Corazón incinerado

Tranquilamente mi lápiz tomé, escribí, me inspiré y en tinta me desahogué,
sentimientos inefables experimenta mi corazón
con una llama ardiente que ardía de emoción,
se ha incinerado, se ha quemado mi corazón.

Lágrimas fortuitas quieren salir,
mis ojos cansados se niegan a sollozar.
Tantos sentimientos reprimidos, me incita a cambiar
me mantengo serena, pienso, analizo, y me niego a llorar.

No es un corazón insensible, solamente aprendió a guardar silencio.

Este amargor en mi pecho me hace querer arrancarlo
una incertidumbre incesante me pregunta lo que pasará
creando personajes en mi mente, que alivian mi soledad
me siento, me sumerjo en ambedo, lucho por no contestar.

Las palabras se atoran en mi garganta, queriendo expresar.

Por las noches intento acendrar mis pensamientos
vienen, van, me hacen alucinar.
Como un pequeño destello en una tormenta sempiterna
mis cavilaciones detengo, cierro mis ojos, no pienso en nada, y anhelo descansar.

Aún si el dolor se manifiesta en palabras repitentes de mi mente, no hay nada que lo pueda evitar.

...

Un poeta se cayó en el mar, y al parecer, se está ahogando.