QUE ES ESTE LUGAR
El crédito por todas las imágenes y gifs que verán en este capitulo se otorga a su respectivos autores. Se realizaron algunas ediciones para adaptarlas al contenido. Los textos dónde leerán las peleas serán un poco más intensos y sangrientos
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Vader se encontraba exhausto después de la intensa batalla contra Momin, la cual lo dejó notablemente debilitado. A pesar de ello, rápidamente se recompuso, recordando el motivo que lo impulsaba a enfrentar tales desafíos.
Darth Vader: "Respiración mecánica" nada me detendrá. Recuperaré a mi esposa, incluso si es lo último que haga.
En ese preciso instante, Vader se colocó frente al altar de piedra para abrir el portal y finalmente traer de vuelta a su amada esposa, Padmé Amidala. Sin embargo, al abrir el portal, experimentó un sufrimiento y un odio como nunca antes.
Darth Vader: "Respiración mecánica" algo no está bien.
A pesar de las sensaciones desagradables, Vader no prestó atención; su objetivo estaba claro. Estaba decidido a traer de vuelta a su esposa, sin importar las consecuencias. En ese momento, el portal se abrió y Vader, sin dudarlo, lo cruzó para recuperar a su amada.
Darth Vader: "Respiración mecánica" mi destino es solo mío. Padmé, allá voy.
Vader cruzó el portal y se quedó sorprendido al ver lo que había al otro lado. Era algo que nunca había presenciado en su vida. El cielo tenía un inusual color rojo, y pedazos de cuerpos estaban esparcidos por todas partes. En lo alto, un pentagrama invertido del mismo color que el cielo añadía un toque perturbador a la escena. Lo más curioso era que las calles estaban desiertas; no había ni una sola persona en todo el lugar.
Darth Vader: "Respiración mecánica" ¿Qué es este lugar?
Vader comenzó a caminar y observar todo en ese misterioso lugar. Sin embargo, pronto escuchó unos gritos. Al principio, pensó que era su imaginación, pero los gritos persistieron. Decidido a investigar, se encaminó hacia el lugar de donde provenían los sonidos. Al llegar, quedó nuevamente sorprendido al presenciar a unas criaturas atacando a unas figuras que, si es que se les puede llamar así, eran algo completamente ajeno a lo que Vader había visto antes.
En el suelo yacían tres individuos. El primero, un hombre alto y musculoso, con piel morena clara, cabello rojo con mechones negros y cuernos negros. La segunda, una mujer de piel blanca, cabello negro y cuernos rojos curvados. Por último, el tercero, un joven de piel blanca, cabello oscuro y cuernos rojos. Estaban siendo atacados por las misteriosas criaturas. La escena era surrealista y desconcertante para el lord sith.
Darth Vader: "Respiración mecánica" ¿Pero qué está pasando en este lugar?
Vader observó nuevamente la escena y notó la presencia de muchas más criaturas. Sin embargo, estas no eran como las que acababa de presenciar. Tenían cuernos en la cabeza, su piel era gris, poseían alas y llevaban una especie de máscara en sus rostros que cambiaba constantemente de expresión.
Darth Vader: "Respiración mecánica" ¿Qué diablos son esas cosas?
Mientras tanto, con esas criaturas:
???: Chicos, ¿Soy yo o cada año que pasa es más fácil matar a estos demonios?
???: Sí, creo que tienes razón. Cada año es mucho más fácil matar a estas cosas.
???: Oigan, ¿Ya terminaron? Porque estos demonios no se matarán solos. Además, todavía nos falta recorrer mucho terreno.
???: Es cierto, así que mátenlos y acabemos con esta tontería.
Hombre demonio: No, por favor. Mátenme a mí, pero a mi esposa y a mi hijo no les hagan daño.
???: Mmm, déjame pensarlo. No creo que... no.
Es en ese instante que la extraña criatura se abalanzaría con una espada en mano, hundiendo el filo en el pecho del hombre demonio con un movimiento certero. El siseo del acero atravesando la carne se entremezclaba con el grito ahogado del demonio, que caía sin vida al suelo. La esposa del demonio, presa del dolor y la desesperación, se acercaría al cuerpo inerte de su esposo y comenzaría a llorar desconsoladamente, sus sollozos llenando el aire con un lamento desgarrador.
Mujer demonio: ¡Corazón, por favor, no te vayas! ¡No me dejes! ¡Por favor, despierta!
???: No se preocupe, pronto estará reunida con su querido esposo.
Mujer demonio: Y ustedes... "sollozos" se hacen llamar ángeles.
Ángel exterminador #05: No, no somos ángeles. Somos ángeles exterminadores.
En un arrebato de furia y desesperación, la mujer demonio se despegaría del cuerpo inerte de su esposo y se abalanzaría hacia el ángel exterminador, con la mirada ardiente de venganza en sus ojos. Con movimientos ágiles y determinados, intentaría alcanzar al ángel, empuñando cualquier objeto afilado que encontrara a su paso.
Su única meta era vengar la muerte de su amado esposo y, al mismo tiempo, ganar tiempo precioso para que su hijo pudiera escapar. Con cada movimiento, la mujer demonio desafiaría al destino y a los ángeles que se interponían en su camino, decidida a luchar hasta el último aliento por la supervivencia de su familia.
Ángel exterminador #05: ¡Aaah! No se queden ahí parados, quítenmela de encima.
Mujer demonio: Vas a pagar por lo que has hecho. ¡Hijo, corre!
Mientras el adolescente demonio se deslizaba entre las sombras, esquivando hábilmente a los ángeles que lo perseguían, corría con determinación en busca de un escondite donde pudiera refugiarse y sobrevivir al exterminio que asolaba su hogar. Cada paso lo acercaba más a la seguridad, pero también lo alejaba del devastador escenario que había dejado atrás.
