Capitulo 12

''Un amor sin fecha de caducidad que revolucionará sus vidas cada vez más.''

Troto por el camino de piedra de mi casa, subo las escaleras del porche y me detengo segundos antes de entrar.

Escucho el motor ser encendido y me volteo para despedirme con la mano y él aceleró para arrancar luego.

Volví mi vista a la puerta y la abrí, sabía que mi mamá estaba viendo por la ventana, ella sabía todo lo de Benjamin y se moría porque lo presentara con ellos formalmente pero aun no haría eso porque apenas estamos iniciando y no quiero que salga corriendo al conocerlos.

Entró cerrando detrás de mí y veo de reojo como finge leer algo en una revista, sonrío y niego avanzando hasta las escaleras.

—¿Cómo te fue, hija?—me detengo y giró un poco hacia ella.

—Bien, todo fue muy lindo y si no te molesta, voy a mi habitación—dije y ella negó sonriendo.

—Puedes ir tranquila cariño—le sonreí y seguí mi camino subiendo con una sonrisa gigante en mi rostro.

Llegué a mi habitación y tras cerrar la puerta me lancé en mi cama feliz, cubrí mi cara con una almohada y grité eufórica.

Todo había estado hermoso, nadie jamás se había tomado la molestia de hacer algo tan lindo por mi, aun podía sentir mi corazón latir apresurado, mis palmas sudar y mi cuerpo vibrar de la emoción.

Quiero poder sentirme así siempre, al límite de mis emociones, que pueda sentir esa emoción recorrer mis venas de por vida.

Cierro mis ojos y puedo recordar con exactitud todo lo que hicimos esa noche, puedo percibir cada olor, cada caricia y escuchar nuestras risas.

Seguro soñaría con eso todos los días, no había duda.

Mi celular sonó y sacándolo de mi cartera se me cayó porque tengo las manos sudadas.

Respiro y lo agarró del suelo rogando que no le pasara nada, lo levantó y suspiró al ver que no tiene ni un rasguño pero si tengo un mensaje.

Mi corazón se aceleró esperando que sea Benjamín. Abro la aplicación de mensajería y sonreí feliz.

Ben: Espero que la hayas pasado bien, que tengas lindo sueños, te quiero.

Sonreí acostándome y pegando el celular a mi pecho, no entiendo cómo alguien puede hacerte sentir de esta forma, como si volaras en las nubes. No hay ni habrá forma de describir lo que estoy sintiendo porque es una combinación extraña de todo.

Cierro mis ojos y comienzo a pensar en todo lo que pasamos para llegar a este punto, para darnos esta oportunidad.

El sueño comienza a llegar y en vez de soñar con la cita de esta noche, mi subconsciente crea una vista hermosa de otra cita magnífica, hasta que me quedé completamente dormida.

***

Me estiro libremente en mi cama mientras abro mis ojos, tomo mi celular y veo que pasan de las nueve de la mañana.

Eso es lo que amo de los fines de semana, puedo despertarme tarde y no estar corriendo porque voy a llegar tarde.

Me levanto y entro a mi cuarto de baño para lavar mis dientes y cara.

Después de la cita de ayer me quedé pensando en decirle a mis padres sobre Benjamín, aunque sea eso porque aún no está en mis planes presentarles, quiero dejar que pase un poco el tiempo y sea el momento adecuado para oficialmente traerlo a la casa.

Porque aunque no lo quiera pensar así, puede ser una posibilidad el no pasar de las dos semanas o del mes, por eso quiero estar muy segura de las cosas, de nuestra relación y de si lo que queremos a futuro va de la mano o vamos en direcciones distintas.

Me veo en el espejo y suspiro, ya mañana es lunes otra vez y comenzará nuevamente mi condena de levantarme temprano y arrastrarme hasta clases.

Odio con mi alma tener que levantarme temprano, tenían que poner que las clases empezarán después de las diez pero no, solo querían hacernos sufrir.

Salí de mi cuarto arrastrando mis pies y así bajé las escaleras para ir hacia la cocina para desayunar.

Entro y en el comedor me encuentro a mis padres, quienes estaban desayunando.

Primera vez desde que salí de mis vacaciones que los encuentro porque siempre me levanto tarde y como ahora solo tengo libre fin de semana es lo mismo.

Mi mamá me dejó el desayuno tapado en el mesón de la cocina, antes de sentarme a comer agarré una manzana y la comí con lentitud, mi mamá comenzó a comer mucho más lento y sonreí con burla porque se que es lo que busca.

Fui al mesón, agarré mi plato y me dirigí hacia la mesa. Al sentarme los escuché hablar sobre un tema cero importante para mi y cuando vi que era el momento adecuado, carraspeé y los interrumpí.

—Mamá y Papá, tengo que decirles algo importante—me puse seria agregando suspenso al momento, junté mis manos en frente de mi plato en la mesa y ambos me veían expectantes, mi mamá se moría por saber, su ser chismosa gritaba eufórica a través de sus ojos.

Miré de uno a otro y mi papá puso los ojos en blanco.

—Habla de una vez por todas, niña.

Y entonces lo dice, sabía que mi papá es muy celoso pero debía arriesgarme, no es como si pudiera salir sin decirle a ellos a donde me dirigía.

—Tengo novio...—dije en voz baja, por algún motivo hoy quería probar su paciencia también.

