Capítulo 33 - Huída bajo presión
Maya y Lucho llegaron hasta la esquina de donde provenía la voz. Ahí estaba Petra, escondida entre unas plantas decorativas.
- ¿Eh? ¿Qué hace usted aquí? - Preguntó Maya.
- Corred, chicos, corred... - Contestó ella, en un tono sombrío.
- Pero...pero, ¿qué pasa? - Insistió la joven.
Mientras ellas dos conversaban, Lucho se acercó a la siguiente habitación, donde se podía entrever un poco de luz por debajo de la puerta. Tocó el pomo y se disponía a abrirlo, pero justo en ese preciso instante, Maya lo agarró de un brazo y lo llevó corriendo hacia la puerta de salida.
- ¡Hey! ¿Qué estás haciendo? - Se quejó el chico, mientras salían del hospital. - ¿Podrías parar y explicármelo?
La chica pareció no escucharle. Siguió corriendo y arrastrando a Lucho con ella. Él intentó zafarse, pero le apretaba con mucha fuerza y decidió no seguir intentándolo.
- Tenemos que subir otra vez a Sierra Helada y escondernos. Tú conoces esto muy bien...guíame hasta un sitio que esté bien escondido. - Dijo Maya, con mucha seguridad. - Allí te lo contaré todo.
Él la miró un instante. Después la cogió suavemente de la mano y la guió. Ella tenía una expresión seria y preocupada, como si Petra le hubiese contado algo espeluznante.
- Conozco un sitio...es un lago. - Explicó Lucho, mientras seguían avanzando. - Está bastante lejos de mi cueva.
- Mejor, mejor. - Opinó ella.
- Está oculto entre los árboles, pero tiene todo lo que uno necesita. - Continuó Lucho.
- Pues vamos allí...y, si puede ser, un poco más rápido...
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