twenty

20. Del cómo estuve a dos bandas

▬▬▬▬❀▬▬▬▬ 

De repente, Jake me cogió de la muñeca y me sacó de la cafetería. -¿A dónde vamos? –pregunté.

-Al hospital. Walter debe de estar allí –dijo.

-¿Qué? –pregunté. Sin decir nada, Jake me abrió la puerta del coche y me empujó dentro. Unos segundos después él también entró-. ¿Por qué vamos allí?

Se detuvo por un momento solo para mirarme con la ceja levantada antes de ponerse el cinturón-. ¿No querías ver a Walter?

-Q-¿Qué? –repetí como una idiota y mi voz se quebró al final, lo que hizo que Jake se atragantara con su risa. Mi corazón saltó un poco al escuchar su nombre. Solo la idea de verlo era lo suficiente para volverme un desastre con manos sudorosas y rápidos latidos de corazón.

Jake se estiró y me puso el cinturón de seguridad, a continuación puso el motor en marcha y comenzó a alejarse.

-No sé si querrá verme –comenté.

-Creeme que sí –dijo seguro, giró a la izquierda en una intersección y me incliné un poco en el asiento. Cuando el camino estuvo recto otra vez, desvió la atención de la carretera y me miró-. No te preocupes.

Un tiempo después en el que estuvimos en completo silencio, Jake conduciendo y yo pensando en mis cosas. Llegamos al hospital. Jake aparcó el coche y sin decir nada, se bajó, dejándome sola. Me desabroché el cinturón de seguridad rápidamente y corrí tras él. Cuando entramos en el edificio, disminuí la marcha, temeorsa de encontrarme con Walter. Jake, viendo que me quedaba atrás, me agarró la mano y me arrastró hasta el ascensor.

-Vamos, es el segundo piso, la primera puerta a la izquierda –dijo, y apretó el botón rojo que se iluminó de inmediato. Segundos después pude escuchar el ruido del ascensor bajando.

-¿No vas a venir? –lo miré con pánico cuando me di cuenta de por qué me estaba diciendo la dirección. Estaba realmente emocionada de ver a Walter, pero de alguna manera no quería estar a solas con él.

-¿Por qué? –dijo arrastrando las palabras, arreglando su cabello que cubría sus ojos-. ¿Nuestra pequeña Aria tiene miedo de ver al amor de su vida?

-Cállate –golpeé su brazo juguetonamente, ignorando sus burlas-. No es el amor de mi vida.

-Oh Aria, ¿cuándo dejarás de negar tus sentimientos? –me dio unas palmaditas en la cabeza, sonando más como un sabio abuelo dando consejos a su nieta, que como un chico de 19 años. La puerta del ascensor se abrió. –Ve, necesita a alguien en este momento.

-¡Oye! ¡Pero no terminamos de hablar! –protesté cuando me empujó a entrar.

-Ya hablaremos –comenzó, ocultando la sonrisa-. Cuando admitas que amas a Walter.

Cuando me volví para mirarlo, las puertas se cerraron justo frente a mi cara y no pude ni responder y mostrar mi insatisfacción. Me engañó de nuevo, maldito inteligente y furtivo chico. Pero no podría estar enfadada con él, no sabía cuánto tiempo intentó compensar a Walter por su pérdida. Se sentía culpable por la situación con su padre y la madre de Walter, incluso si no era su culpa.

Suspiré pesadamente y al mismo tiempo la puerta se abrió con un chillido silencioso. Sintiendo mi corazón martilleando contra mi pecho, salí del ascensor y miré alrededor para ver a dónde ir. Jake dijo que era la primera puerta a la izquierda y, sin pensarlo demasiado, me dirigí a la puerta y la abrí, solo para ver una sala blanca con algunas sillas de plástico y prácticamente nadie dentro. Espera. Habia una persona sentada al final del pasillo, con los brazos cruzados y la cabeza apoyada perezosamente contra la pared.

Tragué fuerte, reconociendo a la persona. Era Walter, no tenía dudas al respecto. Acercándome unos pasos a su silla, noté que tenía que los ojos cerrados y considerando su respiración tranquila, probablemente estaba durmiendo, demasiado cansado de todo lo que había sucedido en los últimos dos días.

Me senté a su lado, haciendo mi mejor esfuerzo para no despertarlo. Verlo allí me hizo darme cuenta de que Jules probablemente no estaba con él en su casa y maldita sea, la satisfacción que sentía era casi imposible de describir. Todo lo que ella hizo y todo lo que me dijo fue un simple acto porque Walter había estado aquí todo el tiempo. Y eso era todo lo que importaba ahora.

