XVIII


Jungkook se dejó caer en el sillón de su departamento, tenía un bonito olor suave que pertenecía a Hoseok, probablemente el omega estaba durmiendo y esperando por su regreso, era una jodida mierda, Hoseok, su Hobi no merecía todo lo que había hecho.

Se levantó y estiro, tenía que arreglar sus problemas de Hoseok, miró a la pared notando un pequeño cambio en el departamento, faltaba la fotografía que había tomado Taehyung cuando eran jóvenes, una donde sólo estaban él y Hoseok durmiendo uno encima del otro en un sillón, le gustaba esa foto tanto que había decidido enmarcarla.

Rápidamente se levantó del sillón y entonces noto los pequeños demás cambios, el florero de girasoles que le había regalado su madre a Hoseok en su boda o el oso de peluche que adornaba el sillón del balcón, corrió a su habitación y estaba normal excepto porque ahí no había nada, ya casi no quedaba rastro del olor de Hoseok.

Se apresuró a abrir las puertas del armario encontrando sólo sus prendas, entonces miró arriba del armario y no había mochila de viajes.

No, se negaba a creerlo, Hoseok no se había ido, Hoseok le amaba más que a nada, no podía abandonarlo, iban a tener un hijo.

Tomo su celular y marco el número que lo envió a buzón.

—Vuelve— se dijo que lo regañaría y reclamaría, sin embargo, lo que salió de su boca sólo fueron palabras de súplica —no me hagas esto, vamos a tener un hijo, vamos a estar unidos toda la vida. Hoseok me equivoque, no creo poder seguir sin ti.

No paso mucho tiempo cuando miro el teléfono celular de Hoseok en el pequeño mueble cerca de la cama.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top