi sistema y volví a agarrar el celular y marque al número de Benjamín.

La única persona loca que hace una llamada telefónica a esta hora.

No dejó ni que repicara dos veces cuando vi escuché su voz a través del celular.

¿Hola? ¿Fabiana? ¿Qué pasó, preciosa? —se escuchaba preocupado y no se le escuchaba como si estuviera dormido.

—Hola Benjamín, no pasa nada es que no puedo dormir pero si estabas dormido no importa podemos hablar más tarde cuando vengas—ya iba a colgar pero me detuvo.

No no no espera, ¿por qué no podías dormir, mi amor? Yo estaba haciendo unas cosas, por eso no estaba dormido— fruncí el ceño pero no lo mencione.

—Bueno, no sé solo me desperté, vi la hora y cuando me iba a acostar otra vez se me hizo imposible, ¿Qué estabas haciendo a esta hora? —le pregunté porque aunque no quería mencionar el misterio que habían tenido después del accidente, no podía quedarme con la duda de eso.

—Solo unas cosas sin importancia, te quería llamar pero pensé que estabas dormida y dije que mejor me esperara hasta que fuera a verte—dijo esquivando mi pregunta—los chicos me dijeron que irían a verte un rato—asentí aun sabiendo que no me veía.

—Ah está bien, te extraño mucho mi algodón de azúcar—lo escuché reírse, ese apodo lo utilizare por siempre, no había forma de que no lo hiciera reír.

—No más que yo, preciosa. Tus hijos osos te extrañan—sonreí.

—Ben...

— ¿Qué pasa, pequeña? —me encanta cuando suena preocupado, eso es algo raro ¿no?

—Tengo miedo de que me dejes, de que te alejes de mí por todo esto que esta pasando—y sin permiso las lágrimas empezaron a salir y no pude evitar que saliera un sollozo.

—Hey princesa cálmate, recuerda que jamás te voy a dejar, prefiero que lo hagas tú. Siempre voy a estar contigo y nadie nos podrá separar, ¿cómo podría vivir sin el motor de mi corazón? rectifico tu eres mi corazón, Te amo Fabiana—Dios, a eso me refería con algodón de azúcar.

Y llore más fuerte mientras sonreía, agradecía a las fuerzas de los sueños no dejarme dormir porque gracias a ello llame a Benjamín.

—Fabs, mi amor no llores más por favor se me parte el corazón que estés así, te aseguro que todo va a estar bien te lo prometo.

—Benjamín yo... te necesito más que a nadie en este mundo no sé qué haría si tú no estuvieras aquí conmigo, si no te hubiera conocido mi vida no sería la misma y aunque no era aburrida si le hacía falta algo, yo...te amo Benjamín, te amo.

Escucho como suspira y sonrío, siempre que se lo digo hace algo extremadamente exagerado, como si nunca se lo dijera.

—Amo escucharte decir que me amas, eso solo me da ganas de amarte más—me río por lo que dijo.

—Te amo, te amo, te amo—le repetí y él suspiró dramáticamente tres veces.

—Por favor, vas a matarme ¿por qué eres tan cruel conmigo? —Dijo exageradamente—eres la mejor elección que pude hacer, porque yo elegí amarte y lo haré por mucho tiempo.

Sentí un calor subir hasta mi cara calentando todo y convertirse en un sonrojo al escuchar lo que acababa de decir.

—Te sonrojaste ¿no es cierto? —me reí nerviosamente porque él sabe muy bien que siempre me sonrojo cuando dice cosas lindas.

— ¿Cómo crees? —trate de mentir, algo que definitivamente no me sale nada bien—claro que no...

—Fabianita bella—me reí nerviosa otra vez—sé que te sonrojaste, yo te conozco bien.

—Bueno, eso es culpa tuya ¿Quién te manda a decirme cosas tan dulces? —y soltó una pequeña risa.