Mientras tanto, en el campo de batalla, la mujer demonio yacía en el suelo, su cuerpo marcado por las profundas heridas infligidas durante la feroz lucha contra los ángeles. Sus fuerzas menguaban rápidamente mientras la sangre fluía de sus múltiples heridas, revelando la brutalidad del enfrentamiento que había enfrentado por la supervivencia de su familia. A pesar de su valiente resistencia, ahora luchaba por mantenerse con vida, sus fuerzas agotadas y su espíritu tambaleándose en el borde del abismo.
Ángel exterminador #05: Debo decir que, de todos los demonios que he matado a lo largo de mi vida, sin duda, fuiste un dolor de cabeza. Pero cuando termine contigo y encuentre a tu hijo, disfrutaré su muerte, como no te puedes imaginar.
Mujer demonio: "Con voz entrecortada" si... tocan a mi hijo... juro... que...
Ángel exterminador #05: ¿Qué juras?
Mujer demonio: "Con un suspiro débil" algún día... alguien tendrá... el valor y las agallas... para pelear y matarlos... a todos ustedes... y sabrán lo que es la muerte... y el sufrimiento.
Ángel exterminador #05: "Con desprecio" que lastima que nadie tenga el valor para hacerlo. Hasta la vista, vil demonio.
El filo de la espada del ángel penetró profundamente en el cuerpo de la mujer demonio, quien soltó un gemido de dolor mientras su vida se desvanecía lentamente. Con un movimiento brusco, el ángel retiró su arma ensangrentada y se volvió hacia sus compañeros exterminadores, quienes lo rodearon con expresiones frías y determinadas. En silencio, compartieron un momento de triunfo en su cruzada contra las fuerzas demoníacas, saboreando la victoria con un sentimiento de satisfacción despiadada. Uno de ellos se adelantó y habló con voz sombría:
Ángel exterminador #10: ¿Ya terminaste con tu juego, 05? Qué bueno, ya me estaba aburriendo de ver cómo te pateaban el trasero.
Ángel exterminador #05: Ya cállate, 10. Por lo menos yo he matado más demonios que tú. Hay que darnos prisa, tenemos mucho más terreno que recorrer y demonios que matar todavía.
Ángel exterminador #10: Oh, ¿Qué pasa? ¿El bebé de mami ya se enojó? Además, no querrás decir que tú tienes que matar a un demonio.
Ángel exterminador #05: Lo que quiera con ese niño no es tu problema, imbécil.
Ángel exterminador #10: ¿A quién le llamas imbécil, imbécil?
Capitán ángel exterminador: 05, 10, ya basta. Parecen niños. Son ángeles exterminadores, compórtense como tal.
Ángeles exterminadores #05 y #10: Sí, capitán. No volverá a ocurrir.
Capitán ángel exterminador: Más les vale. Además, 05 tiene razón. Todavía nos falta mucho terreno que recorrer y demonios que matar. Y si nos damos prisa, tal vez alcancemos a ese adolescente demonio. Así que a trabajar, vámonos todos.
Algunos ángeles exterminadores tomaron vuelo, desplegando sus alas majestuosas, mientras que otros avanzaban por tierra, preparados para la cacería. Con determinación en sus ojos, se dispersaron en diferentes direcciones, listos para cumplir su deber sagrado. Después de todo, aún quedaban 3 horas y 33 minutos para que el exterminio terminara.
[Nota: A lo largo de la historia, los ángeles exterminadores estarán numerados y algunos tendrán rangos militares como capitán, comandante, general, etc. Además, algunos ángeles llevarán espadas y ballestas similares al Capítulo 04 C.H.E.R.U.B de Helluva Boss.
]
El adolescente demonio siguió corriendo con todas sus fuerzas, tropezando finalmente con el lord sith Darth Vader. Sin reconocer la figura, el joven demonio, asustado, comenzó a suplicar por su vida, confundiéndolo con un ángel exterminador.
Adolescente demonio: Por favor, señor ángel exterminador, se lo suplico, no me mate, por favor.
Darth Vader: "Respiración mecánica" cálmate, no te lastimaré. No soy uno de esos ángeles exterminadores.
Adolescente demonio: Entonces, ¿Quién es usted?
Darth Vader: "Respiración mecánica" yo soy un lord sith. Mi nombre es Darth Vader.
Adolescente demonio: Gracias, señor Darth Vader, por no hacerme nada. De verdad, es que con esa vestimenta creí que era un nuevo tipo de...
Pero el adolescente demonio no lograría terminar su frase, ya que varios ángeles exterminadores aparecieron, matando a más demonios y acercándose hacia ellos.
Adolescente demonio: Hay no, ¡Aquí vienen! Tenemos que encontrar un escondite hasta que el exterminio termine. Rápido, sígame.
El adolescente demonio comenzó a correr para encontrar un lugar seguro, pero notó que el ser de armadura negra permanecía inmóvil.
Adolescente demonio: ¿Señor Darth Vader?
Darth Vader: "Respiración mecánica" largo. He venido a este lugar para buscar a alguien y no me iré de aquí hasta encontrarla.
Adolescente demonio: ¿Acaso perdió la cabeza? Los ángeles exterminadores lo matarán. No puede ganarles.
Darth Vader: "Respiración mecánica" esas cosas que tú llamas ángeles exterminadores no conocen el poder que yo tengo y sobre el poder del lado oscuro.
Adolescente demonio: Está bien, como guste. Espero que nos volvamos a ver.
Darth Vader: "Respiración mecánica" espera, toma esto. Lo necesitarás más que yo.
En ese momento, Vader le entregó un DH-17 al adolescente demonio.
[Imagen del arma DH-17 de Star Wars
]
Adolescente demonio: Muchas gracias. Espero que logre encontrar a la persona que está buscando.
