•|CAPÍTULO VEINTICUATRO
[S i n E d i t a r]
—¿Me recuerda?— preguntó Bianca sonriendo a la vez que caminaba hacia ellos— Estuve en su fiesta de compromiso, Mariel nos presento.
Clare a pesar de su nerviosismo y la sensación de pánico que empezaba a tener respondió rápidamente.
— Claro, la recuerdo — trató de que su voz no saliera ahogado— Bianca Rizzo, ¿Cierto?— se apresuró a alejarse de Harry.
— Sí— asintió Bianca disimulando la incomodidad que se presentaba en el ambiente.
—¿Qué hace aquí, Bianca?— cuestionó Harry groseramente.
Clare pareció querer reprenderlo más sus labios se apretaron en una línea al ver que Bianca no parecía enojada por la descortés manera de contestarle de Harry.
— Ayer en tu casa quede en venir hoy a verte— se cruzó de brazos—¿Lo has olvidado?
Harry miró mal a Bianca y después miró a Clare que parecía congelada en su lugar, quiso acercarse a ella y explicarle las cosas sin saber porqué sin embarago Clare se alejó antes de siquiera poder tocarla.
—¿Tienen una cita?— preguntó Clare a Bianca. Bianca creyó que Clare se refería a una cita de reunión a lo que contestó positivamente sin saber que Clare se refería a una cita romántica.
— Efectivamente.
— Es mejor que me vaya— Clare no miró a Harry— Fue un gusto volver a verla señorita Rizzo— se despidió cordialmente— Hablaré con Edward sobre lo acordado— Clare miró a Harry sobre su hombro mientras hablaba y después se fue, dejando a Bianca y a Harry frente al elevador.
Clare no podía creer lo que había ocurrido hace unos minutos, ella había estado a punto de sucumbir a los encantos de Harry de nuevo, mientras estaba parada en la acera esperando un taxi la racionalidad había regresado a ella como una bola de demolición, desarmando la.
—Oh Por Dios— empezó a susurrar— Oh Por Dios, Oh Por Dios— sus manos temblaban y su respiración volvió a ser irregular, la culpa y remordimiento recorriendo cada parte de su ser recordándole que ella estaba comprometida y había traicionado la confianza de Nathan al ceder ante Harry, se sentía tan mal.
¿Cómo Harry había cometido esa locura e inmiscuirla?
¿Cómo es que ella había aceptado?
Y sobre todo: ¡¿Cómo vería a Nathan ahora?!
Temía llegar a la casa y encontrarse con Nathan, Edward y los padres de Nathan, no tenía el valor de enfrentarlos ahora, dió media vuelta y comenzó a caminar hacia la cafetería, necesitaba desahogarse de toda esta avalancha de sentimientos que habían sido desenterrados con ese beso, se sentía tan confundida.
Mientras caminaba recordó la llamada de Nathan y de nuevo se sintió mal, prendió el celular y una vez encendido llamó a Nathan el cual no tardó en contestar.
—¿Clare estás bien?— de nuevo el remordimiento al escuchar la voz preocupada de su prometido.
— Sí— acomodó su gabardina como muestra de su nerviosismo—, lamento haberte preocupado es solo que mi celular cayó y se apago.
—¿Estás segura?
— Sí— la gente roza mis hombros al caminar y el clima frío la hacia estremecerse— Nathan no voy a llegar ahora a la casa.
—¿Sucede algo?— Nathan se escuchaba preocupado de nuevo— Puedo ir por tí.
— No es necesario, voy a pasar a ver a Jess y a Tedd en la cafetería— explicó—, así que no debes preocuparte yo iré en cuanto termine de hablar con ellos, mándale besos de mi parte a Eddy.
— Clare...está bien— las palabras que quería decir simplemente se las guardo para si mismo— Te amo.
— Yo también— después de unos segundos de silencio, respondió— Yo también Nathan— colgó antes de ponerse a llorar, había fallado ella había fallado a Nathan— Perdóname.
Clare llegó a la cafetería y sonrió al ver de nuevo el lugar donde trabajo, donde conoció a la mujer que fue como su segunda madre y que lamentablemente había fallecido, entro a la cafetería y el olor típico de café y chocolate caliente le hicieron agua la boca, ella necesitaba algo caliente para quitarse el frío del clima y...tal vez para olvidar lo sucedido.
—¡Clare!— saludó Jess una vez que la vió acercarse al mostrador.
—Hola Jess— Jess salió del otro lado de mostrador para abrazar a Clare, su vientre estaba más grande indicando que ya no le faltaba mucho para dar a luz.