Tal vez fue solo un impulso que sentí en el momento, pero extendí la mano hacia la cabeza de Walter y la coloqué suavemente sobre mi hombro, sin pensar en la exactitud de ese movimiento. Sorprendentemente, no se despertó y exhalé con alivio, respirando el aroma de su perfume.

Era increíble cómo solo su olor podía hacerme feliz. ¿Quizás Jake tenía razón? ¿Tal vez ya estaba enamorada de él?

▬▬▬▬❀▬▬▬▬

Me desperté con el ruido de algo golpeando el suelo con un ruido fuerte y aterrador. Abriendo los ojos rápidamente, me senté derecha y miré a mi alrededor, solo para ver a Walter observándome con una expresión indescrifrable en su rostro. Sentí vergüenza subir por mi cara y volví la cabeza inmediatamente para evitar su mirada.

¿Cómo pasó? ¿Cómo me quedé dormida en el hospital cuando supuse que estaría despierta y cuidando a Walter? ¿Cómo terminé durmiendo en su regazo cuando él era quien dormía en mi hombro? Me mordí el labio, maldiciendo en mi mente.

-Por fin te despertaste –dijo con una voz áspera y suave. O se despertó unos minutos antes que yo o se estaba enfermando.

Forcé una sonrisa, sintiéndome avergonzada por haberme quedado dormida desde el principio. –Sí, lo siento. Estaba muy cansada.

Me tomé mi tiempo para mirar alrededor y noté que todavía éramos las únicas personas en esta parte del edificio. Había algunos ruidos hechos por enfemeras y pacientes del sitio opuesto.

-Ya veo –Walter se levantó de su silla y tuve que levantar la cabeza para mirarlo-. ¿Podemos hablar?

Abrí la boca para decir que sí, pero al mismo tiempo mi teléfono comenzó a sonar. El sonido del tono de llamada resonó en la sala vacía y no tuve más remedio que responder. Ligeramente frustrada, saqué el teléfono y vi el nombre de Iris aparecer en la pantalla.

-¿Sí? –miré a Walter disculpándome por haber respondido y me alejé unos pasos de él. Iris no me llamaba a menudo y ver su nombre fue una sorpresa para mí. Tan pronto como contesté el teléfono, ella comenzó a gritarme como si algo estuviera en llamas y necesitase ayuda-. ¡Espera! Cálmate y dilo una vez más porque no entendí nada de lo que dijiste.

-¿Por qué no me lo contaste? –gritó en acusación.

-¿Contarte qué?

-¡Que tú y el chico nuevo estáis saliendo!

Sintiendo que la sangre corría a mi cara, me lamí los labios que de repente se volvieron increíblemente secos junto con mi garganta. Por un momento, estaba más que segura de que mis piernas temblorosas pronto se rendirían y terminaría en el suelo, demasiado débil para levantarme por mi cuenta. Apreté los dedos en la perilla de la puerta, tratando de calmarme y apoyándome contra la pared para mantener el equilibrio. Mi corazón latía rápido y estaba sin aliento, como si hubiera corrido un par de kilómetros sin descanso.

No sabía lo que estaba pasando. Solo sabía que tenía que mantener el chisme lejos de Walter. No importaba qué, él no podría enterarse.

Tragué saliva, tratando de reponerme antes de que decidiera buscarme y notar que algo estaba mal. Abriendo la puerta, miré cuidadosamente a través de ella para verlo. Estaba de pie pacientemente cerca de la máquina expendedora de café, y probablemente leyendo la pequeña lista con los diferentes tipo y sus precios. No podía ver su cara, solo la curva de su mejilla y barbilla, pero sabía que estaba esperando tranquilamente a que terminara mi llamada y volviera. Yo, por otro lado, era como un manojo de nervios.

Tenía miedo y temor de enfrentar a Walter después de escuchar chismes sobre mí y Jake estando juntos. Sentí que la ira hervía dentro de mí porque ese rumor podría arruinar todo lo que pude construir entre nosotros. Estaba desesperada después de darme cuenta de lo rápido que podía perder su confianza sin siquiera disfrutar plenamente de su confianza. Y para colmo, me sentía extremadamente culpable aunque no había hecho nada malo.

- Aria, ¿estás ahí? –la voz de Iris me devolvió a la realidad. Me olvidé por completo de que todavía tenía el teléfono en la mano cerca de mi oreja. Cerré la puerta suavemente, enderecé la espalda y tomé una respiración profunda para estabilizar mi voz y evitar que mi cuerpo temblara.

Maldición, no sirvió de nada.

