4. Baños, conversaciones y pilladas "in fraganti".
Capítulo cuatro: Baños, conversaciones y pilladas "in fraganti".
Me senté en el lado opuesto de la mesa, lo más lejos de Liam, justo enfrente de él. A cada lado, estaban sentados mis padres. En el otro lado de la mesa estaban, sentados por orden, Sonia, Liam, el Sr. y la Sra. Clark, y Jamie.
Y entonces, aquí estábamos, esperando a que la señora de pelo negro y gafas, llamada Lola (por lo que pude escuchar de la boca del Sr. Clark cuando le ordenó que sirviera la mesa), sirviera la mesa. Pero lo más incómodo de todo esto era que estábamos en un completo silencio.
Permanecimos quietos y cada uno mirando a un lado de la habitación unos minutos, hasta que Lola apareció junto con otra señora que también sería de su edad con los platos. Los colocaron cada uno frente a nosotros y luego desaparecieron.
Y justo en ese momento, alguien decidió hablar.
- Así que... hemos planeado esta comida para daros detalles sobre la boda, y por supuesto para invitaros, ya que Liam y Ariel han sido tan amigos, - el padre de Liam me miró.
No fue una mirada normal. Es decir, me apostaría lo que fuera a que cuando me miró lo estaba haciendo con desdén y con algo de hipocresía.
Bueno, que le den, como si me importara.
Él y su hijo eran tal para cual.
A pesar de que no conocía al Sr. Clark, todo lo que podía saber de él era algo que supuse por cómo me había hablado Liam de él (las pocas veces que lo hizo).
Y esto es lo que pude suponer del carácter de este hombre: egocéntrico, severo y endemoniadamente frío.
El Sr. Clark era el tipo de personas que si no hacías lo que él decía, probablemente te pondría en su lista negra. Y suponiendo cómo era él, entrarle por el ojo izquierdo ya era malo de por sí, pero si además te ponía en su lista negra, cosas buenas seguramente que no iban a suceder.
Aunque yo no lograba entender por qué me había mirado de esa forma.
Quiero decir, él y yo nunca habíamos entablado ninguna conversación, y él solamente me conocía porque hace un tiempo su hijo había sido mi canguro. Pero, conociendo a Liam, lo más seguro es que le contó alguna mentira sobre mí y ahora por razones que desconocía, me miraba con odio.
Como decía, me importaba tres pitos.
- ¿Cuándo se celebra la boda? - preguntó mi madre.
Yo la miré, mientras me metía una patata frita en la boca.
Mientras comía, miraba interesada la conversación, bueno, al menos, intentaba parecer interesada en la conversación, pero, sinceramente, lo único en lo que pensaba era en que esta situación me estaba resultando realmente incómoda, y que la persona que había hecho esta deliciosa comida era un experto en la cocina.
Por lo que pude observar de mis padres, estaban haciendo exactamente lo mismo que yo.
- Dentro de un mes, - contestó Sonia, con su mítica voz de pito.
Enserio, me daba escalofríos.
No es que la chica me cayese mal, al contrario, me era indiferente. Pero su voz estridente me ponía de los nervios, tenía un tono de voz demasiado agudo, algo fuera de lo normal. Era un sonido insoportable.
Incluso el sonido de un silbato era más soportable que su voz, o las pelotitas de los perros que cada vez que las mordían soltaban un sonido que era también insoportable pero mucho más soportable que su voz.
En definitiva, no me gustaba su voz.
- Oh, - contestó mi madre. - Bueno, me alegro por vosotros.
Santísimo cielo mamá, huelo tu sarcasmo desde aquí.
La Sra. Clark sonrió.
- Sí, nosotros también. No sé por qué, pero esto me recuerda a cuando era joven y no puedo evitar sentir envidia de esos años...
Bla, bla, bla.
Y entonces, comenzó una charla entre adultos de la cual yo no quería ser partícipe. Por lo que dejé de escuchar y empecé a terminarme la comida de mi plato. En un momento dado, mi plato se quedó vacío, y mientras todos los demás hablaban o comían, yo estaba mirando la mesa, en silencio, haciendo caso omiso a todo a mi alrededor.