El adolescente demonio se alejó del Lord Sith para encontrar un lugar donde estar a salvo. En ese momento, Vader se dio la vuelta y vio cómo un grupo de ángeles exterminadores se acercaba hacia él. Uno de ellos le preguntó:
Ángel exterminador #05: Oye amigo, Halloween ya pasó, así que puedes quitarte ese ridículo disfraz que llevas puesto.
Ángel exterminador #20: 05, escucha. Solo queremos saber por dónde se fue el demonio con el que estabas hablando.
Ángel exterminador #05: Sí, dinos por dónde se fue, y te prometo que tu muerte será rápida.
Sin obtener respuesta del sith, el ángel exterminador #05, molesto, le dijo:
Ángel exterminador #05: ¡Responde, maldito! ¿Crees que puedes ignorarnos? ¡Estoy hablando contigo, hombre con casco negro!
Darth Vader, en silencio, mantuvo su postura inmutable, lo que solo aumentó la frustración del ángel #05. Los demás ángeles se miraron entre ellos, desconcertados por la falta de respuesta de Vader.
Pero una vez más, los ángeles exterminadores no obtuvieron respuesta. El ángel #05, consumido por la furia y el desespero, blandió su espada y se lanzó hacia Darth Vader con un grito desgarrador. En un instante, Vader sacó el mango de su sable de luz, lo encendió y lo hundió con brutalidad en el estómago del ángel exterminador. La hoja ardiente se abrió paso a través del cuerpo del ángel, desgarrando sus entrañas y desatando una cascada de sangre dorada. El ángel emitió un grito agonizante que llenó las calles del infierno, mientras su cuerpo se retorcía en un espasmo de dolor. Los demás ángeles exterminadores presenciaron horrorizados cómo la vida abandonaba los ojos de su compañero, mientras el suelo se impregnaba con la sangre divina, dejando a los presentes sumidos en un silencio perturbador ante la brutalidad y eficacia del lord sith.
Darth Vader: "Respiración mecánica." ¿Decías algo, amigo?
En ese momento, los ángeles exterminadores quedaron atónitos, pues nunca antes habían presenciado a un demonio acabar con la vida de uno de sus compañeros.
Ángel exterminador #40: ¡05! ¡Pagarás por lo que has hecho!
Darth Vader: "Respiración mecánica" no lo creo. Todos ustedes sufrirán el mismo destino que su compañero.
Ángel exterminador #80: Ja, eso crees. Mira a tu alrededor, estás rodeado por el mejor ejército de ángeles exterminadores. No tienes oportunidad.
Darth Vader: "Respiración mecánica" lo único que me rodea es el miedo. Y ángeles exterminadores muertos.
En ese momento, todos los ángeles se alinearon para el ataque, formando un enjambre de figuras angelicales decididas a eliminar al sith. Un grupo se abalanzó hacia Vader, pero este respondió con un poderoso empuje de la Fuerza que los hizo volar en todas direcciones, desgarrando sus alas y haciendo que sus cuerpos se estrellaran violentamente contra el suelo, dejando un rastro de sangre celestial esparcida por el pavimento.
Sin embargo, dos ángeles más persistieron en su asalto, desafiando la oscura presencia de Vader. En un rápido contraataque, el lord sith utilizó nuevamente la Fuerza para detenerlos en el aire, congelándolos en su avance. Con un simple cierre de puño, aplastó sus cráneos con tal fuerza que sus cabezas estallaron en una lluvia de sangre dorada y fragmentos óseos que salpicaron el suelo.
Los ángeles exterminadores restantes observaron con incredulidad, nunca habían presenciado a un demonio con ese nivel de poder. El capitán ángel exterminador, sorprendido y reconociendo la necesidad de refuerzos, decidió retirarse estratégicamente para pedir ayuda, mientras las heridas de sus compañeros dejaban charcos de sangre dorada en el suelo.
Mientras tanto, dos ángeles valientes permanecieron en el campo de batalla, conscientes de que su misión era ganar tiempo para que sus compañeros pudieran traer los refuerzos necesarios. La tensión en el aire creció mientras se preparaban para enfrentarse al imponente lord sith, sus alas manchadas de la sangre de sus camaradas caídos. La lucha estaba lejos de terminar, y el destino de aquel extraño enfrentamiento pendía de un hilo, teñido con la sangre de ángeles y la oscuridad del lado oscuro.
Ángel exterminador #10: ¡Váyanse! ¡40 y yo nos quedaremos a pelear!
Capitán ángel exterminador: ¡Están locos! ¡Esa cosa los matará!
Ángel exterminador #10: ¡Capitán, no hay tiempo! ¡Váyanse ahora!
La tensión en el aire se espesaba mientras el capitán ángel exterminador evaluaba la situación. El infierno rugía a su alrededor, y la desesperación se reflejaba en sus ojos. Sabía que cada segundo contaba y que sus compañeros se enfrentaban a un enemigo abrumador.
Capitán ángel exterminador: No, puede haber otra solución. Solo déjenme pensar.
Ángel exterminador #10: Capitán, déjenos hacer esto, por favor.
Capitán ángel exterminador: Está bien. Aguanten todo lo que puedan mientras nosotros traemos refuerzos. Tengan mucho cuidado.
Ángel exterminador #10: Sí, capitán, lo tendremos. Largo.
Con un gesto determinado, el capitán se retiró junto con los demás ángeles exterminadores, dejando atrás a dos valientes guerreros enfrentándose a la oscura amenaza. La desesperación resonaba en el ambiente, pero también un valiente heroísmo mientras los dos ángeles se preparaban para resistir lo que venía.
Darth Vader: "Respiración mecánica" vaya, vaya. Así que ustedes se sacrificarán para salvar a sus compañeros. Patético.
Ángel exterminador #40: ¡Cállate! Pagarás por todos los ángeles exterminadores que has matado, demonio. No escaparás de la justicia divina.
