Capítulo 1: Tragedia

Desde que nació, Hakuji nunca tuvo una vida fácil, su madre murió cuando el nació, vivía en la pobreza y su padre cayó enfermo y su cuerpo era muy débil para trabajar, por lo que desde que tenía uso de razón aprendió a robar para sobrevivir y conseguir las medicinas que le hacían falta para su padre, sabía que ese no era el camino correcto pero no tenía otra opción, lo que sea para salvar a la única familia que tenía.

Fue atrapado en muchas ocasiones, castigado, golpeado y atado, hasta obtener tatuajes de criminal en su cuello y muñecas, pero a él no le importaba, su padre era quien le daba fuerzas para seguir, hasta ese día en donde decidió terminar con su vida debido a que no soportó la culpa de que su hijo robara y sentirse una carga para el, fue el día más trágico de su vida al haber encontrado a su progenitor colgando desde una soga atada al cuello, los vecinos ayudaron a bajar el cuerpo y darle sepultura, también fue desterrado de la aldea debido a sus delitos y ahora estaba solo en el mundo sin nadie a quien recurrir o al menos eso pensaba.

Un día después de la muerte de su padre, vagando sin rumbo y dejando moribundos a siete hombres en total que solo fueron a buscarle problemas, se le acercó un señor de actitud amable quien le cuestionó lo que estaba haciendo, molesto por su actitud lo retó a una batalla donde al final salió perdiendo y a regañadientes tuvo que seguir al hombre quien dijo que lo acompañara a su dojo.

Resulta que este señor se llamaba Keizo y tenía una hija que solo era dos años menor que el llamada Koyuki, el hombre le ofreció entrenarlo y darle un hogar a cambio de que cuidara a su hija ya que era una niña delicada que se enfermaba fácilmente, Hakuji sin más remedio acepto, al principio fue un poco extraño y esta niña le pareció un tanto peculiar ya que parecía soñar despierta pero no le molestaba, después de todo el ya tenía experiencia cuidando personas ya que el solía cuidar a su padre enfermo.

Con el tiempo, también aprendió más de esta pequeña familia, una de ellas es que la razón por la cual el dojo se encontraba vacío y sin estudiantes, era por que todos se fueron al dojo de al lado ya que siempre existió alguna especie de rivalidad entre ellos, también que su esposa murió ahogada en un río cercano ya que no quería ver morir a su bebé y desde entonces, el se a echo cargo de su hija.

El arte marcial que enseñaba Keizo era el soryuu, un estilo creado por el y que se aseguró de enseñárselo a Hakuji, el tiempo paso y poco a poco lo empezó a ver como una especie de figura paterna y un día Koyuki le reveló su sueño de ir a ver los fuegos artificiales, pero debido a que no podía levantarse de la cama, nunca pudo y prometieron que cuando ella esté mejor, irían a verlos juntos.

Los años pasaron y los niños ahora eran unos adolescentes, Keizo reunió a su hija y al joven para revelarle que el quería que fuera el heredero de su dojo, también que le daba su bendición para casarse con Koyuki ya que ella estaba enamorada de el, provocando que ambos se sonrojaran, ese día fue un tanto raro y sorpresivo, pero no le molestaba la idea del todo.

Koyuki finalmente mejoró lo suficiente para poder caminar por su cuenta y cuando fue año nuevo, en una hermosa noche fueron cerca de un pueblo, en un prado verde rodeado de bosque, los dos jóvenes subieron una pequeña colina para ver el espectáculo de luces por primera vez en sus vidas, esa misma noche Koyuki le reveló que en un principio quiso renunciar a su vida pero cuando lo conoció, sus deseos de vivir regresaron a ella, esperando que el sintiera lo mismo le propuso casamiento, Hakuji tomó sus manos y aceptó aquella propuesta, prometiendo hacerla feliz y que la protegería el resto de su vida.

Después de todo lo que pasó, finalmente la vida le volvía a sonreír y ahora pensaba que podía ser feliz al lado de sus ahora seres queridos, casarse con una hermosa y noble mujer, formar una familia y liderar el dojo de su maestro con sabiduría, prometiendo protegerlos sin importar que, estaba tan feliz que fue a la tumba de su difunto padre a decirle sobre su compromiso y su nueva vida.

