8. Maripositas rebeldes, escasa vida amorosa y casi desnuda.
Capítulo 8: Maripositas rebeldes, escasa vida amorosa y casi desnuda.
Mariposas volaban alrededor de mi estómago.
En los últimos días, Nathaniel me había estado enviando mensajes de texto. Me hacía sonreír, reír, sonrojar, volver a sonreír, algo que hacía que mi corazón fuera más feliz de lo que ya era. No podía evitarlo pero me sentía de esa manera; después de todo, él era como mi "enamoramiento" desde hace tiempo. No me importaba si le gustaba o no, el hecho de que él estuviera hablándome era suficiente para ser completamente feliz. Me gustaba su personalidad, su apariencia, él era pefecto a mis ojos.
Y mañana era su fiesta.
Y él quería que yo estuviera allí.
Aunque tenía pensado ir, incluso si él no me invitaba, ya que la fiesta era abierta y todo el mundo que quisiera podía ir, pero el hecho de que me hubiera preguntado si quería ir, era lo mejor del mundo.
Y no exageraba.
Pero, a pesar de que parecía diferente a los otros chicos populares: diferente a Blair, Liam, o Jake, él podría tener sus propios pecados como cualquier otro chico. Seguramente bebía; y en las fiestas en general, solía haber un montón de cosas ilegales. Yo no bebía ni nada de eso, así que podía ser que aunque me hubiera invitado a la fiesta podía también ignorarme aunque asistiera.
- Hola. - Dijo una voz profunda que escuchaba todos los días.
Me dí la vuelta para hacer frente a Liam, que estaba apoyado en la taquilla junto a la mía; llevaba una sudadera gris, unos pantalones anchos y negros, y unas zapatillas de deporte a conjunto con la sudadera. No podía dejar de admitir que él tenía un gran estilo respecto a la ropa; todo le quedaba bien. Aunque su estilo se parecía mucho al de skater, mucho más que al de surfero, como la mayoría de chicos de por aquí.
Hoy estaba de buen humor, por lo que sonreí ampliamente.
- Hola, ¿qué pasa?
Me dio una mirada extraña, como si estuviera actuando como una loca o algo así. No lo culpaba, ya que por lo general, le daría una expresión aburrida o simplemente una cara de póquer. Pero es que a veces su presencia me molestaba, aunque ahora mismo, no. Es decir, si no fuera por sus rasgos, me gustaría hablar con él, con facilidad, como con cualquier otra persona. Excepto, que yo no iba a caer en su juego. Sería bueno tener a un mejor amigo hombre, nunca había tenido uno. Tenía esta especie de don de repeler a cualquier chico de una amistad.
Y si, sólo había salido con un chico en toda mi vida.
Por eso no hablaba con nadie acerca de mi vida amorosa, y con Dakota, casi nunca. Ella sólo quería hablar de chicos, chicos, chicos, de cómo se veían y... eso es todo. Dudo que alguna vez pudiera tener la oportunidad de conseguir al chico que me gusta.
Y estaba bastante segura de que Nathaniel está en esa lista.
Es decir, él sólo es amable conmigo. ¿Por qué estaría interesado en una chica como yo? Soy mala en los deportes, ni siquiera podía jugar al fútbol sin caerme de culo, o sin chocar el pie contra el suelo en vez de al balón. Me gustaría tener una nota alta en todas las asignaturas, excepto, por supuesto, en gimnasia. Y la mayoría de los chicos se sentían atraídos hacia chicas que practicaban deporte.
Bueno, lamento decepcionar al sexo masculino, pero yo no era una de ellas.
Liam se rió ligeramente. - Te ves inusualmente feliz.
Me quedé en silencio, esperando a que agregase otra línea de las suyas, o algo cursi, pero no lo hizo. Simplemente, se rascó la parte posterior de la cabeza, y por cierto, me pareció muy tierno ese gesto tímido.
- Tengo un partido de fúbtol muy importante esta noche y me preguntaba si te gustaría venir y verlo...
La forma en la que me lo pidió, fue una de las formas más amables de las que alguna vez me habló.
No tenía nada que hacer esta noche, como era de esperar. Así que, ¿por qué no?
- Em... - Comencé, curvando los labios hacia arriba en una pequeña sonrisa. - Claro, ¿a qué hora es?
Él sonrió ante mi respuesta. - Es a las siete, pero no te preocupes, te llevaré yo. ¿De acuerdo?
Asentí, tratando de mantener el rubor arrastrarse por mis mejillas. No podía dejar de admitir que tenía una voz encantadora, y de alguna manera lograba hacer que fuera música para mis oídos. No me gustaban los chicos, que tuvieran exceso en coquetería. Normalmente me gustaban cuando te decían algo bonito de vez en cuando, no literalmente cada diez minutos. En mi opinión, te hacían sentir más especial si te trataban de la primera forma.
Él sonrió, inclinándose hacia mí, lo que hizo que mi corazón comenzara a latir rápidamente. Cada vez que un chico estaba cerca de mí, como que, me quedaba petrificada mientras los nervios corrían por mis venas. No estaba acostumbrada a que los chicos estuvieran tan cerca de mí, en absoluto. Entonces besó mi mejilla suavemente, sus labios cálidos calentaron mi fría mejilla en cuestión de segundos, y envió escalofríos por mi espinda dorsal.
