eight
8. Del cómo deshacerte de tu novio no es tan fácil.
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A R I A
Agarré una toalla limpia del baño y me derrumbé sobre mi cama. Las duchas de agua caliente usualmente me ayudaban a ordenar mis pensamientos, pero hoy tenía la cabeza en un enjambre de preguntas colosales que mi ducha caliente no hizo más que, bueno, quemarme. Tenía que encontrar la manera de proceder en breve, o de lo contrario me iba a morir de agotamiento y falta de sueño.
Envolví mi cabello en la toalla, dejándolo secar y cogí un cuaderno y un bolígrafo. Mi madre había desarrollado el hábito de escribir sus problemas para resolverlos y tenerlos todos en papel, y decidí probarlo. Aunque este era un método completamente nuevo para mí, y mi método usual nunca me había fallado, estaba ansiosa por escribir todo. Estaba desesperada y necesitaba recuperar mi pacífica vida. Arrugando la nariz, miré con repulsión la primera palabra anotada en el papel.
Walter.
Él, mi mayor problema en este momento, era la fuente de todos mis problemas en la escuela, así como de mi repentino caso de insomnio (que irónicamente comenzó con todos los problemas en la escuela). Ese idiota de dos caras convirtió mi vida en un infierno viviente y necesitaba encontrar la forma de liberarme de él antes de que mi pelo se volviera gris debido al estrés o fuera asesinada por sus alocadas fans.
Me masajeé las sienes mientras intentaba inventar ideas. ¿Cómo podía deshacerme de Walter, la peor criatura viviente que jamás haya conocido en toda mi vida? Siempre hacía lo que quería, pero la gente del instituto lo amaba y estaba convencida de que era la persona más desinteresada de la historia. Sabía de su verdadera naturaleza. Podría revelar su otra identidad, pero él simplemente me mataría después de eso. Además, como él amablemente me había informado, nadie me creería, así que, al final, era un plan infructuoso.
Taché su nombre con frustración, mi mano comenzó a resquebrajarse por lo fuerte que estaba agarrando el bolígrafo. El hecho de que la única persona en el instituto que sabía lo que Walter hacía después de clase fuese yo era increíblemente irritante. Cerré los ojos para recordar si estaba cerca de cualquier otra persona que pudiera mostrar más información, y el chico misterioso apareció en mi cabeza, lo que me provocó una sonrisa.
Bueno, bueno, bueno... parecía que realmente conocía a alguien que podría tener información útil.
Como recordaba, el tipo dijo que Walter... odiaba a las mujeres. También dijo algo extraño que molestaba a mis pensamientos. ¿Cómo era? ¿Qué él había creado un monstruo? Sí, eso. Independientemente de lo que eso significaba, estaba segura de que ese tipo conocía muy bien a Walter, y podría usarlo para ayudarme. El único problema era que no tenía ni idea de su paradero, y en consecuencia, no podría encontrarlo de nuevo. Además, ni siquiera sabía su nombre porque él se fue tan repentinamente como apareció.
Enterré mi cara en la almohada y solté un gemido ahogado. Mi última oportunidad de liberarme de Walter despareció junto con un tipo que repartía piruletas a extraños.
¿Podría ser más miserable?
Mi teléfono sonando me sacó de mi lloriqueo. Llegué a la mesita donde estaba y miré involuntariamente la identificación de la persona que llamaba. Abrí los ojos con sorpresa.
- ¡Taylor! – grité de emoción después de ver que mi amada mejor amiga de mi anterior escuela me estaba llamando. Ella era probablemente la única chica a la que podía ser completamente sincera.
- Hola, Aria – su alegre voz inmediatamente levantó mi estado de ánimo.
Pasamos dos años juntas antes de mudarme a mi nuevo instituto. Después de cambiar de escuela, nos llamábamos al menos una vez a la semana y debía admitir que me hacía muy feliz que todavía estuviéramos tan cerca.
- ¿Cómo estás, Aria?
- ¡Mi vida es un infierno! – grité en el teléfono.
Ella rió. – Oh vamos, Aria, seguro que estás exagerando – oí el sonido del colchón y me imaginé que Taylor se estaba cambiando de posición. – Por cierto... - se aclaró la garganta. - ¿Algún progreso encontrando novio?
Inmediatamente dejé salir un ceño oscuro cuando se mencionó esa inquietante palabra. Estaba bastante segura de que el término novio pronto sería mi palabra menos favorita, solo superada por Walter. Pero, siento Taylor mi mejor (por no mencionar única) amiga, estaba dispuesta a contarle todo lo que me había pasado. Le conté mi gran mentira, y aunque comenzó a regañarme durante dos horas, ella, como era de esperar, comenzó a consolarme y hacerme sentir mejor acerca de mis pobres decisiones.