Lastimosamente, existe una pequeña frase cargada de verdad, "las cosas buenas, no duran para siempre"

Algo que desde siempre a sabido, es que el jefe del dojo vecino a estado enamorado de Koyuki, pero este hombre era sumamente violento e impulsivo y un día, mientras Koyuki estaba sola admirando el paisaje, la tomó por la fuerza y ella empezó a tener un ataque de asma, el entro en pánico y la dejó a su suerte, ese mismo día la joven estaba a punto de morir si no fuera por Hakuji quien la encontró a tiempo.

No fue la única vez, también mando a sus discípulos para que acabaran con Hakuji pero ninguno había estado a su altura, derrotandolos a todos con facilidad y desde esas veces, pensó que esta no iba a ser la última vez que intentara hacer algo, por lo que esta noche, Hakuji se propuso en hacer guardia nocturna en ambos dojos para asegurarse de que no intentaran algo y pongan en peligro la vida de su maestro y la de Koyuki.

"¿Estas seguro?, sabes que no es necesario que lo hagas, puede pasarte algo a ti también" Habló Keizo hacía Hakuji quien estaba a punto de salir del dojo durante la noche, dispuesto a hacer guardia.

"Estoy más que dispuesto, si veo que hacen algo, yo mismo los acabaré" Dijo el joven con cierta determinación en su voz, no iba a permitir otro atentado más y mucho menos algo que perjudique a su familia.

"Pero Hakuji, de noche puede ser muy peligroso" Le dijo Koyuki con preocupación en su voz, intentando a convencer a su futuro esposo de que no era necesario.

"Prometí que te protegería y eso haré" Hakuji tomó las manos de su prometida para mostrarle afecto, le dedico una sonrisa y le dio un suave beso en su mejilla "Estaré bien, confía en mi"

"Solo, no quiero que te hagan ningún daño" Koyuki desvió la mirada un tanto apenada por la acción de su prometido y un leve rubor apareció en sus mejillas, aún que igual no se veía muy convencida del todo.

"Je, ellos no pueden conmigo, confía en que estaré bien"

"Cómo veo que no vas a desistir, esta bien, pero promete llegar temprano a casa" Keizo le dio una palmada amistosa al joven, después de todo sabía que era inútil tratar de convencer a su ex discípulo y próximamente futuro nuero de la idea que se le metió en la cabeza.

"Regresaré rápido, solo daré un pequeño recorrido, pero no los dejaré solos, vuelvo enseguida" Hakuji miro a ambos una última vez, dándoles una sonrisa confiada y finalmente salir del dojo, siendo recibido por la oscuridad de la noche y el cielo nocturno, para después dirigirse silenciosamente hacía el dojo vecino para vigilar, por alguna razón no podía evitar sentir un mal presentimiento en su pecho y mente, pero lo relaciono con los problemas que han estado pasando con las personas del dojo vecino, así que no le dio tanta importancia.

Se escondió de entre los árboles, asegurándose de ocultar su presencia a simple vista, estando atento a cualquier cosa sospechosa a su alrededor, no sabia cuánto tiempo había estado allí pero hasta ahora no había pasado nada extraño, lo que observaba parecía ser una clase de artes marciales normales, sin nada peculiar, también se dio la molestia de dar un corto recorrido por el lugar, pegó su oído a la puerta para escuchar, solo escuchando las rabietas del tipo y maldiciendo en voz alta su nombre sobre él como no le podía ganar, sintiendo la risa histérica construyéndose en su pecho por las estupideces que oía, se hubiera reído ahí mismo si no fuera por que le prometió a Koyuki regresar bien a casa.

Se quedo otro rato en el lugar, pero como no había nada extraño, ni observo nada fuera de lugar, decidió por salir de su escondite y regresar a casa, abrazar a su futura esposa y contarle a Keizo que no vio nada, pero aún así no bajaría la guardia ante esos tipos.

Mientras más se acercaba al dojo de su maestro, más rara era la sensación que sentía en su nuca, la cual le puso los pelos de punta y sentía un leve dolor en el estómago en señal de que definitivamente estaba pasando algo malo, pero, ¿qué podría ser?, definitivamente no era nadie del dojo vecino ya que los estuvo vigilando un buen rato, no vio a nadie salir, así que, preocupado, acelero el paso hasta su hogar, sin que estas extrañas sensaciones lo dejaran en paz.

