- Todo está mucho más tranquilo desde que Tomioka murió, eh?
Vaya... Si hubiera sabido que todo sería tan pacífico sin él, habría rezado antes para que desapareciera jajaja.

Sanemi alzó la voz con alegría y le golpeó el hombro a Iguro, que también estaba riendo por su comentario.

- Sanemi, si que me entiendes amigo. Estaba pensando en lo mismo cuando mi cuervo me dio la noticia! Ya no aguantaba su comportamiento frío y amargado.

- No olvides su mentalidad de superioridad! Me daban ganas de reventarlo a golpes cada vez que decía que era diferente a nosotros en las reuniones de pilares!
Te juro que lo iba a hacer, pero Oyakata Sama interrumpió en el momento que apreté mis manos para golpearle el rostro.

Sanemi mordió su ohagi y suspiró con molestia, rascándose el pelo con despreocupación.

- Por lo menos ahora todo está bien, Sanemi. Por fin somos solo 8 pilares y creo que vamos a estar mejor que nunca.
Siempre tuve esa sensación de que... El Pilar de agua era un puesto innecesario, sabes?

- Ni que lo digas, Iguro...

Obanai levantó por casualidad su mirada y la dirigió hacia el mercado de comidas, cuando vio a Mitsuri en un puesto de dangos.
La mujer cargaba entre sus dedos unas 6 porciones mientras esperaba que el cocinero le entregara otra porción más.

- Ah, Kanroji San!

- Eh? Iguro San! Hola!

La mujer de pelos rosas se acercó corriendo con una sonrisa.

- Iguro San! Sanemi San! No sabía que iban a estar en este mercado hoy! Que alegría verlos!

Iguro la miró embobado, y Sanemi alzó una de sus manos con poco interés como saludo.

- Kanroji, tampoco sabíamos que ibas a estar aquí. Acaso vas a comerte todos esos dangos tu sola?

- Eh!? No Sanemi San! Los he comprado porque había invitado a Rengoku San a comer conmigo!

En realidad Mitsuri se había comprado todos esos dangos para si misma, pero le daba vergüenza admitirlo.

- Siéntate con nosotros, Kanroji san.

- Claro que si Iguro!

La mujer de pelos rosas se sentó junto a ellos y empezó a degustar uno de sus dangos con un rubor en sus mejillas.

- Sanemi San, qué es lo que está comiendo usted?

- Ohagi.

- Oh! Puedo probarlo? Se ven muy-

-... Claro que no.

- Eh!? P-pero se ve muy bueno! Si quieres te doy uno de mis dangos...

- No.

Sanemi le miró con una expresión oscura de molestia.

- Ah... Bueno. Iguro San, quieres un dango? Tengo varios y están muy ricos!

- No te preocupes Kanroji, yo he comido hace un rato. Puedes disfrutarlos tú.

- Gracias Iguro San!

Kanroji siguió comiendo mientras movía sus pies animada.

- En qué quedamos, Iguro?

- Estábamos hablando de Tomioka, aún así... Creo que la conversación quedó cerrada.

Iguro volteó hacia el lado del hombre de cabellos blancos y retomó su conversación, mientras que Mitsuri seguía disfrutando su comida con una sonrisa.

- Quedó cerrada? Vamos! Podría pasar horas hablando pura basura de ese hombre!

Mitsuri se sobresaltó y dejó de masticar su comida y para prestar atención.

- Entiendo que se murió, pero el odio que le tengo no se va a ir tan fácil como su vida.
Soy diferente a ustedes, decía el imbecil. Quieres que me tome bien esa frase!? Nos ignoraba y menospreciaba!

- Mientras más lo repites Sanemi... Ese cara de rata tiene un mayor odio de mi parte.
Si que era el pilar más débil y ridículo de toda la organización de cazademoni-

- QUÉ DIJISTE!?

Mitsuri se levantó de su asiento y pisó la banca con su pie derecho, rompiendola a la mitad.

Iguro cayó al suelo junto al trozo de madera con una expresión de sorpresa y unas gotas de sudor en su frente.

Sanemi también se sorprendió por la acción de la mujer de cabellos rosas.

- M-mitsuri San! Q-qué pasó?

- QUÉ PASÓ!? EN VERDAD ME PREGUNTAS ESO, IGURO SAN? COMO SE TE OCURRE HABLAR MAL DE GIYUU SAN, MÁS AÚN SI AHORA ESTA MUERTO!?
ACASO TÚ NO TIENES RESPETO POR LOS DIFUNTOS!?!?

- Hey Kanroji, baja las revoluciones.
Sabes que Iguro tiene razón al hablar así de Tomioka. Acaso tú no estabas presente cuando él actuó de esa ridícula forma junto a todos los pilares? Si me dijeras que Tomioka no era así, tú misma estarías al tanto de que mientes.

