thirty two

32. Explicaciones

Me quedé en la cama llorando. Me sentía tan débil y estúpida, pero al estar triste y enojada necesitaba liberar mis emociones de alguna manera. Llorar era la única opción, así que aquí estaba, gritando con los ojos.

Por Malcolm, yo había roto las reglas. Le había permitido tocarme cuando hace tiempo pensaba que debía esperar para mostrar afecto físico. Por él me había convertido en su novia, a pesar de que quería esperar hasta la universidad. Había tantas cosas que había hecho sólo por él y no entendía por qué hacía la mitad de esas cosas, pero sabía que era por amor. El amor sólo tenía una manera de hacer alterar en todo lo que creías, porque te consume y te hace hacer cosas que nunca pensarías en hacer por otra persona.

Entonces lloré más fuerte, sabiendo que había querido a Malcolm. Me había robado el corazón y ahora lo había roto. De alguna manera, yo, que era la persona más fuerte que él había conocido, había terminado con el corazón roto. Era increíble.

De repente, la puerta de mi habitación crujió. Mamá y papá aparecieron y recordé su advertencia, lloré más fuerte. Al final habían estado en lo cierto y me había equivocado.

Los dos se precipitaron hacia mí y me abrazaron. Me aplasté contra ellos y lloré agradecida por su presencia. No estaba de humor para estar sola.

- Tenían razón – sollocé. – Malcolm al final me rompió el corazón.

- Oh Daisy – dijo mamá, apartándome el pelo de la cara. – Mi querida, preciosa, Daisy.

Ellos sólo me abrazaron y estaba agradecida. Estaba tan agradecida de no escuchar el tan famoso "te lo dije" que me merecía. Porque ahora mismo me sentía lo suficientemente estúpida.

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Acostada en la cama, me di cuenta de lo tonto que era llorar por un chico. Aunque realmente me gustaba, él sólo era un chico. Había muchos más por ahí y seguro que habría muchos que me tratarían bien. Malcolm con su actitud de chico malo, su caminar, su forma de hablar, su forma de gritar problemas, pero me había cegado por su actuación y mentiras. Tenía que olvidarme de este chico que no necesitaba.

Pero cerrando los ojos, supe que los sentimientos no eran tan simples. Incluso después de todo, todavía me gustaba. Seguramente me seguiría gustando por un tiempo. Pero un día, finalmente lograría pasar página y sabría que estaría mejor sin él.

De repente, sonó el timbre de la puerta y gemí. Estaba sola en casa, lo que significaba que tenía que abrir la puerta. Realmente no estaba de humor, pero me arrastré fuera de la cama y bajé al piso de abajo.

Al abrir la puerta principal, me preparé para un vendedor, pero abrí los ojos de par en par cuando vi a Malcolm parado frente a mí. Y para mi disgusto, estaba sonriendo. Sonriendo como si nada estuviera mal.

- Hola, Daisy... - comenzó.

Cerré la puerta antes de que pudiera continuar, sintiendo mi corazón correr. No tenía ni idea de por qué estaba aquí. Por qué estaba sonriendo y actuando como si no me hubiera roto el corazón.

El timbre sonó una y otra vez, y me quedé en mi lugar, contemplando qué hacer. No quería verlo, pero no parecía querer irse. Y, no quería parecer una cobarde. No había forma de esconderme del idiota que rompió mi corazón.

Entonces, abrí la puerta y crucé los brazos sobre el pecho. Miré fijamente a Malcolm y él parecía confundido.

- Daisy, ¿estás loca? – preguntó frunciendo el ceño.

- ¿Y tú? – le devolví la pregunta.

Me miró, parecía confundido. Es cierto que él se veía adorable cuando parecía profundamente pensativo y me dolía el corazón. Detente.

- Estoy perdido – dijo. - ¿Qué pasó?

Incapaz de sostenerme, decidí dejar ir todo. Era mejor acabar con todo ahora.

- ¡Me has usado! – grité. – Por el estúpido beso conseguiste lo que querías. Todo el mundo está hablando de ello y sé que es verdad. Ni siquiera me miraste en todo el día y sé que es porque estás tratando de terminar con las cosas. Eres un imbécil, Malcolm.

Los ojos de Malcolm se abrieron y él realmente pareció sorprendido.

- Espera, ¿qué? – dijo aturdido. – Yo... oh, Dios mío, ¿quién te dijo eso?