Cuando llegó, pudo ver que no había ninguna luz, señal de que tal vez ya se habían ido a dormir pero cuando vio la puerta entre abierta, arqueo una ceja y se preguntaba por qué la dejaron así de una forma tan descuidada, sin embargo no pudo evitar sentir como el ambiente se sentía pesado a su alrededor y mientras más se acercaba, podía escuchar crujidos y ruidos extraños provenientes de ahí adentro.

Sin aguantar más, preguntándose que rayos estaba pasando, abrió la puerta de una patada sin importarle si hacía mucho ruido y cuando sus ojos captaron lo que había en frente, sintió como si su alma hubiera abandonado su cuerpo, quedándose helado en su lugar y en estado de shock al ver la macabra y horripilante escena frente a sus ojos.

Había sangre por todas partes, en el piso, el techo y las paredes, se pregunto alarmado en donde estaban su maestro y Koyuki, sin embargo los ruidos de algo en el fondo llamaron su atención, poco a poco revelandose mediante la luz de la luna se iba adentrando en el lugar, el cual al ver lo que había ahí, sintió como todo su mundo se derrumbaba ante el y su mente se quedó en blanco.

Pues frente que el, estaban los cuerpos mutilados de su maestro y prometida, cubiertos de sangre, cortados de algunas extremidades, ropa rasgada, casi irreconocibles si no fuera por que reconoció la peineta que siempre llevaba Koyuki en su cabello, tirado en el suelo, el cuerpo de Keizo se veía que tenía heridas de lucha, señal de que sea lo que sea que les hizo esto, lucho hasta el final para protegerse a el y a su hija.

"Oye, mocoso, estás en mi territorio" De entre las sombras, lentamente surgió una especie de criatura humanoide, piel grisácea, cabello morado opaco, se podía ver un cuerno saliendo de frente y algunas venas que se resaltaban en su piel, pero lo que pudo notar, es que en una de sus manos tenía un brazo cortado, por la contextura pudo notar que era el brazo de Koyuki, viendo atentamente cómo ese ser, se lo llevaba a la boca y le daba un mordisco.

"Aún que, siempre hay espacio para uno más, después de todo nunca es suficiente" Le hablo burlonamente la criatura.

Y fue todo...

Sintiendo como las lágrimas se acumulaban en sus ojos, dejó salir un grito desgarrador y adolorido, casi como el alarido de un animal herido el cuál provocó que al ser se le erizara la piel, cualquiera que lo escucharía pensaría que la persona dueña de aquel grito tan cargado de dolor y de sufrimiento, de verdad está pasando por una situación inimaginable que nadie serie capaz de soportar.

Con las lágrimas recorriendo sus mejillas, una mirada cargada de dolor, odio, ira, tristeza, pero sobre todo una incontenible sed de venganza, se abalanzó a la criatura, dandole una sonora patada, el movimiento fue tan rápido que lanzo al ser unos metros, provocando que soltara el brazo cortado que tenía en sus manos.

"Nada mal para un simple mortal, aún que necesitaras más que eso para vencer..."

No lo dejo terminar y de inmediato le lanzo una ola de puñetazos rápidos, provocando que la criatura pusiera sus brazos como escudo para intentar repelerlos.

"Devuelvemelos, ¡¡¡DEVUELVEMELOS!!!" Hakuji gritó con voz quebrada hacía la criatura, soltando gritos de guerra, más que dispuesto a acabar con el ser que en tan solo segundos le había arrebatado lo único que le quedaba en toda su miserable vida.

Sin embargo, tan rápido que no lo alcanzo a prever, recibido una fuerte patada en el abdomen que lo hizo retroceder, podía jurar que alguna de sus costillas se habían roto, desde que entrenó con su maestro, no había golpe que lo hiciera retroceder tan fácil y jamás había experimentado una fuerza así, ¿que era realmente esta criatura que podía hablar y tener conciencia propia?.

"Maldito mocoso, hice mal en subestimarte, pero veamos si eres capaz de detener esto...técnica demonio de sangre, cuchillas de sangre" Vio estupefacto como la criatura saca de directamente de su piel, una cuchilla que brillaba de un rojo escarlata y de inmediato lo lanza en su dirección, pudo esquivarlo, pero después fue sorprendido por una ola de más de esas cosas venir en su dirección.

