Capítulo 7

Tumbada entre las sábanas sucias y frías cerró los ojos tratando de quedarse dormida, pero su cuerpo había descansado ya lo suficiente.

Seguía sin adivinar las necesidades de su cuerpo con exactitud.

Al principio se esforzó, pero luego se dio cuenta de que era inútil intentarlo, poco a poco las emociones fueron apagándose y es que sin sentir algo en realidad por su propia cuenta las cosas dejaron de importarle.

Si ella hacia un cálculo del tiempo en esos momentos se imaginaba a Neji en Konoha.

Se preguntó miles de veces como los demás habían tomado su regreso, seguro con la ayuda de Naruto y Lee todos lo fueron aceptando con el tiempo cómo algo normal.

-Vamos, ruégame para que te saque de ese estado - cuando escuchó la voz masculina con cierta satisfacción en sus palabras tomó la sábana y se cubrió con ella para evitar ver a Hidan.

-No entiendo porque sigues aquí... largo -Tenten apretó los dientes frustrada envolviéndose más en la sábana, si Hidan no se iba pronto cedería a la tentación de rogarle para que la hiciera sentir, aunque fuera por unos segundos― aléjate de mí, ya te di el pergamino.

Sintió como él se sentó a un lado de la cama, de un jalón arrancó la sábana descubriendo a Tenten.

Su cabello era un total desastre, se encontraba sucia.

No le importaba.

Aun así, no se atrevió a mirarlo, cerró los ojos cubriendo su rostro con las manos.

-Me entretiene tu sufrimiento... es mi deleite personal -sonrió mientras se acercó a susurrarle al oído- cuando cedes a la tentación de necesitarme...

"Solo una vez más"

Eso fue lo que dijo el día anterior a ese.

No lo aguantaba, el querer terminar con ese suplicio era todo lo que pensaba.

Se levantó por fin mirando el rostro de satisfacción de Hidan cuando al fin susurró aquellas palabras.

-Por favor... solo una vez más...

Hidan sonrió divertido, tomó la mano de ella que estaba llena de cicatrices hasta el momento de todas las cortadas que le había hecho a propósito.

Cortó y bebió.

En el momento preciso en que Tenten sintió ese dolor se levantó de la cama y corrió al exterior, vio la lluvia y extendió sus manos para sentirla.

Sonrió poco a poco y luego rio tomando su rostro con sus manos, arrodillándose después cuando sintió el sol que calentaba su piel se dio cuenta de que no estaba lloviendo en realidad.

-Me estoy volviendo loca -siguió riéndose sin saber por qué lo hacía.

-Asi es -volteó hacia Hidan detrás de ella, vio el color negro y blanco de su piel a causa de la maldición- te lo dije, una vida sin sentir absolutamente nada vuelve loco a cualquiera, me pregunto, ¿cuánto tiempo pasará antes de que decidas terminar con esto?, no puedes morir a no ser que él lo haga -sonrió con locura- pronto en lo único que pensarás es ir a buscarlo para hacerlo con tus propias manos.

-No puedo... no podría matarlo... yo le di vida... ¿por qué se la quitaría de nuevo? -Tenten golpeó su puño en el suelo- ¿que clase de jutsu es este?, tú... tú me engañaste...

-No, no lo hice, te lo advertí, te advertí que debías saber en qué te estabas metiendo, te advertí que el camino de Jashin solo guía al sufrimiento -camino hacia ella viéndola desde arriba con una mirada severa- ¿ya estás arrepentida?, ¿quieres que lo busque y lo mate por ti?, planeo una venganza contra alguien en Konoha asi que podría incluirlo en mi lista de pendientes.

-No -contestó apenas en un susurro, se encontraba con las dos manos en el suelo escondiendo la mirada entre los mechones castaños desordenados.

Hidan cerró los ojos aun sonriendo y le dio la espalda entrando a la casa.

-Bien como prefieras, apresúrate a entrar y comer antes de que mi chakra se acabe y la conexión se vaya de nuevo.

Tenten caminó con la mirada baja y lo siguió.

Observó la comida robada en la mesa de la cocina.

-¿Por qué haces esto? -Tenten observó a Hidan mientras el tomaba una manzana y la arrojaba al aire para tomarla de nuevo sonriendo.

