Capítulo 3: ¿El?.

Narra Elle

—She's been my queen, since we were sixteen —Canto—, We want the same things, we dream the same dreams alright, alright.

Canto y bailo al ritmo de Steal My Girl mientras limpio la sala principal de mi casa. Aseo con esmeró dicha área mientras la canción resuena en los amplificadores del equipo de sonido.

Faltan pocos días para el cumpleaños de Tania, los padres de ella alquilarán un club campestre a las afueras de Candwith dónde se realizará dicha celebración.

Barro, sacudo el polvo y encero el piso para que este quede limpio y brillante, para así tener más puntos a mi favor para ganarme el permiso para la fiesta de Tania.

Mi madre es Vanessa Banner, ella es una de las jefas de enfermeras en el hospital general de la ciudad, y por dicho trabajo tiene que pasar muchas horas fuera de casa, así logrando que su única hija pase la mayoría del día sola en casa.

Sigo cantando y bailando, y hasta tomo el mango de la escoba para hacer el amago que es un micrófono. Después de un rato ya tengo toda la sala limpia y ordenada, coloco cada cosa en su lugar y me recuesto en uno de los sillones individuales de ubicados en la sala.

Tomo mi celular y quemo el tiempo chequeando mis notificaciones en mis redes sociales hasta que unos golpes en la puerta me distraen de dicha acción, dejo el celular sobre la mesa al lado del sillón y me levanto a abrir la puerta.

Sacudo mis manos en mi short de jean, tomo el pomo de la puerta y tras abrir esta encuentro a Tania con su celular en mano —supongo que iba a llamarme al celular, porque no había salido a abrirle— está me regala una sonrisa de labios cerrados y me hago a un lado para que esta pueda pasar.

Esta automáticamente sube las escaleras para dirigirse a mi habitación y yo la sigo por inercia. Mientras yo me lanzo sobre el gran puff que tengo ubicado cerca de mi cama está escoge la silla giratoria frente a la mesa tipo escritorio, saca su celular de una mochila que ni siquiera habia notado que traía y enchufa el cargador de su celular en el toma corriente que tiene cerca, lo conecta y yo solo miro todo lo que hace.

Tras conectar el celular saca una libreta con un bolígrafo, y me mira enarcando una ceja —siempre me a dado gracia que haga eso— nos miramos fijamente para posterior a eso reír a carcajadas como unas dementes.

—¿Porque tan seria Gonzáles? —Inquiero mientras trato de calmar mi risa.

—Es que me veías tan a la espectativa, enserio debes dejar de hacer eso de ver muy fijamente a las personas, asustas —Se estremece y no dudo en volver a reír.

—Aja, pero dime —Me acomodo sobre el puff—, ¿Para que es esa libreta?.

—Es para que me ayudes a anotar los preparativos de la fiesta.—Contesta, se apoya sobre el escritorio y escribe algo en su libreta.

Y en eso se nos van las horas, hablando y  planificando sobre la celebración de su cumpleaños dieciséis. Buscamos temáticas, tendencias en canciones y ropa que nos pondremos ese día, y hasta hablamos sobre la comida.

—Necesito que me ayudes con otra cosa.—Murmura Tania, mientras mordisquea la punta del bolígrafo viendo directo al nuevo subtítulo que acaba de escribir el cual no puedo identificar.

—¿Que nos falta?.

—La lista de invitados.— Responde, y me mira por unos segundos.

Cabe a destacar, que no estoy de acuerdo con muchas amistades de Tania, pero cada que sacamos el tema a relucir terminamos discutiendo porque ella alega que estoy celosa y no la dejo tener más amistades, por lo cual evitamos el tema.

Suspiró pesadamente —¿A quien invitarás?—A mi amiga se le iluminan los ojos por mi pregunta y comienza a escribir como loca en la lista.

Pasan los minutos y Tania me entrega la lista para que verifique los invitados, mis ojos no evitan expandirse al ver la cantidad de personas que piensa invitar.

—Estas segura que tus padres están de acuerdo en que invites a toda esta gente —Solo me imagino la cara de mamá Nataly cuando vea todo esto.

—No creo que estén de acuerdo, pero es mi fiesta, no tienen de que quejarse —Se encoge de hombros mientas se da la vuelta para tomar su celular.

Sigo chequeando la lista, leo cada uno de los nombres escritos y mi corazón se detiene al leer un nombre en específico.

Ashton.

Las manos me sudan, mi corazón se acelera y siento como estoy algo fría, ¡¿Elle que te pasa?!. No sé que es lo que últimamente me pasa con ese chico, desde el día que tropezamos lo e visto muy pocas veces, todas han sido acompañadas de Mattew, y cada que lo veo siento un nerviosismo extraño que no logro explicar.

—Oye Tani...

—Dime...—Respondió esta con la vista fija en su celular.

—Logicamente... Ashton irá con Mattew, ¿No?—Murmuré, no entiendo ni porque pregunto eso.

—Mmm si, sabes que ellos sin inseparables, pero ¿A qué la pregunta?.

—Por nada importante.

Tania voltea a verme fijamente, y siento el escrutinio de su mirada por toda mi cara.

—Que casualidad que me hayas preguntado por Ashton y te hayas vuelto roja como un tomate,— Mis manos de inmediato van a mi cara, y volteo mi rostro al espejo de cuerpo completo que está fijado en la pared, y si, estoy totalmente sonrojada.

»¿Que te pasa con Ashton? —Me interroga mi amiga.

—Como va a pasar algo —Hago el intento de no balbucear— Ni siquiera lo conozco.

—Si si si, y yo nunca me besado con Mattew.—Dice, voltea los ojos ante mi respuesta— Tu crees que no e notado las miraditas que le echas al pobre Ash cada que lo ves.

Me doy cincuenta cachetadas mentales por ser tan obvia, ¿El se habrá dado cuenta al igual que Tania? ¿Pensara que lo estoy acosando?.

—Te repito, no pasa nada con el —Trato de que suene convincente— Ademas, ni siquiera trato con el ¿Que podría pasar?.

Tania vuelve a su celular no muy conforme con mi respuesta, y pienso en que de verdad e acosado al chico con mi mirada, pero, ¿Porque lo hago?.

Fijo mi vista en un punto inespecífico pensando en todo esto, de verdad que no entiendo que me pasa.

La tarde transcurre con tranquilidad, y no paro de pensar en el chico del que hablábamos en el tema anterior, no se porque mi mente evoca el recuerdo de su mirada y el día que chocamos miradas en casa de Mattew, es raro porque solo se su nombre, y me recuerdo muchas veces que nada fuera de lo común debe de pasar entre nosotros, o eso espero.