Y me entraron unas enormes ganas de ir al baño.
Intenté aguantar hasta que todo el mundo en la mesa terminase, pero a pesar de que movía la pierna para evitar mearme allí, las ganas de ir al baño se hicieron más grandes. Y tenía miedo de explotar, por lo que la mejor opción era ir.
- Perdonad, tengo que ir al baño, ¿dónde está? - pregunté.
- Giras a la izquierda y es la puerta que está justo al lado de las escaleras, - me contestó la Sra. Clark.
Sonreí.
- Gracias, - contesté antes de levantarme y caminar lejos.
Caminé a través del pasillo y entré en el baño, me giré para cerrar la puerta con pestillo pero no había. ¿Desde cuándo un baño no tiene pestillo? ¿Y si alguien entraba y te pillaba en mitad de escena?
En fin.
Cuando terminé, me acerqué al lavabo y me miré en el espejo para ver mis pelos, necesitaba saber si al menos tenía una presencia decente. No estaba en mal estado, tal y como yo esperaba. Estaba a punto de irme cuando de repente la pueta del baño se abrió.
Liam entró y luego cerró la puerta tras de sí. Se dio la vuelta para mirarme con un ligero rubor en las mejillas.
¿Pero y éste que hace?
- ¿Qué haces aquí? - pregunté, sorprendida.
- Necesitaba hablar contigo. No hemos tenido la oportunidad de estar a solas, - se aclaró la garganta.
Parecía un poco nervioso, jugaba con sus dedos.
- ¿Y piensas que hablar en el baño es el momento perfecto? Encima entras sin tocar la puerta. ¡Sal de aquí! - espeté, señalando la puerta.
Liam sacudió la cabeza y caminó un par de pasos hacia delante para estar más cerca de mí.
Dudé por un momento, decidiéndome si debía salir del baño y evitar hablar con él, o simplemente quedarme y escuchar lo que tenía que decir. Mi cerebro me decía que tenía que irme porque era la mejor opción, pero mi corazón me decía que debía quedarme.
Mi cuerpo se estaba volviendo loco.
Al final, el corazón acabó teniendo la razón.
- Por favor, escúchame. Dame cinco minutos, por favor, - suplicó.
Sus ojos estaban llenos de tristeza y sinceridad, y estaba casi segura de que no podría decirle que no.
- Está bien, - susurré.
Le estaba mirando directamente a los ojos, pero me costaba hacerlo, todo esto me traía recuerdos que no quería recordar, sentimientos que no quería volver a revivir. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Liam y yo hablamos. También había pasado demasiado tiempo desde la última vez que lo miré directamente a los ojos y me sentí feliz de hacerlo.
- Lo que quiero decirte es que quiero que sepas y recuerdes estas cosas que voy a decirte. Primero: te echo tanto de menos que hasta me duele. Segundo: el día que tuvimos nuestra última conversación y te enfadaste conmigo, me sentí completamente perdido sin ti. Tercero: antes de irnos, estaba decidido a dar la vuelta y volver a tu casa, pero mi padre vio mis intenciones y me detuvo, obligándome a dejarte ir. Cuarto: te quiero, Ariel, lo hago y siempre lo haré.
El rostro de Liam estaba lleno de honestidad, tanto, que me encontré creyendo todo lo que me estaba diciendo. Mi corazón estaba latiendo con una energía que no había sentido desde que Liam me dijo que se tenía que ir. Cuando dijo que me quería, sentí mi cuerpo arder en llamas.
Tenía la piel de gallina, todo mi cuerpo eran escalofríos constantes, pero no porque tuviera frío.
Había echado tanto de menos a Liam, y me encantó la forma en la que mi nombre salió de su boca, me encantaba cuando él lo pronunciaba, la manera en la que él lo hacía era especial y totalmente diferente. Me encantaba la forma en la que me dijo que me quería. Todo era música para mis oídos.
Me encantaba todo lo relacionado con Liam, es por eso que me había enamorado de él.
