Una Comida
Tomioka se había convertido en demonio pasados un par de días, pero aún así no había comido nada en todo ese tiempo.
Estaba hambriento, pero no se atrevía a matar a alguien por su propio beneficio. Aunque quisiera... Sería capaz de conseguirlo?
Aún no dominaba muy bien su cuerpo y se le dificultaba el uso de su fuerza física sin un arma.
Necesitaba una espada así que Akaza le consiguió una bastante parecida a la que tenía antes, pero esta no estaba hecha de nichirinto por razones bastante obvias.
Podía seguir usando la respiración de agua (Ya lo había puesto a prueba) pero no quería matar a una persona aunque se retorciera del hambre.
Para colmo, Akaza había desaparecido repentinamente después de hablar con él en su primer día como demonio.
Había tenido que sobrevivir sólo durante todo ese período de tiempo.
Bueno... Tampoco es que hubiera sido muy diferente a su vida habitual.
Estuvo admirando durante toda la noche el cielo con su luminosa luna buscando un refugio que lo librara de los rayos del sol durante la mañana.
Estuvo primero en una cueva, y a la noche siguiente decidió esconderse en un templo abandonado que estaba escondido entre los árboles.
Tenía un alto techo dorado y unas paredes pintadas con un rojo añejo.
Era un sitio mucho más cálido y acojedor que la cueva, obviamente.
En su interior habían extensas alfombras relucientes y cojines para sentarse frente a un amplio altar con estatuas de piedra, aunque la mesa no tenía ni una sola cosa encima.
Aún si le serviría para dormir. No es que fuera a rezarle a algún dios o algo similar.
Trataba de dormirse rápido para poder evitar sentir ese dolor y sensación de estar hambriento, pero no podía descansar al escuchar los sonidos de su estómago vacío cuando estaba recostado sobre la alfombra.
¿Cómo lo hacía Nezuko para no tener hambre?
Pensaba ir a algún restaurante nocturno para comer un platillo normal (Quizás un delicioso salmón con daikon) pero ese cuerno que se asomaba por su cabeza le quitaba cualquier pizca de humanidad que tenía.
Ni hablar de sus manos intensamente azules hasta los codos y sus colmillos afilados.
Robar durante la noche? No estaba en sus planes.
Comer a una persona? Tampoco.
Estaba condenado a estar hambriento! Siendo un humano normal eso no sería un problema, pero al parecer los demonios tienden a tener un mayor apetito por el uso de su energía corporal.
Vaya basura.
Había decidido esperar hasta el anochecer dentro del templo, así quizás buscaría alguna fruta que estuviera colgada de un árbol.
(Olvidaba que no era tiempo de cosechas)
Así engañaría a su cerebro y dejaría pasar el hambre por lo menos un día más. Plan sencillo, no?
Se entretuvo practicando algunas de las posturas de la respiración de agua con la figura de piedra de un monje que estaba en el templo.
Con todos los cortes que le hizo a la pobre estatua probablemente un cuerpo hecho de carne quedaría irreconocible. Parecería cualquier cosa menos un ser humano.
Sin nada más que hacer retiró su haori y lo dejó en el suelo, para después desgarrar la parte superior de su uniforme que decía cazador de demonios. Para qué le serviría vestir eso ahora?
La organización le creía muerto, y aunque se enteraran de que estaba vivo, se encargarían de matarlo de verdad.
Ya no pertenecía al cuerpo de cazadores de demonios.
Ya no pertenecía... En realidad... Nunca perteneció a ese lugar.
Jamás se sintió capaz de ocupar el puesto de Pilar de agua.
Él era inferior a los demás pilares. No se merecía el cargo.
Sabito definitivamente habría sido mucho mejor pilar que él...
Los pilares siempre se lo recordaban cuando estaba solo. Le recalcaban lo inútil que era como cazador y que debía retirarse.
Los escuchaba hablar mal a sus espaldas deseando que se muriera.
Le dolía bastante, pero igual ya no tenía importancia...
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Tomioka salió del templo al notar el cielo totalmente negro.
