LOVESICK [1.5]

—🥀

Soobin sabía que tener fama requería de tantas cosas y entre ellas, el bajo perfil.

Era igual que un cuento de hadas hecho realidad estar en un escenario con tantas personas gritando emocionadas sus nombres, cantando el coro de las canciones con ellos, no iba a negar que la emoción de una enorme alegría venía a él. Todos los días desde que iniciaron su gira. Soobin estaba tan satisfecho de sus sacrificios como los de su grupo, merecían esto.

Probaban comida extranjera, veían tantas cosas lindas de cada lugar e incluso trataban lo mejor posible de que en sus apretadas agendas hubiera ese pequeño momento para salir al aire libre a dar una vuelta por la ciudad en la que se hallaban.

Admiraba el compromiso que todos tenían. Su equipo de trabajo, el staff, los mánager, el equipo de vestuario, maquillistas.

Era una experiencia que guardaría.

"¿Me amas?"

Soobin terminaba de afinar en el escenario, faltaban unas horas para el concierto. Las gradas estaban vacías pero en sus ojos ya había muchas personas alegres, saltando, gritando. Visualizando un concierto movido hasta que esas palabras vinieron de nuevo a su mente, rompiendo su concentración.

En su mente, en su razón. No. La respuesta era un no. Soobin no amaba a Arin, no podía amarla como ella lo merecía y estaba siendo un maldito por esconderlo, por esconder esa verdad de ella.

Él tomó una desición. Le diría. Debía hacerlo o iba a morir por mentir así a una buena persona como Arin, por engañarse a si mismo. No lo soportaba y Soobin quería dar por fin a esas cadenas que lo tenían prisionero. A los dos. Arin merecía un hombre que la ame, y él no podía ser ese hombre.

Personas encargadas del equipo de sonido estaban trabajando atrás. Monitoreando las cámaras, viendo que los drones estuvieran listos para las tomas desde arriba y otros que las pantallas funcionaran correctamente. Vió en las gradas a Beomgyu y Kai, jugando entre ellos. Riendo y haciendo tonterías de las que Soobin no pudo evitar sonreír, la carcajada de Kai le llegó hasta sus oídos por lo fuerte que era y fue porque Beomgyu tropezó con uno de los cables pero no cayó al suelo ya que se sostuvo a tiempo de los hombros de Kai, riéndose junto al menor.

Se veían felices. En su grupo la energía tan fuera de si era una característica que tenían cada uno de ellos, y a pesar de que Soobin no era un armador de alborotos, también se sumaba al desastre cuando perdía la noción de todo y quería disfrutar de sus amigos y el momento.

Sin embargo, últimamente no sentía esa esencia en él. Desde que llegaron, salía temprano por la mañana a hacer sus rutinas de ejercicios, luego de inmediato se iba al estudio y al terminar el día estaba tan cansado que llegando al apartamento donde estaban quedándose y se encerraba en su habitación. Caía rendido en la cama o también dentro del auto y un integrante menor era quien lo despertaba.

No le juzguen, estar de gira y ser el líder no era algo sencillo ya que Soobin debía estar al pendiente de todo acto de su grupo y al tanto de lo que harían para los próximos días del concierto, dejándole cero de energías.

Aún con eso sabía que estaba siendo evitado por uno de ellos.

Minutos después se asomó YeonJun detrás el telón con un micrófono morado en las manos. Tras ver los mechones oscuros de la persona que estaba de espaldas, fue imposible no soltar un suspiro, sus ojos no podían dejar de ver a Soobin y de nuevo, tuvo que forzar una sonrisa, como si nada pasara.

Soobin dió un paso atrás y como Yeonjun estaba tan perdido en su mente que daba vueltas, no lo vió y chocó contra él.

— Perdón, no ví por dónde...— su corazón latió más fuerte. Debido al ruido de las bocinas encendidas y la canción de Ox1 sonando a alto volúmen,nadie, ni siquiera (gracias a los cielos) Soobin logró oírlos. —, iba....— murmuró y de inmediato dió un paso atrás, como si todo ese espacio quemara.

Era tanto su miedo de ser descubierto que no notó esa mirada dolida de Soobin cuando lo vió retroceder. ¿Cómo podía? Si Yeonjun tampoco quería que Soobin viera la tristeza y la desesperación en su mirada. No era bueno guardando sus emociones, y Soobin podía leerlo. El podía. Yeonjun no quería tener esa conversación tan pronto. 

