•|CAPITULO DOS


Capítulo dedicado a NarryismyKriptonite, gracias por tus votos y comentarios.


Silencio, silencio es lo único que se puede escuchar en la amplia, iluminada y fría oficina.

Me remuevo incómoda ante la atenta mirada que me da el hombre frente a mí. Sus ojos verdes examinan mi cuerpo sin ningún pudor, causando que mi rostro se torne de un intenso color escarlata, casi llegando a camuflarse con el color de mi cabello. La incomodidad recorre mi cuerpo y las ganas de salir corriendo están palpables en mi cabeza.

Desde que me dijo su nombre y el por qué de "conocerlo", me llevó a su oficina, la bolsa de comida está sobre el escritorio, sin ser abierta. Lo mas seguro es que este fría para estos momentos.

—Su nombre—me sobresaltó,al escuchar su voz cerca de mí. Mis rodillas flaquearon ante su modo de hablar:tan lento y sensual.

Rasco mi nuca, desvío la mirada hacia los edificios que pueden verse a través de los enormes ventanales que suplantan la mitad de las paredes de la oficina.

Su mirada es tan intensa que me hace temblar, tan dominante que algo dentro de mí me pide doblegarme ante él.

Eso no está bien, no debo sentir esto.

Mi cuerpo se siente extraño, un calor me envuelve ante la presencia de aquel bello adonis de nombre: Harry.

—Clare— susurré en voz baja— Clare Jones— aclaré.

Lo miré de nuevo y pude apreciar como pasaba la punta de su lengua por la parte inferior de su labio. Inconscientemente lamí los míos también.

Por primera vez,en mis veintidós años de vida, me siento atraída a una persona del género opuesto;no es que quiera decir que me gusten las mujeres, porque tampoco hacia ellas siento alguna atracción, jamás he sentido lo que siento ahora frente a este hombre.

Antes nunca me había interesado en alguna relación amorosa y mucho menos después de la muerte de mi padre. Tampoco nunca antes me había puesto tan nerviosa frente a un hombre y mucho menos sentido atraída como me siento en estos momentos.

— Clare Jones— me estremecí al escuchar como pronuncia mi nombre, tan lento, como si lo estuviera saboreando.

Pasé mi lengua por mis labios que ahora los siento resecos, llevé ambas manos a los bolsillos de mi abrigo y mentalmente esperaba a que llegara algo para salvarme de esta tensión que no puedo lograr descifrar pero se siente en el aire.

— Disculpe— hablo recordando que tengo que trabajar.— Si ya no necesita algo más, me tengo que retirar— mi voz suena temblorosa.

Deja de ser tan tonta. Me reprendo mentalmente.

—Por supuesto—habló con tranquilidad. Sonrió, tal vez burlándose ante mi comportamiento.

Necesitaré más que esto— lo escuché susurrar.

Tal vez escuché mal.

— Bien, disfrute su comida y...mmm...adiós— me despido rápidamente.

—Hasta luego— mi corazón sufre un ataque, al poder descifrar la promesa en aquella despedida.

No.

Jamás volveré a poner un pie en este lugar, no al menos hasta que me gradúe y venga a buscar un puesto de trabajo.

A paso veloz salgo del lugar y está vez, tuve la libertad de bajar por las escaleras de emergencia.

Ni siquiera me despido de la mujer tan amable que me había atendido anteriormente. Siento que si me quedo unos minutos mas es este lugar sufriré un desmayo.

Comienzo a respirar rápidamente al sentir el frío aire golpear contra mi rostro. Inhalaba y exhalaba para poder normalizar mi respiración.

Me siento de cuclillas sobre los escalones de cemento. La mirada de ambos guardias se enfocan en mí, haciendo que me levante con nerviosismo, comenzando a caminar por las calles de Manhattan para poder llegar a la cafetera.

Lo mejor es no volver a este lugar por un largo tiempo.

—¿Trajiste algo de comer?—preguntó, Abby desde el umbral de la puerta de mi habitación.

Me siento perezosamente en mi cama y con los ojos entrecerrados la observo. Gruño al ser despertada justo en el momento que por fin el sueño llegaba a mí con mayor potencia.

—Sí— mi voz suena ronca a causa del "sueño", cierro los ojos y aclaro mi garganta.— Está en el frigorífico.

Los abro de nuevo, notando como la cabellera castaña de mi mejor amiga se perdía por el umbral mientras gritaba un "gracias".

Niego ante su infantil comportamiento y me vuelvo a recostar, tratando de retomar mi sueño, cuando cierro los ojos, una mirada esmeralda se hace presente.

Abro los ojos sobresaltada, me siento de golpe y pasó las palmas de mis manos por mis ojos para tratar de despejarme.