-Hablaba en serio cuando dije que sería el único que acabaría con tu miseria cuando lo suplicaras con desesperación, espero con ansias ese momento.

Tenten tomó una bola de arroz y disfrutó su relleno de carne, empezó a comer a prisa.

No se cuestionaba de dónde había sacado Hidan la comida, ella ya lo sabía mató alguien para conseguirla.

-De nada por cierto -Hidan mordió la manzana.

-No te pedí que me cuidarás, te he dicho hasta el cansancio que te alejes de mi -Tenten dejó de comer para verlo enojada.

-Verás la inmortalidad es aburrida, no suelo encontrar a personas tan interesantes normalmente ni me molesto en convivir con basura humana antes de matarla.

Se acercó a ella, Tenten retrocedió pero él seguía avanzando hasta que su espalda chocó con un mueble, él se detuvo solo en el momento en que le aprisionó el paso, Tenten decidió salir por un lado para evitarlo pero él colocó sus dos manos de cada lado impidiendolo.

-Fue sumamente entretenido ver como te destrozaste por alguien, tengo curiosidad si volverías a hacerlo de nuevo por una persona diferente -le sonrió provocativo- alguien que te mantuviera cuerda en tus momentos de perder la cordura, alguien quién necesitaras para respirar de nuevo, ¿y bien?, ¿lo harías? -le tomó del la barbilla haciendo que alzara su mirada hacia él, ella trataba de evitarla- ¿te destrozarías por mi?

-¿Quieres que te ame? -Tenten le miró confundida, que alguien como Hidan le pidiera algo así se le hacía absurdo.

-¿Amor?, ¿quién habló de ese sentimiento tan molesto? -expresó molestia y desinterés en la mirada- no, eso no, después de una vida de inmortalidad al fin encuentro algo que quiero que me pertenezca completamente -sonrió ante lo emocionante que era la idea de escucharla suplicando por él- cuando estés en completa oscuridad quiero que el mío sea el único nombre que pronuncies.

Hidan vio el ligero temblor en el labio de la chica, amplió su sonrisa, después de meses lograría doblegar a esa mujer a su antojo.

-Quiero que vayas.

Él abrió los ojos sorprendido borrando todo rastro de su sonrisa.

Tenten quitó la mano que sujetaba su mentón y después en la apertura de un lado salió de aquella pequeña prisión.

-Aléjate de mi, vete de esta aldea abandonada yo fui la que la encontré, tú solo me seguiste -Tenten atravesó la cocina para salir mientras Hidan se mantenía en el mismo lugar completamente sorprendiendo vio cuando Tenten volteaba de nuevo y le dedicaba una mirada severa- largo.

La ira de Hidan no se pudo contener, en sus pensamientos solo estaba imaginando diferentes maneras de matarla.

Tenten casi no pudo mantenerse de pie mientras sintió que todo su cuerpo se vaciaba de toda emoción de nuevo, se recargó en el marco de la puerta, vio con detenimiento la madera vieja que no podía sentir, Hidan apagó la conexión que se lo permitía.

-¿Acaso no escuchaste lo que te dije mujer? - había furia en el tono de la voz de Hidan, casi estaba gritándole- unos años más siendo un cascarón vacío y pronto te volverás loca e irás a matarlo -sonrió divertido- yo soy el único que puede evitarlo - caminó hacia ella y se detuvo cerca la miró con inferioridad y furioso- deberías de estar de rodillas pidiendo por perdón en estos momentos o voy hacer que una vida sin dolor parezca una bendición comparado con torturarte todos los días.

Pero Tenten no retiró la mirada ni una sola vez ante las amenazas de él.

La firme decisión de Tenten fue mucho para que Hidan pudiera soportar cualquier impulso en ese momento, guiado por la furia sacó debajo de su chaqueta de cuero una aguja y al ser más rápido y ágil que ella se acercó antes de que Tenten pudiera notarlo, se la clavó justo en medio del pecho.

Tenten miró atónita, aunque no podía sentir nada vio la sangre saliendo de su pecho sin detenerse, sus piernas fallaron y cayó al suelo viendo la aguja que sobresalía en su pecho, la punta que sobresalía derramaba gota a gota su sangre.