Por alguna razón su vista era mucho mejor, y veía todo nítidamente a pesar de la oscuridad de la noche.
Otro beneficio de ser demonio, probablemente.
- Ja! Beneficio!? Maldición! Ya estoy hablando como Akaza! No puede ser...
Tomioka puso la palma de su mano sobre su frente y dio un suspiro bastante abatido. No podía parecerse a Akaza! Era completamente un idiota.
Empezó a caminar mirando las hojas de los árboles esperando encontrar alguna fruta colgando de ellos, pero todos estaban secos.
Siguió caminando durante varios minutos, hasta que vio un majestuoso árbol de cerezo al final del camino.
Sus flores rosa eran brillantes y hermosas pero eso no fue lo que llamó verdaderamente su atención.
Estaba cubierto por cerezas frescas! Vaya! Que suerte!
Se acercó apresuradamente y arrancó las frutas devorandolas al instante.
Realmente no estaban muy dulces y la textura estaba un poco áspera, pero no podía pedir más tratándose de que no era la época de cultivos.
El hambre no se le quitaba. Cómo? Había devorado probablemente una canasta completa de cerezas!
Maldita sea! No puede ser!
Acaso los demonios sólo deben alimentarse de humanos!?
- AH! ESTO ES UNA BASURA! MALDITO AKAZA!
Giyuu gritó lleno de rabia, sin darse cuenta que al lado del árbol había una pequeña casa oculta entre la maleza.
Sintió un pequeño ruido y vio una luz prenderse al interior del recinto.
- Q-qué?
Un hombre con un hacha salió totalmente asustado de su hogar con una pequeña lámpara de aceite en la mano.
- HEY! TÚ! POR QUÉ TE ESTÁS COMIENDO MIS CULTIVOS!?
El hombre parecía relativamente viejo, porque le colgaba una barba del rostro. Su piel no estaba tan arrugada como un anciano pero evidentemente tenía más de 45.
- AHH! QUE ES ESO!? UN MONSTRUO! UN MONSTRUO!
El hombre vio el cuerno de Giyuu y gritó asustado. Estaba siendo atacado por un horrible monstruo!
- Oye! Silencio! Basta!
Tomioka intentó calmarlo pero no hubo caso. Y si alguien más escuchaba lo que decía? Podría llegar a los oidos de un cazador de demonios y quizá... Lo buscarían para matarlo.
Debía callar a ese viejo.
- UN MONSTRUO! AYUDA! POR FAVOR!
- Guarde silencio! Le prometo que-
El hombre le arrojó el hacha a Tomioka enterrando su filo en el pecho.
- Bluagh!
- MUERE MONSTRUO! AYUDA!
Giyuu hirvió en rabia y las venas de su cuerpo se marcaron en altos relieves tanto en el rostro como en los brazos.
Arrancó el hacha de su cuerpo y la tiró al suelo, viendo como su herida se sanaba en pocos minutos.
Por alguna razón el hambre era más intenso.
El viejo retrocedió unos pasos cuando vio a Tomioka acercarse a él a paso lento. Se veía muy molesto y alterado.
- AYUDA! AYUDA!
- SILENCIO!
- AYUD-
Giyuu cortó su estómago con su espada nueva, matándolo al instante.
El tipo cayó al suelo derramando toda su sangre sobre el pasto, mientras que sus órganos internos luchaban por salir.
-...
Ese olor a carne... La sangre fresca que caía de su cuerpo... Le parecieron muy apetitosos.
No se estaba controlando.
Totalmente desesperado se agachó y lo empezó a devorar, desgarrando la carne con sus afilados colmillos y garras.
Delicioso.
Ese hambre que lo estaba torturando desapareció al instante después de llenar su estómago con el cuerpo muerto del anciano.
De su boca goteaba la sangre tibia del hombre, que rápidamente limpió pasando su lengua sobre sus labios.
Por primera vez... se sintió como un verdadero demonio.
Continuará!! Pronto se vendrá un personaje nuevo! :D
Espero que les haya gustado y muchas gracias por el apoyo otra vez!!
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