- Nos vemos esta noche. - Susurró.
Y me dejó sola, junto a mi taquilla, estupefacta.
* * *
Caminé por mi habitación de un lado a otro, preguntándome todo el rato: ¿qué diablos debo ponerme esta noche? Si fuera cualquier otro día, no habría reaccionado de esta manera, pero cuando le mandé un mensaje a Dakota, dijo que iban muchas chicas y a la vez muchos chicos atractivos. Así que, ¿por qué, de entre todo el mundo, yo iba a ir vestida como una mierda?
Suspirando, cogí el conjunto. ¿En qué consistía? En unos vaqueros claros y en una camiseta negra de manga corta, normal y corriente. No iba mal, pero tampoco iba exagerada, iba normal. Después de dejar el conjunto elegido en la cama, caminé hacia la ducha.
Media hora después, salí de la ducha y de repente oí que llamaban al timbre. Arrugué las cejas. ¿Qué hora era? Me asusté por un segundo, sin saber qué hacer. Estaba casi desnuda, sólo llevaba una toalla alrededor de mi cuerpo y otra en el pelo. Entonces oí el timbre de nuevo. No podía ser Liam, ¡él tenía llaves de mi casa!
Entré en pánico. Así que rápidamente corrí escaleras abajo, casi tropezando con el último escalón, y abrí la puerta, jadeando.
- Hola, ¿puedo...? - Me interrumpí yo sola al darme cuenta de quién estaba en la puerta.
Liam.
Liam Clark me estaba viendo en tan sólo una toalla.
Un rubor muy rojo floreció en mis mejillas, y me hizo quedarme ahí quieta como si nada estuviera pasando.
- ¡Ugh! - Exclamé con sorpresa y volví a la tierra. - ¡L-lo siento! - Tartamudeé, sin saber qué hacer, si debería dejarle pasar o no. - Perdí la noción del tiempo y me entró el pánico por lo que... - Me interrumpí a mí misma por segunda vez, ya empezaba a sonar como una estúpida. - Espera aquí. - Dije, cerrando la puerta justo frente a sus narices.
Mientras me apresuraba a subir las escaleras, podía escuchar la risa de Liam desde el porche de mi casa.
No lo culpo.
Yo también quería reírme de mí misma.
Cuando llegué a mi habitación, me puse desodorante y crema hidratante por todo el cuerpo y luego me vestí. Después de eso, decidí dejar que el pelo se secase al aire libre; en cualquier otro día no haría eso, pero hoy no tenía tiempo para ponerme con el secador. Pero no me importaba dejarlo a lo natural. El cual era rizado.
Tan pronto como terminé, bajé las escaleras al trote y abrí la puerta, de nuevo jadeando como una loca.
- Lo siento... No viste nada, ¿verdad? - Le pregunté, un poco-demasiado temerosa.
Él se rió entre dientes. - No. Cálmate, princesa. - Dijo, odiaba que me llamara de esa forma tan sumamente estúpida. - El partido no empieza hasta dentro de una hora. Pero debo estar allí una hora antes de que empieza para repasar algunas cosas con el equipo. - Explicó. - Y se me olvidaron las llaves de tu casa, por lo que tuve que llamar.
Se rió mientras se rascaba la parte posterior de su cabeza, inocentemente.
- ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me gusta cuando me llamas "princesa"? - Le pregunté, con un suspiro de frustración, sacudiendo la cabeza. - Debemos irnos, o de lo contrario llegaremos tarde. - Dije mientras cerraba la puerta.
Entonces me di cuenta de su coche, era de esas típicas camionetas modernas que a todas las chicas les gustaba. No era vieja, sin embargo, podía asegurar que tenía un par de años.
- Bonito coche.
- Gracias. - Dijo, abriéndome la puerta. - Después de ti. - Dijo, sonriendo de forma "caballerosa".
Puse los ojos. - Qué caballero. - Comenté.
- Sólo para ti. - Dijo, y se inclinó a mi altura y me besó en la frente.
Parpadeé un par de veces. ¿Acababa de besar mi frente? Liam era completamente increíble, pero tenía que admitir que actuaba de lo más gentil.
Y de repente pensé que algo andaba mal en su cabeza.
Pero aún así, seguía siendo tierno.
* * *
Siento que este capítulo sea una mierda, pero a veces este tipo de capítulos son necesarios. En fin, a partir de ahora intentaré hacer los capítulos más largos, lo prometo. No prometo diez páginas, pero sí un poquito más extensos, lo cierto es que los primeros capítulos los hacía cortos porque no tenía tiempo y así subía más rápido, pero prefiero tardar en subir y hacer los capítulos más extensos (aunque no mucho; no tengo tanto tiempo).
¡Gracias por hacer posible que EPEMN hubiera llegado al puesto #1 en Chicklit y Romance!
Gif de Liam a la derecha :3 ¿Es sexy o no?
¿Me dices qué opinas del capítulo?
¿Qué crees que sucederá en el partido?
¡Disfrutad mucho! Y recordad, que comentar y votar es gratis :'3
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