7. Juegos, partidos y novias.
Capítulo siete: Juegos, partidos y novias.
Fruncí las cejas, mirándole directamente a los ojos; tratando de averiguar la razón de por qué estaba actuando de esta manera. Definitivamente no le gustaba, porque sabía a la perfección que a él realmente, no le gustaba ninguna chica de esta escuela, excepto sus cuerpos. Pero eso no contaba como que te gustase la persona, sólo era una fracción de ellas. Suspiré y miré la mesa con un poco de frustración.
¿Por qué el Señor me castiga y Liam tiene que pedirme que nos vayamos cuando estoy hablando con la persona más increíble del mundo?
Suspiré de nuevo, y luego volví la mirada a Nathaniel.
- Tengo que irme. - Le di una sonrisa de disculpa. - Te diré si puedo ir.
Él asintió y me dio una sonrisa fuerte, una sonrisa que no era falsa. Es por eso que él me gustaba. Y estaba seriamente preocupada respecto a Liam, había algo malo con él, es decir, ¡había pasado un día y no le había contado a Nathaniel nada sobre mi "enamoramiento"! Me daba miedo que estuviera tramando algo. Aunque sólo eran suposiciones mías.
- Muy bien, te veré más tarde, Ariel. - Su voz era suave y tranquila, no áspera ni seca.
Le devolví la sonrisa, me despedí, y luego me dí la vuelta para enfrentarme a Liam una vez más. No entendía por qué hoy estaba tan agresivo. Tal vez tenía un mal día y por eso estaba de mal humor; todo el mundo tiene esos días, pero con Liam... no lo había visto en una pelea desde comienzos de este año. Antes peleaba con los "chicos malos" de la escuela que bebían y se drogaban. Liam era un chico malo pero de forma diferente, estaba segura de que él no bebía ni se drogaba, pero era un chico malo por la forma en la que trataba a las chicas.
Cuando nos alejamos de la mesa de sus amigos, una parte de mí se sintió aliviada de no estar en una mesa rodeada de gente que no conocía, y tal vez que incluso me odiaban a mis espaldas. La otra parte quería quedarse y hablar con Nathaniel, pero no podía porque este tipo decidió cambiar de estado de ánimo.
- Bien. - Dejé de caminar una vez que estuvimos fuera de la cafetería y me paré en medio del pasillo. - ¿Qué es lo que te pasa? - Le pregunté con dureza, enojada con él por haberme mandado salir cuando todo había sido idea suya.
Por la expresión de su rostro, supe que no me lo diría.
Y era imposible convencerle de que me dijera algo que no quería decir.
- Nada. - Respondió después de unos momentos, su respuesta fue muy severa pero con un toque de duda. - Estaba aburrido. No sé, no quería estar allí. - Por la mirada que me estaba dando, sin duda me estaba diciendo la verdad. - Además, como yo quería salir, supuse que no querías que te dejara allí sola.
Su tono y su mirada me hicieron creer en él.
A pesar de que todavía no confiaba en él, había comenzado a aceptarlo. Con aceptar quería decir hablar con él como personas civilizadas, o como amigos normales. No me gustaba cuando estaba en su estado de ánimo de coqueto, aunque así estuviera la mayor parte del tiempo. Pero bueno, ¿qué se podía esperar de alguien como él?
* * *
Cuando llegué a casa, era ya muy tarde.
Primero tuve que quedarme en la escuela para dar algunas tutorias, entonces Dakota me llamó y me dijo que fuera a ayudarla a casa con "las tareas", lo cual consistía en ver una película y conversar. Y ahora que lo pensaba, ¿cómo Liam sabría cuándo tendría que venir? Es decir, ¿y si yo no estuviera en casa y él estuviera tocando el timbre?
Pero cuando entré en casa, todo parecía tranquilo, a excepción de un ruido que provenía de la sala de estar, parecía como si el televisor estuviera encendido. Y eso respondía a mi pregunta.
Mis padres le habían dado la llave de casa a Liam.
- ¿Dónde demonios estabas? - Preguntó, pero por el tono de su voz supe que estaba fingiendo un tono paternal, lo que me hizo reír un poco entre dientes.
Tenía las manos en las caderas y me miraba con el ceño fruncido, como diciéndome "estás en problemas, niña", pero cuando se trataba de Liam, no había tal cosa como "problemas".
Le sonreí. - No sé, robando un banco, me convertiré en la próxima Bill Gates, ¿qué te parece?
Después de unos segundos, ambos empezamos a reírnos de lo ridículos que estábamos sonando. Este era el Liam que me encantaba ver, el divertido, agradable, y que no tenía que coquetear cada pocos segundos.
Y lo mejor de todo, que no invadía mi burbuja personal.
- Ahora que lo dices. - Dijo. - Tienes cara de delincuente.
Sacudí la cabeza ante la tontería que había dicho, pero de buena manera. Se acercó un poco más a mí, y entonces me arrepentí de haber pensado que había dejado de lado su coqueteria. Bueno, técnicamente, aunque no por mucho tiempo.