Taehyun se detuvo de alzar las cajas de micrófonos, una pequeña ayuda que daba al staff. A lo lejos vió a los dos mayores y de inmediato se siente mal por YeonJun quien da una sonrisa calmada como respuesta a la mirada silenciosa, intensa, de Soobin. No hace contacto visual con el líder a pesar de estar (aparentemente) manejando bien la situación. Sabe a fuerzas que Soobin tenía una máscara puesta también. Él tampoco deseaba mostrarles que le desesperaba no poder hablar con Yeonjun pero Taehyun admiraba que Soobin mantuviera la compostura aún cuando su cuerpo era el que lo traicionaba a veces.

Oh Soobin hyung, pensó Taehyun cuando vió al mayor poner esos ojos llorosos cuando logró tener un poco de contacto con Yeonjun. Pudo ser una palmada amistosa en el brazo pero debió ser un alivio a una tortura si Soobin casi parecía volver a respirar con sólo ese toque.

Porque era tan fácil descubrir que aquel brillo que YeonJun tenía en los ojos por Soobin no eran los de un simple amigo o que las manos del líder se veían inquietas hasta el fin del camino del viaje en carretera cuando el mayor iba a su lado.

Cuando grababan y YeonJun sonreía sin poder evitarlo cada que la voz de Soobin hacía presencia o del como se robaba su atención completa aún si él azabache no decía nada.

A Taehyun le dolía de cierta manera ver a su hyung con una sonrisa apacible en sus labios pero con ganas de llorar brotar de sus ojos tristes cuando Soobin interactuaba con otro de ellos y no con él, dejándolo fuera del marco.

Pero también a veces quería justicia y sonreía después de ver la cara de Soobin una vez Kai le robe uno o dos besos a Yeonjun en la mejilla, tan cariñoso como un niño. Un niño que ponía a Soobin tan rígido y tosco.

Incluso Taehyun podía decir que Soobin tenía idea y Yeonjun de igual forma. Tenían idea de lo que le causaban al otro, y querían ver quién de los dos se rendía primero, quien lo admitía primero. Como un estúpido juego de jala y afloja.

Pero otras veces parecía no ser así, parecía que Soobin estaba dispuesto a rendirse primero y admitirlo. Era Yeonjun el que evidentemente evitaba que eso suceda, si es que sabía las intenciones del líder, hacía de todo para que no las llevara a cabo.

Las luces del escenario; blanco, azul y morado les dieron en la cara, haciendo más visible aquello que de por sí no era posible ocultar para Soobin y YeonJun.

Pero que necesitan guardar.

— Hyung.

— ¡Olvide el auricular! Iré...— YeonJun mordió sus labios —, ahora vuelvo.

— YeonJun — el azabache sostuvo el brazo del rubio. Ambos corazones latiendo más en ese instante donde todo el mundo parecía indiferente—, debo hablar contigo.

Sin mirar al azabache, YeonJun tragó nervioso. Podía sentir el calor de sus mejillas y como sus manos temblaron de emoción. Sabía. Podía tener una leve predicción de la conversación que Soobin quería tener.

No estoy listo.

Lo quería, sí. Amaba a Soobin con cada pedazo de su ser, pero no estaba listo. No se sentía listo para reaccionar a algo de esa magnitud, Yeonjun ni siquiera sabía si era ese tipo de conversación que Soobin quería abarcar. Quizás se esté adelantando a los hechos, podría incluso quedar como un payaso por suponer las cosas. Pero una cosa sí era clara, tenía miedo.

Estaba asustado.

—Hm.

Yeonjun solamente soltó ese sonido, Soobin ni siquiera sabe si era de afirmación o lo hizo para no dejarlo mal.

Después Yeonjun se marchó.

YeonJun entró a una sala a oscuras.

Cerró la puerta, pegó su frente en esta y simplemente fue deslizando su cuerpo hasta caer al suelo de rodillas. Sus ojos llenos de lágrimas irremediablemente tercas para detenerse, un ardor quemando cada gota de su sangre e invadiendo su corazón.

Es cierto, no debería dejar que esto lo detuviera pero ¿cómo? El miedo de perder a la persona a quien más ama lo estaba abrumando.

