Al parecer su yo sin cordura no le interesaba asearse, su cabello estaba las desordenado de lo que recordaba.

Tenten se quitó la ropa frente al pequeño lago quedando solo en ropa interior se sumergió en el agua sintió lo fría que estaba pero eso la hizo sentir bien.

Sentía de nuevo a todo alrededor, iba a disfrutarlo al máximo ahora que estaba consciente, cerró los ojos frotó sus manos con el agua disfrutando.

Algo se movió en su cuello, prestó atención de nuevo al collar con el símbolo de madera que por alguna razón no había sentido la necesidad de quitarse.

El ruido de otro cuerpo entrando en contacto con el agua la alarmó, rápidamente frunció el ceño hacia Hidan quién en segundos se acercó a ella.

-Te dije que quería estar a solas... -Tenten bajó la mirada, estaba apenada, había llorado en su pecho mientras él la consolaba, eso la hacia sentir necesitada de él de una manera sentimental, una manera peligrosa de necesitar a un criminal y asesino como él.

-Lo lamento pero ya te había dicho que no recibo ni una mierdera orden de nadie -por debajo del agua Hidan tomó sus caderas y la atrajo hacia él, la besó y Tenten casi se retiró por lo sorpresivo que fue pero después se dio cuenta de que estaba correspondiendo cerrando los ojos y abriendo su boca un poco más para darle acceso a Hidan, haciendo el beso más profundo.

Al sentir que su cuerpo reaccionaba al roce cercano del cuerpo de Hidan se perdió en la sensación, una reacción ya en automático que la sorprendió, sus mejillas se sonrojaron y relajó todo su cuerpo como si estuviera lista para todo lo que Hidan decidiera hacer en ese momento.

Rompió el beso en la boca para recorrer su cuello, Tenten disfrutó cada beso que él le daba dándose cuenta de que ahora se sentía diferente, estar cerca de él se sentía completamente diferente.

-Esto ya había pasado... -Hidan se detuvo y la miró con seriedad mientras ella continúo hablando- ya habías estado aquí, en este lago conmigo, es decir con ella...

Él rio ligeramente mientras se colocaba de nuevo frente a frente aún sin dejar de rodear sus brazos en su cadera y espalda.

-¿Le darás un nombre distinto para diferenciar sus acciones de las tuyas?, porque a mí me parece que ambas solo eres tú -le sonrió de lado con provocación- si, es cierto te hice mia incluso en la inconsciencia pero nunca te obligué a nada, yo solo estaba siendo un espectador, "ella" solo se deja llevar por lo que siente sin pensar en consecuencias... es solo una versión de ti con tus más oscuros deseos a relucir dejándose llevar por la locura.

Tenten bajó la mirada y vio el collar, la parte de madera ahora flotaba en el agua.

-¿Qué es esto? -Hidan bajó la mirada hacia el collar, la mano en la espalda de la chica dejó de abrazarla para tomar el círculo de madera.

-Solo es una baratija que hice para quitarme el aburrimiento, no le prestes importancia, se ve bien en ti, te daría la original pero se perdió cuando mi cuerpo fue desmembrado -le sonrió confiado hacia ella, luego dejó caer el collar.

-Estás mintiendo -ella le miró con seriedad e Hidan dejó de sonreír- puedo sentir -esta vez fue Tenten quien tomó el collar entre sus manos viendo extrañada que la madera estaba manchada de lo que parecía el color de la sangre- tu piel es normal y no has bebido de mi sangre desde que desperté, no has hecho tu jutsu de maldición en mi, ¿qué fue lo que hiciste?

Levantó la vista hacia él de nuevo, Hidan no dejaba de verla directo a los ojos castaños cuando paso su mano por el cuello de la chica y arrastrándola hacia su mejilla.

-No te lo quites nunca -apenas susurró en voz profunda dándole una orden- es lo único que necesitas saber.

Tenten notó que así como la cercanía que su cuerpo sentía con Hidan era distinto, su mirada hacia ella también lo era.

Volvió a besarla, con más pasión que la vez anterior.

Había algo diferente a lo que ella recordaba, incluso la manera en la que Hidan recorría su cuerpo con sus manos, un toque más íntimo y con delicadeza pero igual de apasionado.