- Todo el mundo en la escuela ha estado diciendo eso – entrecerré los ojos. – Y es bastante creíble, conociéndote.

Malcolm parecía herido con esas palabras y yo seguía diciéndome que esto sólo era un acto. Nunca se preocupó por mí.

- Daisy, ¿de verdad lo crees? – preguntó. - ¿De verdad crees que te lastimaría?

- Sí, sé lo desesperado que estás por el beso.

Malcolm parecía sorprendido y sabía que estaba siendo cruel. Pero, no podía evitarlo. Realmente me había hecho daño.

- Nunca te usaría, nunca – dijo, tranquilizándose. – Sabes que me preocupo por ti. ¿No confías en mí?

- Lo hacía, pero ahora sé cuáles son tus verdaderas intenciones – dije. – Así que esto es un adiós, Malcolm.

- No puedes estar hablando en serio, ¿estás eligiendo lo que nuestros compañeros dicen sobre lo que yo te digo? – sus ojos se ensancharon. - ¿Desde cuándo te preocupa lo que piensen? Tú los odias, recuerda.

No sabía qué decir. Era verdad que los odiaba, pero sus palabras eran tan creíbles. Sus palabras eran mi peor pesadilla y por la forma en la que me había ignorado, tenían que ser ciertas.

- Todas las señales muestran que sus palabras son ciertas – dije en voz baja.

- ¿Qué señales? – replicó.

- Sólo me empezaste a hablar por el beso, siempre has estado desesperado por él, y una vez que lo conseguiste me ignoraste durante todo el día. Si me quisieras nunca habrías fingido que no existía.

- Eso fue porque no quería que nos prestaran demasiada atención – dijo, exasperado. – Sabía que la gente sabría que habías pasado el beso y sabía que todos los ojos estarían sobre nosotros.

- ¿Y no podrías haberme enviado un mensaje diciéndome? ¿Acaso me llamaste?

Malcolm permaneció en silencio ante eso. Desvió la vista y capté la mirada de derrota en su rostro. Debería ser feliz por el hecho de que había ganado este argumento, pero en su lugar me sentía miserable.

Así que empecé a cerrar la puerta mientras sentía ganas de llorar. Pero antes de que pudiera cerrarla completamente, Malcolm detuvo la puerta con las manos. Nos miramos y vi que parecía miserable. Me sentí de la misma manera.

- Sé que nada hará que ahora me creas, pero déjame decirte algo que siempre he querido decirte – dijo. – Me gustas desde noveno grado. Siempre he admirado tu confianza, tu brillantez y todo lo que te rodea, pero nunca tuve el valor de hablar contigo. Siempre me sentí inferior y sabía que me juzgarías si yo te hablaba al azar, así que por eso nunca te hablé antes, pero cuando te pasaron el beso, tuve mi oportunidad, tuve mi excusa, así que por eso sólo empecé a hablar contigo. No sé si esto cambiará algo, pero siempre he querido decirte esto.

Antes de que pudiera procesar algo, Malcolm comenzó a darse la vuelta y caminó lejos. Me quedé mirándole, aturdida con la idea de que yo le había gustado desde hace tanto tiempo. Malcolm había pensado que yo era demasiado buena para él. Era imposible y a la vez posible. Quizá él estaba actuando de nuevo.

Sin saber qué hacer, cerré la puerta y me dije a mí misma que esto era lo mejor. Iba a graduarme y no necesitaba ninguna distracción.

Malcolm tenía que ser del pasado.

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when it comes to you... comes to you (8) ¿adivinan la canción? si hay alguna army por aquí, sabe por qué la estoy cantando ahora (?);

¿cómo han tenido la semana? espero que hayan tenido una bonita y perfecta semana; la mía fue normal, creo que ya me estoy aburriendo de tener tantas vacaciones... 

¿qué opinan del capítulo? ¿tienen alguna teoría? ¿creen que acabarán bien... o fatal? ah, sólo yo lo sé; ¿se creen a Malcolm, o siguen creyendo que miente? ...

espero que disfruten mucho! ya saben, comenten y voten mucho :3

pd: ¡el nuevo album de bts se llamará her! y mañana será el pre-order; ¿ya saben quien derrochará todos sus ahorros? y luego sigo preguntándome por qué nunca tengo dinero xD

Cheeky Love, xx


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