Capítulo 11.
Capítulo 11: Errores.
Narra Elle.
Hay algo en la lluvia que siempre suele hipnotizarme, no sé si será el sonido de las minúsculas gotas al chocar contra el suelo, la frescura que estás desprenden o el sonido de esta pero siempre suelen dejarme en una especie de hipnosis por largo rato hasta que la lluvia se detiene.
Pero es extraño porque no me gustan los días lluviosos, pero la lluvia sí. Los días lluviosos suelen transmitirme tristeza, las nubes oscuras decorando el cielo dándole un aire melancólico, sí, eso no me gusta, pero cuando la lluvia comienza a caer me relajo en cuestión de segundos, es extraño de entender pero yo lo siento así.
Acomodo mi pie sobre el porta brazos de la silla donde me encuentro, estoy en el pórtico de mi casa observando la fuerte llovisna ante mí, miles de pensamientos pasando por mi mente al igual que los recuerdos.
—No me empujes, no me quiero mojar,—Le dije al chico frente a mí.
Estábamos en la acera de su casa, había comenzado a llover con fuerza y ambos nos sentamos bajo el pequeño techo de enfrente a esperar que la lluvia acabara, y ahora nos encontrábamos peleando sobre que él quería que nos bañaramos en la lluvia, pero yo no quería.
—Vamos Cami,— Hizo referencia a mi segundo nombre,—Que te mojes un poquito no te hará daño.
—Claro que si, me puedo enfermar.
—No si, cuidado, no creo que seas tan sensible,— Él se levantó con una auténtica cara de malicia en su rostro, el muy desgraciado me arrojaría hacia la lluvia.
—Dejame...—Dije su nombre para que se detuviera.
—No te salvas...—Se incorporo con rapidez a la ves que yo aún sentada trate de levantarme para escapar, pero él era demasiado rápido.
En cuestión de segundos ya el chico me tenía entre sus brazos.
—¡No!— Grité al ver que se dirigía a la calle, dónde lógicamente caía la lluvia.
Con una de sus manos este tomo las dos mías haciendo presión para que yo no lo golpeara,—es un maldito.
El agua fría empapó mí cuerpo mojandome de un todo con rapidez al igual que a él, lo mire a los ojos y este me sonrió con malicia. Aún me sostenía entre sus brazos.
—Ves,—me sostuvo la mirada mientras me dejaba sobre el piso,—un poco de agua no te hará daño.
—Si me enfermo es tu culpa—lo acusé apuntandolo con mi dedo índice.
—Si si si, relájate.
Comenzó a lanzarme agua de un charco que estaba a un lado de nosotros, yo corrí por en una dirección indefinida y el chico corrió detrás de mí, mi risa resonaba en todo el lugar sintiendo el frío agobiador, mi ropa pegándose a mi como una segunda piel al está húmeda.
Estaba tan centrada en que él chico no me atrapará que no note una piedra frente a mi, choque con esta perdiendo el equilibrio y callendo sobre mis manos, llenandome de barro.
Unas fuertes carcajadas me hicieron voltear hacia él, se agarraba el estómago por la falta del aire al reírse tanto.
—No puede ser,— seguía carcajeandose— tienes que verte.
Tome un poco de barro entre mis manos y se la arrojé. Este mirando su camisa dónde callo el barro.
—Ah, tu eres mala.—Repitio la acción tomando barro arrojandomelo él a mí.
Se abalanza sobre mi y mientras tenemos una especie de lucha, este me miraba a los ojos con una sonrisa que solía encantarme.
—Mi cabello es un desastre ¡Por tu culpa!— Le reclamé.
—Tranquila, lo arreglarás.
Dicen que quien afirma quererte nunca te haría daño adrede, yo tenía la esperanza de que eso fuera así pero fué todo lo contrario. Así como ese chico me dió momentos maravillosos también me dió días de dolor e incertidumbre.
Mi amor por él fue tanto que me olvidé de algo muy importante, del amor que me tenía a mi misma, permití que me destruyera, que me utilizará a su antojo ¿Y que gane yo? Inseguridades, tristezas, remordimientos y culpas.
Por mucho tiempo pensé que me merecía todo lo que me había pasado, todo lo que él me había hecho, pero con el pasar del tiempo supe que no era así, solo fuí una chica que confío en quien no debía, que confío demasiado.