Tomé otra respiración profunda, pensando en cómo jugar para hacer que Iris me creyera en lugar de a todas las personas que hablaban sobre mí y Jake. ¿Debería reírme como si fuera la cosa más divertida que había escuchado estos días, incluso si una risa simple me parecía increíblemente inviable ahora mismo? ¿O negar todo y asegurarle que soy la víctima de las malas palabras de la gente?

Tragué saliva una vez más, tratando de ignorar la extraña sensación de que no importaba lo que dijera, ella no me creería.

-¿Quién te dijo eso? –murmuré finalmente al receptor, decidiendo preguntarle sobre los detalles primero. Sorprendentemente, mi voz fue firme y sonó demasiado dura, incluso en mis oídos. Iris guardó silencio durante unos buenos diez segundos, probablemente sorprendida también con mi tono hostil.

-Alguien te vio hablando con él –habló vacilante-. Y hoy los vieron a los dos juntos. Dijeron que estabas en su coche.

Maldije en mi mente, pellizcándome el puente de la nariz con frustración.

-Iris –hablé, sentándome en el suelo. Tenía que aclarar el malentendido lo más rápido posible-. Sabes que no es cierto, ¿verdad? No estoy con él, no puedo estar con él. Soy la novia de Walter, ¿recuerdas?

-En este momento parece que estás a dos bandas, Aria.

Me congelé por un momento al escuchar sus palabras. Estaba más que segura de que mi cara ahora mismo estaba tan pálida como las paredes del pasillo. Apreté el teléfono. - ¿Qué?

-Aria, estás pasando tiempo con otro chico cuando tu novio está desaparecido –dijo con voz ridículamente calmada y sentí que mi estómago daba un pequeño vuelco-. ¿Sabes lo que me han dicho? Que es probable que Walter no venga a clase porque se enteró de lo tuyo con Jake, y ahora está totalmente deprimido.

Me llevé la mano a la boca y miré alrededor para encontrar cualquier inodoro que pudiera usar para vomitar cuando me sentí mal del estómago después de escuchar las palabras de Iris, pero el más cercano estaba en la parte donde dejé a Walter hace unos minutos... Cerré los ojos, tratando de enfocar mis pensamientos en algo relajante, pero lo único que se me ocurrió fue la reacción de Jake, Walter y toda la escuela después de escuchar el rumor. A los ojos de todos los estudiantes, yo sería una especie de playboy que juega a dos bandas, en realidad, ni siquiera tenía novio. ¡Qué irónico!

-Eso es ridículo... -dije, sacudiendo lentamente la cabeza, a pesar de que Iris no podía verme-. Eso no tiene sentido.

-Lo sé y ya traté de convencerles de que no, pero probablemente sin ningún efecto –Iris exhaló en voz alta-. La verdad es que no sé lo que está pasando entre tú y esos dos chicos, pero espero que sepas lo que estás haciendo. Walter es demasiado bueno para ser tratado así, recuerda eso.

-Lo sé más que nadie –dije medio sonriendo, sintiendo un poco de adormecimiento de la preocupación mezclada en su voz. Era la primera vez que realmente intentaba consolarme, y aunque parecía extraño, estaba agradecida por ello. Ella estaba de mi lado. Iris estaba cuidando de mi espalda, ¿qué tan increíble era eso? No sabía qué cambió su actitud, pero me gustaba la atención y el cuidado de Iris-. Y gracias.

-En lugar de agradecerme, mejor prepárate para mañana –su frío tono había regresado, pero podía imaginarla sonriendo-. Mañana será un día difícil.

Después de un rápido adiós, apagué el teléfono, y al cerrar los ojos, incliné la cabeza contra la pared. Ella tenía razón, tendría que enfrentarme a todos mañana y mantener mi cabeza en alto a pesar de todos los comentarios groseros sobre mí. Pero mientras Walter no malinterprete toda la situación, yo sería buena con las personas que me señalaban. Él era la única persona que me importaba.

-¿Pasó algo malo?

Me sobresalté, sorprendida de escuchar de repente la voz de alguien. Una muy familiar que nunca dejaba de hacer que mi corazón latiera más rápido. Incluso si Walter esperaba que lo mirara, no podía obligarme a abrir los ojos. Tenía demasiado miedo de mirarlo a los ojos después de todas las revelaciones que escuché hace unos segundos. Pero al mismo tiempo no quería que se preocupara por mí cuando ya tenía muchos problemas por resolver.