Uso sus habilidades enseñadas por su querido maestro, con sus pies pateo todas las que estuvieron cerca de darle en algún punto vital, pero eso no impidió que algunas logran hacerle leves cortes los cuales por alguna razón le comenzaron a arder y sentía su cuerpo más pesado, pero se obligó a si mismo a seguir, tenía que acabar con este ser que le había quitado todo.

Cuado ya no sintió más de esas armas venir en su dirección, miro para todos lados confundido al ver que la criatura desapareció de su lugar, pero de inmediato, sintió una presencia oscura que sus espaldas, iba a reaccionar pero inmediatamente fue recibido por una poderosa patada que lo manda a estrellarse fuertemente contra la pared, formando una grieta, cayendo al suelo, escupiendo sangre, intento levantarse pero el dolor por lo reciente y las heridas comenzaron a pesarle, mirando con odio al ser al verlo como se acercaba hacía el.

"Eres fuerte para ser solo un estúpido y débil humano, descuida, te guardaré para el postre, no desperdicio nada" De entre su piel, el ser saca una de esas cuchillas, pero esta vez más grande que la otras, alzandola para poder darle fin a su existencia, Hakuji cerró los ojos con fuerza, dispuesto a morir, al menos volvería a encontrarse con sus seres queridos en el más allá, no le quedaba ninguna razón más para seguir vivo.

Pero de la nada, lo único que pudo escuchar, fue el sonido de dos metales chocar entre sí.

Abrió los ojos nuevamente y lo primero que ve, fue una capa blanca que terminada en ondas similar al fuego, un tanto extrañado, alzo más la vista para ver al sujeto dueño de esa capa, sorprendiendose al ver que era un hombre alto, un tanto corpulento y vestía un uniforme que nunca había visto en su vida, su cabello era largo hasta los hombros e iba atado en una media cola, rubio y de mechas rojas, cejas gruesas que tenían una forma peculiar, pero lo que también noto, fue que este hombre tenía en su poder una espada, la cuál, había usado para frenar el ataque de la criatura y ahora se encontraba forcejeando con ella.

"Resististe muy bien hasta que llegara, joven, póngase a salvo, yo me encargaré ahora" Le hablo seriamente el extraño sujeto hacía Hakuji quien aún seguía sorprendido y de un movimiento rápido, vio como el tipo le cortó los brazos a la criatura con su espada, provocando que soltara el arma y veía como las extremidades desaparecian en cenizas y después le volvieron a crecer.

"Lo que me faltaba, lidiar con un maldito hashira" Hablo la criatura y de inmediato sacó más cuchillas de su cuerpo, lanzandolas hacía el hombre quien usaba su espada para desviar todas mientras más y más se acercaba al ser.

"¡¡Respiración de la Llama: Primera Postura: Mar de Fuego!!" Algo que jamás creyó que fuera posible, la espada del sujeto se envolvió en llamas y como si se tratara de una ola, en un parpadeo corto la cabeza del demonio de un solo tajo, la cuál cayó al suelo, viendo como se desintegraba mientras soltaba maldiciones y decía que ni siquiera había tenido tiempo de disfrutar su comida.

"¿Se encuentra bien jo..." El hombre no completo su pregunta al ver cómo el muchacho que había salvado hace un segundo, se levantó y le había dado la espalda, viendo atentamente los cadáveres ensangrentados en el suelo y cayó de rodillas, provocando que algo dentro de si se estrujara al verlo y su corazón se reprimiera, debe de haber dolido de forma inimaginable perder de esa forma a sus seres queridos y el no había podido llegar a tiempo para evitar esta tragedia.

Sin saber que más hacer, lentamente se acercó al chico quien se encontraba abrazando el cuerpo mutilado de la joven con fuerza mientras susurraba cosas como "Perdóname, no pude protegerte, no cumplí una simple promesa, siento no haberlos podido salvar"

"Si quieres un hombro donde llorar, aquí estaré" Se agacho a su lado, poniendo una mano en su hombro en un gesto afectivo, no dejaría solo a una persona en situaciones difíciles como esta, si podía ser de ayuda, quería hacerlo.

"Matame"

"¿Qué?" Se desconcertó al oír esa petición tan repentina.