Mi corazón que había estado roto desde hacía dos años, pareció volver a ganar esperanzas y volver a recomponerse.
Sin embargo, apareció un pinchazo.
Mi corazón nunca volvería a estar completamente entero a menos que Liam fuera mío, y yo sabía que eso no volvería a suceder nunca.
Bueno, no con Sonia y sus padres por en medio.
Y entonces, mi corazón volvió a perder toda esperanza.
Me acordé de Sonia y todo pareció volver a la realidad, todo se vino abajo.
- Entonces, si me quieres como dices, ¿por qué obedeces a tu padre? ¿Por qué permites que estemos separados? - pregunté.
Sentí una lágrima deslizarse por uno de mis ojos.
- Lo siento, Ariel. Siento ser un cobarde. Porque lo soy. Pero sólo frente a mi padre. Viví una infancia horrible y ver a mi padre me recuerda lo mal que lo pasé, por no decir que él siempre me lo echa en cara. Mi pasado sólo me lleva a la miseria cada vez que pienso en él. Ariel, tengo mis razones por las cuales hago caso a mi padre. Me gustaría contarte por qué, pero no puedo. No me gusta hablar de mi pasado con nadie, eso sólo me causa dolor. Lo siento por ser un cobarde, - miró al suelo y ví cómo su cara se volvió triste y dolorida.
Me lamenté el preguntarle por qué.
Había sido una idiota por no darme cuenta de que Liam tenía sus razones al hacer lo que hacía, pero deseaba que dejase de obedecer a su padre y que empezase a hacer lo que él realmente quería hacer.
Demonios, lo quería.
¿Tan malas serían las consecuencias si desobedecia a su padre?
- Está bien, no te preocupes. No tienes por qué hablar de ello. Después de todo, aún tienes a Sonia, - me sequé las lágrimas, sintiendo celos.
- Ariel, ¿crees todo lo que te he dicho? - preguntó.
Sus ojos tenían un brillo, mostraban ansiedad, esperando mi respuesta.
- Sí, - susurré.
- Entonces también me debes creer cuando te digo que Sonia y yo...
Sin embargo, Liam no pudo terminar la frase porque la puerta del baño se abrió y Sonia apareció.
- ¿Liam? - cuestionó.
Su rostro mostró clares señales de shock.
* * *
Punto número uno: gracias a las personas que me esperaron con paciencia.
Punto número dos: odio que me faltéis al respeto. Acepto el hecho de que muchos de vosotros estéis enfadados por el simple hecho de que me tardé una millonada de tiempo en subir, pero si no subo es porque tengo mis razones, tengo exámenes, y una vida fuera de Wattpad. Mi vida no gira en torno a Wattpad, ya sé que escribir una historia conlleva una responsabilidad, pero debéis entender que Wattpad es un hobbie y que esto no me da de comer ni es un trabajo para mí, yo escribo porque me gusta y no por obligación. Para mí, aunque mucha gente no lo entienda, los estudios son mucho más importantes porque así es como me voy a labrar mi futuro. Por lo que después de esto espero que esto quede aclarado. No me gusta que me insulten, y que me falten al respeto. Podéis pedirme que suba capítulo, pero para eso no hace falta insultar y rebajar a una persona al nivel del suelo.
Punto número tres: sé que el capítulo es corto, pero mirad, he estado muy ocupada, de verdad, y no tenía nada preparado. Me considero la peor escritora porque es que os he dejado abandonados, pero realmente entre que no tengo imaginación y además de eso nunca encontraba un sitio para escribir... este es el resultado. Prefiero subir esto que no subir nada. Lo siento mis Playboy's.
Y por último, voy a intentar subir más seguido, parece que ahora estoy empezando a llevar las cosas más al día y con más organización, no prometo subir capítulos cada dos días, pero intentaré subir al menos un capítulo por semana, y si las cosas me van bien, dos por semana <3
Después de todo este rollo xd, espero que disfrutéis del capítulo <3 Y os aconsejo leer el capítulo con la canción de la multimedia, así me inspiré yo.
Nos vemos pronto <3
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Viva la publicidad.
Cheeky Love, xx.
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