eighteen

18. Del cómo no saber lo que quieres.

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A R I A

Intenté sonar convincente, realmente lo intenté, pero mi voz parecía temblorosa y no tan fuerte como quería que fuera. Fue difícil para mí mantener la calma y ocultar mis propias emociones cuando Walter, un chico que encontraba increíblemente seguro de sí mismo e intimidante, lloraba en mi presencia.

Su cuerpo se sacudió con enormes bocanadas de aire mientras me sostenía como si su vida dependiera de ello, llorando en mi hombro. Tuve que morderme el labio inferior con fuerza para evitar que mis propias lágrimas cayeran. Un sabor metálico ligeramente tangible de sangre en mi boca me hizo serenar casi de inmediato. Moví mis manos de su espalda a sus brazos y los acaricié suavemente, esperando que de alguna manera lo hiciera sentir mejor. Escuchando atentamente el rápido latido de su corazón, golpeando contra mi pecho, pronto me encontré respirando al mismo ritmo que él.

- Walter.

Mi voz se convirtió en un murmullo.

Él no respondió, pero ni siquiera lo había esperado. Solo quería recordarle que estaba allí, no estando segura de qué hacer para ayudarlo a calmarse. Cerré los ojos, escuchando el sonido de su aliento en mis oídos. Me esforcé, con el más leve toque de lloriqueo, que solo exprimió mi corazón, haciéndome difícil mantenerme serena. En este momento él no era el estudiante que todas las chicas querían tener para ellas. Era solo un chico que amaba tanto a su padre que una simple idea de quedarse solo lo asustaba hasta la muerte. Y en ese momento, aunque ya habíamos peleado y discutido muchas veces, en lugar de sentimientos de aversión y odio hacia su persona, lo único que sentía era simpatía.

De hecho, dejé de odiarlo hacer mucho tiempo.

- Está bien, Walter – dije, tratando de tragarme un gran nudo en la garganta. No estaba segura de lo que parecía apropiado en ese momento, así que repetía las mismas palabras una y otra vez. – Todo va a estar bien.

Y cuando su agarre en mi chaqueta disminuyó, supe que probablemente comenzó a creer mis palabras. Con cada segundo, su aliento era más profundo, más estable y su cuerpo también comenzó a relajarse. Walter estaba mucho más tranquilo ahora, pero aún así se negó a soltarme. Por extraño que pareciera no me importaría pasar toda la noche en esa posición, sabía que teníamos que separarnos, especialmente cuando Jake estaba a pocos pasos detrás de nosotros, mirándome con expresión indescifrable en su rostro. Se apoyó contra el marco de la puerta con los brazos cruzados y los ojos entrecerrados.

Había algo en su postura que me alarmó en cuanto le puse los ojos encima. Algo que levantó el bello en mi nuca casi de inmediato.

Él no parecía un poco feliz por mi presencia. Parecía incluso frustrado.

Parpadeé rápidamente, tratando de ignorar la sensación enfermiza en mi estómago. ¿No era él quién me había llamado y casi me suplica que viniera aquí? Sonaba desesperado por teléfono. Pero la forma en la que me miraba ahora me hacía pensar en lo inoportuno que era estar aquí.

No parecía Jake, lo sabía. Él daba miedo.

Cuando tragué saliva, Jake finalmente decidió acercarse unos pasos, mirándome por última vez antes de volver su atención a su amigo.

- Walter, te llevaré a casa.

Lo dijo con voz seca, lo que hacía difícil creer que él se preocupara sinceramente por su amigo y simplemente se estaba viendo obligado a asegurarse de que llegaría a casa sano y salvo. Walter se estremeció ligeramente, sorprendido de escuchar la voz de Jake haciendo eco en la habitación. Tan pronto como reconoció la presencia de Jake, se apartó de mí, lentamente pero con determinación, y se secó los ojos con el dorso de la mano, asegurándose de no mirarme.

Aproveche la oportunidad para mirarlo y mi pecho se tensó cuando los restos de lágrimas, que vi en sus largas pestañas, brillaban con las luces del club. Sus ojos estaban ligeramente hinchados, rojos, junto con la punta de su nariz, que también tenía un toque rojo. Todavía había lágrimas en sus mejillas que no logró secar.

Y a pesar de que estaba llorando hace unos segundos, Walter todavía se veía impresionante.

- ¿No tienes que trabajar? – dijo en un tono vacilante, exhalando cansado.

- Héctor hará mi turno – Jake miró en mi dirección y me hizo apartar la mirada de inmediato. – Mi coche está aparcado fuera, puedes esperarme allí.

Mi cuerpo se estremeció después de escuchar sus palabras porque parecía una solicitud oculta para dejarme a solas con Jake. Y a pesar de toda mi simpatía hacia él, que creció dentro de mí a través de nuestras pequeñas conversaciones, estaba lista para saltar a los brazos de Walter, rogándole que no me dejara sola con su amigo. Haría cualquier cosa para retrasar nuestra conversación que seguramente iba a comenzar tan pronto como Walter saliera de la habitación. Pero como era la cobarde habitual, no hice nada cuando él comenzó a caminar hacia la puerta en silencio como si nada hubiera pasado entre nosotros. Sin una sola palabra o mirada, me dejó sola con Jake.

