Capitulo 23
''Solo son dos almas que buscan con desespero amarse con libertad. ''
Fabiana.
Después de llegar a mí casa, subí las escaleras y entre a mi habitación.
Tenía la certeza de que con ellos nada malo me pasaría y es que yo no soy así de miedosa o paranoica pero ese mensaje me introdujo a un estado en el que no me reconozco, quería poder salir de él pero la valentía se escondió muy dentro de mí y en estos momentos solo quiero quedarme en mi casa y no hacer nada más que dormir.
Reviso las ventanas y suspiro, no quiero dormir sola esta noche pero tampoco quiero dejar la ventana abierta, igual aun es de tarde y no es necesario que la deje abierta hasta que sea la hora de dormir.
La aseguré bien y cerré las cortinas, no me sentía segura en mi propia casa pero sé que solo es la paranoia hablando por mí, quiero poder dejar eso atrás pero solo ha pasado un día.
Cierro mis ojos y entro a mi cuarto de baño pasándole seguro, no sé si debería decirles a mis padres, si debería hablar con la policía pero me vería como una loca explicando que por un mensaje estaba paranoica.
Suspiro y entro a la ducha dejando que todas mis preocupaciones salgan con el agua, podría salir ahora corriendo y nadie me haría nada pero no soy de las que corre, yo enfrento los problemas pero este, en definitiva, se siente más grande que yo misma porque es algo incierto, desconcertante y angustiante.
No saber quién y porque está haciendo algo así, a mi mente viene la sonrisa malvada de Madison y agarro mi cabello restregándolo con fuerza y luego paso mis manos por mi cara con desesperación y lloro, lloro por la impotencia, por dejarme introducir en este agujero de miedo.
Lloro porque las horas de sueño perdida fueron muchas y yo amo dormir, porque no puedo hacer nada por no saber quién rayos está haciendo esto y me detengo, limpio mis lágrimas y envuelvo mi cuerpo en una toalla.
No puedo dejar que me vean de esta forma, que piense esa persona que me afecta de alguna forma aunque lo hace pero no debe saberlo, lleno de aire mis pulmones y salgo del baño. No voy a dejar que un mensaje amenazándome me hunda, no puedo porque esa no soy yo.
Debo salir de eso, debo buscar a la persona y enfrentarla, yo no soy una cobarde y jamás me dejare vencer por alguien que se esconde detrás de un aparato tecnológico.
Me visto con lo primero que encuentro y salgo de mi habitación, tampoco puedo quedarme encerrada por miedo, si alguien quiere hacerme algo que se atreva a acercarse, no vuelvo a bajar la cara por miedo.
Termino de bajar las escaleras y el timbre suena, sonrío pensando que seria Benjamín otra vez pero al abrir solo veo a Madison con una enorme sonrisa que me da escalofríos.
¿Cuándo esa chica dejo de verse dulce y tierna?
No abro la puerta completa y doy un paso hacia ella para que retroceda, yo salgo cerrando la puerta detrás de mí.
— ¿Qué es lo que quieres? —pregunté—habla Madison, no tengo tu tiempo ¿a qué viniste a mi casa? —Ella frunció el ceño y pude notar que se estaba esforzando para no gritarme y sonreí—vienes a ahogarme con una bolsa o con tus manos, ya que en el lago no pudiste—dije despreocupada—agradezco que te tomaras la molestia pero no necesito de tu servicio, no quiero morirme—ella abrió los ojos y sonreí más— ¿Qué quieres Madison? —pregunté otra vez.
—Solo venía a ver como estas, como hoy no te veías bien por lo de ese mensaje, yo pensé que seguirías mal pero veo que no—di un paso hacia ella.
—Claro que no, caí en cuenta de que mi estado solo alimenta las ganas de esa persona de hacerme daño y yo no estoy para darle gusto a nadie que no sea a mí misma, por eso y porque no estoy para tonterías quiero que me digas las cosas claras—dije y ella me miró confundida.
— ¿De qué hablas? ¿Qué quieres que te diga? Ya a mí no me interesa Benjamín y solo me preocupé por ti—me reí con ganas.
—Vamos Madison, dejémonos la hipocresía para otro momento, yo sé que tú fuiste la del mensaje, que me odias desde antes que Benjamín llegara por no sé qué y que sigues odiándome porque crees que te quito cosas, pero para ser claras ¿Qué cosa en específico te quité? —ella miró hacia los lados y luego me vio con una ceja alzada.
—Tu, la hermosa chica a la que todos quieren. Siempre lo has tenido todo y nunca lo has aprovechado mientras yo solo tenía las migajas de lo tu dejabas y eso no es justo—dijo y yo fruncí el ceño—siempre han tenido tú y Charlotte la atención de Erick y ahora me quitaste el amor de Benjamín, él me había elegido a mi ¡a mí! Pero tú me lo arrebataste, como siempre, como todo lo que he querido—yo negué, esa chica está loca.
—Yo no te he quitado nada, no es mi culpa que los chicos se interesaran en mí. El único que siempre me ha interesado ahora es mi novio y no Madison, yo no te quité su amor porque jamás lo tuviste, su amor siempre fue mío pero tú te pegaste a él como una sanguijuela, succionando solo para satisfacer esa necesidad de ser mejor que yo pero vemos que no te salió bien—ella quiso darme una cachetada pero yo detuve su mano.