—Bueno, está bien soy culpable—me reí—es que no lo puedo evitar, enana de mi corazón—fruncí mi ceño al escuchar cómo me llamó.

— ¿Enana de mi corazón? ¿Otro? ¿De dónde los sacas?

—De mi cerebro cursi, lo que sé es que desde que te conocí soy diferente, pienso y actuó diferente me cambiaste completamente y eso me encanta—me acosté mirando el techo.

—Y a mí me encantas tú, siempre me has encantado tú solamente—lo escuché reír y suspiré, se reía tan lindo.

—Solo tú tienes mi corazón preciosa, nadie más—sonreí feliz, sentía un poco de dolor pero no podía tomar nada porque aún no me tocaba la medicina.

— ¿Sabes qué hora es? —Bostecé estirándome un poco.

—Son las tres y treinta de la madrugada ¿tienes sueño, princesa? —Y otro bostezo se apodero de mí.

—Guau, hora y media hablando. Eso es mucho, si ahora si voy a poder dormir tranquila, Te amo.

—Te amo más, mucho más. Te dejo descansar hasta más tarde.

—Adiós, nos vemos más tarde.

—Te amo, panda

—Te amo más, algodón—escuché como se rió a carcajadas para luego colgar.

Coloque mi celular en la mesita de noche, me acomode en la cama y al cerrar mis ojos caí en un sueño profundo.

***

Sentí una luz fastidiosa en mi rostro y abrí los ojos poco a poco, era el sol que entraba por mi ventana. En ese mismo momento un grito muy fuerte me termino de despertar.

— ¡Fabiana, levántate ya! —gritó mi bella madre.

Me levante, fui al baño e hice lo esencial. Salí con una toalla que envolvía mi cuerpo, me dirigí hacia el armario y escogí un short de mezclilla, un suéter gris grande, mis pantuflas y me agarre el cabello en una cola alta, bajé y como pude ayude a mi mamá a poner la mesa para al desayuno.

Luego de comer un poco mi mamá me pasó el analgésico porque me estaba doliendo mucho, terminé de comer y mi mamá me ayudó a recostarme en el sofá, encendí la tv a esperar que llegara Ben.

Mi mamá me pasó la pomada y una bolsa de hielo para que me la pusiera, para eso esperaría a Benjamín.

—Voy a irme al restaurante, Benjamín ya debe estar por llegar así que voy a dejar la puerta abierta para que pase y no tengas que levantarte, nos vemos a mediodía hija—me dio un beso en la frente y se fue.

Me concentro en el televisor para olvidarme del dolor y escucho ruido en frente de mi casa, intento levantarme pero el dolor es muy fuerte para mi gusto.

— ¿Ben? —escucho que abren la puerta y veo a Erick con una gran sonrisa— ¡Polar! —grité haciendo una mueva y él se acercó a mi asustado.

— ¿Te duele? —Asentí no pudiendo respirar bien—ok, vamos, intenta respirar pausadamente conmigo—e hice lo que me dijo.

— ¿Qué pasa allá afuera? —pregunté susurrando.

—Nada, no te preocupes, déjame ponerte el hielo para que se te pase un poco el dolor—le di la bolsa y cuando el frío hizo contacto con mi piel, hice una mueca. Quemaba horrible.

Los gritos se dejaron de escuchar y la puerta se abrió otra vez mostrándome a mi novio y a mi mejor amiga.

Sonreí por tenerlos a los tres ahí porque ahora si me aclararían cual es el misterio que tienen.

**

Hola, gracias por seguir leyendo.

No se les olvide votar y dejar sus comentarios.

Pueden encontrarme en mis redes como:

Ariadna Romero en Facebook/ Amor entre lineas... pagina para compartir pequeños escritos.

@ariadnafabiola9 en Instagram

También pueden encontrar más de mis libros en Sueñovela y Booknet solo buscandome como Ariadna Romero o Arfalov.

Besoos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top