No me culpó, son cosas que pueden sucederle a cualquiera, pero ese el "¿Porque a mí?" Dejo de tomar sentido, veo toda esta situación como una clase de enseñanza para no caer en lo mismo de todo el tiempo, aseguro que no me duele hasta me atrevería decir que ya es tiempo superado, pero es inevitable pensar en ello y no repetir ese "Porque a mí".
Me abrazo a mi misma, el frío haciendo estragos en mí.
La puerta de la casa se abre, mamá saliendo de esta,—Aquí estás, te estaba buscando.
Le sonreía en forma de respuesta,—tengo un rato sentada aquí.
—Si, lo imagine, sé cuánto te gusta este lugar.—Extendió una tasa hacia a mí,—Ten, se que debes de morirte de frío.
La tomo entre mis manos y me incorporo en mi puesto, el olor del chocolate caliente inundando mis fosas nasales.
—Gracias,—frunzí mis labios hacia ella, haciendo el amago de arrojarle un beso,—Eres un sol.
—De nada,— Me sonrió para entrar de nuevo a la casa pero se devolvió,—Ah, tu teléfono tiene rato sonando, alguien te estaba llamando pero no quise contestar porque no sabía quién era.
Deje la tasa a en la ventana para para levantarme un momento a buscar mi celular.
Sonrió al sospechar quien pudo haberme llamado, encuentro el celular en el mesón de la cocina, lo tomó y descubro que mis sospechas eran ciertas.
Salgo de nuevo al pórtico, me siento en la silla donde me encontraba inicialmente y le escribo a la persona que me había llamado hace un momento.
Tomo la tasa dándole un sorbo, el chocolate dejando una sensación cálida en mi garganta, mi celular anuncia una llamada entrante y sonrió contestandola.
—La más solicitada y tal— Dije al contestar la llamada.
—Es que moría por hablar con usted, señorita Elle,—La voz de Ashton haciéndome sonreír.
—Me gusta esa afirmación.
—Es bueno saberlo. Y cuéntame ¿Cómo estás?.
—Mas linda y bella que ayer,— respondí con altivez.
—Woau, amanecimos con él ego alto, pero tranquila, se que eso es cierto.
Mis mejillas se calientan anunciando el sonrojo, desde que hablo con Ashton suelo hacer mucho eso.
—Y tu, ¿como estás?.
—No tengo una respuesta así de ingeniosa como la tuya pero puedo asegurarte que estoy bien.
—Me alegra saber eso.—En mí a crecido un genuino interés por este chico que es inexplicablemente lindo.
Continuamos la conversación sobre cosas banales, hablamos sobre que tal nuestros días, le cuento lo referente al mío y este escucha con atención.
—Mañana iré con Tania al cumpleaños de una de nuestras amigas, y sigo pensando en que me voy a poner, no se, no me decido,—Le cuento.
—¿Cuál amiga?,—Pregunta.
—No se si sabes quién es Valerie Simon's, pues el de ella,—Le explicó.
—¿Conoces a Valerie?.
—Sip, estudia conmigo.
Ashton es mayor que yo por exactamente un año, por lo cual el está en último año de preparatoria y yo en el ante penúltimo, pero ambos estudiamos en preparatorias diferentes.
—No sabía que estudiabas con Valerie.
—Pues si lo hago.
—Pero hasta donde yo se su cumpleaños ya pasó.
—Si, solo es que la fiesta será este fin de semana.
—Y tu irás.
—Pues claro.
—¿Y con permiso de quién usted sale?.
Miren a éste.
—De mi mami y mi papi,—Ironize.
—Ah, así que el permiso mío no cuenta,— Se hizo el ofendido,—Esta bien, Ellie.
Era la primera vez que Ashton me llamaba por otro seudonimo que no fuese mi nombre.
—Tranquilo, Ashton.
—¡Ashti!,—Se escucho una voz de fondo llamándolo, era como la de una señora, supuse que era su mamá,—¡Necesito el celular para hacer algo!.
—Ya te lo entrego mamá,—respondio Ashton,—Oye Elle, mi mamá necesita el celular, ¿Hablamos después?.
—Si está bien, Ashti.—Dije en referencia a como lo llamo su mamá.
—Te la tiras de graciosa.
—Algo así,—Reí.
—Hasta luego, Ellie.—Tras decir eso cuelga la llamada.
Observo el celular, específicamente la llamada de hace un momento, mi registro de llamadas se basan en llamadas de Tania, Papá y Ashton, muchas provenientes de Ashton.
Hablar con él se a vuelto tan normal, algo de mi día a día. Puedo sentir el genuino interés de el sobre mí, y si no es así, no sé cuál sea más intenciónes de él la verdad.