Forzándome a sonreír, abrí los ojos lentamente, solo para verlo sentado en el suelo frente a mí, con las piernas cruzadas, justo como yo. Walter me observaba con una expresión suave en su rostro. Tenía la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado mientras me miraba con preocupación y curiosidad, bizqueando sus ojos un poco de vez en cuando, como si quisiera leer mi mente. Sabía que no estaba muy lejos de mí cuando oí su voz, pero no estaba preparada para verlo tan cerca. Nuestras piernas casi se tocaban, y aunque su cara todavía estaba lejos de la mía, podía sentir su cálido aliento acariciando la piel de mis mejillas. O tal vez ese era el aire acondicionado y solo estaba imaginando cosas.

-¿Estás bien? Estás pálida –preguntó una vez más cuando no dije nada, demasiado ocupada examinando su rostro. Las palabras simplemente se atascaron en mi garganta y no pude pronunciar una sola palabra, así que solo asentí rápidamente, aún tratando de mantener mi cara sonriente. Ni siquiera sabía qué decir cuando lo único que podía pensar era el rumor de que había salido con Jake.

Walter entrecerró los ojos nuevamente y luego hizo algo que nunca hubiera esperado que hiciera. Se inclinó para colocar su mano sobre mi frente. Sentí su perfume cuando se movió. Dios, ni siquiera podía explicar lo mucho que amaba este olor, pero sabiendo que él quería tocarme, inconscientemente me incliné hacia atrás hasta que mi espina dorsal y la parte posterior de mi cabeza se presionaron contra la pared. No sabía por qué, pero temía que su toque apagara la luz roja que todavía tenía en mi cabeza y después de eso ya no podría controlar mis sentimientos.

Pero Walter notó mi movimiento y sonrió, no irónicamente o fingiendo como siempre. Fue una sonrisa verdadera y cálida que hizo que mi corazón dejara de latir durante unos segundos.

-¿Puedo? –pidió permiso en voz baja, moviendo su mano hacia atrás y esperando mi respuesta. Él no desvió la mirada ni por un segundo y pronto sentí que mis mejillas se volvían molestamente calientes debido a su intensa mirada. También había algo alarmante dentro de mi estómago que ya era espinoso y tenso. Sentí que alguien me estaba apretando por dentro, era aterrador pero increíblemente agradable al mismo tiempo. Tenía miedo de que descubriera lo que estaba pasando conmigo con un solo toque, pero mi cabeza se movió hacia arriba y hacia abajo, dándole un asentimiento que indicaba que sí.

Sentí que mi cuerpo anhelaba su toque y no podía hacer nada al respecto. O más bien como si no quisiera hacer nada.

Cuando sus dedos tocaron mi frente antes de apartar suavemente mi flequillo, me estremecí inconscientemente sintiendo que la electricidad atravesaba todo mi cuerpo. Las manos de Walter estaban frías, pero no me importó. En el momento en el que sentí su toque, mi corazón casi estalló en mi pecho. Tratando de controlar mi cuerpo para que no temblara, me enfoqué en su mano y se la puso en su frente para revisar nuestras temperaturas. Ese pequeño gesto duró menos de un minuto, pero fue suficiente para que perdiera la cabeza por completo.

-Creo que no tienes fiebre –dijo casualmente cuando me sentía como un desastre emocional. Aullé en silencio con desilusión cuando apartó la mano-. ¿No te encuentras bien?

Sí. Y es todo culpa tuya, idiota.

-Estoy bien –levantándome del suelo, sacudí la suciedad de mis pantalones, haciendo mi mejor esfuerzo para reponerme y evitar los ojos de Walter. Estaba demasiado avergonzada de mirarlo después de sentir la mezcla de emoción y algo que la gente probablemente llamaba deseo. Tal vez no tenía experiencia en el amor y citas, pero seguramente sabía que quería toda la atención y el toque de Walter. Lo quería. Para mí.

Y debido a que tenía miedo lo descubriría simplemente al mirarme, estaba evitando sus ojos. Pronto lo escuché levantarse del suelo.

-Creo que deberías irte a casa.

-¿Qué? –lo miré, desconcertada por su repentina sugerencia. Por mucho que tuviera miedo de enfrentarlo, no quería dejarlo ni por un minuto. Era como si mi cuerpo no pudiera funcionar sin Walter a mí alrededor.

-Vete a casa –metió las manos en los bolsillos, parado a unos pasos de mí-. Ya es tarde.

Lo miré con incredulidad y confusión escritas en mi rostro, tratando de encontrar el pretexto para quedarme con él un poco más. Y cuando estaba perdiendo la esperanza, de repente recordé la petición de Walter. Me rasqué la nuca, tratando de no parecer desesperada. -¿Pero no querías hablar de algo?

