Pasar el tiempo con su hermana realmente se sentía bastante bien. Era como si esa sensación no la sintiera en años, y eso lo hacía más electrizante.

- Hey, Giyuu, la nieve ya se ha derretido por completo! Puedes salir a jugar si quieres.

Tsutako sonrió mientras se ataba una trenza en el cabello mirando a la ventana. Para finalizar puso un bello listón rojo para adornar la parte superior de su peinado dándole un aspecto tierno y adorable.

- Hermana, no quieres venir conmigo?

- Me encantaría, pero debo ordenar un poco la casa... Ve y diviértete muchísimo, si? Disfruta ahora que no hace frío.

Giyuu se levantó rápidamente y abrazó otra vez a Tsutako, para después abrir la puerta de la casa y salir corriendo hacia el bosque con una sonrisa en el rostro.

Tsutako empezó a reír y se tapó la boca con la mano para relajarse un poco. Se fue a la cocina y limpió la mesa que aún tenía unos pedazos de bollo dulce que había tirado el pequeño Giyuu con un paño de tela húmedo.

Había salido dispuesto a escalar un árbol, pero de la nada se sintió mareado y su vista se desmoronó.
Se tambaleó de un lado a otro por unos cuantos segundos y después cerró sus ojos para no ver como el mundo se movía.

Cayó de rodillas al suelo.

Podría creer que el bosque a su alrededor ya no era el mismo que estaba frente a la casa de su hermana mayor.

- Hey! Giyuu! Estás bien!? Qué pasa!?

Sabito llegó corriendo a su lado y cargó su brazo encima de su hombro para estabilizarlo.

- Sabía que te estabas exigiendo demasiado con tu entrenamiento... Deberías descansar un poco, si? Urokodaki San no se va a molestar por eso.

El chico de cabello color carne llevó a Giyuu hasta una pequeña roca y lo sentó ahí.

- S-Sabito? Q-qué?

Tomioka bajó su mirada angustiado y vio que su haori era rojo. Por alguna razón sentía su cuerpo un poco más largo y pesado.
El recuerdo de Tsutako había sido una mala alucinación? Qué le estaba sucediendo a su cabeza?

- Espérame aquí Giyuu, ya regreso.

Sabito saltó entre las rocas hasta estar al borde del río, uniendo los dedos de sus manos para formar un pequeño plato donde acumular agua.
Llenó sus manos y regresó hacia Tomioka, haciendo que tomara el agua para pasar el mareo.

- Ya estás mejor? Podría traerte un poco más de agua.

- No... Ya estoy bien Sabito. Solo tuve un mal recuerdo...

- Oh, claro. Tu hermana, no?

- Hmm...

Sabito le acarició el pelo y lo abrazó con delicadeza.

- Tranquilo... Lo superarás.

- P-pero yo...

- Eres un chico muy fuerte, eh? Por eso eres mi amigo!

- Si! Es cierto. Tienes razón Sabito.

Vaya. Todo había sido tan vívido... Pero estaba alucinando. No? Aunque no se sentía mal por eso. Lo había disfrutado, y ahora estaba con su mejor amigo.

Todo estaba bien ahora...

(Realidad)

- Tengan cuidado cuando amarren las cuerdas en sus manos. Si los tocan van a despertar, si?

Una mujer de trenzas negras y kimono verde ataba una cuerda en la mano de Tomioka mientras le hablaba a sus compañeros.

Tenían que cumplir una misión bastante importante.

Enmu les había encargado destruir los núcleos de los cazadores a cambio de algo que deseaban con todas sus almas.

Vivir... Un sueño... Una realidad maravillosa y alegre... Algo que en sus mundos no podrían tener. La salud...

Eran 4 jóvenes los que estaban dispuestos a hacerlo.

Un chico de pelo corto negro y piel extremadamente pálida ató su cuerda a la mano de Tanjiro. No se veía muy bien, claramente por su grave estado de salud.

Una mujer de pelo marrón y ojos pequeños fue la que amarró su cuerda en la mano de Inosuke, a pesar de que miraba con incomodidad la máscara de jabali que tenía sobre su rostro.

Para finalizar había otro joven, un chico también de cabellos color café que sujetó su cuerda en la mano de Zenitsu. Le llamó un poco de atención su cabello rubio, pero decidió ignorarlo y se sentó detrás de él.

Los cuatro se quedaron dormidos para después entrar en los sueños de los cazadores. Debían hayar el final de cada sueño y destruir su pared para encontrar el inconsiente y destruir el núcleo.

Ninguno se sentía mal por eso. De todas formas era por una buena causa. Bueno, alguien lo dudaba pero ya no aguantaba el dolor de su enfermedad.

La mujer de trenzas se vio proyectada en un verde y enorme bosque. Era bastante lindo, pero se tuvo que esconder rápidamente cuando escuchó las risas de dos chicos que corrían tratando de atraparse mutuamente.

Se ocultó tras un arbusto y observó los detalles. Ese niño era el pilar que había atado en el otro lado?
Se veía como un niño.
Por qué?

No era el momento de hacerse preguntas tan estúpidas.

Caminó tratando de evitarlos y después de varios minutos corriendo en línea recta, Chocó con el aire.
O una pared invisible que proyectaba un paisaje infinito y falso.

- Aquí es...

Tomó un arma afilada y la clavó con dificultad, rasgado hacia abajo la realidad y el sueño de ese chico.

Si soñaba como un niño es porque esas cosas que deseaba ya no estaban presentes en su vida. Quizás murieron.
Probablemente... Buscaba algo igual que ella. Un recuerdo de alguien o algo que por más que se esfuercen no podrían recuperar.

Se lamentó unos segundos de su acción con la mirada perdida en el vacío, pero siguió rompiendo el muro hasta hacerse una puerta.

Cuando miró el interior todo parecía un cristal reflejando la noche.

El cielo era completamente negro y el suelo era su espejo que reflejaba la nada misma que tenía su mente.

Estaba lleno de grietas por todos lados. Su inconsiente estaba roto, hecho pedazos.

- Qué?... Qué clase de inconsiente es este? Nunca había visto uno... Pero está muy raro.

La mujer se animó y dio un par de pasos en el interior, pero no conseguía ver nada. Todo estaba muy oscuro y la luz del exterior no aportaba demasiado.

Extendió sus brazos tratando de tocar alguna cosa y empezó a caminar.

Se paralizó cuando... Escuchó una voz desde el hueco que había hecho en la pared.

- Qué es esto!? Señorita! Que está haciendo!?

Un pequeño Tomioka gritó nervioso mientras observaba el interior de un espacio negro y quebrado donde caminaba una mujer.

Oh, no. Enmu había dicho que... No nos podían ver aquí. Mucho menos el pilar.

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Continuará!!