- Entonces... - mis ojos captaron el nombre raspado y masacrado que había escrito en el papel.
Ahora que alguien más, alguien completamente ajeno a mi entorno escolar sabía la verdad sobre mi pequeña circunstancia, me sentía más ligera y feliz. Además, con la mente inteligente de Taylor, quién sabe, incluso ella podía ser capaz de darme algunos consejos para salir de este fiasco.
Tomé una respiración profunda. - ¿Tienes alguna idea sobre cómo demonios puedo hacer que mi novio me odie hasta el punto de que quiera romper?
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- Todavía no puedo creer que se te haya olvidado – Iris levantó una ceja, extendió el brazo y tomó un sorbo de su café.
Gruñí, descansando mi cabeza sobre la mesa. Debido a todo el lío con mi novio y todo eso, me deshice completamente de las tareas de la escuela, es decir, de todas las pruebas venideras, y como era de esperar, también me había por completo de estudiar. Iris cogió el examen calificado de mi mesa y lo miró con una chispa contenida en sus ojos.
- Este es probablemente el resultado más bajo de toda la clase.
- Gracias... - murmuré con la cabeza todavía sobre la mesa, completamente abandonada en mi carrera escolar.
De alguna manera encontré consuelo en el frío material de la mesa contra mi mejilla. Cerré los ojos cautelosamente, ya conjurando ideas de cómo dar la horrible noticia a mis padres. No estarían felices de escuchar que su hija fracasó miserablemente en matemáticas.
- ¿Un 0'8? – abrí los ojos a la defensiva tan pronto como escuché esa familiar voz.
Walter se había sentado a mi lado, sosteniendo mi examen en sus manos. Golpeé mi cabeza contra la mesa, provocando un grito de sorpresa y dolor. ¿Por qué eligió aparecer ahora?
- Gran esfuerzo, genio – me dio unas palmaditas en la cabeza, la diversión claramente entrelazada en sus palabras.
- Cállate – murmuré entre dientes, pero la última palmadita fue definitivamente más fuerte que las de antes, sugiriéndome que Walter escuchó mi comentario grosero.
Me volví hacia él y le lancé una mirada mortal, pero él me sonrió infantilmente a cambio. El estudiante manso había regresado, ¿eh?
- ¿Qué haces aquí? – gruñí, mi tono amargo ni siquiera intentaba sonar como la encantadora novia que se suponía que era.
Walter colocó una taza de café y un sándwich en mi mesa. - ¿No puedo almorzar con mi novia?
El recuerdo de él alimentándome con la hamburguesa repentinamente surgió en mi cabeza y fruncí los labios sin comprometerme, no deseando atravesar esa alimentación forzosa de nuevo.
Me miró por un segundo antes de tomar un bocado de su sándwich. - ¿No vas a comer?
- Oh – miré mi sándwich, y después de pensar por un momento, lo acerqué más a Charlotte, obteniendo algunas miradas de sorpresa de ellas.
Me reí con torpeza antes de volverme hacia Walter y aferrarme a su brazo. Levantó una ceja y me vio iniciar un contacto audaz.
- Todavía no tuve la oportunidad de comprar mi almuerzo debido a la gente – me obligué a sonreír.
Iba a ser asesinada por mis padres por fallar un examen, así que lo menos que podía hacer para asegurarme de aprovechar el tiempo que me quedaba era molestar a Walter. Agité los ojos y moví mis labios, tratando de reflejar a Iris cuando coqueteaba con chicos.
- ¿Me lo puedes comprar?
Me miraba con una expresión indescifrable y cuando estaba a punto de desmayarme por tanto tiempo de anticipación, sonrió.
- Por supuesto, cualquier cosa por mí querida novia.
Oh Dios, ya empecé a arrepentirme.
Me puse una mano en el pecho y sentí que mi corazón latía como loco. Pero si quería alcanzar mi deseo, tenía que seguir completamente mi plan, que en realidad era bastante simple. Todo lo que tenía que hacer era obligarlo a romper conmigo frente a una multitud de personas. Y para lograrlo, sería la novia más embarazosa y molesta del mundo entero.