Entonces fue cuando sintió el dolor indescriptible, lucho por respirar pero como si sus pulmones estuvieran llenos de agua no lo lograba, Tenten sabía que Hidan habia apuntado al corazón.

-No lo suficientemente profundo para causar una muerte inmediata -lo tenía frente a ella sonriendo, su piel de nuevo estaba llena de tinta negra, pasó un dedo manchado de sangre por su propia boca lamiéndo- ya no sientes tus articulaciones y tus pulmones se llenan de sangre al no ser bombeada adecuadamente porque tu corazón ya no está funcionando, colapsarás en segundos y lo último de tu cuerpo que fallará es tu consciencia que sentirá todo el dolor hasta morir, estoy seguro de que preferirías no sentir nada en este momento -le sonrió fuera de la cordura- pero tú no puedes morir porque estás atada a otra persona que aun sigue con vida, así que despetarás en un rato cuando tu cuerpo deje de agonizar.

Incluso inundada del dolor Tenten no dejó de verlo sin ninguna duda en la decisión en su mirada, fue hasta que ya no aguantó más y cayó al suelo cerrando los ojos dejó su vida vaciarse.

Hidan miró molesto el cuerpo inconsiste, deshizo el jutsu con la conexión después retiró la aguja del pecho de la chica y la observó abrió los ojos cuando se dio cuenta de lo que había hecho en un arrebato de ira.

Y varios pensamientos pasaron por su mente.

¿y si ella no despertaba?, ¿y si había matado lo único que lo hizo entretener y emocionarse desde que había asesinado para Akatsuki?

Apretó los dientes molesto mirándola, vio el rostro tranquilo pareciendo que dormía.

Y la habia visto dormir durante meses sin que ella se diera cuenta.

Planeaba hacerla sufrir para perturbar esa paz en su rostro, planeaba matarla y ahora lo había hecho.

Pero a diferencia de la satisfacción que había imaginado que sentía, solo había un vacío.

Se sentó junto al cuerpo recargándose en la pared y cerró los ojos por un momento.

Vio de nuevo aquella mirada decidida incluso al borde de la muerte, miró de nuevo el cuerpo y lo acercó a él recargando la cabeza de la chica en su regazo como una almohada, retiró aquellos mechones de cabello rebeldes de su rostro mientras acariciaba el rostro.

Si se viera a si mismo sería patético.

Había seguido y cuidado de esa mujer los meses anteriores, realmente no se reconocía a si mismo como alguien dispuesto a cuidar de una vida humana, de acuerdo a sus planes él debería de estar cumpliendo su venganza y deberes de asesinar en nombre de su Dios Jashin.

Había estado apunto de alejarse muchas veces de ahí pero siempre regresaba a dónde ella estaba trayendo comida para ella.

Se sentía bien tenerla entre sus manos, aquella necesidad de entregarle algo que solo él podía darle, la satisfacción de hacerla depender de él hasta rogar por ello.

Pero eso no sucedía del todo, incluso en el momento de debilidad en que ella le rogaba después de hacerlo en su mirada no quedaba rastro de esa desesperación.

Quería conseguir que ella aceptara por su propia cuenta cuanto lo necesitaba, quería escucharla decirlo viniendo de ella, cuando no lo hizo se enfureció tanto que lo llevo al impulso de matarla.

Había matado a varias mujeres, algunas solo al verlas, otras después de tener sexo con ellas.

Pero con ninguna había sentido el remordimiento al hacerlo como ahora.

A ninguna la había recargado en su regazo.

De nuevo, se sintió patético.

Pero nadie estaba viendo, ni siquiera ella.

Así que ese sería su oscuro secreto.

El secreto de disfrutar de acariciar su rostro y pasar entre sus dedos su cabello color chocolate estaba bien antes de que ella despertara y lo mirara con odio.

Le diría que se fuera de nuevo, pero él tenía el plan de fingir irse y ver hasta que punto ella podía aguantar sin que le hiciera sentir algo.

Hasta ella aceptara necesitarlo a tal grado de no poder respirar por ello diciendo su nombre cuantas veces él quisiera oírlo viniendo de ella.

De nuevo al pensar en su expresión de sufrimiento sintió una exitación en él.

No importaba cuánto tiempo le tomara, aquella mujer iba a suplicarle que se quedara a su lado.

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