Epifanía sublime

Sentada bajo el manto nocturno suspiro
los faroles perennes de la noche adornan el cielo
sus números incontables observo y admiro,
mientras una voz celestial me susurra
y con sublimes palabras me dice: "te quiero" .

Suspiros despiden mis labios inconscientemente,
susurros monólogos salen sin siquiera pensar
veo a todos lados sintiendo una presencia celestial,
pero no veo nada; es una epifanía espiritual.

El ósculo cuando duermo se hace más presente.

Mi mirada se pierde en la magnitud de las estrellas,
mis cavilaciones vuelan, me sumerjo en ambedo.
Con una sonrisa temblorosa me atrevo a soñar,
epifanía sublime, despilfarramiento de afabilidad.

Murmullos taciturnos me interrogan sin cesar,
mientras un lápiz se gasta, la selenofilia me opaca sin pensar.

...

Luego de volver de la iglesia, me sentí inspirada.