Como Taylor me explicó, tenía que obligarle a hacer cosas que él no quería hacer y revelar todos sus secretos delante de sus amigos. Y porque apenas lo conocía y no tenía ni idea de quiénes eran sus amigos, decidí inventarme todo y hablar sobre ellos con mis amigas. Decidí omitir la parte embarazosa por mi propio bien, porque aún tenía una reputación que mantener. Después de todo, nadie consideraría salir conmigo si comenzaba a eructar en la cafetería o gritaba obscenidades a todo pulmón.
- ¡Es un caballero! – chilló Iris de emoción cuando Walter desapareció entre la multitud de estudiantes hambrientos que luchaban por la comida. – Debe ser agradable ir a la misma escuela que tu novio.
- Si – Charlotte apoyó la mano en su barbilla. – Especialmente si tienes un novio tan perfecto como Walter.
Dejé escapar un profundo suspiro antes de reunir todo mi valor y poner en práctica mi plan. – Sabéis... - hice una pausa para ver si Iris y Charlotte aún estaban concentradas en mí. Cuando confirmé que me estaban poniendo toda la atención, me permití continuar. – Walter no es tan perfecto. La verdad es que está lejos de ser perfecto.
- ¿Qué quieres decir? – Iris me miró con sorpresa. Se tragó el anzuelo.
- Bueno... - hice una pausa para mirar detrás de mí y comprobar que Walter todavía estaba en la cola. Tenía que tener mucho cuidado ahora porque él no podía saber que había sido yo quién había difundido los rumores. – Ya sabes... él... - tartamudeé mientras las chicas me miraban ansiosamente como perritos perdidos.
- ¿Él qué? – Charlotte entrecerró los ojos con impaciencia, incitándome a terminar mi frase, pero las consecuencias que probablemente tendría después de decir simplemente una palabra negativa sobre Walter llenaron mi cerebro.
De repente, todo mi plan no parecía tan grande como parecía hace unos minutos. La verdad era que me había dado cuenta de cuán malo era y cuántos agujeros tenía. Era a Walter Clark a quien estaba tratando de difamar. Él, por las buenas o por las malas, sería la raíz de los rumores, y entonces podría decir adiós a todo lo que amaba.
¿Tal vez el plan de ser embarazosa era mejor?
Pero mis amigas me observaban con expectación y supe que no me dejarían ir tan fácilmente. Necesitaba decir algo, cualquier cosa.
- Él... no es... buen besador – espeté sin pensar, arrepintiéndome de inmediato de las palabras.
- ¿Quién no es buen besador?
Oh mierda...
Sacudí la cabeza hacia atrás para ver a Walter a punto de nuestra mesa con mi sándwich en la mano. ¿No era ese un buen momento? Comencé a abrir los ojos violentamente para indicarle a Iris y a Charlotte que se mantuvieran calladas sobre lo que acababa de decir. ¡Estúpida! ¿Por qué tenía que decir algo así? Podría haber dicho algo menos arriesgado, pero no, solo tenía que decir no era buen besador.
Ja, eso es muy divertido, viniendo de mí, que ni siquiera sabía cómo besar. Y después de lo que vi hace unos días, el conocimiento de Walter sobre los besos era mayor que el mío. Por lo menos, estaba segura de que había tenido mucha experiencia, mientras yo seguía siendo una novata al respecto.
- ¿Y? – escuché a Walter, sentado a mi lado. Maldije en mi mente, sabiendo que su curiosidad inocente no permitiría un cambio de tema. - ¿Quién no es buen besador?
Cuando una risita llegó a mis oídos, supe que estaba en un gran problema. Puse los ojos en las chicas para suplicarles por última vez, pero Iris abrió la boca.
- Aparentemente Aria no está satisfecha con tus besos, Walter – señalo, todavía riéndose para sí misma.
Me mordí el labio inferior, mentalmente anoté que más tarde debía cortarme la lengua, suponiendo que fuese a salir de vida del enfrentamiento con Walter.
- Oh, ¿de verdad? – me miró y tragué saliva.
Se me revolvió el estómago y sentí la sensación de que no vivía hasta el final de este almuerzo. Walter volvió la cabeza para mirar a mis amigas.
Como predije, desprecié este plan.
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¡Hola Playboys! Siento no haber subido ayer, se me fue el santo al cielo, estuve todo el día fuera y llegué para la hora de cenar. Y para decir la verdad, tenía pocas ganas de subir xD
Muchas gracias por sus comentarios y votos ^^
¿Qué opinan del capítulo? ¿Qué plan creen que debería haber elegido Aria? ¿Qué creen que le sucederá a nuestra pobre Aria? ¿Habrá consecuencias buenas... o malas? Espero sus respuestas ^^
Espero que disfruten!
Nos vemos el sábado!
Cheeky Love, xx
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