Aunque el ángel #40 sentía un desprecio profundo hacia la figura oscura frente a él, no sabía realmente qué era. La falta de conocimiento sobre su verdadera identidad no disminuía su determinación para vengar a sus compañeros caídos. En su mente, solo veía a un demonio que debía enfrentar y derrotar para hacer justicia a los suyos.
Ángel exterminador #10: Cálmate, lo atacaremos juntos tu acercarte por la izquierda...
Ángel exterminador #40: ¡No, lo matare ahora!
Ángel exterminador #10: ¡No, 40 espera!
Sin embargo, antes de que el ángel #40 pudiera ejecutar su próximo movimiento, Vader desató un veloz y preciso lanzamiento de su sable de luz. La mortífera hoja energética surcó el aire con letal precisión, atravesando al ángel exterminador con brutal eficacia. El eco metálico resonó en el silencioso campo de batalla mientras la hoja cortante partía al ángel por la mitad, desencadenando un estallido de sangre dorada y carne celestial desgarrada.
Las partes desmembradas del ángel cayeron al suelo con un grotesco chapoteo, creando un impacto visual que llenaba el entorno de una aura aún más sombría. Vader, impasible ante la violencia que acababa de desatar, observaba fríamente el resultado de su ataque, mientras la sangre celestial del ángel exterminador salpicaba su imponente armadura negra, pintando un macabro cuadro de su enfrentamiento.
El campo de batalla quedó reducido a dos ángeles exterminadores, el recién fallecido ángel #40 y su compañero, el ángel #10. La brutalidad del acto había dejado al ángel #10 momentáneamente petrificado, sembrando temor en su corazón divino. Tras presenciar la ejecución de su compañero, el ángel #10 dejó escapar un grito desgarrador, llamando el nombre del ángel #40 en un lamento lleno de dolor y rabia. La tensión en el aire aumentó, marcando el inicio de una batalla aún más intensa y sanguinaria.
Ángel exterminador #10: ¡40, noooo! ¡Maldito seas, demonio!
El ángel #10, tras el desgarrador grito por la pérdida de su compañero, apretó con fuerza su lanza celestial. Sus ojos reflejaban un torrente de emociones, desde el dolor más profundo hasta la rabia ardiente. Sin vacilar, se lanzó contra Vader, decidido a vengar la muerte de su camarada y hacer frente al ser oscuro que había sembrado caos en su sagrado propósito.
Con cada paso, el ángel #10 emanaba una aura de determinación y furia, su lanza brillaba con intensidad divina mientras se abría paso hacia su objetivo. Los destellos de luz dorada danzaban a su alrededor, formando un halo resplandeciente que contrastaba con la oscuridad que emanaba del lord sith.
Vader, imperturbable ante el avance del ángel, esperaba con serenidad la embestida, su capa negra ondeando con elegancia en el viento impío del infierno. Los ojos detrás de su máscara brillaban con un frío desafío, listos para el inevitable choque entre la oscuridad y la luz.
Darth Vader: "Respiración mecánica" como ves, mis poderes son superiores a lo que tú puedes hacer. Así que, fuera de mi camino.
Ángel Exterminador #10: Sobre mi cadáver.
Darth Vader: "Respiración mecánica" bien, como gustes.
La atmósfera se cargó de tensión mientras ambos contendientes se lanzaron el uno contra el otro. Los movimientos de Vader eran calculados y precisos, mientras que el ángel exterminador se movía con una gracia celestial. El choque de sus armas resonaba en el campo de batalla infernal.
El ángel, impulsado por la pérdida de su compañero y la sed de justicia divina, desató una serie de rápidos ataques. Sin embargo, Vader respondió con habilidades sobrehumanas, bloqueando cada embestida con su sable de luz. La oscuridad y la luz chocaban en un duelo feroz.
A medida que la pelea se intensificaba, el ángel demostró una valentía indomable. Aunque en desventaja, no flaqueó ante el lord sith. Cada movimiento era una danza de destreza y poder, una lucha que decidiría el destino de aquel rincón del inframundo.
La lucha continuaba, una batalla entre fuerzas opuestas, donde la victoria no solo significaría sobrevivir, sino también honrar el sacrificio de los caídos.
Darth Vader: "Respiración mecánica" puedo ver que estás cansado, pero también sé lo que sientes. Puedo percibir tu ira, tu odio, tu enojo. ¿Por qué no los utilizas? Tal vez así puedas vencerme.
Ángel exterminador #10: Nunca. Tal vez soy un guerrero y quizás demasiado orgulloso, pero sigo siendo un ángel, una criatura celestial. No sucumbiré a la oscuridad que emanas.
A pesar del cansancio agotador que pesaba sobre sus alas, el ángel se aferraba con tenacidad a su posición. Las palabras siniestras de Vader resonaban en el aire cargado de tensión, pero el ángel se resistía a ceder ante la oscuridad que amenazaba con consumirlo. La batalla, impregnada de un aura de desesperación y desolación, continuaba desgarrando el oscuro paisaje del inframundo.
Darth Vader, sediento de poner fin a la lucha de una vez por todas, desató una violencia despiadada al arrojar un automóvil destrozado hacia el ángel. El impacto fue devastador, desgarrando la carne celestial y fragmentando el hueso sagrado del defensor divino. La sangre dorada del ángel brotaba en un chorro profano, tiñendo el suelo oscuro con un brillo macabro que contrastaba con la negrura circundante.
El ángel, postrado en el suelo, sentía el dolor punzante correr por su cuerpo herido, mientras luchaba por mantener su voluntad inquebrantable en medio de la agonía. Su ala rota y su brazo mutilado eran testigos mudos de la brutalidad del enfrentamiento, y su mirada reflejaba una determinación feroz, a pesar del tormento que lo consumía.