"Matame" Volvió a repetir "Ellos eran lo único que tenía en mi vida, solo vivía por ellos y ahora ya no me queda nada por el que vivir, acaba con mi miseria de una vez por todas" Después de decir eso, nadie dijo nada por unos segundos, sintiéndose un sofocante silencio.

"No"

"¿Qué?"

"Dije que no" Habló el hombre con dureza y apretó más el agarre en su hombro "Mi deber es acabar con los demonios que te hicieron esto, nunca mataré a alguien inocente"

"En ese caso, ¡¡lo haré yo mismo!!"

"¿Eh?"

Dejo suavemente el cuerpo de su amada en el suelo y de inmediato quiso tomar la espada del hombre que estaba sujeta a su cintura, por reflejo, el contrario se apartó, levantándose del suelo, seguido de Hakuji quien comenzó a atacar al sujeto de extrañas ropas para intentar tomar su espada con la intención de usarla para cortarse así mismo, lanzando patadas y puñetazos que el hombre solo se concentraba en bloquear pero no intentaba contraatacar en ningún momento.

"¡¡¿Por qué no atacas?!!"

"No peleare contigo"

"¡¡¿Por qué?, ¿acaso no tienes el coraje para enfrentarte a mí?" Exclamó Hakuji con un fingido tono orgulloso.

"¡¡Basta!" En un parpadeo, el hombre toma a Hakuji por la muñeca cuando intentaba dar un golpe, no dejando reaccionar al otro a tiempo, rápidamente lo jalo hacía el, para sorpresa de Hakuji, no fue para darle un golpe, si no más bien para envolver los brazos a su alrededor en un abrazo.

"¡¡¿Qué mierda te pasa?, ¡¡suelteme!!!" Hakuji se retorcía en el agarre del hombre para intentar liberarse.

"Veo que lo necesitas"

"¡¡No te conozco!!, ¡¡¿por qué lo necesitaría?!!"

"Puedes golpearme más tarde si lo deseas, pero no permitiré que te hagas daño solo por esto, no se quien eres y quienes eran ellos para ti, pero si te querían tal y como tú a ellos, no creo que les hubiera gustado verte morir así, no estas solo, yo estoy aquí, deja salir todo tu dolor ahora"

Dejo de retorcerse entre el agarre del hombre, quedándose en estado de shock ante la palabras que le había dicho mientras lo seguía abrazando, aún que no lo admitiera en voz alta, aquel toque se sentía tan gentil y cálido que lentamente dejo de luchar, oculto su cara en el hombro del contrario y dejo salir un llanto amargo mientras lentamente iba correspondiendo el abrazo, deslizando sus dedos entre la espalda del hombre, aferrándose a sus prendas y a el no pareció importarle si sus ropas eran empapadas de lágrimas ajenas.

No sabía cuento tiempo estuvieron así, pero finalmente Hakuji dejo de llorar y lentamente se separaron del abrazo, sintiéndose avergonzado y estúpido por haberse mostrado tan débil ante una persona que no conocía y volteó a ver a los cuerpo de su maestro y prometida en el suelo con tristeza, ya sin lágrimas que le quedaran por derramar.

"Te ayudaré con esto" Comentó el hombre.

"Es raro lo que hiciste por mi a pesar de que somos unos completos extraños"

"Después de esto, no creo que seamos más unos desconocidos" El hombre le dedicó una gran y radiante sonrisa a Hakuji, que por un momento recordó las sonrisas que le dedicaba Koyuki, "¿Cuál es tu nombre?"

"Hakuji" Decidió decirle su nombre a esta persona, que no parecía ser un mal tipo y le demostró que era alguien confiable "¿Y el tuyo?"

"Rengoku Kyojuro" Le dijo sonriendo el rubio "Un gusto Hakuji"

Después del momento que compartieron ambos, Kyojuro cumplió su palabra y le ayudó a Hakuji a limpiar el lugar, asegurándose de no dejar ni una sola gota de sangre o señales de que aquí hubo una carnicería, sin embargo el rubio le dijo que el podía continuar por su cuenta mientras el podía ir a cavar dos hoyos para darle una digna sepultura a su maestro y prometida, lo sabía luego de que se lo dijera mientras estaban limpiando y Hakuji con un nudo en la garganta, fue a hacer lo que dijeron pero primero quería encontrar un buen lugar donde comenzar a cavar.