Y esa vez al cerrar los ojos, no imaginó a otro hombre tocándola, solo estaba Hidan.

Solo quería verlo a él, reconocerlo mientras pasaba sus manos sobre sus muslos para pegarla a él.

Solo quería abrir los ojos y saber que ahí estaba, con sus ojos violetas mirándola de vez en cuando la besaba en partes sensibles dónde era inevitable soltar pequeños gemidos involuntarios.

Dolía encontrarse dividida, dolía saber que tal vez el día en que perdiera la consciencia ya no volviera a ser ella de nuevo, dolía pensar en Neji y recordar la mirada de miedo que le dedicó cuando estaba frente a él.

Y ese dolor que sentía Hidan quería quedarselo.

Sea lo que fuera que había hecho que volviera a ser ella misma después de 6 meses había sido gracias a Hidan.

Hidan, que había admitido que la quería tener entre sus manos y disfrutar en primera fila de la expresión en su rostro de dolor y sufrimiento mientras mataba al hombre que amaba.

El mismo Hidan que ahora de alguna manera la hacia sentir de nuevo con aquel collar que le había dado.

Y así en lo más profundo de la oscuridad en dónde se encontraba al dar su alma para que aquel que amababa viviera.

No volvió a cerrar los ojos nunca más.

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En los últimos años la tierra de nadie había sido olvidada.

El conjunto de aldeas del país de la lluvia no tenía un gobernante desde que el líder de los Akatsuki lo era.

La alianza de países decidió dejar esos territorios como zonas neutras, ninguno de los Kages quiso hacerse cargo de ellas. No habían habitantes suficientes como en Konoha o en otras aldeas pertenecientes a la alianza, Neji ahora confirmaba con sus propios ojos los rumores que escuchó durante años, recorrió el lugar hasta encontrar donde había recordado despertar, no había rastros ni pistas en ningún lugar, hasta ahí llegó su camino preparado.

Pero no podía rendirse, no sin verla de nuevo, tenía que acabar con todo, terminar con el dolor de ella, aquel dolor que vio en su expresión ese día, aquel dolor que había hecho que la mirada de ojos castaños llenos de alegría se volviera un vacío que no lo había dejado dormir por las noches.

Luego estaba el otro asunto que era no menos importante que al fin encontrarla.

Hidan, el inmortal que lo había amenazado con matarlo y a toda la descendencia del clan Hyuga si trataba de hacer algo.

Pero, ¿por qué?, ¿por qué Tenten se arrodilló y le rogó diciendo su nombre con tanta confianza como si lo conociera? como si confiara en que su ruego fuera escuchado, ¿que relación tenía con todo eso?

Neji temía que aquellas respuestas llegarán de manera desagradable, el simple hecho de que Tenten estuviera a merced de un asesino que había matado a incontable cantidad de personas solo por mandato de una secta de un dios que ni siquiera existía eso era algo que no podía ignorar de entre todo lo demás.

Lo que más le frustraba era que estaba en desventaja si se encontraba en una pelea, no contar con su Byakugan en definitiva había estabilizado todas sus habilidades ninja, aunque aun tenía algo de entrenamiento que le permitía un pequeño nivel de resistencia pero no era suficiente para estar a nível de la situación.

La tierra de nadie no tenía reglas, muchas personas aprovecharon eso para crear una especie de mercado negro y aldeas con personas que no querían pertenecer a ningún lado, personas que querían romper las reglas de cualquier gobierno que se les fuera impuesto o cualquier alianza, personas peligrosas.

Tuvo que ocultar sus ojos con un máscara que cubría la mitad de su cara dejando nariz y boca descubiertos, ya que con su habilidad especial incluso aunque ya fuera inservible si alguien lograba reconocerlo cómo uno de los clanes más importantes llamaría demasiado la atención y estaría metido en problemas.

Había muchos negocios en los cuales obtener información, la presencia de un ex-akatsuki que se suponía que habría muerto hace mucho definitivamente no podía pasar desapercibido en un lugar como ese.

Utilizó su dinero para sobornar y obtener información, algunas pistas resultaron falsas y otras simples rumores.