Con pasos lentos y decididos, Vader se acercó al ángel caído, su respiración mecánica resonando como un eco ominoso en el vasto abismo del inframundo. En su voz metálica, se desprendía un aire de indiferencia cruel mientras pronunciaba sus últimas palabras hacia el ángel, sumiendo aún más el corazón del defensor celestial en un abismo de desesperación y desolación.
Darth Vader: "Respiración mecánica" es una lástima que tengas que morir. Hubieras sido un excelente lord sith. Hasta nunca, ángel exterminador.
En ese momento, Vader alzó su sable de luz con un gesto implacable y, con un golpe certero, separó la cabeza del ángel exterminador de su cuerpo. La hoja ardiente del sable cortó limpiamente a través del cuello divino, desatando un torrente de sangre dorada que salpicaba el oscuro suelo del callejón. La cabeza, desprendida de su cuerpo celestial, rodó por el suelo con un sonido sordo, dejando un rastro macabro a su paso.
La escena era una grotesca exhibición de brutalidad, donde la sangre dorada se mezclaba con las sombras del inframundo, creando un espectáculo siniestro que helaba la sangre en las venas de quienes lo presenciaban. Vader, impasible ante la violencia que acababa de desatar, contemplaba fríamente el resultado de su ataque, mientras la sangre celestial manchaba su imponente armadura negra.
Cada gota de sangre dorada que salpicaba su armadura era un recordatorio de su poderío y su desprecio por la vida divina. La brutalidad del acto resonaba en el silencio del callejón, como un presagio ominoso de la destrucción que aún estaba por venir. Con paso seguro, el sith continuó su marcha, dejando atrás el cadáver decapitado del ángel como un sombrío testimonio de su fuerza y su crueldad.
Mientras tanto, en los rincones más oscuros del inframundo, los ángeles exterminadores, divididos en dos equipos, se preparaban para el inevitable enfrentamiento con las fuerzas del sith. Con el corazón lleno de determinación y valentía, se preparaban para la batalla que definiría el destino del inframundo, sabiendo que el horror y la brutalidad aún estaban por venir.
Capitán ángel exterminador: Okey, escúchenme. Nos dividiremos en dos equipos. En caso de que alguno de los dos equipos no logre avanzar, tendremos a uno que vaya y le informe al otro grupo de ángeles lo que está sucediendo en el frente.
El resto de los ángeles exterminadores: ¡Sí, mi capitán!
Capitán ángel exterminador: Ustedes, los 12, conmigo.
Así fue como un equipo se adentró por el callejón, mientras el otro equipo tomó otro camino. El primer equipo corría por el largo callejón, y tras unos 30 minutos, finalmente encontraron una puerta. Rápidamente, un ángel comenzó a intentar abrirla, pero la puerta se resistía, y a pesar de sus esfuerzos, no lograban abrirla.
Mientras tanto, el segundo equipo avanzaba, algunos volando con sus alas celestiales desplegadas, y otros caminando por el suelo infernal. La variedad de habilidades y estrategias de los ángeles se desplegaba mientras continuaban su misión en el oscuro inframundo.
Devuelta con el primer grupo de ángeles, el ángel #20 seguía intentando abrir la puerta, pero a pesar de utilizar todas sus fuerzas, no conseguía abrirla.
Ángel exterminador #80: ¡20, por todos los cielos! ¿Por qué mierda esta puerta no se abre?
Ángel exterminador #20: No lo entiendo. Parece que está trabada desde el otro lado.
Capitán ángel exterminador: Déjenme ayudarte. ¡Ahora!
Con renovados esfuerzos, el ángel #20 y el capitán aplicaron toda su fuerza divina en la puerta, pero esta continuaba resistiéndose obstinadamente.
Ángel exterminador #80: Capitán, deberíamos buscar otra ruta. Esto nos está tomando demasiado tiempo.
El capitán ángel exterminador, evaluando la situación, asintió con determinación.
Capitán ángel exterminador: Tienen razón. Volvamos sobre nuestros pasos y busquemos otra salida. Tenemos que reunirnos con el otro equipo lo antes posible.
Con ese veredicto, el grupo dio media vuelta, dejando atrás la puerta misteriosamente cerrada mientras se adentraban en el oscuro laberinto del inframundo.
Pero los ángeles, mientras estaban caminando, escucharían unos pasos que resonaban cerca de donde se encontraban.
Ángel exterminador #12: ¿Oigan, escucharon eso? ¿Creen que sean 10 y 40? ¿Habrán matado a esa cosa?
Ángel exterminador #08: No lo sé, tal vez sí lo lograron y mataron a esa cosa.
Capitán ángel exterminador: Oigan, no se queden ahí parados. Tenemos que seguir avanzando. Mantengan la guardia alta y estén preparados para cualquier cosa.
Nuevamente, los ángeles continuaron su avance, pero su progreso se vio detenido al percatarse de la ominosa respiración que resonaba en el pasillo, una señal de la criatura que habían avistado anteriormente. Los ángeles retrocedieron lentamente, imbuidos de temor, mientras empuñaban sus armas, preparándose para enfrentar y eliminar a la amenaza.
En ese instante, Darth Vader encendió su sable de luz, llenando el pasillo con su característico resplandor rojo. El capitán ángel exterminador, líder del grupo, elevó su voz sobre la tensión reinante, instando a sus compañeros ángeles a la acción.
Capitán ángel exterminador: ¡Abran fuego!
Los 12 ángeles desataron una orgía de caos, lanzando sus flechas angelicales hacia Vader. Ante la inminente masacre, el capitán ángel exterminador rugió la orden de retroceder hacia la puerta, consciente de que era la única salida. Mientras algunos ángeles forcejeaban con la puerta, otros disparaban sus flechas desde las ballestas angelicales, pero sus esfuerzos resultaban inútiles; el sable de luz Sith despedazaba las flechas con una danza letal, devolviendo algunas hacia los ángeles, segando vidas con cada regreso.
