Capítulo 10
Se detuvo frente a ella impidiendo su paso.
Ella frunció el ceño de inmediato, se puso en posición defensiva.
—¿A dónde mierda crees que vas? —Hidan miró con molestia agitó su guadaña para estar listo a cualquier movimiento por parte de la chica— ¿cómo lograste escapar de la casa si yo... —se interrumpió a si mismo suspirando irritado— ¿sabes que?, en realidad no tiene caso que haga ese tipo de preguntas... ni siquiera escuchas nada de lo que digo en ese estado.
Tenten levantó la mano que sostenía un pergamino, invocó una katana, la apuntó hacia él preparada para atacar.
Hidan sonrió divertido.
—Bien ya lo decidí, tendré que romperte las piernas la próxima vez para que no puedas irte.
Ella atacó primero, los metales chocaron, la maestría de usar su arma se igualaba a la de Tenten, eso lo emocionaba aunque ya sabía los obvios resultados, él era más fuerte que ella en combate.
Mandó a volar la Katana de un solo impulso, Tenten cayó de espalda desarmada, Hidan sonrió desde arriba victorioso.
Tenten desapareció en una nube de humo.
Hidan fue tomado por sorpresa y maldijo los trucos de la chica, aunque por dentro lo lleno de orgullo saber que al paso de los años que había intentado escapar ella ya era rival para él.
Aquella mujer nunca lograba aburrirlo.
Logró alcanzarla en segundos, obstruyendo el paso de nuevo esta vez no dejó que ella invocara alguna arma, la derribó de una patada al suelo y la aprisionó a él con su propio cuerpo, ella forcejeó para liberarse.
—Basta ya maldita sea, es suficiente Tenten —ella tuvo un momento de reconocimiento al mencionar su nombre pero después siguió forcejando.
Él sacó un Kunai y tomó la mano de la chica, cortó el antebrazo y lo acercó a su boca activando la maldición.
En ese mismo instante Tenten abrió los ojos sorprendida.
Dejó de luchar contra Hidan y él se quitó de encima, ella se levantó y lo abrazó.
—Hidan... —se recargó en su pecho— ¿que tan cerca estuve esta vez?
—No importa —la separó y tomó su rostro— no voy a permitir que lo hagas.
Se acercó para besarla, ella lo correspondió sintiendo las manos de Hidan tomándola de la cintura acercándola a él para profundizar el beso.
Cuando se separó él susurró a su oído.
—Regresa conmigo a casa.
Ella asintió bajando la cabeza, sintió como la cargó con él al levantarse.
—Puedo caminar yo sola —comentó mientras Hidan caminaba.
—Eres lenta y esta vez recorriste una gran distancia.
—Estás molesto — solo afirmó, Hidan no le contestó solo mantuvo su mirada sería al frente mientras avanzaban.
Decidió guardar silencio también, después de casi diez años conocía cada actitud de él como para saber que su silencio significaba preocupación.
Los sellos de retención en la casa no habían funcionado, su impulso por ir y matar la única causa por la que se mantenía en un suplicio constante sin sentir nada.
Si no fuera por Hidan ya había sucumbido a ese impulso y habría ido a Konoha a buscar a Neji solo para buscar alivio de la decisión de estar muerta en vida durante años.
Llegaron a la casa y Tenten vio los sellos rotos de la entrada, no recordaba nada pero seguramente encontró la manera de quitarlos.
Hidan la recostó en la cama y cuando estuvo apunto de retirarse ella lo retuvo tomando su rostro, él la miró sorprendido.
—Gracias —le sonrió con amabilidad.
Ella creyó que en ese momento la besaría pero se apartó de ella casi de inmediato.
—Hidan... —ella bajó la mirada hacia las sábanas apretandolas— no te vayas... quédate.
En el momento en el que el asesino escuchó su nombre se detuvo en seco antes de seguir su camino y salir de la casa para alejarse de ella.
La rapidez con la que el cuerpo de Hidan se encontraba ahora sobre la cama en cima de ella la tomó por sorpresa, decidió no cuestionar nada cuando sintió sus manos recorrer su piel debajo de la ropa mientras besaba su cuello de manera lenta dando alternativamente pequeñas mordidas.
Fue cuando ella gimió que él se detuvo, apesar de esto ella seguía con los ojos cerrados, él vio con atención el rostro de la chica, las mejillas sonrojadas y la respiración casi agitada por la exitación que le provocó en segundos.
Casi estuvo satisfecho con él mismo, si no fuera porque a lo largo de los años siempre se dio cuenta de un detalle que al principio ignoró pero ahora enfurecía más que nada.
—¿Cuántas veces van ya? —su cuerpo aprisionaba el de Tenten con sus piernas rodeando la cadera de la chica, pasó su mano sobre la mejilla de ella y siguió mirando enfurecido cada reacción de goce que ella expresaba— dime, ¿cuantas veces más vas a cerrar los ojos e imaginarte que él es el que está tocándote y no yo?
Tenten por fin abrió los ojos pero no hizo contacto con los de él, mantuvo la mirada baja.