- CALLA, SANEMI SAN! DEBES RESPETARLO AHORA QUE DESCANSA! MURIÓ EN BATALLA CUMPLIENDO CON SU LABOR! NO ES ESO ADMIRABLE?

- Admirable? Pfff! No me hagas reír, Kanroji. No sabes nada de Tomioka como para defenderlo así!

- ÉL ERA BUENO!

- ACASO VAS A LLEVARME LA CONTRA, KANROJI? ENTIENDE! ÉL ERA UN RIDÍCULO Y-

- CALLATE, CALLATE, CALLATE! NO SABES NADA DE TOMIOKA SAN PORQUE NUNCA TUVISTE LA INTENCIÓN DE CONOCERLO REALMENTE!

Mitsuri apretó los puños de la ira haciendo enojar a Sanemi.

- Kanroji San, cálmate si? No quería... Hacerte enojar con mi opinión respecto a Tomioka.

- Iguro San, te agradecería mucho que no volvieras hablar mal de él ahora que murió. No lo hagas jamás!

- Acaso le prohíbes a Iguro odiar a una persona? Esos son sentimientos que uno no puede evitar cuando se trata con sujetos tan repugnantes como él.

- SANEMI SAN! BASTA! NO QUIERO PELEAR CONTIGO PERO ME HACES RABIAR! DISCULPATE AHORA CON TOMIOKA SAN, POR FAVOR!

- Que me disculpe? Pero si esta muerto! Debe estar ardiendo en el infierno!

- AGH!

Mitsuri estaba a punto de arrojarle en la cara un Dango a Sanemi, pero un hombre de pelo rubio con puntas rojas la detuvo en el momento exacto.

- Ah, Mitsuri! No deberías desperdiciar tu comida con algo de tan poca importancia!

Kyojuro tenía una enorme y ardiente sonrisa en su rostro, con los ojos muy abiertos mirando a Sanemi con incomodidad.

- R-Rengoku San!

- Sanemi San! Siento que Mitsuri san tiene razón con lo que dice! Deberías disculparte! No estaría mal!

La voz de Kyojuro era fuerte y retumbante, lo que acabó con la paciencia de Sanemi.

- También vas a regañarme? Agh! Por favor! Basta!

Kyojuro lo ignoró y masticó el dango que tenía Mitsuri en su mano.

- UMAI! Sanemi, vas a disculparte o no?

- No te pases de listo conmigo, eh!?

Sanemi se acercó a Kyojuro y se puso frente a él de manera amenazante dispuesto a pelear.

- No podemos pelear, Sanemi! Eso está prohibido! Pero no está prohibido disculparse! Te agradecería que lo hicieras!

Kyojuro sonrió y el hombre de cabellos blancos le dio un empujón para apartarlo.

- Vamonos Iguro San! Estos idiotas no van a entender nada!

- Si. Adiós Kanroji... Adiós Rengoku.

Ambos sujetos se fueron hacia otro lado, dejando a Kyojuro y a Mitsuri solos en medio del mercado.

- Por qué son así, Rengoku San!? Fueron muy crueles con él! Acaso estaban esperando a su muerte para hablar mal de Tomioka San?!

-No, Kanroji! En realidad ellos siempre han hablado mal de Tomioka San! Incluso cuando él estaba presente!

La voz del Pilar del fuego seguía siendo fuerte, pero su sonrisa había desaparecido.

- Eh!? D-de verdad!? Nunca me había dado cuenta! De verdad que son unos desvergonzados! Son unos pilares muy... Muy crueles! Por qué Tomioka San nunca nos lo dijo?...

- Sabes que era algo tímido y reservado! Además, siempre intentó volverse amigo de ellos! Si contaba su mal comportamiento, perdería cualquier opción para acercarse a ellos!

- Amigos...? Tomioka San quería amigos?... Y-yo podía ser su amiga...

- También lo intenté Kanroji! Pero cuando me acercaba, salía huyendo como si fuera un repelente! Jajaja!

- Ah... Es muy triste... No te parece?

Los ojos de Mitsuri se aguaron.

- Lo sé! P-pero... Ya es muy tarde.

Los gritos de Kyojuro disminuyeron.

- Vamonos Kanroji. No sirve quedarnos aquí, si? Disfrutemos los dangos en un lugar más agradable y guardemos el buen recuerdo que tenemos de Tomioka san.

- Si... E-espera! Son mis dangos! Por qué te los estás comiendo!?

- UMAI!

- Suelta los dangos! Son míos!!!

- UMAI!

- RENGOKU SAN! MIS DANGOOOOS!
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CONTINUARÁ <3