Vader avanzaba como un verdugo despiadado, aniquilando a los ángeles en un despliegue de brutalidad grotesca. Algunos caían ante el filo ardiente de su sable de luz, mientras otros eran suspendidos en el aire por la Fuerza, sus formas celestiales desgarrándose por la mitad en un espectáculo macabro. Pero la pesadilla no terminaba ahí.
Antes de que Vader alcanzara a los tres ángeles restantes, estos continuaron disparando, ofreciendo sus cuerpos como ofrenda para comprar tiempo al capitán y al ángel #20 mientras luchaban por abrir la puerta.
A pesar de los esfuerzos desesperados, Vader desató toda su crueldad. Con un giro despiadado de la Fuerza, levantó a los tres ángeles en el aire, desgarrando sus alas divinas. En un acto de puro sadismo, rompió brutalmente sus cuellos antes de arrojar sus cadáveres desgarrados contra la pared, pintando la escena con la esencia misma de la muerte.
Aunque los gritos agonizantes de los caídos resonaban, el sacrificio no fue en vano. Con la puerta abierta lo suficiente, el ángel #20 pudo escapar, llevando consigo el amargo triunfo a través de la puerta manchada de sangre.
Capitán ángel exterminador: ¡20, rápido, sal de aquí! Escúchame, corre lo más veloz que puedas y no te detengas, no mires atrás. Encuentra al segundo equipo y cuéntales lo que ha sucedido, ¿Entendido?
Ángel exterminador #20: Pero capitán, yo...
Capitán ángel exterminador: ¡Es una orden!
Ángel exterminador #20: Sí, mi capitán.
El ángel #20 emergió apresuradamente por la abertura de la puerta y se lanzó a correr con todas sus fuerzas. Sin embargo, justo antes de alcanzar la salida, una compulsión irresistible lo llevó a girar la cabeza hacia atrás. Presenció con horror cómo el sable de luz de la criatura atravesaba al capitán ángel exterminador, desgarrándolo sin piedad. La puerta se abrió completamente, revelando el grotesco espectáculo de la masacre.
La sangre del capitán salpicó el suelo y las paredes, tiñendo el lugar con un siniestro tono carmesí. Los gritos de agonía se entrelazaron con el sonido metálico del sable de luz que cercenaba carne y hueso. Vader, imperturbable, permanecía en pie, observando la devastación que había causado, mientras el ángel exterminador 20 respiraba agitadamente, siendo el único testigo de la desolación que ahora reinaba en el pasillo.
El ángel #20, petrificado por la visión de la masacre, se vio obligado a contemplar cómo la vida abandonaba los ojos de su líder. La brutalidad del momento se grabó en su mente, impregnándola con la imagen gráfica de la muerte violenta.
Aturdido y aterrado, el ángel #20 reanudó su huida hacia el segundo equipo, llevando consigo el recuerdo vívido de la espada cruel y la despiadada carnicería. La imagen de la sangre salpicando, los gritos agonizantes y la inhumana destreza de Vader lo perseguirían, recordándole la brutal realidad que enfrentaban.
Mientras corría hacia el lugar de encuentro con el segundo equipo, las palabras proféticas de la mujer demonio resonaron en su mente: Algún día alguien tendrá el valor y las agallas para pelear y matarlos a todos ustedes, recordó. Se preguntó si, finalmente, un demonio había reunido el coraje para enfrentarse a los ángeles. Sin embargo, no podía permitirse perder tiempo reflexionando sobre ello.
El ángel #20 llegó jadeante al lugar donde se encontraba el segundo equipo, gritando por ayuda y solicitando refuerzos. La urgencia de la situación eliminó cualquier pensamiento adicional sobre la profecía demoníaca, ya que la realidad de la amenaza inminente requería toda su atención.
Ángel exterminador #20: ¡Ayuda! ¡Ayuda!
Ángel exterminador #30: Oigan es 20.
Ángel exterminador #20: Qué - bueno que - los encontré.
Ángel exterminador #57: 20, cálmate, respira. ¿Dónde está el otro equipo?
Ángel exterminador #20: Esa cosa - los mató - los mató a todos. Yo soy el único que logró salir vivo de allí.
Ángel exterminador #84: No puede ser.
Ángel exterminador #20: Díganme que lograron traer los refuerzos.
Ángel exterminador #46: No, cuando llegamos se habían ido, tendremos que pelar y matar a esa cosa nosotros mismos.
Ángel exterminador #20: ¡¿Qué?! ¡84 dime que es una maldita broma! Nosotros no podremos matar a esa cosa, esa clase de poder no lo habíamos visto nunca en un demonio y menos en un Overlord.
Ángel exterminador #84: Tienes razón, pero es nuestro trabajo mantener el orden y asegurarnos de que ningún demonio sea más poderoso de lo habitual. Así que mataremos a esa cosa aunque sea lo último que hagamos, ¿Entendido? Tomaré tu silencio como un sí. Prepárense porque esta será la noche más larga y aterradora de nuestras vidas.
Todos los ángeles que quedaban se estaban preparando para pelear y matar a esa criatura de una vez por todas, con el objetivo de vengar la muerte de todos sus compañeros ángeles asesinados a manos de ese ser. Después de todo, solo quedaba 01 hora para que el exterminio llegara a su fin.
De regreso con el lord sith, Vader salía de aquel callejón y se topaba con los pocos ángeles exterminadores que quedaban.
Darth Vader: "Respiración mecánica" así que de los 666 ángeles que había, solo quedan ustedes, que patéticos son.
Ángel exterminador #84: Deja los sermones, vil demonio. Nada de lo que digas tendrá efecto en nosotros. Nosotros mismos te mataremos, aunque en ello nos vaya la vida.
Darth Vader: "Respiración mecánica" bien, que así sea.