—Eso no es cierto...
Hidan apretó los dientes frustrado tratando de mantener su ira pero no pudo, sin pensarlo demasiado estaba apretando el cuello de la chica con su mano.
—Me enfurece que me mientan.
Ella se quejó de inmediato al sentir que no podía casi respirar, pero aparte de expresar dolor no hizo nada para apartar la mano de su cuello.
Hidan a veces la comparaba con un pequeño animal herido que con la mirada pedía a gritos que lo sacarán de su sufrimiento y fuera bendecido al fin con la muerte.
Dejó de apretar cuando Tenten hizo contacto con la mirada al fin con esos mismos ojos llorosos y suplicantes.
Con su respiración al fin normalizandose Tenten pasó una mano por su cuello, sintiendo todavía el dolor.
¿Cuánto tiempo llevaba sin sentir el dolor real y fuerte?
Esa pregunta y la curiosidad por averiguarlo la asustó por dentro, autolesionarse para encontrar esa respuesta era lo último que quería.
Miro a Hidan notando que este no había dejado de ver cada expresión o reacción en ella con seriedad.
Extendió sus manos para tomar el rostro del mayor, sonrió con tristeza.
—Lamento ser tan egoísta contigo Hidan.
Después de mirarla con seriedad por unos segundos él sonrió divertido tomó uno de sus brazos y la obligó a levantarse sentándose en la cama, aún teniendola a su mered acercándola a él.
—Egoísta, ¿eh? —sus ojos mostraron lo entretenido que estaba— si, eso es exactamente lo que eres, no miras a la cara a quién te está sacando de la oscuridad, solo piensas en otro hombre aun con el paso de los años que no me he separado de ti ni un momento —la acercó dándole una clase de abrazo dónde rodeo con sus piernas su cuerpo, ella quedó recargada en su pecho y él hundió su rostro en uno de los hombros de la chica— ¿que tan egoísta puedes llegar a ser?, ¿aprovecharte de mi obsesión por ti para ayudarte mantener la cordura?, ¿dejarte llevar por todo lo que te haga y seducirme para que nunca me vaya?, ambos sabemos que en tu interior sabes a la perfección que nunca estarías con un monstruo como yo por voluntad propia, y sin embargo aquí estás después de años dejando que bese y toque cada centimetro de ti... y esa es la culpa te consume por dentro, esa disculpa de antes no es para mí, sabes que odias y que no te perdonas por haberte convertido en lo que eres y dejar que te tenga entre mis manos —levantó la mirada y amplió más su sonrisa satisfecho al ver la expresión de culpabilidad, se aproximó al pecho de la chica y recargó ahí su rostro cerrando los ojos sin dejar de sonreír ni abrazarla— puedes ser tan egoísta como quieras, a mí no me interesa — empezó a besar el inicio de sus pechos debajo de la ropa— porque yo sigo mis propios impulsos egoístas también.
Ella volvió a cerrar los ojos al sentir los labios de Hidan recorriendo su piel pensando en que él tenía razón, ¿que tan egoísta podía llegar a ser?, ¿por qué seguía pensando en Neji a esas alturas y después de casi diez años?, ahora apenas recordaba las primeras veces que Hidan la besó hace años ella se dejó llevar, sin darse cuenta lo hizo una y otra vez en cada ocasión en la que él quería, para no sentirse culpable había cerrado los ojos e imaginado que las manos que rodeaban sus caderas eran otras, que los labios fríos en las partes más sensibles de su piel desnuda eran del hombre que aun amaba.
La fantasía de su imaginación rosaba la delgada línea entre su cordura y la locura, sin olvidar quien era en realidad y cual era su principal motivación para no dejarse llevar lo suficiente como para perderse a ella misma.
—Abre los ojos y mírame —escuchó la orden y obedeció viendo como él le sonreía recargado en su pecho aún abrazándola— adelante piensa en él, no me interesa ser yo en quién pienses con ese sentimiento estúpido de amor —la abrazó de la cadera recargandose en el regazo de la chica y cerrando los ojos aún sonreía cuando continuo— al final yo seré todo lo que quede en esa oscuridad que te consume día con día a lo largo de los años, la única cosa que busques y necesites, por mucho que te cueste admitirlo y lo niegues, ahora me perteneces.
Tenten desvío la mirada, ese sentimiento de que ella no era la misma que el día anterior la atemorizó porque ya no se sentía como algo humano, incluso perdía por completo la consciencia después de días de no sentir nada salvo la urgencia del objetivo de ir a Konoha para matar a alguien, se estaba alejando poco a poco de esa luz que aun quedaba dentro de ella, esa luz que aún recordaba su amor por Neji y el sacrificio que había hecho.
Él tenía razón, pronto estaría en un vacío agujero de oscuridad y a lo que únicamente podía aferrarse era a Hidan.
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Pequeña curiosidad de esta rara historia:
Young and Beautiful de Lana del rey es una extraña canción que siempre escucho cuando escribo esta historia, mmm no sé porque el HidanxTenten siempre se me viene a la mente cuando la escucho❤️.
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