Recorrió el lugar, cruzó el río cercano, encontrando un hermoso prado rodeado de árboles, flores hermosas y pasto, sintiendo que este era el lugar ideal, con su pala comenzó a cavar dos agujeros asegurándose de que no sean muy profundos, no sabía cuánto tiempo tardó pero había terminado su labor, así que sin más fue a avisarle al hombre de nombre Kyojuro que había terminado.

Con cierta pesadez, limpiaron los cadáveres, los envolvieron en una manta y los dos los llevaron hasta el lugar en donde sería su tumba, colocaron los cuerpos en sus lugares y Hakuji les dedicó una última mirada melancólica, soltando un pesado suspiro, poco a poco los cubrió de tierra, sintiendo un nudo en la garganta mientras lo hacía y en su mente llegaron todos los recuerdos que pasó a su lado en todos estos años, sin poder evitar que en su ojo se escapara una última lágrima, deslizándose por su mejilla.

Cuando terminó de cubrir los hoyos, antes Kyojuro se ofreció a ayudarlo pero Hakuji se negó, debido a que era su familia y era su deber, fue a cortar flores para hacer dos ramos y dejarlos suavemente sobre las tumbas, se agachó en el suelo, viendo atentamente las tumbas con una mezcla de sentimientos encontrados.

"Nunca imaginé verlos de esta manera y menos ser yo el encargado de enterrarlos, no pude protegerlos, no estuve ahí para ustedes, lamento mucho no haber cumplido mi promesa, espero puedan perdonarme, gracias por tus enseñanzas maestro y Koyuki, gracias por haberme dado los mejores momentos de mi vida, te amo y te amaré por siempre, nunca los olvidaré" Después de decir esas palabras, junto sus manos y recitó una pequeña plegaria en su descanso, sintiendo en el proceso la mano de Kyojuro aferrarse en su hombro para hacerle compañía y después también recitó una plegaria por ellos, cuando terminó, a Hakuji se le ocurrió preguntar.

"¿Qué eres tú?" Preguntó de la nada.

"¿Cómo?" Preguntó Kyojuro sin entender.

"Vi lo de hace rato cuando luchabas con esa extraña criatura, nunca vi algo parecido con una katana, tampoco imaginar que se podía hacer algo como eso, además, nunca había visto la ropa que llevas puesta"

"Ah eso, somos cazadores de demonios, una organización no reconocida por el gobierno, nos dedicamos a matar demonios y salvar a los civiles, el ser que atacó tu casa era uno de ellos y mi deber es acabar con ellos antes de cualquier otra vida se pierda en sus manos" Terminó de decir Kyojuro con una sonrisa, sin poder evitarlo Hakuji pensó que este hombre al parecer era alguien muy alegre.

"Llévame contigo" Habló lo más directo posible, provocando que la sonrisa de Kyojuro cayera y lo mirara con una ceja alzada.

"No me queda nada más por hacer, nunca vi ni oí algo como los demonios pero si existen, quiero acabar con ellos con mis propias manos, salvare vidas, no dejaré que nadie pase por el mismo dolor, me convertiré en el hombre por el cual mi maestro y Koyuki se sientan orgullosos, quiero que mi vida valga la pena" Dijo con cierta determinación en su voz e inconscientemente apretó los puños, esas criaturas se lo arrebataron todo en una noche, los odiaba con toda su alma, dispuesto a no dejar a ninguno vivo a su propia mano.

"¡¡Me gusta tu espíritu!!, de hecho si no tenías nada más aquí, iba a ofrecerte unirte a nosotros de todas maneras, tus habilidades resultarán muy útiles en esta lucha contra los demonios" Kyojuro le habló con entusiasmo y una gran sonrisa, para después levantarse del suelo y extenderle una mano a Hakuji para ayudarlo a levantarse, no sabia por qué pero de la nada en el lugar surgió una brisa que movió los cabellos flameantes del hombre y su silueta se enmarcaba ante la luz de la luna llena, viendo atentamente cómo le extendía la mano, comparándolo con una luz en medio de la oscuridad y que llegó para darle otro giro a su vida.

