•|CAPÍTULO VEINTISIETE

[S i n E d i t a r]

El beso fue lento y lleno de sentimientos que amenazaban con salir y ya no desaparecer, Clare está vez no trato de alejarse sino que se aferró a los hombros de Harry, él parecía no querer soltarla y lo demostraba al sostenerla entre sus brazos.

Ambos estaban tan sumergidos en el contacto de sus labios que no se daban cuenta del pequeño cachorro que corría alegremente y al hombre que los observaba con una expresión dolida y traicionada a unos metros de distancia.

- Clare, Clare- Harry se alejó unos centímetros del rostro sonrojado de la pelirroja: beso su rostro repetidamente antes de volver a abrazarla-¿Por qué Clare?- preguntó-¿Por qué te vas a casar con Nathan dentro de cuatro meses?

- ¿Qué?- Clase se separó por completo y recordó que Nathan es su pareja, que de nuevo le estaba fallando.

¿Cuántas veces eran ya?

- Mi madre me dijo sobre tu pronta boda- confesó.

Clare metió sus manos dentro de los bolsillos de su chamarra y miró a Harry, él parecía afligido y ella tuvo que contenerse para no ir de nuevo a abrazarlo, afortunadamente recordó que Harry también se iba a casar y eso impidió que siguiera sus impulsos.

-¿Por qué parece que me estás reprochando cuando tú también te vas a casar?

-¿De qué estás hablando?- preguntó Harry parpadeando ahora confundido.

-¡Por favor Harry!- gritó- Tú madre ha dicho que te vas a casar con Bianca- rió secamente- supongo que debes estar feliz porque por fin tienes a la original y no a la copia que viste en mi.

- Estás equivocada, yo no voy a casarme con Bianca, de hecho ella acaba de irse de New York.

- No te creo- admite- No puedo hacerlo y es mejor así porque aunque digas la verdad yo no voy a dejar a Nathan, no ahora.

-¿Esa es tu última palabra?- preguntó apretando los puños. Clare asintió- Bien, entonces no tengo nada más que hacer aquí, pasaré por Edward este fin de semana.

- No será necesario, Edward y yo iremos a la casa de tus padres para....

- Claro- rió- Planes para tu boda.

- Harry por favor no hagas esto más difícil y mejor vete.

- Como quieras- su ojos esmeralda lucían apagados, carentes de alguna luz que reflejará su estado de ánimo- Llámame cuando salga de la escuela, quiero hablar con mi hijo.

- Lo haré- asintió- Estará muy feliz de verte y escucharte.

- Será la única persona que aún me considera bueno para permanecer a su lado- sonrió triste.

- Harry...- Harry se detuvo a media vuelta- Edward no es la única persona que te necesita, tú familia también lo hace.

-¿Mi familia?- se mofo- No sabes nada, no sabes nada.

Harry se alejó no sin volver a ver a Clare que ahora se abrazaba así misma y al cachorro que recordó se llamaba Balto y el cual comía muy feliz sus croquetas.

-¡Mamá!- el grito de Edward desde la sala hizo que Clare dejará de pensar tanto en Harry y lo sucedido hace instantes atrás, salió de su habitación y bajo a la sala donde su madre estaba quitándose su abrigo y Edward también.

Agatha había ido por Edward a la escuela debido a que Clare no podía por lo mismo de su resfriado y Edward estaba muy emocionado de ver a su mamá y de jugar con Balto después de hacer su tarea, mientras Clare bajaba las escaleras decidió que no iba decir nada sobre el beso entre ella y Harry y solo le diría a Edward que el fin de semana su papá vendría a pasar tiempo con él.

-¿Cómo te fue en la escuela?- le preguntó sin acercarse demasiado para no enfermarlo.

-¡Muy bien!- gritó con entusiasmo.

- Ve a cambiarte y luego bajas a hacer tu tarea- Edward asintió y subió las escaleras hacia su habitación.

-¿Cómo te has sentido?- preguntó su mamá pasándola y dirigiéndose a la cocina donde dejo unas bolsas de mandado.

- Ya mejor, solo es la congestión nasal pero al menos ya no tengo tos que es lo que más me irritaba- camino hasta su mamá.

- Y todo por no hacerme caso- acusó su mamá con el ceño fruncido.

- Ay mamá- negó.

- Pero todo por andar de descuidada- puso sus manos en su cintura y Clare rió.

Después de regresar a Benson, Clare había ido a trabajar pero se le había olvidado llevar su cazadora y cuando salía empezó a llover inesperadamente y terminó empapada, ahora estaba pagando las consecuencias de no haber llevado el auto que su mamá le había pedido que llevara para no tener que caminar.

- Ya entendí, de que me estás regañando esto me haces sentir de nuevo como una chiquilla- fue a abrazarla.

- Clare tú siempre serás mi bebé así como Edward será el tuyo aún si ya tiene esposa e hijos- Clare volvió a reír dándole la razón a su mamá.