Por mucho que intentara convencerme de que estaba perfectamente de acuerdo con eso, mi mente se negaba a aceptarlo.

Jake chasqueó la lengua, cerrando los ojos por apenas un segundo solo para abrirlos perezosamente para mirarme. Luego decidió decir las palabras que más había temido.

- Aria, tenemos que hablar.

En ese momento, hablar con Jake era lo último que quería hacer. Pero hice lo que parecía correcto en esta situación. Me senté obedientemente en el sofá, lista para escuchar cada palabra de él, porque extrañamente sentía que quería decir algo realmente importante. Me miró con una mirada que me hizo sentir incómoda. Una combinación de pura preocupación, curiosidad y un toque de desesperación.

- No esperaba que sucediera tan pronto – suspiró pesadamente. – Aria, esta vez no voy a ser amable ni considerado, pero espero que lo entiendas.

Lo miré con confusión escrita en toda mi cara. No entendía nada de lo que decía.

- ¿Qué quieres decir?

Parpadeó varias veces hacia mí, como si aún dudara de decir lo que tenía en mente. Aunque la expresión de su rostro era más suave en comparación con la que él me dio cuando Walter todavía estaba en la habitación, sus siguientes palabras enviaron pequeños temblores por todo mi cuerpo.

- Quiero que te alejes de Walter. Sal de su vida lo antes posible.

Me llevó más que unos pocos segundos comprender el significado de su pedido. Mi garganta se volvió terriblemente seca y sentí la repentina necesidad de beber una de esas copas que estaban sobre la mesa frente a mí. Esperé desesperadamente a que él comenzara a reírse y asegurarme de que sólo era una broma, pero no hizo nada de eso.

- No te entiendo, Jake – una oleada de ira llenó mi cuerpo, reemplazando el miedo y la agitación que sentía un segundo atrás. Me levanté de mi lugar, no queriendo escuchar más. – Si es todo lo que querías decir, entonces mejor me voy.

- Entonces haz que te ayude a entender, Aria – me agarró del brazo cuando lo pasé y me hizo girar para enfrentarlo. – Respóndeme a una pregunta.

Fruncí las cejas con irritación. - ¿Cuál?

- ¿Sientes algo por él?

Me sorprendió pero hice mi mejor esfuerzo para no mostrarlo. Jake parecía decidido a saber la respuesta y no estaba dispuesto a dejarme ir tan fácilmente. Lo miré, buscando la razón de su repentino cambio de actitud, pero no pude encontrar nada en absoluto. Era difícil para mí leer su mente porque tenía la capacidad de mantener la calma y ocultar sus emociones, al igual que Walter, cuando yo, por otro lado, era como un libro abierto. Cada vez que me sentía triste, frustrada o tenía dudas, Jake seguramente lo sabía. Aunque nos conocíamos de hacía poco tiempo, él tenía un amplio conocimiento sobre mí que Iris y Charlotte.

- No trates de mentir, Aria.

Esta vez me vio con facilidad.

Exhalé temblorosamente, tratando de ser honesta conmigo misma. ¿Qué sentía por Walter?

- No lo sé, Jake.

- Pero, ¿quieres estar con él?

Me burlé de lo ridículo que era la pregunta. – No lo sé.

- ¿Podrás estar ahí cuando te necesite?

- No lo sé – apreté la mandíbula, totalmente confundida y frustrada al mismo tiempo. - ¿No era solo una pregunta?

La música fuerte llenó todo el club, anunciando el regreso del DJ a su lugar de trabajo. Entrecerré los ojos cuando el ruido atravesó mis oídos sin previo aviso. Hubo un asomo de molestia que recorrió la cara de Jake antes de dar un paso más y se inclinó hacia delante para hacer que lo oyera claramente a pesar de la música. Se inclinó al nivel de mis ojos y colocó sus dos manos sobre mis hombros, mirándome cuidadosamente.

- ¿Ahora lo entiendes? – sus ojos se oscurecieron. – No puedo dejar que Walter se abra a ti si ni siquiera sabes lo que quieres. Y si lo único que sientes es lástima, entonces es mejor detenerlo ahora, antes de que sea demasiado tarde. Pasó por muchas dificultades.

Luego se enderezó y palmeó mi cabeza suavemente antes de salir.

- ¿Jake? – un fuerte chillido salió de mi boca pero no pude decir más porque las palabras se atascaron en mi garganta.

Aún así, sabía que me había escuchado por cuando llegó a la puerta, se volvió en mi dirección. Metió una mano en el bolsillo de su pantalón y con la otra me dijo adiós, una esquina de su boca se inclinó ligeramente.

- Ven a verme cuando tengas respuestas a esas preguntas.