Hablamos desde el comienzo de la mañana, me pregunta que tal amanecí y con estoy, que hago en el transcurso del día y hasta me da las buenas noches, se preocupa por su comí o lo que se le parezca, siento una confianza hacia él que en tan poco tiempo se entabló.
Siento esa química, esa conexión que va más allá de todo lo que e podido presenciar. Suelo leer en mis libros como los personajes describen su amor, pero nunca nada se le había parecido a esto que siento por Ashton, a esto que estoy empezando a sentir por Ashton.
Nunca había sentido una conexión tan especial con alguien.
...
Hoy es el cumpleaños de Valerie.
Observo mi figura en el espejo, doy una vuelta apreciando como quedé y déjeme decirles que me siento muy bonita.
Visto una falda de cuero con un cierre dorado en el frente,—que me queda más arriba de las rodillas— una blusa de color azul marino que las mangas me cae sobre los hombros, y termino mi atuendo con mis botas de cuero favoritas.
Llevo un maquillaje suave, ojos sombrados del color de mi camisa, labios pintados de un ligero colo rosa palido y mucho rímel para resaltar mis largas y espesas pestañas. Decidí dejar mi cabello suelto, dejando al aire mis abundantes risos azabaches.
—¡Hermane!— Exclama Tania,—Es que vas a acabar con esa fiesta.
—Que más podemos hacer mi querida Tani,—Me encojo de hombros dándole una mirada por encima de mi hombro.
—Sucia, solo porque andas linda te andas con él ego por los cielos,—Se acerca y me da una nalgada, inmediatamente la miro con ojos entrecerrados, ella sabe que no me gustan las nalgadas.—Tranquila, relajate.
—Sabes que no me gustan Tania.—la reprendo, cruzándome de hombros.
Me doy la vuelta para guardar todo lo que estaba utilizando.
—Ah, pero si fuera Ashton no le dices nada,—Me volteo hacia ella y está se quita una pelusa inexistente de su camisa.
—Ultimamente andas como que graciosita, eh.—Me cruzó de brazos ante ella.
—Te la tiras de alzada solo porque esas botas te hacen ver más alta que yo,—Me acusa.
Comienzo a reír ampliamente y está en un gesto infantil me saca la lengua.
Termino de arreglar todo en la habitación y unos suaves toques en la puerta me avisan que alguien está allí, Tania indican que pasen y es papá.
—Y esas guapas,—Nos halaga.
—Guapa yo, fea su hija—Dice Tania.
—Ya te vas a meter con mi bebé,—Recrimina papá mientras se cruza de hombros y los tres reímos,—¿Ya están listas?.
—Si,—aseguro.
—Pues, vamos a llevarlas.
Tomo uno de mis pequeños bolsos,—a juego con mi ropa— y meto mis pertenencias, mi identificación, un pequeño perfume, mis audífonos, una labial por si acaso, algo para amarrarme el cabello y listo.
Ambas bajamos a la sala y mamá y papá están allí esperándonos, hasta donde tengo entendido ellos van para otro lado mientras Tania y yo vamos al cumpleaños,—Por cuestiones de la hora Tania se quedará aqui está noche.
—Estan claras que nosostros nos vamos a otro lado, no,—Asegura mamá.
—Si lo sabemos,—Afirmamos ambas al mismo tiempo.
—Mas les vale,—Papá toma las llaves del auto y yo tomo el regalo que le vamos a llevar a Valerie.
Todos salimos de casa y Tania y yo nos subimos al auto, Tania y yo subimos a la parte de atrás mientras mamá en el del copiloto y papá en el del piloto. Arrancan el auto y nos llevan al lugar donde se llevará a cabo la fiesta.
Nuestro destino es el club Heaven ubicando en el centro de la ciudad, ya allí con cuidado bajo del auto procurando no dañar el regalo mientras Tania baja del otro lado.
—Se portan bien, ambas,—Ordena mamá.
—Obvio mor, siempre nos portamos bien—Dice Tania.
—De tí no lo creo,—Dice papá.
—Que cruel es señor Freddy.
Papá y mamá ríen y el primero me arroja un beso tras subir los vidrios del auto e irse.
Tania y yo nos adentramos al lugar, pero sorprendentemente está solo, no hay nadie.
—No me digas que somos las primeras en llegar,—Dice Tania.
—Me temo que si.
—Y ahora, que hacemos.