No culpa a ninguno, ni a su corazón, ni menos a la vida ¿Porqué lo haría? Tiene trabajo, responsabilidades grandes que cubrir y sabía que no sería sencillo desde el momento en que su corazón bombeo descontrolado por Soobin cuando eran simples niños curiosos, ¡Claro que lo sabía!

Pero también conocía cómo el mundo trabajaba. Lo sabía. No era un mundo rosado con brillos.

Era masoquista pero en el fondo, eso no era suficiente para cortar sus ilusiones, mucho menos sus sentimientos puros de amor.

Lo necesito.

¿Era egoísta de su parte ponerse así? Yeonjun quería que Soobin pueda conocer sus sentimientos, sin embargo, no ahora que siente que al mínimo toque puede quebrarse.

Quería enfrentar esto con valentía.

Abrazó sus rodillas, escondió su rostro entre el hueco que dejaba su cuerpo y en un lamentable silencio con la claridad de la luna asomándose por las cortinas traslúcidas, soltó aquel llanto que estuvo aguantando desde la mañana.

No era por la falta de atención, no era por la presión de la gira, no era por nada de eso.

Era por las barreras tan dolorosas que el mismo ponía con Soobin. Era una idiotez. Pero Yeonjun tenía mucho miedo, era un miedo que nunca pensó en tener y ahora lo estaba matando, casi ahogando. 

— ¿Qué le diré cuando hablemos? Él lo va a descubrir y no estoy listo —apretó los ojos. Yeonjun era un libro abierto, un libro que el líder podía leer con sencillez y entender en una leída.

Eso a Yeonjun lo asustaba.

¿Qué va a pensar de mí?

Soobin no pensaría nada malo, probablemente tampoco lo juzgue pero era claro que cuando lo sepa, algo iba a tener que cambiar en su relación.

Algo entre los dos iba a removerse. Eran tantas las posibilidades que Yeonjun se imaginaba las peores, nadie afirmaba que Soobin era bisexual.

Soobin nunca ha demostrado interés romántico por otro chico, entonces Yeonjun todavía sentía inseguridad. ¿Qué si Soobin al final se equivocó y fue simple confusión?

Su corazón no estaba listo para ser ilusionado de esa forma.

Descalzo se dirigió a la ventana, las calles coloridas y la luna en lo alto del despejado cielo nocturno eran una bella imagen.

Tan metido en su mente que YeonJun se sorprendió mucho cuando sintió un par de brazos rodearlo completamente.

— Te encontré. — susurraron en su oído.

De inmediato reconoció ese aroma, esa voz inconfundible y no pudo evitar sonrojarse ni la aceleración de su pulso, sus ojos rojos por el llanto que tuvo antes se volvieron a aguar siendo reflejado en ellos las luces de las estrellas y la luna. Yeonjun jadeó cuando los labios de Soobin rozaron su oreja, podía sentir la calidez de su respiración temblorosa y comprendió que no era el único realmente nervioso por está situación que apenas iniciaba.

— Soobin...yo.

— Escucha, porfavor, escúchame.

— Bin...— YeonJun sentía los latidos como tambores en su cerebro —, nosotros...— el tibio tacto de los labios ajenos hicieron presión contra la piel descubierta de sus hombros por el vestuario que usaba para el concierto que era en menos de unos minutos. Yeonjun sintió su piel erizar. Era la primera vez que los labios de Soobin besaban en su piel desnuda. Prefirió no decir algo al respecto—... d-de acuerdo.

Ese tipo de beso íntimo ninguno de los dos antes lo llevaron lejos más que en la mejilla o frente. Fueron sus ojos llenos de intensas emociones lo que le aseguraron al otro en silencio que no fue hecho sin intención.

—Apenas lo estoy entendiendo.

Soobin dijo con voz baja, como un secreto de ellos. Yeonjun contuvo su respiración temblorosa, tragó con nerviosismo.

—Lo sé —el aire se detuvo de ingresar a sus pulmones cuando Soobin siguió mirándolo, los dos luchando para poder expresar bien sus palabras. Dudoso, Yeonjun estiró su mano y acarició suavemente su mejilla— está bien, hyung está aquí.

—¿Serás mi hyung por siempre? —sus ojos bajaron a sus labios. Yeonjun mordió suavemente los suyos, Soobin lo miró de regreso, tragando saliva.