- Yo también quiero abrazo- Ambas miraron hacia la entrada de la cocina, Edward ya se había cambiado el uniforme y estaba parado en la entrada.

- Anda ven- invitó Clare y Edward no dudó en correr hacia ellas para recibir un gran abrazo.

Como había prometido, Clare llamo a Harry para que él hablara con Edward, Edward se sentía muy feliz al estar hablando con Harry sobre su día y también sobre su cachorro.

Era evidente que Clare y Harry ya no tendrían nada pero aún así su hijo los necesitaba, trataría de llevarse con él como una amiga por el bien de Edward y porque al final ambos serían familia y tendrían que verse para siempre.

[]

Clare llegó junto a Edward a la casa de los Styles, se encontraba un poco nerviosa debido a que Nathan no se había contactado con ella más que para preguntarle sobre Edward, Clare lo sentía distante y no sabía por qué. Le había preguntado cuando regresaba pero él solamente le había contestado que regresaría cuando tuviera sus pensamientos claros.

- Clare, Edward que alegría verlos aquí- la puerta se abrió dejando ver a Mariel y a su lado a una de las chicas de servicio- ¿Tú mamá no viene contigo?

- Eh no- se removió incómoda- mi mamá llega mañana, yo me adelante porque Harry va a venir por Eddy.

- Claro- su sonrisa se tenso-¿Y Nathan ya te ha dicho cuando regresa?

- No...creí que tal vez se lo había dicho a usted- se sonrojo de repente se sintió intimidada por la mirada de Mariel.

- Lamentablemente mi hijo no me a contactado, por favor pasemos a la sala mientras esperamos a que Harry llegue y después tú y yo iremos a ver los vestidos- su expresión cambio a una más alegre- Ya tengo las mejores boutiques de Manhattan para que visitemos.

- No debió molestarse.

Clare tenía a Edward agarrado de la mano, desde que habían llegado Edward se mantuvo en silencio tal vez sintiendo ese ambiente tenso que los recibió cuando Mariel les abrió la puerta

Una de las chicas de servicio les dió algo de beber y también unos bocadillos, Mariel comenzó a hablarles sobre las ideas que tenía para el vestido, hablaba y hablaba que Clare temió terminar dormida en medio de la conversación unilateral.

- Señor, el joven Harry ya está aquí- para alivio y nerviosismo de Clare, Harry ya había llegado.

- ¿Entonces qué esperas para hacerlo pasar?- preguntó enojada.

- Lo siento señora- hizo una reverencia- lo que pasa es que el joven Harry no quiere entrar y pide que sea el niño que salga.

- Sí, mamá- miró a Clare suplicante.

- Vamos- se levantó junto a su hijo, le dió una sonrisa en agradecimiento a la chica y caminaron hacia la entrada.

Harry se encontraba recargado contra la puerta de su auto, ese día llevaba ropa casual que le quedaba a la perfección, tenía un semblante serio que cambió al ver a Edward.

- Papá Harry- corrió alegremente hacia su papá.

- Hey- lo despeinó al recibirlo-¿Cómo has estado?

- Bien papá Harry.

- Hola Harry- saludó Clare desde las escaleras sin atreverse a acercarse.

- Clare- fue su saludo- voy a llevar a Edward a comer y lo traeré en la noche.

- Está bien, ya sabes que por cualquier cosa llámame.

- Sí, lo haré- agarró la mano de Edward y lo ayudó a subir al asiento trasero, le abrochó el cinturón de seguridad y mientras abría la puerta del asiento del piloto, miró a Clare- suerte con los preparativos.

Clare no dijo nada, sentía que era incorrecto hablar con Harry sobre eso y al parecer Harry se dió cuenta porque sonrió.

- Pórtate bien cariño- le pidió dulcemente a Edward.

- Sí mamá.

Harry entro al auto que no tardó en encender y marcharse, Clare se quedó parada allí unos minutos antes de decidir entrar de nuevo a la casa. Mariel ya estaba parada y con bolsa en mano, estaba dándole instrucciones a la misma chica sobre la cena y sobre avisarle a su marido que iban a salir y no sabían a que hora iban a regresar.

- Sí señora.

-¿Nos vamos tan pronto?- preguntó Clare acercándose.

- Por supuesto querida- le sonrió.

Las dos salieron de la casa, subieron al auto de Mariel y avanzaron entre las calles hasta llegar a la primera tienda de vestidos de novia y así el calvario de Clare comenzó.

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Harry y Edward la estaban pasando muy bien, ambos no habían salido a algún lugar en específico sino que está vez, Harry había decidido pasarlo en su casa, había mandado a su asistente a que comprara juegos de entretenimiento para niños de cinco años y los había traído, también le había ordenado a María que hiciera platillos que a un niño pequeño le guste y sobre todo había mandado a que cerrara con llave la habitación de juegos, no quería que en un descuido su hijo por andar de curioso lo descubriera.