— ¡Cállate! Eres una idiota, siempre quisiste hacerte la interesante, siempre queriendo llamar la atención—se acercó a mí—te odie porque tenías la posibilidad de tener a cualquier chico y jamás lo aprovechaste, porque siempre has tenido a unos amigos incondicionales y porque tus padres te aman—dijo casi llorando y yo negué—te odio porque aun ahora consigues lo que quieres, porque te besaste con dos de los chicos que me han interesado, porque aun así te hiciste novia de uno y sigues siendo mejor amiga del chico que amo, porque él jamás me amara porque le gustas tú y porque no te das cuenta que siendo tú me haces daño—quise abrazarla pero no, porque es un odio injustificado, porque las personas debemos ser nosotras mismas pero ella eso no lo entiende.
—Odio injustificado, Erick me ama porque somos amigos y desde hace mucho tiempo habíamos confundido las cosas, que él no quiera nada contigo no es culpa mía—tenía que entender de alguna forma que las cosas no son como ella quiere verlas—¿Por qué fingías ser mi amiga?
—Porque así estaba cerca de él y si era tu amiga no estaba sola, si era tu amiga los chicos se me acercaban, porque todo lo que desechabas venía a mí luego y ahora, ahora solo tengo soledad, mis padres no me quieren y en la escuela solo me hablan dos personas pero tú sigues teniendo a tus amigos y yo sigo sin tener nada—negué nuevamente y ella sonrío—pero las cosas no serán así para siempre, tu veras como todo se pone a mi favor, como te desmoronaras, como luego de un tiempo no serás más que un mal recuerdo en la vida de todos—sentí miedo pero no dejé que lo viera, no podía demostrárselo.
—Vete de mi casa, en vez de enfocarte en dañar mi vida, trata de arreglar la tuya. Aquí el problema no soy yo, eres tú que no te das cuenta que estas cegada por un odio que terminara contigo, un odio sin sentido—Madison dio un paso hacia mi—arregla tu vida Madison y olvídate de mí, solo te brindé mi amistad por años para que me pagaras así y entiendo que llegaste a esta ciudad pensando que todo sería diferente pero no es mi culpa, no es culpa de nadie más que no seas tú por enfocarte en mi en vez de en ti—Madison cerró los ojos—olvídate de mí, de mis amigos, de mi novio y de mi familia Madison, no te quiero cerca—ella me miró sonriendo.
—Si no ¿qué? —empujó mi hombro.
—No querrás saber —dije y no me quité de la puerta hasta que la vi irse, entre a mi casa y sonreí detrás de la puerta.
Eso había sido una gran revelación, lo que me llevaba a que, o era ella sola o estaba haciéndolo con alguien más, que para mí era así porque no creo que actúe sola.
Fui a la cocina y mi mamá está cocinando, me pongo detrás de ella y le doy un beso en la mejilla.
— ¿Quién estaba allí? —pregunto y yo me senté en un taburete detrás del mesón.
—Nadie señora, así que siga cocinando que tengo hambre—dije y casi me lanza un tomate.
—Yo no soy su sirvienta, así que vean si empiezan a cocinar ustedes porque ya estoy cansada—me reí y ella también lo hizo.
—Sabes que poner a mi papá a cocinar es quemar la casa ¿Cómo porque quieres quemar nuestra casa? —suelta una carcajada y la puerta de la entrada se abre y luego se cierra.
— ¿Por qué mis dos chicas favoritas se están riendo tan escandalosamente? —me encogí de hombros y mi mamá bajo el volumen de su risa—voy a dejar las cosas y vengo a ayudar.
— ¡No! —grité y mi papá me vio frunciendo el ceño—no te vayas a tardar tanto papá que mamá necesita tu ayuda—mi mamá se rió bajito y yo apreté mis labios.
Él se fue sospechando de ambas pero no dijo nada.
Nosotras nos reímos y ella negó viéndome.
—Que mentirosa eres hija pero era necesario, siempre se pone triste cuando le digo que no me ayude porque es muy desastroso, lo dejo porque lo amo—yo sonreí.
—Que tierna y romántica eres mamá, mi papá se sacó la lotería contigo—dije y ella me vio sonrojada—yo... quería contarte algo pero ya no porque ya me dieron un consejo—ella frunció el ceño.
—Cuéntame igual, no puedo creer que le contaste a otra persona algo importante para ti primero que a mi Fabiana, no lo puedo creer—me reí.
—Deja el drama mamá, se lo conté a papá—ella se llevó la mano a su pecho y yo me reí—me besé con Erick Má y creo que nos gustábamos antes pero ahora estoy con Benjamín y lo amo, pero me confundí mucho por lo que siento por ambos—dejó de hacer lo que hacía y se volteó por completo hacia mí.
—A mí me pasó lo mismo con el papá de Erick pero nosotros vivíamos peleando y confundimos todo, yo ya estaba con tu papá y los tres siempre fuimos como mejores amigos pero yo me enamore de tu papá, cuando Michael se dio cuenta de lo que sentía por mí la misma noche en la que me hice novia de tu papá todo se enredó y tu padre me permitió explorar algo con él pero me di cuenta que amaba a tu padre desde antes de ser novios, me había enamorado perdidamente de él y con Mike solo era algo carnal pero lo supe a tiempo y aquí estamos—mi papá entró en ese momento sonriendo.
—Y nuestra hermosa hija hizo lo mismo, lo sé—dijo y yo sonreí—sé que amas a Benjamín y que él a ti, eso los mantendrá unimos por siempre si saben manejar bien las cosas, como nosotros—mi mamá sonrío viendo a mi papá con un brillo en sus ojos y en mi corazón se sembró el querer llegar a ese máximo de amor.
Un amor único e incondicional, que a pesar de cualquier cosa siguen luchando juntos, tomados de la mano y con un amor mucho más maduro de como cuando empezaron.
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