"Joven Hakuji, para mi sería un honor tenerte entre las filas de los cazadores y luchar junto a nosotros, así que ahora, ven conmigo para empezar tu camino como cazador de demonios" Hakuji con una mirada determinada y decidida, tomó la mano de Kyojuro y con su ayuda, se levantó del suelo, dispuesto a cumplir sus palabras, convertirse en cazador sin importar que tan difícil sea.

"Si gustas ir por tus pertenencias, puedes ir a recogerlas, yo te esperare y te guiare a la sede"

Hakuji asintió en respuesta y sin más, los dos se dirigieron hacía el dojo, Kyojuro espero afuera mientras el otro entraba, fue a su habitación y recogió algunas ropas, entre ellas, la yukata que una vez usó para ir a ver los fuegos artificiales junto con Koyuki, los envolvió en una pequeña manta que ató a una cuerda y se la ató a su cintura, estaba a punto de salir pero en el suelo, notó algo que le llamo la atención, pues pudo ver el adorno para el cabello que solía usar Koyuki, la tomó y la miró con una mezcla de sensaciones en su pecho.

Al final optó por llevarla consigo para tener algo valioso que le recordara a su hogar, la guardo entre sus ropas y sin más salió de su casa, viendo a Kyojuro que lo esperaba pacientemente y al verlo le sonrió, estaba a punto de acercarse a él, no sin antes voltear a ver su hogar con nostalgia una última vez.

"Será mejor que nos vayamos, tengo que avisarle a los demás" Kyojuro le dedicó una ligera sonrisa y sin más, a paso rápido se adentró al bosque, Hakuji se quedó unos segundos más viendo su hogar, para después obligarse a girarse para darse la vuelta y seguir a Kyojuro, abandonado el lugar en donde por mucho tiempo fue feliz y ahora iba a empezar un nuevo camino, si nadie más que le quede en este mundo y se aseguraría en volverse más fuerte, para acabar con esas cosas con sus propias manos.

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Alejandra-Sama: Hola a todas, esta vez, les traje el capítulo de mi fic el cual cambie por completo, gracias a IceSnow_AlphaDragon- que me dio la idea, lo pensé y se me hizo más fácil desarrollar toda la historia de esta manera, además ya tengo pensado que hacer en los próximos dos capítulos, pero antes unas aclaraciones:

Aclaraciones:

1.- El fic se sitúa en la misma línea temporal en la que ocurrió los acontecimientos que todos ya conocemos en la serie original, osea Tanjiro saliendo a vender carbón, después encuentra a su familia masacrada y a Nezuko convertida en demonio, osea, mientras Giyuu fue a ayudar a Tanjiro para que se convierta en cazador, Rengoku fue a hacer lo mismo con Hakuji <3

2.- Tengo planeado que en un principio, la relación de Akaza y Kyojuro sea como la que el tuvo con Mitsuri, ojo, en un principio y cuando se convierta en un cazador oficial que con el tiempo, sea algo más.

3.- No se cuanto tiempo antes ocurre los acontecimientos del gaiden de Rengoku, por lo que pondré que todo eso ocurrió reciente y Kyojuro recién acaba de ser nombrado pilar.

4.- Akaza y Kyojuro se llevarán solo un año aquí para que tenga algo de sentido y no hacer a Hakuji tan menor, por que su edad en la que se quedo es de 18, más los dos años de entrenamiento, tendría veinte años, así que aquí en el fic, Hakuji tendrá 17, más los dos años que pasaron en la serie original, tendría 19, lo hago para conservar un poco su diferencia de edad.

5.- Ignoren la portada ya que esa fue la imagen más genial de Akaza pilar que me encontré, pero el en mi fic lucirá así y a parte, no usara una espada para pelear:


(Dato innecesario: Ese es mi fanart favorito del au reverse)

6.- Las lunas superiores seguirán siendo doce, pero solo pondré a un demonio random que depues será masacrada por Muzan y recorrer el puesto de las seis primeras que ahora serán cinco, por la principal razón de que detesto los oc (personajes propios) en los fics

Bien, creo que eso es todo, hora del spoiler:

Spoiler:

1.- Explicaciones, osea, que son las respiraciones, los demonios, como funciona la organización de cazadores, etc, etc.

2.- Entrenamiento

Avisenme si ven algún error de ortografía

Bien, eso es todo por ahora, sin más se despide Alejandra-Sama B-D nos leemos pronto ;3

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