—¿Cómo que tienes novio? ¿desde cuando?—preguntó mi papá frunciendo el ceño, mirándome muy serio.

—Desde hace unos días—Mi mamá miró a su esposo y sonrió, ese hombre es muy celoso, gracias al cielo ella siempre está para intervenir.

—Calmate Max, ella ya tiene edad para tener novio, y de todas formas si nos oponemos va a ser peor, recuerda cómo se vive en la adolescencia—él hizo una mueca y le sonreí cautelosa.

No me sorprendió mucho lo que dijo mi mamá porque ella siempre está de mi lado y era obvio que al saberse toda la historia me apoya.

Igual, yo encantada acepto lo que ella dice porque me conviene, no quiero un noviazgo prohibido, mi papá asintió derrotado, pasó sus ojos de una a otra hasta que habló.

—Bueno, está bien—sonreí victoriosa—ahora debes decirme como se llama, si estudia o no y lo tienes que traer para conocerlo—hice una mueca negando— y como ya sabes en esta casa hay reglas y tienes que cumplirlas—dijo y se le notó la emoción, recuerdo la primera vez que me dijo que tenía unas palabras para cuando tuviera un novio.

Me sorprendió cómo se dio por vencido tan rápido, aunque viendo como mi mamá lo apaciguo puedo empezar a creer que esa señora tiene unos poderes especiales.

Mi mamá soltó una risita, ambas sabíamos que esas reglas de las que hablaba las había puesto mi querida mamá y que solo a ella le haré caso por completo.

—Se llama Benjamin Ocampo, estudia en el mismo colegio que yo y lo traeré cuando me parezca seguro y apropiado—mi mamá me miró frunciendo el ceño.

—¿Como así?—suspiré porque en eso mi mamá era más dura.

—Si mamá, quiero primero asegurar que todo vaya bien para traerlo para que lo conozcan—ella siguió mirándome— me parece lo adecuado, porque aunque no quiero pensarlo, las cosas de aquí a un mes podrían ser distintas—ella asintió levemente.

—Tienes razón ¿te das cuenta? criamos a una gran chica—dijo mi papá tomando la mano de su esposa.

—Eres muy inteligente, espero que todo se de bien y que ese primer amor lo vivas como se debe—le sonreí y comencé a comer.

Ellos comenzaron a hablar de otras cosas y yo comí mi desayuno tranquila hasta que mi celular comenzó a sonar.

Lo vi y era Charlotte, me iba a levantar de la mesa y mi papá puso su manos frente a mí para que me detuviera.

—Espera un momento—hizo un movimiento con su mano para que me sentara otra vez—Escucha las reglas antes de irte—miré a mi mamá con súplica y ella negó, de esa no me salvaría— Primero nada de estar en la habitación con la puerta cerrada, segundo nada de salidas hasta muy noche y tercero siempre pedirme permiso antes de salir con él.

Mi papá solo buscaba protegerme con esas reglas, lo que no sabía es que mi hermosa madre me había aconsejado durante mucho tiempo sobre muchas cosas y para ese momento soy una persona consciente que sabe que hacer, pero él aún me cree una niña y no entiende que ya crecí.

Y que, aunque sí le pediré permiso, la que siempre tendrá la última palabra será mi mamá.

Me voy del comedor y subo las escaleras corriendo, llego a mi habitación y veo que tengo en el celular cinco mensajes de Char, tres llamadas de Ben y una de Erick

Abro la conversación de Charlotte

Pardo: Hola,tenemos que reunirnos a terminar el proyecto hoy a las tres en mi casa

Pardo: Fabiana necesito tener el proyecto listo para mañana, por favor, responde.

Pardo: Comunícate rápido, por favor.

Pardo: He estado escribiendo desde temprano ¡responde!

Pardo: ¡RESPONDE!

Charlotte intensa era demasiado estresante.

Busco responderle rápido si no se volverá más loca.

Yo: Hola, ya voy saliendo. Deja la histeria mujer, te vas a arrugar.

Me reí sabiendo que eso solo la estresa más.

El celular comienza a vibrar avisando que tengo una llamada, veo el identificador y es Benjamin,

—Hola preciosa—sentí unas cosquillas en mi estomago al escuchar como me dijo.

—Hola Ben, escucha podemos hablar todo lo que quieras si vienes a buscarme justo ahora—me reí nerviosa—Charlotte me matara si no llego a su casa ya.

—Oh bueno, esperame afuera que estoy cerca de tu casa.

—¿Y eso?—pregunté agarrando mis cosas para salir.

—Iba con una excusa a buscarte pero debes ir a donde Charlotte.

—¿Me vas a llevar a algún lugar?—baje las escaleras trotando.

—Sí pero ya no se puede.

—Después de donde Charlotte no tengo nada más que hacer—lo escuché reírse.

—Posiblemente te lleve a donde quiero, ya estoy afuera—grité un adiós a mis padres colgando la llamada y saliendo de la casa.

Recorrí el camino de piedras y llegué al auto para subirme.

—Charlotte tendrá que valorar mi esfuerzo—Benjamín se rió y yo volteé hacia él, me acerqué y lo tomé por la nuca para traerlo hacia mi y unir nuestros labios.

Lo había extrañado.

—Hola Ben.

—Hola preciosa—sonreí y le di otro beso para emprender el camino hacia la casa de Charlotte.

Esto seguía siendo un sueño.

****

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