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W A L T E R

No sabía lo que me llevó a derrumbarme de esa forma.

Por unos minutos me había convertido en todo lo que había estado evitando ser durante todos estos años: una persona débil. Sin embargo, fue algo que no había podido evitar, aunque no me gustase admitirlo, pero la situación del momento, las palabras de Aria, su mirada. No olvidaré la mirada en sus ojos, llena de preocupación y tristeza, y por alguna razón no me gustó ese brillo en sus ojos, no quería verla de esa forma.

Aunque cuando comencé a llorar, sintiendo a Aria tensarse, recordé todo aquello por lo que me había convertido así y no pude evitarlo. Sencillamente necesitaba llorar, tenía que sacar todo aquello que había estado guardando durante tanto tiempo. Ella se había quedado allí, esperando a que terminara de llorar, porque ella no tenía por qué conocer mi triste historia. No quería que nadie se compareciera de mí, bueno, no quería que fuera ella precisamente. No me gustó volverme débil frente a ella, por eso luego me fue imposible mirarla, me sentía avergonzado.

Pero debía admitir que me sentía un poco mejor conmigo mismo, no del todo, porque mi padre estaba en el hospital y estaba seguro de que todo era su culpa. Si no nos hubiese dejado seguramente ahora mismo no estaría en esta situación, mi padre no estaría en el hospital, y todo sería como al principio. Cuando éramos felices y todo parecía ser del color del arco iris.

Maldito sea por querer engañarme a mí mismo.

Nada de eso iba a suceder, tenía que admitir la realidad y darme cuenta de que esos años atrás nunca más volverían, no volveríamos a ser una familia feliz.

¿Por qué se fue? ¿Cuál fue la razón por la que decidió dejarnos? ¿Por qué no volvía? Recordé a mi padre, cuando trabajaba y era feliz haciendo lo que hacía. Ahora solamente era un alma perdida en este mundo que intentaba encontrar su lugar, y no lograba encontrarlo. Una y otra vez volvía a tropezar y a caerse, parecía levantarse, pero luego volvía a caer. Todo era como un círculo vicioso.

Mi hermana estaba alejada de todo. No la culpaba, era mil veces estar lejos que seguir aquí, donde todo me recordaba a aquella época. Sin embargo, ella estaba estudiando, no quería obligarla a dejarlo todo y volver, por eso siempre le decía que las cosas estaban bien, aunque no fuese así. A veces me sentía culpable por mentirle, pero sabía que era lo mejor. Ella no tenía por qué preocuparse por nada, para eso estaba yo aquí, supongo. Tampoco sabía muy bien cuál era mi papel en todo esto.

Intentaba asegurarme de que nadie supiera nada, de que todo parecía perfecto. Cuando en realidad todos los días lo único que hacía era engañar a todo el mundo y a mí mismo. El único que conocía la realidad era Jake, pero él había sido mi mejor amigo desde la infancia, habíamos pasado por todo, los días en el hospital, los días en casa jugando a videojuegos, incluso el sufrimiento.

Al salir del club, el aire frío de la noche me pegó en la cara, haciéndome sentir frío en la cara en las zonas aún húmedas por las lágrimas de hace unos minutos. Respiré hondo y cerré los ojos.

¿Por qué Aria insistía tanto, por qué no se alejaba? Al enterarse de lo de mi padre corrió a verme, se preocupó por mí, ¿acaso le importaba? O quizá Jake la llamó y simplemente se acercó para hacerle un favor, pero eso tampoco tendría mucho sentido, por mucho que le fuera a hacer un favor a él no estaba obligada en venir a verme.

No sabía por qué quería acercarse a mí, pero tampoco quería saberlo. Lo único que quería era que ella se alejara de mi vida, desde que apareció todo había cambiado. Todo parecía ir a peor. Quería que todo volviera a como estaba antes, incluso aunque antes nada estuviese bien, pero por lo menos todo estaba mejor ahora.

Suspiré hondo. ¿Por qué me pasaban estas cosas a mí? ¿Acaso había sido una mala persona en mi otra vida? Y ahora todo el daño que había hecho en mi otra vida estaba volviendo en forma de karma.

O quizá me lo merecía.   

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Hola Playboys! ¿Cómo  han estado esta semana? Espero que muy bien ^^ Sé que debería haber subido capítulo ayer, pero sinceramente me fue imposible. Bueno, en realidad sí me era posible pero luego me dio pereza xD No, pero, quería relajarme un poco con mi familia y hacer un día de sofá... y luego se me hizo tarde e.e

Pero, ¿qué piensan del capítulo? Espero que les haya gustado, ya muy pronto todas vuestras se verán resueltas. De momento, díganme qué les parece <3

Por cierto, cambié la portada, ¿alguien se dio cuenta? xD

Disfruten mucho con la lectura, y muchas gracias por todo vuestro apoyo! En la multimedia les dejo una de mis canciones favoritas de una de las mejores películas que he visto, disfruten!


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Cheeky Love, xx

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