La verdad, no sabíamos que hacer, no había llegado ningún otro invitado y solo estaban los de la decoración y los que servirán la comida.
—¡Esto está solo!,—Exclaman y ambas volteamos para encontrarnos con Laila.
—Ya no está solo, tu estás que con nosotras,—Bromeé.
—Bueno, está solo aparte de nosotras.—Respondio.
Las tres vemos al nuestro alrededor pensado en que hacer.
—Oigan, y si vamos a comer mientras y luego venimos, total, esto está solo,—Propone Laila.
—Pero es que ni tenemos nada así para ir,—Dije.
—No importa, tranquilas, yo invito—Insistio.
Tania y yo nos vimos las caras y aceptamos.
Le preguntamos a la chica del servicio si podíamos dejar el regalo aquí para no estarlo llevando a todos lados y ella dijo que sí, por lo tanto se lo dejamos.
Las tres salimos del lugar y caminamos por las calles de nuestras ciudad, el ser sábado estás están atestadas de personas llendo a todos los lugares de entretenimiento de aquí.
Pasamos por la casa de Laila para buscar unas cosas, y nos vamos por una calle que se dirige a un lugar donde venden hamburguesas de aquí.
Nos detenemos, Laila se queda hablando con un chico que todas conocemos y Tania se acerca, yo estoy un poco alejada y me voy acercando poco a poco, siento unos pasos atrás de mí y volteo para quedarme estática en mi lugar.
Ashton venía caminando en mi dirección.
Este se acerca y se detiene a unos pocos centímetros de mí, tengo que alzar la cabeza para mirarlo a los ojos al él ser demasiado alto, una sonrisa dibujando su rostro. Junto mis manos jugando con ellas con nerviosismo, no veía a Ashton desde hace unas semanas en casa de Tania.
—Hola, Ellie.
—Hola, Ashton.
Su mirada recorrió cada centímetro de mi rostro y luego viajo por mi cuerpo.
—¿Elle?.
—Si.
—¿Puedo darte un abrazo?.
Mis ojos conectaron con los suyos por largo rato, solo pude asentir en respuesta y vi como él abría sus brazos hacia mí, me acerque con cautela hasta que envolví mis brazos por su torso, pegando mi cuerpo con el suyo, en cuestión de segundos él me abrazo dejándome sentir el calor que emanaba su cuerpo, sentí como el recargo su cabeza por sobre la mía.
Era la primera ves que abrazaba a Ashton.
Cerré mis ojos, disfrutando el tacto del cuerpo de Ashton.
—Necesitaba este abrazo, te lo juro,—Emitio con vos ronca, no pude evitar sonreír.
Levante mi rostro para verlo a la cara y este me sonreía, juro que nunca una sonrisa pudo hacerme sentir tan bien.
Ya habían pasado unos minutos y seguíamos pegados el uno al otro por lo que poco a poco lo solté hasta que nos separamos de un todo.
Retrocedi, no debía que decir a continuación, ambos nos seguíamos mirándonos con esa intensidad con la que siempre lo hemos hecho.
—¿Hacia donde ibas?,—Me preguntó.
—Ibamos a comer, Laila nos invito.
—Y no que según ibas para una fiesta,—Se cruzó de brazos.
—Si, pero allí no hay nadie, es demasiado temprano así que vamos a comer.
—Umm, no me convence pero te creo.
—¿Porque no deberías de creerme?.
—No lo sé, cosas mías.
—¿Y tú? ¿De dónde venías?.
—Estaba caminando por aquí y de casualidad te ví.
—Eso si que no es muy creíble.
—Increible pero sincero.
Capte de reojo un movimiento en unas de las esquinas detrás de Ashton, y visualizo como dos personas se asoman por detrás de una pared y vuelven a esconderse.
—Ashton, ¿Ves hacia aquella esquina?,—Señale hacia la dirección donde vi el movimiento, este volteó hacia donde le señalé.
—Si...
—Pero mira bien,—Este volteo de nuevo hacia la dirección.
—Aja, que pasa.
—Hay alguien allí.
—Ah, eso, tranquila esos son Mattew y Liam.—Explicó.
—¿Enserio?.
—De bien.
—¿Y porqué no se acercan?.
—Matt creo que tiene problemas con Tania, y no se hablan.
Y es cierto, Tania me había comentado que ellos tuvieron una discusión y en estos momentos no se hablaban.
>>>Pero esos ya son problemas entre ellos,—culmino.
—Bueno.