Apoyó sus manos en los brazos de Soobin para darle confianza. Pero realmente era para no caerse porque sus piernas se debilitaban. Yeonjun sentía tantas cosas.

— Soobin...—la respiración ajena golpeó su cuello haciéndolo erizar por el gentil tacto en su piel.— Bin-ah.

«Yeonjun» susurraron a su oído con una voz tan aterciopelada que le dió cosquillas en el estómago, sus ojos se aguaron por algo que no lograba entender pero que mandó a Yeonjun en un trance de satisfacción.

—Soobin...yo estoy...

—¡Aquí estaban!

YeonJun se separó bruscamente de Soobin. Sus ojos tan hermosos, rasgados como los de un gato de color azul por los lentes de contacto tenían la mirada casi nublada de placer y Soobin logró verlos antes de recobrar su compostura. El sudor bajaba por su frente haciendo correr algo del maquillaje por la humedad. Las maquillistas lo iban a matar pero no importaba.

Este sentimiento, esa sensación. Fueron tan increíbles.

—Joder...— Soobin tragó más cuando se dió cuenta de que incluso su cuerpo reaccionó a tal cantidad de serotonina contenida en su cuerpo.

Por otro lado, Beomgyu alzó una ceja a Yeonjun quien buscaba desesperadamente un ventilador en la mesa de accesorios. Cuando lo encontró, se lo colocó en la cara con la velocidad máxima.

Su rostro estaba rojo, podía verlo desde esa distancia.

—¿Acaso comiste ramen picante o porqué tu cara está tan colorada?

Yeonjun prefirió no contestar a Beomgyu. Así que simplemente empezó a ser un infantil, haciendo su mejor puchero y asintiendo.

Nadie debía saber que Soobin causó este efecto en él, en su cuerpo. En su corazón.

O este sentimiento de deseo.

«Estoy en problemas» pensó cerrando los ojos, tratando de concentrarse en recuperar su temperatura normal antes de salir al escenario.

—¿Ahora tú porque tomas tanta agua? ¡Vas a tener ganas de orinar antes de siquiera terminar la mitad del concierto! —Beomgyu regañó a Soobin quien ignoró sus gritos tomándose una botella entera de agua fría. —dios, Soobin. ¿También tú comiste ramen picante? Estás sudando como el infierno.

Soobin y Yeonjun intercambiaron una mirada antes de girar a otro lado. Beomgyu notó eso, pero no dijo nada.

Aún así le resultó extraño.

—Soobin, ¿recuerdas que harás conmigo fanservice hoy, verdad? —dijo para omitir lo anterior. Esta atmósfera era algo incómoda para Beomgyu— debes de ser mi fiel amante, ¿de acuerdo?

—Lo que sea por moa. Mientras no intentes besarme todo sudado —hizo una mueca. Beomgyu rió, lamiendo sus labios desvergonzado y Soobin se quejó. —, iugh.

—No prometo nada. De cualquier forma, no es como si fuera el único que ha intentado hacerlo antes —apuntó a Yeonjun— este hyung siempre lo ha hecho y nunca te quejas, ¿porqué debe ser diferente? Es solamente para las fans.

Soobin no habló por unos segundos «es por las fans» resonó en su cabeza. Beomgyu lo miró confundido e intrigado cuando el líder dijo sin rodeos—: sí hay una diferencia.

—¿De qué hablas?

—Porque...—los ojos de Yeonjun estaban llenos de sorpresa y nervios. Soobin mordió su lengua.— somos la pareja casada.

—¿Sigues con eso?

Soobin alzó los hombros.

—Algo bueno nunca pasa de moda.

—Eres raro, hyung —Beom se rió, yendo a lado de Soobin quien le pegó un brazo haciéndolo chillar.

Yeonjun respiró hondo. Era un juego. Esto no era enserio, Soobin no hablaba enserio.

Nada de esto era enserio.

«Por las fans, es por las fans» Yeonjun sonrió con pena, claro que era por ellas. No por otra cosa. No debería ser por otra cosa. Con eso se levantó del sillón para prepararse.

Al oír los gritos, las luces brillantes y toda esa emoción en el estadio. Yeonjun lo volvió a corroborar. «Es por las fans».

Todo lo que haría esta noche sería por las fans.


Entramos a la etapa de LOVESICK.

Muchas gracias por votar, comentar y leer.

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