— Me da mucho gusto volver a verte— la guía a una de las mesas cerca de la ventana— la última vez no pudimos hablar mucho y también te dí esa... terrible noticia.
Clare sonrió nostálgica al igual que Jess al recordar a Maggie.
— Realmente no me esperaba aquello— admite—, Maggie siempre fue una persona importante en mi vida y enterarme que había fallecido y yo no estuve ahí para ella fue lo que más me dolió.
— Clare— Jess le agarro la mano— Maggie te quería mucho, ella nos consideraba sus hijos y por eso antes de morir ella no quería que la vieras así— agachó la mirada—, incluso a Tedd y a mí nos evitaba, nosotros ni siquiera nos habíamos dado cuenta que usaba peluca— rió ocultando un sollozo, Clare ya había comenzado a llorar— Maggie quiso mantener el secreto pero no contaba con que Tedd y yo la siguieramos y así nos dimos cuenta de la verdad, ella hasta el último momento no dejo de sonreír.
— Maggie siempre fue una mujer muy fuerte— su voz se quebró—, estoy segura que Maggie ahora debe estar feliz.
Ambas sonrieron entre las lágrimas, Tedd a lo lejos vió a su esposa y a la mujer que en su momento consideró el amor de su vida y que ahora veía como una amiga, verlas juntas le hizo sonreír, agarró dos tazas de chocolate y unos croissants y se lis llevo en una charola a la mesa.
— Cortesía de la casa— dijo cuando dejo la charola sobre la mesa.
—¡Tedd!— Clare sonrió alegremente a Tedd cuando lo vió, se levantó para abrazarlo— Gracias.
— De nada, disfrútenlo— Tedd les sonrió de vuelta y después se retiró para atender a los demás clientes.
— Me alegra tanto ver a Tedd y tí juntos— Jess comía su croissant— Pero mejor dime como va tu embarazo.
Jess empezó a contarle que tenía siete meses a lo que Clare se sorprendió porque su vientre se veía mas grande pero no le dijo nada, Clare poco a poco fue olvidando lo sucedido con Harry.
Harry y Bianca tenían ese ambiente incómodo que los seguía desde que subieron al elevador, Bianca miraba la oficina de Harry y Harry la miraba a ella.
— ¿Te parece que comencemos con lo que te trae aquí?— preguntó Harry ya harto del silencio.
— Ya sabes lo que me trae aquí— Bianca se sentó elegantemente en la silla que anteriormente Clare había ocupado y Harry había tenido el impulso de hacerla alejarse— Debemos hablar con tu mamá seriamente sobre su idea y es todo, no entiendo porqué darle tanta vuelta al asunto cuando pudo haberse terminado desde ayer.
— Tienes razón— Harry se acomodó en su silla recargando se en ella y mirando inquisitiva mente a Bianca—, debemos hablar claro con mi madre— sacó su celular del bolsillo de su saco y marco el número de Mariel.
—¿Qué estás...— Bianca callo cuando Harry le hizo una seña para que guardara silencio.
—Hola madre— saludo Harry cuando Mariel le contesto el celular— sí sí... mamá no tengo mucho tiempo así que iré directamente al grano— Bianca miraba la expresión seria de Harry y de nuevo recordó cuando eran jóvenes y se amaban—¿Mañana tienes tiempo libre?— hubo una contestación al otra lado de la línea— perfecto entonces Bianca y yo te veremos en el restaurante cerca de la agencia, tenemos algo de que hablar contigo... sí.... Adiós.
—¿Qué pasó?— preguntó Bianca cuando Harry terminó la llamada.
— Mañana daremos por terminado la idea de mi madre por casarnos y así tú podrás irte con ese amor que tienes escondido— sonrió burlón.
— Y tú con Clare— le regreso la sonrisa, Bianca.
—¿De qué hablas?— se hizo el desentendido.
— Oh por favor Harry, ayer te lo dije y te lo vuelvo a decir— se levantó de la silla y recargo las palmas de sus manos sobre el escritorio— Tú amas a Clare, solo que no quieres o no te has dado cuenta.
— No digas tonterías— Harry también se levantó—, es mejor que te vayas, mañana preséntate en el restaurante italiano que está a dos calles de la agencia.
— ¿A qué hora?— pregunta cruzándose de brazos.
— A las once de la mañana, entre más rápido terminemos con ésto, mejor— Harry no quiso admitir que en parte era por el hecho de que mañana iba a pasar tiempo con su hijo.
— Estoy totalmente de acuerdo— asintió Bianca— Bueno me retiro, que tengas un buen día y blah blah blah— caminó hasta la puerta— Y Harry— se detuvo antes de abrir la puerta.