Todas apuntaban a personas que lo habían visto y al culto que se creaba de nuevo con más intensidad luego de que uno de sus servidores más destacados había regresado de la muerte a la que se suponía nunca podía tener con su inmortalidad, eso lo hizo prácticamente un dios para ellos.

La última información que obtuvo lo llevo a un barrio bajo, camino entre prostitutas que ofrecían su cuerpo y traficantes de armas, no dejaba de llover, a Neji siempre le desagrado la lluvia ya que la sensación de que su ropa pesaba sobre él al estar mojada era molesta.

-He escuchado que buscas a Hidan el inmortal.

La voz ronca y senil hizo que se detuviera de inmediato, volteó hacia el término de una de las calles, una persona mayor se encontraba en el suelo recargada en la pared de un negocio mal habido.

-Es una lástima que este muerto... Hidan el inmortal está muerto -ella rio divertida con su voz ronca, la risa más perturbadora que Neji había escuchado, se acercó a ella quedando en frente, observó que en frente de dónde estaba sentada había una manta con diferentes joyas y artículos raros, algunos tenían grabados en un idioma que era difícil de entender.

-Está con vida -afirmó Neji viéndola con seriedad- estuvo frente a mi... se llevó a alguien preciado para mí con él, necesito encontrarlos.

-Si era tan preciado para ti, ¿por qué lo dejaste ir? -aunque sus cabellos grises y descuidados caían cubriéndole el rostro ella mostró su sonrisa podrida al hablar- Jashin suele reclamar las cosas que los demás abandonan, cosas que quedan sin dueño y en la oscuridad absoluta... es más fácil que la desesperación y el sufrimiento puro que tanto a él le gusta surgan de ellas.

Cuando Neji escuchó el nombre de ese dios satánico supo que estaba frente a otro de sus adoradores y que quizás tendría información importante sobre dónde estaba Tenten.

-Le daré el dinero si me dice la ubicación de Hidan el inmortal, solo diga la cantidad y yo...

Se vio interrumpido por la risa demente de la anciana, Neji frunció el ceño, tal vez solo estaba loca y no iba a darle información valiosa, empezó a caminar dispuesto a encontrar información de otros lugares.

-Los tres necesitan un castigo apropiado, ese es el mandato de Jashin -Neji se detuvo y la observó de nuevo, ella ya no sonreía ni se reía- Hidan el inmortal está muerto, no ha realizado sacrificios a Jashin en mucho tiempo solo por estar ocupado cuidando de un animal herido, él murió cuando su curiosidad se convirtió en obsesión, su obsesión en algo tan asqueroso que me dan ganas de vomitar si lo pronuncio... ella se convirtió en religión para el hombre más devoto del culto y eso a Jashin lo ha enfurecido por eso necesita ser castigado... los tres merecen ser castigados por el gran Jashin -la anciana tosió un poco antes de continuar y esta vez sonrió con diversión enseñando su sonrisa de dientes podridos de nuevo- ve al norte y cuando la lluvia desaparezca de tus pies no dejes de seguir el camino recto, sigue hasta encontrarlos en una aldea tan abandonada como las demás... salvo por dos personas, él y ese animal herido que ahora es su amante, ¡Tú eres el castigo destinado a recordarle quien es y su propósito de servicio a Jashin!, ¡ve y apresúrate lleva el castigo de divino de Jashin contigo!

Neji dudo por unos segundos de la veracidad de todo eso pero habían detalles que no pudo ignorar, como el hecho de que hace meses después del ataque del culto a la aldea Shikamaru y él no habían podido localizar al asesino porque no había un rastro de sangre por asesinatos que seguir, y por otro lado la anciana había mencionado a una mujer entre su habladuría, seguramente se refería a Tenten.

¿Amante?

Neji frunció el ceño, aquello no era de su agrado ni un poco.

Ya había seguido pistas falsas en todos esos meses, y de ninguna dudó ya que aunque fuera mínima, la esperanza de encontar a Tenten ganaba sobre lo lógico.

Camino ya sin ver a la anciana al principio, ya cuando estuvo lo bastante lejos dio un vistazo con curiosidad, ya no estaba.