- Eres un estúpido, ¿lo sabías? - Le dije, de alguna manera mi voz sonó como una broma, pero en realidad a veces pensaba que lo era de verdad.
Por lo que había oído, Liam era alguien inteligente. Había escuchado que él siempre obtenía altas calificaciones.
- Claro. - Se encogió de hombros, haciéndome saber que no le importaba nada lo que dije.
Observé sus brazos con cuidado, preguntándome qué iba a hacer a continuación. Después de unos segundos, lo ví avanzar hacia mí, señalizándome que estaba a punto de envolver sus brazos alrededor de mi cintura, como nos tenía acostumbrados. Pero lo detuve poniendo una mano en su pecho, haciendo fuerza, y le hice retroceder un paso.
Le miré. - No puedes jugar, Clark. - Dije con voz grave.
LIAM
Esta chica...
Ella definitivamente era diferente. Nunca pensé que ella fuera a rechazarme todo el tiempo. Para mí, eso era extraño; todas las chicas simplemente decían que si con poca o ninguna vacilación. Ariel piensa y me rechaza en todos los sentidos. Mis líneas coquetas no funcionan, ni nada en particular.
Esto es lo que alguien llamaría, una chica difícil.
Ella juega muy bien.
Por lo general, me alejaría después de conseguir lo que quería. Conseguir a la chica, y luego marcharme como si nunca hubiera pasado nada. Pero ella era diferente. Y había una gran razón detrás, por que aún no había sido mía. Supongo que era inusual para mí, ya que siempre conseguía a las chicas que nunca rechazarían una oportunidad como ésta.
- ¿Aún estás tratando de conseguir a esa chica? - Me preguntó uno de mis mejores amigos, Blair, al tiempo que ponía una mano sobre mi hombro, sonriendo. - Te he visto jugar con ella. Y te puedo decir, compañero, que no funciona.
Le miré. - Cállate.
Esta era nuestra forma de hablar. Podía sonar grosero o no, no nos importaba la verdad. Podía ver que no funcionaba con Ariel, ella era una chica diferente - es diferente. Y es por eso que la hacía tan intrigante. Jugar con el mismo tipo de chicas es como jugar con la misma persona todo el tiempo, y con Ariel, eso era una historia totalmente diferente.
- Aunque he notado una cosa. - Blair señaló algo. - Y es que Nathaniel tiene los ojos en ella. - Se rió un poco. - Parece que tienes algo de competencia. - Lo miré de nuevo.
No iba a negarlo, aunque me había dado cuenta de que él era igual de coqueto con ella como lo era yo. Y el problema es que a ella ya le gustaba él. Es por eso que el otro día me volví loco. Es lo que me pasó cuando me rechazó, fue como un shock, y sigo sin entender por qué trata de acercarse a él cuando apenas lo conoce.
Él podía tener ventaja, pero yo no iba a renunciar tan fácilmente.
No iba a parar hasta ganar el juego. Amén.
- ¿Tengo que preocuparme? - Pregunté, aunque no era una pregunta para contestar. - No. Porque la verdad es que no me importa. - Continué, suspirando.
La verdad era que no quería hablar de eso. No es que mi vida girase alrededor de todo eso.
- Además, ¿no tenemos hoy un partido? - Pregunté, recordando de pronto lo que nos había dicho el entrenador.
Blair asintió. Podría tratar de invitar a Ariel, era uno de nuestros partidos más importantes. Nuestra secundaria contra uno de los equipos de fútbol de la secundaria más dura del Estado.
- Prepárate, porque no será fácil. - Dijo y luego sonrió. - ¿Qué demonios? ¡Les vamos a patear el culo y nos los comeremos con patatas! - Empezó a sonreír y reír como un loco.
Blair era uno de esos chicos que siempre estaban de buen humor, a pesar de que su reputación era tan similar como la mía.
Me reí. - Probablemente. - Respondí, sonriéndole. - Y será mucho mejor ahora que Ariel vendrá.
Sonreí, sabía muy bien que a una chica le gustaba cuando un chico la invitaba a algo importante. ¿Y por qué no invitarla a un partido de fútbol importante? Además, ella usaría mi camiseta, lo que era como una declaración de que ella está saliendo con el jugador con ese número.
- ¿Va a venir?
Asentí. - Si. Por supuesto, ¿por qué no iba a venir mi futura novia?
* * *
¿Me dejáis volverme loca por tanto apoyo de vuestra parte? ¡De verdad, nunca me imaginé que esta historia recibiría tantos votos! Así que muchas gracias. ¡Primer capítulo con narración de Liam! Bien, *éxtasis, éxtasis*. A la derecha he subido una foto de Nathaniel, ¿qué os parece? Alex Pettyfer es HIPER-SEXY...
¿Qué opináis del capítulo? Fue un poco más largo, ¿lo habéis notado? Espero que sí.
¿A quién prefieres, a Liam... o a Nathaniel?
¡Disfrutad mucho! Y recordad, que comentar y votar es gratis :'3
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