—Ellie,—Tania se acerca a nosotros y sus ojos se expanden cuando ve a Ashton.—Hola Ash.
—Hola Tani.—Respondio el saludo.
—Elle, vamos a acercarnos a casa de Laila de nuevo,—Avisa Tania.
—¿Para que?,—Pregunte.
—No lo sé, vamos a llevarle algo a la gorda.—Hermana de Tania.
Mi mirada va hacia Ashton.
—Si quieres, solo si quieres puedo ir con ustedes.—Propone.
Miro a Tania para ver si está de acuerdo y está asiente.
—Esta bien.
Ashton se voltea hacia donde están sus amigos y le hace unas señas indicándome que avanzará, estos salen de su escondite y mi amiga no sabe ni que hacer cuando ve a su novio.
Todos comenzamos a caminar, y Laila mira a Ashton, mucho la verdad, y no se porque eso me incómoda.
La casa de Laila no queda muy lejos así que el trayecto es corto.
—Te dije que estás bonita hoy,—Dice Ashton dirigiéndose hacia mí.
—Mmm no, no lo hiciste.
—Pues déjame decirte, estás bonita, o mejor cambio la palabra, estás hermosa.
—Gracias, Ashton.
—No tienes nada que agradecer, solo te digo la verdad.
Volteo hacia él que viene caminando a mi lado y este me da una sonrisa de boca cerrada. Se la correspondo.
Tania, Mattew, Liam y Laila se van por la cera correspondiente de la casa de Laila, mientras que Mattew y yo vamos por la contraría.
Mi celular comienza a sonar, y lo saco de mi bolso para poder ver qué es, observo y solo son notificaciones de mis redes sociales, abrí el bolso de más por lo que el peso de mi perfume hace que el bolso se ensanche y el perfume caiga cayendo al piso, el frasco rompiéndose en pedazos.
—¡No!, Era mi favorito,—Hize un puchero como la auténtica niña pequeña.
Me sorprendió ver a Ashton agacharse y pasar su mano por sobre el líquido quedo sobre el piso para luego pasar su mano por su cuello y oler su mano, mi mirada recorrió cada gesto que él hizo.
—Ahora tengo encima ese dulce olor a tí,—Dijo.
—¿Gracias?.
—No, no me agradezcas, pero créeme cuando te digo que aprecio tener conmigo algo de tí, en este caso tu olor.
Seguimos caminando uno al lado del otro, cruzamos la calle para quedar frente a la casa de Laila y esperamos que la misma llegué de hacer lo que sea que hace.
—Listo chicas,—Sale Laila de su hogar,—Podemos ir a la fiesta, ya hablé con Valerie y me dijo que ya está allá, y la gente está llegando.
Mattew y Tania se despiden y yo miro a Ashton, pensando como me despediré de él.
—Bueno, por lo visto ya te vas,—Anuncio.
—Si, eso creo,—me encoji de hombros.
—Bueno, espero que la pases super,—estiro su mano hacia mí y yo la tomé entra la mía pero este me jaló hacia él y envolvió sus brazos sobre mí, abrazandome.
Si hablar con este chico me transmitía un centenar de emociones imagínense abrazarlo, sentir el olor de su colonia, lo fuerte de su pecho y me atrevería de que persibo lo acelerado que está su corazón.
Nos soltamos y nos miramos a los ojos, y allí está de nuevo, esa conexión que hay entre nosotros.
—No te quito más tiempo, hasta mañana, Elle,—Se despidió.
—Hasta mañana, Ashton.
Nos vimos por otros segundos y me di la vuelta de un todo, comenzamos a caminar y...
—¡Elle!,—Me llamo Ashton.
Me voltee hacia él.
—Si fueras mi novia, créeme que no saldrías con esa falda tan corta,—Aseguro, para poder darse la vuelta y seguir su camino.
Si fueras mi novia.
Y esas simples palabras me hicieron imaginar un sinfín de escenarios dónde verdaderamente Ashton y yo tuviéramos una relación. Para mí, eso sería increíble.
La noche transcurrió de lo más normal, todo de lo mejor en la fiesta.
Estaba un poco ebria,—para no decir que demasiado— me encontraba bailando, mis amigas a mi lado, y aún así, con una cantidad considerable de alcohol en mi sistema, no dejaba de pensar en Ashton ¡No podía!, Y allí fue cuando supe que nada ni nadie haría que dejara de pensar en él, ya Ashton era un tema del que sería muy difícil dejar de pensar.
Ashton ya se volvía en algo sumamente importante para mí.
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