Los pocos ángeles exterminadores que quedaban se lanzaron desesperados a atacar al lord sith. Sin embargo, Vader, con movimientos rápidos y precisos, detuvo el ataque de uno de los ángeles, arrancándole brutalmente las alas con un giro de su sable de luz. Simultáneamente, con su otra mano, utilizó un poderoso empuje de la fuerza para hacer retroceder al otro grupo de ángeles, estrellándolos contra las paredes con una fuerza sobrenatural.
Un ángel, lleno de rabia, se abalanzó con furia hacia Vader, pero el Sith, con una agilidad sorprendente, desarmó al ángel arrancándole su arma celestial y, sin darle oportunidad de defensa, le hundió su propio sable de luz en el pecho. La sangre angelical brotaba en un torrente oscuro.
Dos ángeles restantes, presa del horror, lanzaron sus lanzas en un intento desesperado de detener al sith. Sin embargo, Vader, en un acto sádico, utilizó la fuerza para detener las lanzas en el aire y, con una mueca malévola, las lanzó de vuelta a los ángeles. Las lanzas perforaron sus cabezas, llevando consigo fragmentos de cráneos y tejido celestial.
La calle se tiñó de un rojo oscuro mientras los gritos agonizantes resonaban en la penumbra, creando una escena de horror inimaginable. La carnicería continuaba, y Vader, imperturbable, avanzaba entre los cuerpos desmembrados y las alas mutiladas, su sable de luz aun goteando con la esencia de aquellos seres celestiales caídos.
(45 Minutos para que el exterminio llegue a su fin).
Solo quedaban 08 ángeles, y estaban aterrados por ese ciborg, porque no había otra palabra para describir a esa monstruosidad. En cuestión de minutos, había masacrado a sangre fría a todos sus compañeros, dejando un rastro de vísceras y sangre por doquier. Los gritos agonizantes aún resonaban en el aire, mientras el poder oscuro de Vader dominaba la escena.
En un intento desesperado por detener al Sith, 04 ángeles se abalanzaron sobre él. Sin embargo, Vader, alimentado por su ira y su conexión con el lado oscuro, golpeó su sable de luz contra el suelo con una fuerza sobrenatural. El impacto generó una explosión de energía que abrió un enorme abismo en el suelo, tragándose a los ángeles que se encontraban cerca.
Los desafortunados ángeles caían al abismo, gritando de terror mientras descendían hacia la oscuridad. Pero Vader no les daría descanso. Con una mueca sádica tras su máscara, Vader comenzó a arrojar hacia el abismo cualquier objeto que encontraba a su alrededor: escombros, vehículos destrozados, incluso cadáveres de sus propios compañeros caídos. Los cuerpos destrozados se estrellaban contra las paredes del abismo, desgarrándose en pedazos en el descenso.
Los 04 ángeles restantes, cubiertos de sangre celestial y temblando de terror, sabían que estaban enfrentando a un enemigo más allá de toda comprensión. Aun así, se aferraban a la esperanza de poder detenerlo antes de que causara más destrucción y muerte. Uno de los ángeles se dirigió a uno de sus compañeros y le dijo:
Ángel exterminador #160: ¡Escucha! Debemos coordinar nuestro ataque simultáneo. Solo así tendremos alguna oportunidad de derrotarlo "su voz resonando como un juramento épico".
Ángel exterminador #206: ¡Entendido! "con la mirada fija en la oscuridad que se cernía como un telón de tragedia".
(30 Minutos para que el exterminio llegue a su fin)
Mientras tanto, el tercer ángel exterminador se enfrentaba con determinación al ciborg, desplegando todas sus fuerzas en la batalla.
Ángel exterminador #300: ¿Acaso crees que podrás derrotarnos? Nosotros somos ángeles exterminadores, y tú no eres más que un vil pedazo de chatarra oxidada "su voz retumbando como un trueno heroico".
Darth Vader: "Respiración mecánica" estás subestimando mi poder, tanto tú como tus compañeros.
La batalla se desenvolvía en medio del caos, con cada golpe resonando como un trueno en el campo de batalla. El sable de luz de Vader y la lanza del ángel chocaban una y otra vez, creando una sinfonía de metal y chispas que iluminaba la oscuridad de la noche. En un momento decisivo, el ángel, con determinación en sus ojos, levantó su lanza con la intención de perforar el corazón de su enemigo de una vez por todas.
Sin embargo Vader, en un instante de astucia y ferocidad, anticipó el movimiento del ángel y respondió con una rapidez impactante. Levantando su sable de luz con un movimiento fluido, cortó el brazo derecho del ángel en un acto de violencia implacable. El sonido del sable de luz cortando carne resonó en el aire, acompañado por el grito agónico del ángel mientras su miembro caía al suelo con un golpe sordo.
Un torrente de sangre celestial brotó del muñón mutilado del ángel, tiñendo el suelo con un brillo etéreo y empapando su armadura con el líquido divino. El dolor se apoderó de su ser, retorciendo sus entrañas mientras luchaba por mantenerse en pie. Su grito de angustia y desesperación llenó el campo de batalla, mezclándose con el estruendo de la contienda y marcando otro episodio en la brutalidad de la guerra.
Ángel exterminador 300: ¡Aaaaaah!
Darth Vader: "Respiración mecánica" te lo advertí. Tú y los tuyos subestiman mi poder.
(10 Minutos para que el exterminio llegue a su fin)
El tercer ángel exterminador yacía en el suelo, inerte como sus compañeros caídos, su cuerpo desfigurado y bañado en su propia sangre celestial. En ese momento, los dos últimos ángeles exterminadores restantes se lanzaron con determinación, decididos a poner fin a la batalla de una vez por todas. Sus gritos de guerra resonaban en el aire, mezclándose con el sonido metálico de las armas chocando.
Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano ante la inquebrantable fuerza de Vader. Con un simple gesto de su mano, los suspendió en el aire, dejándolos impotentes contra su poder abrumador. Con un movimiento cruel, los arrojó violentamente contra un muro de concreto, donde sus cuerpos se estrellaron con un estruendo sordo y sus huesos se rompieron como ramas secas.
Mientras uno de los ángeles caía sin vida al suelo, su sangre celestial se derramaba en un charco oscuro en el pavimento, contrastando con la blancura de sus alas rotas. Vader se aproximó al otro ángel, cuya pierna y alas fracturadas lo mantenían postrado en el suelo, incapaz de defenderse. Con una presencia imponente, el Sith apuntó su sable de luz hacia el ángel, una mirada de desdén en su máscara, y pronunció con voz fría y calculada.
Darth Vader: "Respiración mecánica" ¡¿Dónde estamos?!
Ángel exterminador #160: Es-tas-estás en el infierno do-donde la luz de la es-pe-esperanza se desvanece "entre jadeos, respondió con la solemnidad de un guerrero caído".
Vader, sorprendido por la respuesta del ángel y la apertura del portal que revelaba una puerta hacia otra dimensión, se sintió abrumado por la falta de control sobre la situación. El descontento crecía en su interior, especialmente al darse cuenta de que el portal no lo había llevado hacia su esposa, como esperaba.
Ya harto de la situación, Vader se acercó al ángel con una expresión de desdén enmascarada por su respiración mecánica. La frustración se reflejaba en su voz cuando se dirigió al ángel con determinación.
Darth Vader: "Respiración mecánica" ¡Imposible, mis cálculos eran correctos! ¡Este portal me tendría que haber llevado con mi esposa! "responde con incredulidad".
Ángel exterminador #160: ¿D-de qué estás hablando? ¿Quién e-eres? "responde entre jadeos, confundido y representando la última resistencia ante el invasor mecánico".
Sin mediar más palabras, Vader, ahora envuelto en la oscuridad de su tragedia, hundió su sable de luz en el estómago del ángel #160 con un gesto brutal y despiadado. La hoja ardiente se abrió paso a través de la carne y los órganos del ángel, desatando un torrente de sangre celestial que brotaba violentamente. El ángel, agónico, soltó un grito angustiado mientras su cuerpo se retorcía en el suelo, incapaz de resistir el dolor abrumador.
Con la solemnidad de un dios caído, Vader se mantuvo imperturbable, observando el desenlace sanguinolento de su acción. La sangre del ángel, teñida de un resplandor celestial, salpicaba el suelo y salpicaba las paredes circundantes, creando un cuadro grotesco y macabro.
Mientras el ángel luchaba por su última bocanada de aire, Vader reveló su identidad con una voz impregnada de tragedia y oscuridad, proclamando su dominio sobre aquellos que se atrevían a desafiarlo, su palabra resonaba con un eco ominoso que envolvía el lugar en un manto de temor y desesperación.
Darth Vader: "Respiración mecánica" mi nombre es Darth Vader.
Vader retiró su sable de luz del estómago del ángel exterminador, dejando atrás una estela de sangre celestial que contrastaba con la oscuridad que lo envolvía. Con un gesto calculado, apagó la hoja ardiente, sumiendo el lugar en una penumbra ominosa.
En ese instante, un ángel más emergió de su escondite, sus alas desplegadas como un desafío audaz contra la oscuridad encarnada en Vader. Con un movimiento rápido, el ángel se lanzó al aire, impulsado por una determinación feroz y una voluntad inquebrantable de poner fin a la atrocidad que se desplegaba ante sus ojos.
El silencio se apoderó del lugar, roto solo por el zumbido distante de la respiración mecánica de Vader y el aleteo poderoso de las alas del ángel. En medio de la tensión palpable, el destino de ambos seres se precipitaba hacia un enfrentamiento inevitable, donde la vida y la muerte bailaban en un juego de sombras y luz.
Ángel exterminador #100: ¡Muere!
???: ¡Cuidado!
El estruendo ensordecedor del bláster resonó en las calles del inframundo, cortando el aire con una violencia ensordecedora. El proyectil láser, como una serpiente ardiente, atravesó el pecho del ángel #100 con una precisión mortal, desgarrando su carne celestial y haciendo brotar una fuente dorada de sangre divina que salpicaba el suelo y las paredes circundantes.
El ángel, sorprendido por el repentino ataque, soltó un alarido de agonía mientras su cuerpo se retorcía en el dolor. Sus alas divinas se agitaron frenéticamente, enviando destellos dorados en todas direcciones mientras luchaba por mantenerse en pie. Pero era en vano, pues la muerte lo reclamaba con inexorable ferocidad.
Vader, testigo de la brutalidad de su propia salvación, se volvió lentamente hacia su salvador, cuya mano aún humeaba por la descarga del bláster. La mirada del sith se encontró con la del adolescente demonio, cuyos ojos ardían con una determinación salvaje y una ferocidad despiadada. La sangre del ángel bañaba el suelo entre ellos, teñiendo el ambiente con un macabro recordatorio de la violencia del conflicto.
El adolescente demonio, con una mueca de satisfacción en su rostro, sostuvo su arma con firmeza, listo para enfrentar cualquier consecuencia que pudiera derivarse de su audaz intervención. A pesar del silencio que envolvía el callejón, el peso de la sangre derramada y la tensión palpable entre ellos dejaban claro que habían desencadenado una tormenta que amenazaba con engullirlos a todos.
Darth Vader: "Respiración mecánica" ah, eres tú.
Continuara...
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Se que me tardé mucho en publicar esté capítulo y les pido disculpas por eso. Espero que tengan una linda mañana, tarde o noche y se la pasen genial en su día. Aquí su amigo The Dark Titan se despide y nos vemos en un próximo capítulo. ¡Adiós! *Invoca una pantalla de humor negra y desapa.*
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