- Mamá no deja que juegue con vídeojuegos- soltó Edward al ver una consola en la sala.

-¿Ah no?- bueno eso significaba un problema porque él tampoco quería imponerse contra Clare.

- No, dice que son mala influencia.

-¿Entonces que juegas?- tomó asiento en el sofá de tres plazas, Edward se sento tímidamente a su lado.

- Juegos de mesa, memoria, adivinanzas, damas chinas, mímica- rió- mamá es muy divertida en el juego de mímica.

-¿En serio?- está vez preguntó interesado y divertido.

- Sí- se levanto- hace así- empezó a hacer caras graciosas- y así- empezó a moverse dando a entender lo que hacía Clare.

Sin poder contenerlo, Harry empezó a reír al imaginar haciendo esos movimientos y expresiones a Clare, él solo había visto las expresiones de placer y las de enojo, le gustaría ver algo más divertido y relajado de ella.

- Señor Styles- con la misma expresión al verde interrumpidos, miraron a María- ¿Les gustaría algun aperitivo?

-¿Qué te gustaría Edward?- miró a su hijo.

- Un sándwich de pollo- acarició su pancita- y zumo de naranja.

- Ya lo oíste- la mujer asintió sin dejar de ver al pequeño que parecía ser una réplica exacta de su jefe a excepción del color de cabello.

-¿Y usted señor?

- A mí nada

María se retiró no sin antes volver a lanzar una mirada al pequeño que al darse cuenta de verse observado, volvió a sentarse.

- Papá Harry tu casa es muy grande y bonita- halago mirando a su alrededor.

- Está también es tu casa- le acarició los cabellos, despeinadolo.

«Y podría ser de los tres» pensó con un sentimiento melancólico.

La tarde para ellos pasó con juegos de mesa, Harry de nuevo se divirtió viendo a su hijo reír, ser padre nunca había estado en sus planes hasta que conoció a Clare y cometió el error de no decirle sus planes para mantenerla a su lado que al final había fallado, ahora tenía a este niño que no tenía miedo de reír y burlarse de él, que no se intimidada por sus miradas y sobre todo que lo miraba con admiración e inocencia, este ser perfecto y lleno de luz e inocencia es una parte de él y de Clare, las malas decisiones que tomo valen la pena con solo verlo sonreírle.

Mientras ellos descubrían más sobre uno del otro, Clare estaba ahora en un restaurante tomando un descanso después de ver vestidos y probarselos, a ella no le habían gustado ninguno además de creer que eran muy caros, al final habían salido sin ninguna opción.

- Recuerdo que con mi hija nos llevó dos días encontrar su vestido- comentó después de hacer sus pedidos.

-¿En serio?- evitó rodar los ojos. Todo el día Mariel se la pasó hablando sobre la boda de Grace y el vestido, los invitados e inclusive del perfecto marido que consiguió.

- A Grace le queda todo a la perfección- presumió- ella era modelo en su adolescencia pero dejo su carrera después de empezar su noviazgo con Ian- la mesera llegó, les entrego sus pedidos y se retiró.

-¿Ya no le gusto modelar?- preguntó.

- No, afortunadamente entendió que una mujer al estar comprometida debe decldicarse a su pareja y no andar mostrando su cuerpo a otros.

Clare bebió un poco de su agua y así evitar decirle a Mariel que ella no creía que modelar fuera algo indecente y que nada de malo tenía que lo siguiera siendo después de casarse, Clare tampoco podía creer que Mariel fuera de esas mujeres que pensaban que ser una buena esposa y esperar al hombre en la casa con la cena servida fuera algo que debía seguir haciéndose.

- Que bueno que tu mamá viene mañana- murmura Mariel después de dar su primer bocado a su comida- Aunque no creo que sea necesaria su presencia, yo perfectamente puedo encargarme de todo e incluso de comprar el vestido.

- Eso no es necesario- frunció el ceño- no quiero molestarla pero es mi boda y me gustaría que mi mamá estuviera conmigo y me diera sus consejos y sobre el vestido, me gustaría comprarlo yo misma

- Bueno Clare, también es la boda de mi hijo y quiero que todo sea perfecto.

- Eso lo entiendo pero así como me sirven sus consejos, también lo harán los de mi mamá.

Clare vió que a Mariel no le estaba gustando lo que estaba diciendo y por un momento parecía que iba a contradecirla sin embarago al final simplemente asintió. Clare estaba comenzando a pensar que Mariel no es lo que pensaba y también recordaba las palabras de Harry cuando fue a verla.

¿A esto se refería Harry?

Solo esperaba que su mamá llegará mañana y que Nathan también lo hiciera porque sinceramente comenzaba a sentirse fuera de lugar dentro de los planes de su boda.

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