XXIV
Hoseok movía los dedos nerviosamente sobre su escritorio, Taehyung no podía fallarle, Hiroto estaba tan emocionado que ni siquiera había dormido bien.
Pero el beta estaba llegando algo tarde y Hiroto había empezado a hacer pucheros y a preguntar por Taehyung.
Hoseok no tenía el corazón para decirle que el beta los había dejado planteado.
Aunque probablemente eso sería lo mejor, porque Hiroto estaba empezando a encariñarse con Taehyung, y lo que menos quería era ver a su hijo desilusionado, no cuando fuera demasiado tarde, mejor ahora.
Sin embargo la puerta del local se abrió y Hiroto soltó la mano de Hoseok para correr con Taehyung quien de inmediato lo tome en brazos dándole un beso en la frente.
—Okey, lo traeré antes de las nueve, lo prometo— le dijo a Hoseok.
—¿Vas a cuidarlo?
—Por supuesto que si— le respondió —me indigna que pienses que no lo haré— dijo dramáticamente llevando su mano al pecho.
Hoseok se acercó hasta ellos y le dio un beso en la frente a Hiroto.
—Portate bien, no hagas muchas travesuras.
Hiroto sonrió y asintió, Taehyung estaba apunto de irse cuando el niño preguntó —¿No le vas a dar un beso a Taehyung?
Hoseok no supo la razón, pero sus mejillas de calentaron obteniendo un color rojizo, viendo a Hiroto asintió y le dio un beso en la mejilla al beta. Lo cual le resulto demasiado extraño.
Por fin ambos se fueron y Hoseok se quedo solo cuidando de la tienda, era la primera vez que dejaba salir a Hiroto con alguien que no fuera Momo.
Pero confiaba en que Hiroto no estaría más seguro con nadie como lo estaría con Taehyung.
Aquel pensamiento lo asustó, después de que oscureció no pudo pegar el ojo, a pesar de los supresores su celo era demasiado intenso y se alegro que Hiroto no estuviera en los alrededores porque su aroma cada vez se volvía mas asfixiante, él lo comprendía bastante, se estaba volviendo viejo y no había nadie para calmar su dolor.
Sólo Momo quien dejaba su aroma también por los alrededores para tranquilizarlo, vivir con otra omega podía ser algo muy provechoso, ambos se ayudaban mutuamente al desplegar su aroma que ayudaba a calmarlos.
Sin embargo su cuerpo aun deseaba algo más que sólo ser calmado con el olor del omega, deseaba a un alfa, un alfa fuerte que lo dominara, que usara su cuerpo a su gusto y lo follara tan bien que no tuviera ganas de levantarse.
Los tres días pasaron más pronto que antes, cuando Hiroto entró por la puerta con Taehyung de la mano, Hoseok abrió sus brazos esperando a que el niño corriera hasta a él, pero Hiroto no lo hizo.
Estaba bastante ocupado tomando fotos de los productos de venta.
Hoseok miró furiosamente a Taehyung quien sólo se encogió de hombros —en mi defensa no sabía que le iba a gustar mucho la fotografía, toma buenas fotos para su edad— se burló un poco.
Entonces Hiroto corrió y tomó la mano de Hoseok llevándolo hasta un sillón con apariencia renacentista haciendo que se sentara.
Se alejo un poco y le dio click a la cámara. Sonrió al ver la imagen que había proyectado y después corrió hacia Taehyung para enseñarsela.
—¿Verdad que papi es el más hermoso?
Taehyung le sonrió y palmeo su cabecita —así es.
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