Desde que salí de Publicity Styles y durante mi tiempo laboral, no pude enviar dejar de pensar en aquel hombre de ojos esmeralda.

Recordar su voz me hace estremecer, mi cuerpo parece entrar en un letargo lleno de sensaciones jamás antes experimentadas por mí.

Recordar su despedida y la promesa tras ella, me hace sentir que en cualquier momento él aparecerá frente a mí y realmente eso me atemoriza.

Tengo miedo de lo que me hizo sentir con solo estar frente a mí, sin siquiera tocarme y con sólo hablarme—que fue muy poco— me hizo sentir tantas cosas que realmente he estado evitando.

No me quiero ni imaginar que pasará cuando lo vuelva a ver, si es que lo hago.

Al ver que no dormiría al menos, no ahora, me levanto de la cama, mis pies descalzos tocaron el frío de la madera del piso, me estremezco, más no deje de que eso impidiera mi camino. Caminó hasta la ventana de mi habitación, abro la cortina color hueso que obstruye la vista nocturna de la ciudad.

Las luces de los carros y los edificios iluminan la ciudad y distraen a las personas del paisaje estrellado del cielo que acompañan a la luna. Esto es algo que no me gusta de New York, todo el ruido y la contaminación que nos rodeaba me hacen querer fugarme a Benson¹.

Extraño la comida casera de mi madre y el hermoso cielo que puede observarse desde el balcón de mi habitación.

" Hasta luego"

No, necesito despejar mi mente.

Salgo de mi a habitación, camino por lo largo del pasillo hasta llegar a la cocina, en donde se encuentra Abby.

Ella está sentada en uno de los bancos de la isla de la cocina, en sus manos tiene sostenido el tenedor que en estos momentos usa para pinchar el espagueti que Maggie me ha regalado.

—¿Lo disfrutas?— pregunté.

Ella se sobresalto y con los ojos abiertos me miró. Sus sonrojadas mejillas tiene algunas manchas de salsa de tomate.

— Me asustaste—reprochó. Con una servilleta limpió su boca para después beber un poco del jugo de naranja que estaba a su lado.

—Lo siento—me disculpé sonriendo, me acerque hasta ella y le robe una pequeña porción del espagueti.

—Hey—golpeó levemente mi mano.— Sirve tu propia porción— reprochó con un pequeño puchero. Sus ojos grises me observan con diversión.

—Okey, no debiste ser ruda—reí.

Me detuve a mitad del camino al recordar algo, regresé a lado de ella y me senté en uno de los banquillos. Observo con detenimiento a Abby, me preparo mentalmente para poder hacerle la pregunta.

— Lánzalo— habló. La mire con el ceño fruncido. Ella rodó los ojos ante mí expresión.— Sé que quieres decirme algo, así que dímelo.

—Bueno...—lamí mis labios.—, tú sabes todo sobre los espectáculos—, moví mis manos,nerviosa.

—Ajá...—me alentó a seguir.

— ¿Quiénes son los Styles?— pregunté.

Abby hizo una expresión de sorpresa ante mí pregunta, me mira como si viera a un ser de otro planeta.

—¿No sabes quiénes son?—comenzó a reír. Me cruzo de brazos ante su risa.— Oh por dios—soltó el tenedor que hace unos segundos tenía entre sus manos.

— No todas no la pasamos informadas de cosas insignificantes—me defendí. Abby dejo de reír y me miró de forma indignada.

— Pues deberías—acusó.—, son los dueños de una de las empresas en las que quieres trabajar.— Señaló con burla.

Rodé los ojos:
—Lo sé, no me lo recuerdes.

—Bueno, pues, por lo que sé,—recargó sus codos sobre la mesa, hace a un lado la comida y me observa con seriedad.— los Styles son una de las familias más poderosa e importantes de Europa y del continente Americano—comenzó a explicar. Asiento.— Por lo que tengo entendido el Señor Styles, iba a dejar la empresa en manos de su sobrino.

« Ya que su hijo mayor vive en Londres y no quiere hacerce cargo de la empresa, su hijo menor por lo que tengo entendido se dedicó a la fotografía y la mas pequeña, tiene nuestra edad y estudia artes.»

—Ah, y cómo se llama el sobrino— pregunte con curiosidad.

— Daniel Styles—  susyurro su nombre con aire soñador.

No le dí importancia así que me concentre en lo que dijo, incline mi cabeza a un lado ante la confusión.

«Harry Styles»

Entonces.
¿Quién es él?.

Benson¹: Pueblo ubicado en el condado de Hamilton, en New York.

C a p í t u l o   r e e s c r i t o   y   m o d i f i c a d o.

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