Las comisuras de su boca se alzaron un poco y no estaba segura de si él me había visto o simplemente le pareció divertido mi falso desinterés. Walter me dio la espalda y comenzó a caminar hacia la puerta principal que conducía al ascensor. –Podemos hablar de eso más tarde.

Y eso fue todo. Lo estaba viendo alejarse de mí, sin darme una segunda mirada. ¿Era demasiado temprano para sentirme emocionada de que Walter quisiera pasar más tiempo conmigo, de que quisiera hablar conmigo y quizás escuchar mi opinión? Tal vez era por su padre, tal vez por otro problema que lo molestaba últimamente, nunca lo descubriría porque "hablaremos más tarde" siempre significaba que no volveríamos a hablar de eso y que debería olvidarlo lo antes posible.

Me mordí el labio inferior, tratando de tragar la decepción que sentí mientras veía a Walter llegar a la puerta. Cuando estaba a punto de decir en voz alta todas las malas palabras que tenía en mi mente, se volvió hacia mí. Una de sus cejas se levantó mientras cerraba sus ojos en los míos.

-¿No vienes? –dijo más fuerte para poder escucharlo claramente. Su voz hizo eco en el pasillo y no tuve más remedio que hacer lo que estaba pidiendo. Comencé a caminar hacia él, escondiendo mi desilusión detrás de mi pelo. Era mejor irse sin ver su rostro porque sentía que no podría volver a casa después de mirarlo una vez más. Pero aparentemente Walter no pensó lo mismo y cuando me detuve frente al ascensor, apareció a mi lado, mirando al espacio frente a él.

Aunque no dijo una sola palabra, sabía que quería ir conmigo.

La puerta del ascensor se abrió unos segundos más tarde y los dos entramos. Ambos caminando lenta y perezosamente, como si tuviéramos tiempo de sobra para perder. Ambos con esa sonrisa que muestra satisfacción, incomodidad y vergüenza mezclados todos juntos. Y cuando mi hombro rozó el suyo, mi luz roja se apagó por completo.

-¿Cómo está tu mano? –Walter me miró cuando las puertas se cerraron y el ascensor comenzó a descender. Lo miré, sorprendida con su repentina pregunta y luego fijé mis ojos en una mano que se quemó hace unos días cuando estaba cocinando en la casa de Walter. La marca había desaparecido casi por completo, gracias a la pomada que compré en la farmacia.

Lo levanté al nivel de mis ojos para examinarla y luego se la mostré con una amplia sonrisa, riéndome en silencio. –Está como nueva.

-No me disculpé por eso –afirmó con expresión seria-. Lo siento mucho.

-Fue un accidente –le envié otra sonrisa, pero probablemente no la vio porque las puertas se abrieron al mismo tiempo y volvió la cara para ver lo que tenía delante. Ambos dejamos el ascensor y cuando estaba lista para irme, Walter se detuvo. Me volví hacia él, levantando la frente con pregunta.

-Tengo que quedarme aquí –explicó y alcanzó el bolsillo de su pantalón para sacar su teléfono-. Espera un minuto, llamaré a un taxi.

-No es necesario –dije rápidamente-. Mi casa está cerca, puedo coger el autobús.

Dejó de escribir algo en su teléfono y me miró con ojos llenos de preocupación y un poco de duda. -¿Estás segura?

Asentí, tratando de convencerlo. Aunque en el fondo esperaba que él me llevara a casa, no quería que viajara cuando ya estaba agotado. Estaba a punto de irme antes de que cambiara de idea, cuando algo se me vino a la mente. Me volví hacia él con el corazón latiendo rápidamente y tomé una respiración profunda. Dije lo que estaba en mi mente con una confianza increíblemente sorprendente.

-¿Qué piensas de una cena en mi casa? ¿Mañana?

Contuve la respiración, esperando la respuesta. Walter levantó sus cejas sorprendido pero el shock en sus ojos desapareció tan pronto como lo noté y segundos después una esquina de su boca se levantó ligeramente.

-Suena genial.

  ▬▬▬▬❀▬▬▬▬ 

¡Hola playboys! Hoy (por fin) subo en sábado. Aleluya. Estas últimas semanas tuve un poquito de descontrol por el inicio del nuevo cuatrimestre, y la verdad es que estaba organizándome un poco, así que lo siento.

¿Qué piensan del capítulo? ¿Qué creen, Walter se está ablandando? Ayayay, la Aria se nos enamora... mucha gente deseó matarme después del capítulo anterior, pero no se preocupen, les tengo una sorpresa preparada, así que esperen y lean hasta el final... verán.

Bueno, me despido playboys, espero que disfruten del capítulo.

Cheeky Love, xx  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top