—¿Ahora qué quieres?— Preguntó Harry de mal humor.
— Solo piensa un poco más en tus sentimientos hacia ella porque por lo que ví hace un momento atrás tú no estás haciendo esto solo por fastidiar a Nathan, te conozco y...no quiero que seas infeliz.
Bianca se retiró dejando a Harry de nuevo sumido en una penumbra de pensamientos e ideas que contradecían sus sentimientos.
Clare se había despedido de Jess y Tedd no sin antes intercambiar números, cuando llegó a la casa de los Styles recordó de nuevo a Harry, sus labios, sus caricias y esa mirada oscurecida de deseo por ella, Clare de solo recordar la manera en que Harry la había acorralado en el elevador y la forma en que la beso y acarició la hicieron de una manera emocionarse, Clare había estado segura de que si en ese momento las puertas del elevador no se hubieran abierta era posible que terminaran en más allá de unos besos y caricias.
—¡Mami!— unos bracitos enredándose alrededor de sus piernas la alejaron de todo pensamiento lujurioso.
—¡Hola mi amor!— Clare lo cargo, Edward había ahora enredado sus brazos alrededor del cuello de Clare y le dió un beso en la mejilla—¿Cómo te has portado?
—¡Bien!— sonrió—¿Dónde estabas mami?— inclinó su cabecita hacia un lado.
Clare ingresó a la sala y se sorprendió al no ver a nadie, ni siquiera a Nathan.
— Eh... fuí a ver a Harry...
—¡Mi papá!— señaló alegremente.
— Así es— admitió incómoda—, hablamos sobre tí— Edward pareció emocionarse— y quedamos en que mañana podrás pasar tiempo con él.
—¡Sí!— abrazó fuertemente a Clare.
—¿Dónde está Nathan?
— Papá Nathan está en la cocina— y como si solo eso necesitará, Nathan salió de la cocina con una charola con pequeñas rebanadas de emparedados.
— Mira campeón— Nathan se detuvo al ver a Clare— Veo que ya llegaste— Nathan dejo la charola sobre la mesa de centro y se acercó a Clare.
— Sí...— Nathan le sonrió como si nada hubiera pasado y beso castamente a Clare, sorprendiendo la.
— Iugh— hizo una mueca de asco, Edward.
— Prepare unos emparedados ya que Eddy y yo íbamos a ver unas películas— explicó.
— Eso me parece estupendo— Clare ahora se veía animada pero la verdad era que de nuevo la culpa estaba haciendo mella en ella—¿Y qué película verán?
—¡La de El Rey León!— Clare bajó a Edward y él corrió hacia uno de los emparedados.
— Adelante Edward, tú mamá y yo no tardaremos en ir también— Edward miró dudosamente a Nathan y Clare pero al ver la sonrisa alentadora de su mamá él se fue corriendo hacia donde tiempo atrás su papá Nathan le había mostrado el cuarto películas.
— Nathan tenemos que hablar...— Clare comenzó una vez que Edward se fue.
—¿De qué se trata?— Nathan se veía tranquilo mientras los hacia sentarse en el sofá, él notaba el nerviosismo de Clare y debía admitir que lo asustaba.
— Es sobre la boda y...— Clare quería llorar, agachó la mirada— Nathan yo...
— Estoy segura que pronto no solo estaré organizando la boda de Nathan sino también la de Harry— Clare guardo silencio cuando la voz de Mariel se hizo presente desde el otro lado de la sala, al parecer ella venía hablando por teléfono mientras bajaba las escaleras; Nathan y Clare se miraron al escuchar lo último—¡Por fin Harry va a sentar cabeza!— habló tan fuerte y emocionada—, él es el único que me faltaba y mañana Harry y Bianca me darán las buenas noticias de su futuro compromiso.
Una punzada de dolor se instaló en el pecho de Clare al escuchar eso, ¡No podía creerlo!, Ella había vuelto a caer en la trampa de Harry y había cedido ante él, y ahora resulta que Harry se va a casar con Bianca, ¡Claro! Ahora entendía porque Bianca estaba ahí, se sentía tan estúpida.
Los pasos de Mariel se alejaron hacia el jardín ignorando que dos personas habían escuchado su conversación.
—¿Clare te ocurre algo?— Nathan prefirió ignorar lo que su mamá había dicho— ¿Qué querías decirme?
Clare se tragó el nudo que le impedía hablar y miró a Nathan, sus ojos estaban rojos pero decidió fingir que no eran debido a las lágrimas que amenazaban con salir.
— Nathan...hay que casarnos dentro de cuatro meses.
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